¿Conoces la ira y las formas en las que la manifestamos?

La ira es un estado emocional que varía en intensidad. Varía desde una irritación leve hasta una furia e ira intensas. Como otras emociones, está acompañada de cambios psicológicos y biológicos. Cuando usted experimenta ira, su frecuencia cardíaca y presión arterial se elevan y lo mismo sucede con su nivel de hormonas de energía, la adrenalina y la noradrenalina.

 

Muchos justifican sus expresiones de ira diciendo que Jesús se airó contra los líderes religiosos de sus días y les dijo aun cosas ofensivas. Esta falsa creencia sobre la ira es usada muchas veces para maltratar a otras personas.

 

La ira es una emoción que Dios puso en nuestro cuerpo. La ira nos permite reaccionar en contra de la injusticia, el pecado y lo que no es correcto. Pablo dice, “Airaos, pero no pequéis”. Esto significa que hay un límite en donde la ira se convierte en pecado.

 

Toda manifestación de ira debe hacerse dentro del contexto del amor ágape. Pero, para que esto ocurra, el Espíritu Santo debe vivir en nosotros, ayudar a que florezca el amor y el dominio propios necesarios para manifestar la ira dentro de límites, esos que reflejan la imagen relacional de Dios.

 

Las personas que se aíran con facilidad, por lo general, tienen lo que llamamos baja tolerancia a la frustración, que significa que éstas sienten que no deberían estar sujetas a la frustración, irritación o a los inconvenientes. No pueden tomar las cosas con calma y se enfurecen, sobre todo si la situación parece de alguna manera injusta. Por ejemplo, cuando se las corrige por un error de poca importancia.

 

¿Qué hace que estas personas sean así? Hay varios factores. Un factor puede ser de origen genético o fisiológico. Existen pruebas de que algunos niños nacen irritables, sensibles y que se enojan con facilidad, y estos signos están presentes desde una edad muy temprana. Otro factor puede estar asociado a la manera como se les enseña a lidiar con la ira. La ira se considera a menudo como algo negativo; a muchos nos enseñan que está bien expresar la ansiedad, la depresión y otras emociones pero que no está bien expresar el enojo. Como resultado, no aprendemos cómo manejarlo o canalizarlo constructivamente.

 

Las investigaciones también hallaron que los antecedentes familiares desempeñan un papel importante. Generalmente, las personas que se enojan con facilidad vienen de familias problemáticas, caóticas y sin capacidad para la comunicación emocional.

 

Estilos de ira

Parte de aprender a controlar la ira, y también parte de las lecciones que un profesional podrá darte, se basan en el manejo de los diferentes tipos de ira. No todas las personas expresan su ira de la misma manera. Tampoco hace falta sentir miedo o culpa por sentirla, porque la ira es una reacción normal de la vida humana.

 

Pero, aun así, el cómo la expresamos es lo que puede hacer de la ira algo muy peligroso, tanto para la pareja como para nosotros mismos.

 

Existen cuatro maneras básicas en las que se expresa la ira. Una persona puede expresar más de un estilo de ira, todo dependiendo de la situación que esté viviendo:

 

Agresiva: Es el tipo de agresividad que es visible y externalizada. No se pretende esconderla, ni mucho menos. Algunas personas gritan y gritan, y se «desahogan» cuando están enojadas. Explotan, arremetiendo contra otros, ya sea verbal o físicamente. Esto puede proporcionar una liberación satisfactoria para ellas a corto plazo, pero puede tener consecuencias devastadoras a largo plazo para ellas mismas y sus relaciones.

«¡Estúpido # @ $%!»

“Estoy en lo cierto; ¡todos los demás están equivocados y merecen pagar!”

 

Agresiva – pasiva: En esta se muestra agresividad, pero no de una manera violenta, sino más bien disimulada. Por ejemplo, con acciones indirectas o con el sabotaje.

 

En esta, toda la ira se encierra dentro de la persona. Dañándola en su interior, aparentando que todo está bien. Algunas personas encuentran la ira aterradora o inaceptable. Evitan reconocer o expresar sentimientos de enojo y, en cambio, se convencen de que no están enojadas. El problema con este mecanismo de afrontamiento es que no liberan y expresan sus sentimientos, lo que puede conducir a una acumulación de resentimiento e infelicidad.

 

Dicen “está bien” cuando no lo está, o cuando quieren decir “no”. Estas son conductas pasivo-agresivas, que sirven para expresar indirectamente emociones negativas en lugar de manifestarlas abiertamente. “Las personas pasivo-agresivas son furtivas con su ira”. Dicen una cosa, pero hacen otra; no muestran que están enojadas, pero se desquitan.

 

Ira evitativa: A estas personas les resulta tan difícil lidiar con la ira que hacen todo lo posible para evitarla. Embotellan la ira. Intentan esconderse en sus «cuevas» cada vez que se sienten enojadas o cuando las personas que las rodean están enojadas. Dicen cosas como…

«No puedo lidiar con esto ahora».

«Hablemos de otra cosa y llevémonos bien».

«No puedo decir nada porque provocará una pelea».

«No es tan malo».

«Nada cambiará».

 

Asertiva: En este estilo, se maneja y comunica la ira de forma adecuada, de ser necesario. Es lo que cada individuo debería hacer al lidiar con la misma.

 

Es importante conocer los tipos de ira, pues así podremos estar conscientes de nuestro actuar y llevar a cabo las respectivas acciones que nos permitirán manejarla de la mejor manera para así no herirnos a nosotros mismos ni herir a las personas que nos rodean.

 

¿Te identificas con alguno de los tipos de ira? ¿Sientes que alguno de ellos define tu actuar? ¿Cómo podrías mejorar la forma en la que reaccionas cuando sientes ira por algún motivo? Comparte con nosotros tu respuesta en la sección de comentarios y así podremos enriquecer nuestra experiencia de tener mejores relaciones interpersonales con las personas que nos rodean y tener un mundo interior equilibrado. Que Dios te bendiga.

Protege a tus hijos en las redes sociales

Si tus hijos no pueden mantenerse alejados de su cuenta de Facebook, Instagram o Tik Tok, quizás necesitas ayuda. En el mundo globalizado en el que vivimos, todo se ha relacionado de una u otra forma con las redes sociales. Desde las comunicaciones y el entretenimiento, hasta incluso el trabajo. Parece no haber escapatoria, y, como es de esperarse, los más jóvenes son el principal público de muchas de ellas, por eso es fundamental proteger a tus hijos en las redes sociales.

¿No es para tanto? Es algo de jóvenes, ¿no? ¿Qué tanto mal les pueden hacer? De plantearte todas estas interrogantes, tendrás que entender que la adicción a las redes sociales no es algo positivo, ni normal, ni de poca preocupación.

Diversos estudios han comprobado que el uso compulsivo de los dispositivos con acceso a internet afecta el desarrollo del cerebro. Pero, algunos padres siguen en negación ante estas amenazas. Por eso, vale la pena hacer un repaso sobre todo lo que conlleva el no poder despegarse de un celular para un adolescente.

5 problemas que pueden tener tus hijos en las redes sociales

A pesar nos conectan, el uso excesivo de los hijos en las redes sociales es dañino. Esto es algo que se necesita resaltar especialmente al tratarse de personas que apenas comienzan sus vidas, y que son altamente influenciables. Estoy hablando de los niños y adolescentes, los cuales se verán afectados con 5 problemas que necesito que conozcas a continuación:

1. Alteración del sueño

Mientras más tiempo pase un adolescente frente a una pantalla, menor será la calidad de su sueño. Es un ciclo de nunca acabar, porque una noche de mal descanso es más que una mala noche de sueño; es un elemento que influye en cómo el cerebro procesa la información al siguiente día. Es también un factor que puede incrementar la irritabilidad en los jóvenes.

El poco control en los horarios del sueño hará desastres en las mentes de los adolescentes. Sobre todo, en aquellos que no aceptan los “no” por respuesta y harán hasta lo imposible por escabullirse para seguir teniendo acceso a sus dispositivos.

2. Descontrol del peso y obesidad

Aunque pareciera que viviésemos en un mundo de apariencias; casualmente las redes sociales, esas que publicitan cuerpos perfectos y hábitos saludables, en sí, no ayudan en este propósito a los consumidores habituales de una menor edad.

La razón es que nuestros hijos en las redes sociales suelen invertir su tiempo en este tipo de materiales mientras están inactivos. Sin moverse de sus camas o sillones, es fácil entender cómo un estilo de vida en el que falte el ejercicio de forma regular, haya comenzado.

3. Agresión y desensibilización al sufrimiento ajeno

Algunos retos y desafíos virales que se hacen tan populares en las redes sociales cada cierto tiempo, tienen un componente muy preocupante, y ese es la desensibilización al sufrimiento ajeno. Asimismo, se ha demostrado que los actos violentos son más propensos a  ser replicados al verse constantemente, al ser expuestos a ellos constantemente. Es otro de los peligros que deben ser considerados.

No estoy diciendo que el ver videos o jugar videojuegos violentos hará a cualquier joven cometer actos criminales; sino que, más bien, los hace propensos a considerar que las respuestas violentas son el estándar y lo que “se debe hacer”. Pero, como habrás de suponer, esto no es para nada así.

Entra en juego qué tan impresionables son los niños y adolescentes a estos contenidos; debido a que no todos los niños y adolescentes son sensibles en el mismo modo.

4. Problemas de atención

La capacidad de atención y la forma en la que los niños y adolescentes son capaces de retener información tiene también una relación directa con el uso excesivo de las redes sociales. El tiempo que pasan nuestros hijos en las redes sociales y frente a la pantalla puede decir mucho sobre qué tan rápido aprende tu hijo.

Puede que ya hayas notado lo mismo y que quieras cortar el problema de raíz. No obstante, no es así como se elimina esta clase de males, lamentablemente. Se necesitará más que regaños y castigos lejos del celular para hacer comprender a tu hijo(a) cuál es la realidad que está viviendo y, de igual manera,  cuánto daño se está haciendo con sus acciones.

5. Depresión, ansiedad y narcisismo

Jóvenes inconformes con sus cuerpos, su posición económica y con quiénes son. Esta es una regla que aplica a una gran población de adolescentes en las redes sociales. Se sigue el mismo patrón. La adolescencia es una edad muy sensible, en la que los estímulos equivocados podrán provocar daños permanentes.

La depresión, ansiedad y narcisismo podrán presentarse entonces. Una vez más, esa necesidad de compararse en las redes sociales no aporta más que inseguridades a los jóvenes. Algo que irá creciendo y creciendo en su interior hasta desembocar en la depresión o la ansiedad.

Vivimos en una cultura tóxica en donde el materialismo se ha apoderado de todo. Y en donde el narcisismo parece ser fomentado sin límite alguno.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?

Sé que es complicado enfrentarse al poder e influencia que las redes sociales tienen sobre nuestros hijos en este presente. Sin embargo, como un modo de ayudarte un poco a comprender mejor sus alcances y las estrategias adecuadas, te presento a “Las redes sociales y la batalla de los padres: Una guía práctica”, que como su nombre lo indica, trata de enseñarte cómo llevar a cabo esta misión.

En esta guía podrás conocer más a profundidad cómo las redes sociales han logrado calar en las mentes de los niños y adolescentes. Además de cómo su uso continuo afecta en el presente y afectará en el futuro la conducta de tus hijos.

Es una guía que pretende ser de ayuda igualmente para aprender cómo actuar ante las dificultades, y que dará muchas respuestas a esas preguntas que probablemente te estés haciendo en este momento.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo(a) a mejorar sus notas? ¿Cómo puedo acercarme a él/ella? ¿Puedo mantenerlo(a) vigilado(a) en sus redes sociales?

En esta guía se explorará sobre estos temas más a profundidad. La Guia digital se ofrecera gratis a partir del proximo viernes.

El Impacto del estrés en nuestra identidad

En 2019, la Organización Mundial de la Salud informó que se estima que una de cada cinco personas que experimentan conflictos o crisis tendrá depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, trastorno bipolar o esquizofrenia». Es muy probable que estas estadísticas aumenten con la crisis del Covid-19.

 

Los pastores están experimentando una gran cantidad de estrés y agotamiento, y algunos incluso están dejando el ministerio. La identidad pastoral es parte del problema. La lucha por aclarar la identidad crea un estrés que tiene consecuencias muy reales para la salud de los pastores y las iglesias a las que sirven.

 

Por ejemplo:

  • El 75% de los pastores informan estar «extremadamente estresados» o «muy estresados» (1)
  • El 90% trabaja entre 55 a 75 horas semanales (2)
  • El 90% se siente fatigado y agotado cada semana (1)
  • El 70% dice que están muy mal pagados (2)
  • El 40% informa tener un conflicto grave con un feligrés al menos una vez al mes (1)


El 91% ha experimentado alguna forma de agotamiento en el ministerio y el 18% dice que están «fritos en este momento» (7)

 

Según la Clínica Mayo, el agotamiento laboral es un tipo especial de estrés relacionado con el trabajo: un estado de agotamiento físico o emocional que también implica una sensación de reducción de logros y pérdida de identidad personal.

 

El agotamiento ocurre cuando tus resultados no cumplen tus expectativas durante un período de tiempo prolongado. Si crees que el agotamiento es un signo de debilidad, piénsalo de nuevo. Los síntomas de fatiga, agobio, insomnio, irritabilidad, ansiedad, tristeza y depresión son simplemente las alarmas de incendio que se activan en tu cuerpo y te dicen que las apagues antes de que te quemes. Para comprender este problema, es necesario saber cómo funciona el estrés.

 

El estrés es la forma que tiene el cuerpo de afrontar los acontecimientos que cambian o amenazan con cambiar el mundo que te rodea.

 

Robert M. Sapolsky, en su libro “Why Zebras Don’t Get Ulcers”, lo describe de esta manera: “Un estresor es cualquier cosa en el mundo exterior que  golpea y afecta el equilibrio homeostático, y la respuesta al estrés es lo que hace el cuerpo para restablecer la homeostasis”[1].

 

Utiliza el ejemplo de una cebra en las llanuras de África. Si la cebra cree que oye, ve o huele a un león, entonces su cuerpo entra en una reacción llamada respuesta al estrés, entra en modo de lucha o huida.

 

Lo primero que hace el cuerpo de la cebra es movilizar las funciones corporales que esta necesita para sobrevivir. Esto sucede cuando el hipotálamo, en el cerebro, envía sustancias químicas a todo el cuerpo para responder al factor estresante y las hormonas se liberan en la sangre.

 

La presión arterial aumenta de modo que, si la cebra tiene que correr, el cuerpo está listo para hacerlo; las reservas de energía del cuerpo se abren para que la cebra pueda seguir corriendo. Al mismo tiempo, hay una «inhibición de almacenamiento adicional» de nueva energía. En otras palabras, el cuerpo deja de hacer cualquier cosa que consuma mucha energía para que toda la energía esté disponible para escapar.

 

El proceso es el mismo cuando un pastor se siente estresado. Esto puede deberse a tener mucho trabajo, conflictos con un líder, una situación que no sabe cómo manejar o una relación familiar rota. Pero, lo interesante de todo esto es que el cerebro del pastor no distingue entre esos factores falsos que producen estrés o los verdaderos como los leones en el caso mencionado sobre las Cebras.

 

Las personas pueden estresarse por dos tipos de leones: externos e internos. Los factores de estrés externos son cosas que están fuera del control y la mente de la persona. Estos incluyen: un nuevo trabajo, problemas de salud, dolor, relaciones tensas, incertidumbre sobre el futuro, una persona que acosa o ataca, o incluso, por supuesto, leones reales. También puede incluir el estrés de otra persona, porque los seres humanos, así como las cebras, captan y reaccionan al estrés de los demás.

 

Los factores de estrés internos, por otro lado, provienen del interior de los pensamientos o acciones de la persona. Estos podrían incluir rasgos de personalidad destructivos, pensamientos y preocupaciones indisciplinados, sospechas, hábitos de alimentación y ejercicio poco saludables, incapacidad para decir «no», la necesidad de agradar a la gente o el perfeccionismo.

 

Estrés y agotamiento

 

Si el estrés es una hiper-atención y una respuesta a los factores estresantes en la vida de una persona, entonces el agotamiento es el efecto opuesto. El agotamiento es cuando el cuerpo y la mente ya no pueden responder a los factores estresantes. Las emociones y las respuestas al estrés de una persona se apagan. El agotamiento se describe a menudo en la literatura por sus diferencias con el estrés.

 

La investigadora Anne Jackson compara ambos de varias maneras. Si el estrés es estar demasiado comprometido, entonces el agotamiento es la desconexión.

 

El estrés afecta la energía física, mientras que el agotamiento afecta la motivación y el impulso.[2]

El estrés produce pérdida de combustible y energía, mientras que el agotamiento produce una pérdida de ideales y esperanza.

 

Es este agotamiento lo que lleva al pastor a desarrollar una crisis de identidad en la que esta es quebrantada y su corazón queda herido hasta perder las fuerzas. Es este agotamiento lo que te lleva a tener un vacío existencial y a preguntarte si vale la penar seguir luchando o tirar la toalla. Es este agotamiento el que te lleva a desconectarte emocionalmente de tu esposa o de tus hijos y perderlos. Es el que te lleva al uso de pornografía, al adulterio, falta de motivación y perdida de interés. El agotamiento físico produce una crisis de identidad en el pastor, resultando en una identidad quebrantada.

 

Síntomas de una identidad quebrantada

 

Si sufres una identidad quebrantada puedes:

  • Sentirte distraído y desmotivado hacia tu vida.
  • Experimentar una sensación de desorientación y falta de rumbo.
  • Desarrollar una perspectiva negativa de ti mismo, del mundo y de tu futuro.
  • Sentir angustia por no saber bien cuál es tu propósito vital.
  • Tener una sensación de insatisfacción generalizada, independientemente de cómo marchen las cosas en tu vida.
  • Tener dificultad para tomar decisiones debido a que no sabes lo que realmente deseas.
  • Tener inestabilidad o agotamiento emocional, como si no supieras qué quieres.
  • Temerle al futuro porque no logras visualizarlo claramente.
  • Sentirte incapaz de afrontar los cambios que están ocurriendo en tu vida.

 

Tal vez si tienes estos sintomas es hora de detenerte y tal vez buscar ayuda. Si necesitas hablar con un professional puedes llamarnos al 407 618 0212

[1] Robert M. Sapolsky, Why Zebras Don’t Get Ulcers: The Acclaimed Guide to Stress, Stress- Related Diseases, and Coping (New York: St. Martin’s Griffin, 2004), 6. Italics in original.

[2] Anne Jackson, Mad Church Disease: Overcoming the Burnout Epidemic (Grand Rapids, MI:

Zondervan, 2009), 95.

El Poder de la gracia para crecer en la intimidad

Además de lo que hemos aprendido en los posts anteriores, sobre lo importante que es la vulnerabilidad si queremos tener una relación íntima con Dios y con nuestro prójimo, hoy aprenderemos algo que es de vital importancia en nuestra relación con Dios: la gracia.

En la Biblia se menciona muchas veces lo importante que es la gracia divina en la vida del ser humano. Es el determinante en la relación entre Dios y la raza humana, es el regalo que Dios nos ha dado, la provisión que existe desde los albores del tiempo para la salvación de la raza humana.

Si miramos la historia de Adán y Eva, luego de que estos pecaron y rompieron la relación de amor, confianza y lealtad que se tenían mutuamente y que tenían con Dios, podemos ver que cuando Dios vio que ellos reconocieron su condición de desnudez y pecado, entonces salieron de su escondite dejando el miedo y haciéndose vulnerables, Él derramó gracia sobre ellos. Dios les quitó las vestimentas que habían confeccionado con hojas de higuera y les dio vestimentas nuevas hechas con la piel de un animal que había sido sacrificado para la ocasión.

Cuando te hagas vulnerable ante Dios y confieses tus pecados, Dios te aceptará tal y como eres, te llenará de su amor y compasión, y comenzarás a transitar el camino hacia una verdadera intimidad con el Creador.

Cuando te hagas vulnerable ante tus hijos y reconozcas que no tienes todas las repuestas y que no eres más santo que ellos, ellos te aceptarán tal cual eres y derramarán su gracia sobre ti.

Cuando te hagas vulnerable con tu cónyuge, él/ella te perdonará y te aceptará como eres porque estará lleno(a) de gracia y amor. Y entonces, experimentarán una verdadera intimidad.

Cuando te hagas vulnerable con tu hermano(a) de la iglesia y reconozcas tus errores y aceptes que no eres mejor que él/ella, la gracia de ese hermano te llenará y ambos(as) disfrutarán de una relación de intimidad.

El secreto para volver a disfrutar de la intimidad es ser vulnerable ante Dios y tu prójimo, aceptar la gracia que se te ofrece y crecer en intimidad.

Yo nací en Cuba. Mi experiencia al llegar a este país, con el idioma y la escuela, no fue fácil. Luego, cuando comencé a trabajar como Pastor, continuaban los desafíos. Tenía capas protectoras para que nadie me hiriera. No traía a nadie a mi casa para que no vieran mis defectos. Trataba de mantener la imagen perfecta de un pastor. Pero, la solución no estaba en esta forma de actuar. La solución está en permitirnos ser vulnerables y así poder crecer en intimidad.

¿Quieres crecer en intimidad? Entonces te desafío a que busques intimidad en las cuatro dimensiones de la vida: en la dimensión espiritual, comparte tu experiencia y crecimiento espiritual con tu esposa, con tus hijos, con un amigo; en la dimensión intelectual, comparte tus ideas de la vida y escucha a tu esposo(a) e hijos, además de compartir sus ideas también, aprende a aceptar ideas de otras personas aunque no estés de acuerdo con ellas pues al hacerlo y aprobarlas son dos cosas completamente diferentes.  Aceptar significa darle la libertad a una persona de pensar de la forma que quiera pensar.

Por otro lado, aprobar quiere decir estar de acuerdo con la conclusión de esa idea. En tercer lugar, en la dimensión emocional, conéctate emocionalmente con otra persona, ofrece amor, respeto y apreciación. En la dimensión de la intimidad física, toma tiempo para expresar a través de caricias y expresiones físicas el amor y la pasión que sientes por tu esposo(a).

El camino a la intimidad es el camino de regreso al amor. Nuestra intimidad nunca alcanzará la intimidad que tenían Adán y Eva antes del pecado, pero si te garantizo que a través de Cristo y la realidad de la gracia podremos experimentar una medida de intimidad desconocida para los que no son cristianos. Nuestros errores pasados pueden cubrirse, no por ropas y escudos que hayamos creado nosotros para protegernos de volver a experimentar lo mismo, sino por la ropa que Dios nos ha confeccionado, el manto de justicia de Cristo.

De la misma forma como Dios sacrificó a un animal para vestir a Adán y a Eva, Cristo fue sacrificado por nuestro beneficio, para que hoy podamos vestirnos con el manto de justicia y pudiéramos cubrir nuestra vergüenza por la gracia de Jesucristo.

¡El amor de Dios por ti es tan grande que Él quiere derramar en ti su gracia! Para que así puedas dejar de sentir esa vergüenza que te impide tener una relación íntima con Él y con tu prójimo. ¡Verás que esto cambiará tu vida! ¿Has sentido alguna vez la paz que la gracia de Dios provee? Cuéntanos tu experiencia en la sección de comentarios. Dios te bendiga

Creciendo en intimidad

Continuando con la semejanza entre la construcción de una casa y la construcción de un matrimonio, ahora aplicándolo en la intimidad, habíamos dicho que las tres partes principales son: los cimientos, las paredes y el techo.

 

En el post anterior mencionamos la importancia de tener un buen cimiento tanto para la casa como el matrimonio, con buenos materiales (el cemento siendo comparado con el amor), profundos, y anclados a un buen piso de roca. En el caso del matrimonio, esa roca es Cristo Jesús.

 

Hablemos entonces ahora de las paredes de la casa, las paredes de ese matrimonio que desea ser fuerte, resistir los avatares del clima, las tormentas, las dificultades.

 

Paredes tiene relación con la idea de límites, y, para mí, la pared de un matrimonio es la intimidad. Y no me estoy refiriendo a la intimidad sexual, porque en realidad la intimidad tiene varias dimensiones. Dichas dimensiones no siempre se entienden en el matrimonio y si esto sucede es causa de muchos problemas.

 

 

Dios vive en intimidad

Vayamos a la Biblia.

 

Mi Dios vive en intimidad. La intimidad surge en la mente de Dios. Todo está interconectado entre sí. No hay nada creado que viva de forma independiente. Toda la creación esta interconectada. El hombre depende de las plantas, de los astros creados, del agua. Todo lo creado vive en intimidad.

 

Cuando Dios creó a Adán y le dio su primera responsabilidad que fue ponerle nombre a los animales creados, al final Dios dijo: no es bueno que el hombre esté solo. ¿Crees que a Dios se le había olvidado que Adán no tenía pareja? No, Dios es Omnisapiente. No se había olvidado de nada.

 

Dios quería demostrar la importancia de este punto que yo estoy exponiendo en este momento. Y, este punto es la intimidad. Adán había sido creado para vivir en intimidad con una persona similar a él y mientras estuviese solo no podría reflejar la imagen relacional de Dios, porque Dios vive en intimidad; es un Dios relacional. Muchas veces Jesús se refirió al Padre diciendo “mi Padre y yo somos uno”.

 

Este concepto se ve reflejado más adelante cuando Dios dice, “dejará el hombre a su padre ya su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne”. Allí está hablando de dejar una relación familiar para formar una intimidad marital. Serán una sola carne. La expresión máxima de intimidad, especialmente en el área de la sexualidad.

 

Este texto demuestra la intimidad plena que Dios desea que sus criaturas alcancen en el matrimonio. La intimidad que tenías cuando estabas en tu familia de origen no era plena, tenía límites. Pero, cuando contraes matrimonio, esa intimidad se convierte en plena cuando se consume el matrimonio en el acto sexual. Esta es una de las razones por las cuales Dios aboga por las relaciones sexuales en el contexto del matrimonio. La intimidad plena es el proceso que nos permite hacernos vulnerables para ser conocidos y conocer a la persona que amamos. No puede haber intimidad plena cuando no existe compromiso, confianza y seguridad.

 

Adán y Eva estaban desnudos y no se avergonzaban. Esta desnudez demuestra la dimensión de la intimidad: Intimidad emocional, sexual, intelectual física, y espiritual.

 

Intimidad es equivalente a vulnerabilidad, y esta a su vez, a transparencia.

 

El cerebro y la intimidad

Vayamos a la ciencia, pues nuestros mentes y cuerpos se rigen por procesos que la ciencia cada vez comprende más y arroja más luz sobre los mismos.

 

Dios ha colocado un órgano para nuestra intimidad regular. Ese órgano es el cerebro. Dios ha colocado en nuestro cerebro un sistema de apego para nuestras conexiones emocionales regulares con otros seres humanos. Este sistema de apego es como el termostato o la alarma de la relación.

 

La función del termostato es mantener el cuarto a una temperatura agradable. Si la temperatura del cuarto sube o baja más allá de lo establecido, él se activa. Esta metáfora me ayuda a ilustrar el sistema de apego en el ser humano. Cuando tú percibes una desconexión emocional, este sistema de apego se activa.

 

¿Por qué se activa el sistema de apego cuando experimentamos distanciamiento emocional con otra persona? Porque la conexión emocional es tan importante para el ser humano como lo es la comida.

 

El psicólogo Abraham Maslow hizo un aporte al entendimiento de la necesidad de seguridad emocional en su tabla jerárquica de necesidades.

 

La primera necesidad que presenta Maswlow es la necesidad fisiológica. Necesitamos agua, oxígeno y comida para sobrevivir.

 

La segunda necesidad tiene que ver con la seguridad. Necesitamos sentirnos seguros. Después de las necesidades fisiológicas, la más importante es la necesidad de seguridad. Hemos sido creados para vivir dentro de su marco. Cuando esta seguridad se ve amenazada, nuestro sistema nervioso se encarga de responder a esa amenaza como parte de nuestro sistema de supervivencia.

 

La tercera necesidad es la necesidad de amor y pertenencia. Hemos sido creados para recibir y dar amor. Cuando esta necesidad no es satisfecha se altera el ciclo de vida del ser humano y trae serios problemas desde la infancia hasta la tumba, porque Dios nos creó para que podamos sobrevivir solo cuando tenemos nuestras necesidades fisiológicas, de seguridad, amor y pertenencia satisfechas.

 

Lo que ocurre cuando perdemos la intimidad

 

Cuando el ser humano experimenta desconexión de otro ser humano, el sistema de apego del cerebro interpreta esta señal como una amenaza y activa un mecanismo de defensa para no perder esa conexión emocional.

 

El psicólogo clínico Edward Tronick hizo un experimento llamado el Experimento del “Rostro quieto”. En este experimento, la madre se sienta con un niño de aproximadamente un año de edad y se comunican haciéndose cariños sensibles. El niño señala diferentes cosas que están a su alrededor cuando la madre interactúa con él. Se les ve trabajando en coordinar sus emociones y las intenciones. El bebé está acostumbrado a este apego seguro de su madre.

 

Y entonces pedimos a la madre que no responda. El bebé inmediatamente se da cuenta. Y utiliza todas sus habilidades para volver a la madre. Le sonríe y le señala cosas, mirando hacia ellas. El bebé pone ambas manos delante de ella y se pregunta, ¿qué pasa? Hace un sonido estridente a la madre. Como diciendo, ¡vamos! Incluso en los dos minutos en los que no está teniendo la reacción normal, reacciona negativamente, se gira, siente el estrés de la situación, pierde el control debido a lo que está experimentando. Se siente abandonado emocionalmente.

 

Esto es lo mismo que ocurre en los niños cuando las necesidades de seguridad, amor y pertenencia no son satisfechas.

 

Lo mismo ocurre en las relaciones maritales entre esposos y en las relaciones de padres e hijos. Nosotros no lloramos, pero sí hacemos otras cosas para llamar la atención de la pareja, de que estamos perdiendo esa conexión emocional.

 

La Dra. Sue Johnson nos dice lo siguiente cuando habla sobre este tema:

 

“Cuando nuestras parejas se muestran emocionalmente distantes o no responden, nos vemos abandonados, solos e indefensos. Nos asaltan emociones tales como la rabia, la tristeza, el dolor, pero por encima del miedo.

 

El miedo es el sistema de defensa incorporado en nuestro organismo. Se enciende cada vez que nuestra supervivencia se ve amenazada. En este caso, perder la conexión con nuestro ser amado pone en peligro nuestra sensación de seguridad. La amígdala del cerebro es el lugar en donde se dispara esta alarma. Entonces, no pesamos, actuamos porque somos secuestrados por la amígdala.

 

La rabia, las críticas, las exigencias, son en realidad gritos a tu pareja, llamadas para conmover su corazón, para recuperar emocionalmente a su compañero y restaurar una sensación de conexión segura.”

 

Nuestro cuerpo está hecho para: luchar, huir o paralizarse ante cualquier amenaza . Así es la biología del ser humano y de los mamíferos. Y esto es lo mismo que ocurre cuando sentimos miedo de perder la conexión emocional con nuestro ser querido.

 

Algunos luchan protestando, otros luchan huyendo ante la amenaza, esos son los esposos(as) que desarrollan una actitud evasiva. Otros, simplemente se paralizan, no hacen nada ante la amenaza. Pero, aquellos que tienen un apego seguro, ven la amenaza, pero no pierden el control porque confían en ellos mismos y en su ser querido.

 

Te estarás preguntando ahora, entonces ¿Cómo se construyen las paredes de la intimidad en el matrimonio?

 

Se construyen manteniendo la conexión emocional y la intimidad.

 

Entonces, ¿Cómo se mantiene la conexión emocional? Llenando el tanque de amor de tu pareja. – Garry Chapman, haciendo depósitos en tu banco emocional, manteniendo una perspectiva positiva en tu matrimonio.

 

¿Quieres saber qué significa llenar el tanque de amor de tu pareja?, ¿hacer depósitos en el banco emocional? Te invito entonces a que lea nuestro próximo post, en el que responderemos estas y otras preguntas para que podamos construir matrimonios con paredes sólidas que resistan las vicisitudes de esta vida. Dios te bendiga.

Todo es cuestión de actitud.

Muchas veces hemos escuchado la frase “todo es cuestión de actitud”, pero ¿sabemos qué quiere decir? ¿Sabemos qué implica y qué significa realmente?

 

Comencemos por definir qué es actitud.  Se define como el efecto del conjunto de creencias y valores relativamente estables a lo largo del tiempo en la disposición o tendencia a actuar de determinada manera o acometer algún tipo de acción. Se trata de un aspecto determinante a la hora de llevar a cabo una acción y el tipo de emoción que genera dicha actividad o manera de interactuar ante una situación o estímulo concretos.

 

Además, la actitud del individuo se desarrolla y depende del entorno en la que esta se desarrolla, e incluso, puede llegar a depender de patrones hereditarios, biológicos, y con el refuerzo negativo o positivo que realice la persona ante determinado estímulo.

 

Entonces, el enfoque que tengamos sobre cualquier situación que se nos presente en la vida dependerá de los conceptos y formación de base que se han desarrollado a lo largo de nuestra vida, basados en las experiencias que hayamos vivido y los factores internos y externos que nos lleven a percibir dicha situación de una u otra manera. Por lo tanto, nuestro actuar ante dicha situación dependerá de la actitud con la que decidamos enfrentarla.

 

Los resultados y perspectivas que obtendremos serán reflejo de las acciones que tomemos motivados por las actitudes manifiestas en medio de la buenaventura o la adversidad.

 

A veces, la forma en la que uno mira la vida y se enfrenta a lo que esta le depara marca la diferencia entre la felicidad o la desdicha, entre la satisfacción o la frustración. Porque a veces, lo que nos pasa o, al menos, cómo lo percibimos, es una cuestión de actitud. 

 

Muchas personas han adoptado a lo largo de su vida una mirada muy pesimista y no encuentran salida a ese hecho que les afecta. De esta forma, evitan asumir la responsabilidad ante los acontecimientos que la vida les presenta.

 

Estas personas, generalmente, ponen toda la responsabilidad de sus “desgracias” fuera de su órbita de acción. Es lo que se denomina locus de control externo. Siempre es el otro el responsable o “culpable” de toda situación negativa en su vida. Frases como “eres el/la culpable de todos mis problemas” son comunes entre estas personas.

 

El otro grupo es el que ve la vida con más optimismoSaben que las circunstancias que ésta les trae son desafíos para crecer. Por ello, viven menos estresados, suelen parecer más felices y estar más sonrientes. Son los que saben que la vida no es amenazante en sí misma, sino que lo que la hace “buena” o “mala” es una cuestión de actitud. De ahí que se tomen la libertad de elegir cómo enfrentarla. Por lo tanto, aquí es en donde aplica la frase “todo es cuestión de actitud”. Nosotros decidimos cómo enfrentar los acontecimientos y situaciones. Los resultados dependerán del enfoque que tengamos, en el que manifestemos la actitud que tomamos.

 

Muy poco se habla de José. Todo sermón que se predica alrededor de esta época decembrina es sobre María, el niño Jesús, los reyes magos y los pastores. Pero, es interesante la actitud de José en toda esta trama del nacimiento de Jesús.

 

Él estaba preparándose para su boda con su prometida María, coordinando los invitados, el pastor que los casaría, el lugar de la recepción. En realidad, José estaba muy ocupado cuando un día ve que María llega llorando sin saber qué decir. Después de él pedirle que le dijera que le pasaba, ella le dice: “estoy embarazada, voy a tener un bebé”.  Lo primero que le vino a la mente a José fue: “no es mío, ¿de quién será?” ¿Cuál habría sido tu reacción en una noticia como esa? Tal vez habrías maldecido a María, o lamentado el día en el que la conociste. Pero no, José tuvo una actitud diferente. Él era un hombre justo, íntegro y fiel a Dios. No juzgó, ni sacó sus propias conclusiones sobre el asunto, sino que simplemente decidió proteger a María porque la amaba y lo mejor que podía hacer era separarse de ella sin que nadie lo notara. Y ya cuando se disponía  a llevar a cabo su plan, el ángel del Señor se le acercó y le explicó todo lo que estaba pasando con María. Allí, José entendió el propósito que Dios tenía para él, para su vida. La actitud que decidió tomar ante esta situación marcó la diferencia entre huir o tener un rol tan importante en la historia del mundo, al criar al Salvador, quien vino a habitar en su hogar.

 

¿Cuál es tu actitud ante los desafíos que tienes en tu vida? ¿Tienes la fe de José, quien no dudó del mensaje del ángel de Jehová y tuvo un rol importante en la historia del mundo? ¿Hay situaciones en tu vida que pudieron resultar diferentes si tu actitud hubiese sido otra al enfrentarlas? ¿Crees que la actitud que tomas ante las situaciones influye en cómo estas resultan en tu vida? Comparte con nosotros tu opinión y tus experiencias en la sección de comentarios y cuéntanos tu punto de vista. Dios te bendiga.

6 pasos para combatir el estrés en la pandemia

Nadie se imaginó que a estas alturas todavía estaríamos hablando del coronavirus y el estrés que este ha producido. Lo que llegó y se pensó que pasaría rápidamente, ha llegado para quedarse, llevándose consigo a más de 200.000 personas hasta ahora; y se espera que esta cifra aumente con la llegada del invierno. Al final, hemos perdido de vista lo que es “normal”. Y, para rematar, nuestra preocupación ahora, de acuerdo con lo dicho por Faucci,  es la probabilidad de  que no regresaremos a lo normal hasta el año 2022.

En medio de toda esta pandemia, entonces, cabe la pregunta, ¿qué hacen las personas que están sobreviviendo a esta crisis? La respuesta es simple y compleja al mismo tiempo. Una de las cosas que hacen es aprender a manejar el estrés producido por la pandemia.

¿Qué es el estrés? Es un sentimiento de tensión física o emocional. El mismo puede provenir de experiencias externas o internas que hagan sentir a una persona frustrada, furiosa o aun nerviosa. Dios en su sabiduría nos creó de una forma tan magistral en la que nuestro cuerpo está diseñado para reaccionar ante cualquier desafío o demanda, y, esto ocurre a través del estrés. Es decir, el estrés es algo positivo en nuestro cuerpo porque nos permite evitar peligros o cumplir con asignaciones importantes que tenemos en la vida.

El estrés en sí no es malo. La Asociación Americana de Psicología lo compara con la tensión de la cuerda de un violín. Si hay muy poca tensión, el sonido será apagado y desafinado; si hay demasiada, será estridente o la cuerda se romperá. Además comenta: “El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo”.

El estrés agudo es el estrés positivo que experimentamos. Es el estrés a corto plazo que desaparece rápidamente. La reacción más conocida al estrés agudo es la de “lucha o fuga” que surge cuando percibes una amenaza. En estas situaciones, tu reacción permite que tu cerebro segregue hormonas (por ejemplo, cortisol y adrenalina) que permiten que el pulso y la respiración se aceleren, los músculos se tensen y el cerebro consuma más oxígeno y aumente su actividad. El propósito de este tipo de estrés es ayudarte en tu supervivencia. Puedes sentirlo cuando tienes que entregar una asignación en una fecha específica, cuando frenas porque un carro se te atravesó en el medio de tu vía, o cuando un perro te empezó a perseguir. Este tipo de estrés ayuda a controlar situaciones peligrosas.

Pero, el problema es cuando el estrés dura mucho tiempo y se convierte en un estrés crónico. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses es crónico. Lo peligroso de todo este proceso es que el cuerpo se acostumbra a él y no se da cuenta del estrés tóxico que está experimentando. El cuerpo produce un nivel más elevado de hormonas del estrés y no tiene tiempo de recuperarse. Estas hormonas se acumulan en la sangre y causan graves problemas de salud.

El estrés crónico afecta el sistema digestivo produciendo dolor de estómago, debido a que este se vacía más lentamente después de la comida, además de que puede llegar a producir gastritis e incluso úlceras; Afecta el peso de la persona, a veces derivando en obesidad porque el nivel de apetito aumenta y esto contribuye al aumento de peso; El sistema inmunitario también se ve afectado porque el estrés lo debilita y entonces se está más propenso a sufrir resfriados y otras infecciones; El sistema nervioso también sufre con el estrés crónico, produciendo ansiedad, depresión, pérdida de sueño y falta de interés en actividades físicas. Y, también, afecta el sistema cardiovascular, llegando a producir aumento en la presión sanguínea, frecuencia cardiaca y grasa en la sangre, lo cual produce graves problemas cardiovasculares.

Ahora, ¿por qué en esta semana he decidido hablar sobre el tema del estrés? Porque 4 de cada 5 personas dicen tener estrés producto de la pandemia. El temor, la ansiedad con respecto a esta y lo que podría suceder producen en las personas mucha incertidumbre y pueden resultar abrumadores y generar emociones fuertes tanto en adultos como en niños. Las medidas de aislamiento que se han tomado para controlar la pandemia hacen que muchas personas se sientan aisladas y en soledad, y es posible que aumenten también el estrés y la ansiedad debido a estos factores.

¿Cómo sabes si estás experimentando estrés crónico ante la pandemia? Generalmente, el estrés crónico se manifiesta de varias maneras: enfermedades del aparato digestivo, enfermedades cutáneas y problemas cardíacos, sentimientos de inseguridad y  de indefensión aprendida. También producen insomnio, ansiedad, depresión, fatiga emocional, e incluso abuso de alcohol y/o sustancias tóxicas.

Un nuevo estudio hecho por la psicóloga clínica Emily Kroska en la Universidad de Iowa presenta cómo las personas pueden reducir el estrés durante el coronavirus. El estudio se llamó: Flexibilidad psicológica en el contexto del Covid-19, y fue publicado en el Journal Contextual Behavioral Science. El estudio descubrió que aquellas personas que evaluaron sus emociones como tristeza, ansiedad, miedo, soledad y otras similares, y luego gestionaron esas emociones con acciones concientizadas, tal como llamar a un amigo, o familiar, reportaron tener un nivel más bajo de estrés en comparación con aquellos que no quisieron evaluar las emociones que experimentaron.

Los pasos a seguir para poder lidiar y superar los sentimientos y emociones negativas que podemos estar sintiendo debido a la situación actual son:

Paso 1: Busca comunicarte con Dios. Es lo más importante, lo que más debemos buscar al comenzar nuestro día. Un día encomendado a Dios, será un día diferente, tendrás una perspectiva más positiva en la que sentirás la compañía y apoyo de Dios. Él es la fuente del amor y de la comprensión y sabrá entender todo por lo que estás pasando. Él será tu roca de apoyo.

Paso 2: Normaliza tu rutina diaria. Es recomendable y muy importante tener buenos hábitos y rutinas en estos momentos. Trata de dormir la cantidad de horas suficientes, come sano y de forma regular y trata de conservar el orden e higiene en tu hogar. Esto te ayudará a sentirte mejor y en un ambiente de mejor calidad. Aunque no lo creamos, cuando estamos enfrentando estrés, solemos descuidar aun las cosas más básicas, ten en cuenta que ellas son la base de la supervivencia.Paso 3: Consiéntete con pequeñas atenciones para ti mismo(a): Cosas tan sencillas como comer lo que te gusta, bañarte a la temperatura que más te agrada, escuchar tu canción favorita, conversar con tus amigos. Dedica aunque sea unos 15 o 20 minutos a una de estas actividades y verás que obtendrás maravillosos resultados.

Paso 4: No leas todas las noticias que publican. Aprende a filtrar la información excesiva. Es bueno estar informado, pero no es bueno saturarse con noticias pesimistas y cargadas de sucesos que agobian. Aprovecha y toma un tiempo para caminar, respirar aire freso, jugar con tus hijos, y cuando leas noticias, léelas de fuentes fidedignas.

Paso 5: Busca ayuda profesional si así lo necesitas. Así como ocurre con los demás órganos, también ocurre con el cerebro: él se cansa, se enferma, se desestabiliza. Si sientes que lo que está sucediendo con la pandemia sobrepasa las herramientas emocionales con las que cuentas para enfrentar y superar las situaciones de estrés, no dudes en buscar ayuda profesional. Los profesionales de la salud mental están totalmente entrenados y capacitados para brindar a las personas el apoyo, herramientas y técnicas necesarias para seguir adelante. Verás que tu salud mental y física mejorará de forma significativa.

Paso 6: Ayuda a otros. Te contaré brevemente una historia que me llamó la atención.

Nieng, que vive en Camboya, ha sufrido varias tragedias en su vida. En 1974 fue herida por una bomba que estalló en un aeropuerto. Un año después murieron sus dos hijos, su madre y su esposo. En el 2000 perdió su casa y otras posesiones en un incendio, y tres años más tarde perdió a su segundo esposo. Llegó hasta el punto de pensar en quitarse la vida.

Afortunadamente, Nieng encontró una manera de hacerle frente a su situación. Examinó la Biblia, y lo que aprendió le ayudó tanto que quiso compartirlo con otros. Su historia confirma los hallazgos de un estudio hecho por investigadores británicos en el 2008: para resistir el estrés hay que “hacer cosas por los demás”. Y este es un consejo que se escribió hace mucho en la Biblia (Hechos 20:35).

Nieng también se refugió en la esperanza de un futuro mejor, en el cual todos los problemas de la humanidad serán eliminados y la paz llenará la Tierra (Salmo 72:7, 8).

Nieng encontró la forma de enfrentar sus situaciones y salir adelante. Tú también puedes hacer lo mismo. Con Dios por delante, nada es imposible. Podremos enfrentar todas las situaciones difíciles, incluso esta pandemia.

Amigo(a) que lees este blog hoy. Te recomiendo seguir estos pasos para que puedas seguir adelante ante esta situación que hoy en día enfrentamos. ¿Conoces alguna otra forma de enfrentar y seguir adelante, ante situaciones como la que vivimos hoy en día?

 

 

 

Creencias falsas que influencian tu vida sexual

Si un buen acto sexual no es algo innato sino aprendido, entonces, ¿cómo los mensajes o enseñanzas que mis padres o comunidad me dieron sobre el sexo están influyendo en mi vida sexual?

Seamos honestos por un segundo. La vida sexual de una persona es el resultado de mensajes positivos o negativos que ha recibido a través de su experiencia con relación al sexo. La forma como se habló sobre el sexo en su familia de origen. Los conceptos e ideas que aprendió en su iglesia o comunidad son las fibras que definen su vida sexual.

¿Te gustaría aprender un poquito sobre la raíz de muchos de los mitos y preconceptos que hoy se presentan en nuestro medio acerca del sexo? Recordemos un poco de historia sobre la ética sexual que se vive hoy en día. Todo comenzó al principio de los primeros siglos. Recordemos que del siglo II al V los padres de la iglesia se enfrentaron a movimientos religiosos y especialmente filosóficos que mantenían la concepción dualista en la que el espíritu era lo bueno y la materia lo malo, ambos incompatibles.

Veamos algunas de estas ideas filosóficas que han influido en muchos de los conceptos tergiversados sobre la concepción de la vida sexual hoy en día.

Los gnósticos consideraban al cuerpo como fruto del mal, fuente de impureza para el alma. Ellos creían que lo material había sido creado no por Dios, sino por demonios llamados demiurgos. Por eso, para los gnósticos casarse o tener relaciones sexuales era algo terrible, algo demoníaco.

Los encratitas afirmaban que el cristiano debía vivir como un asceta, alejado del mundo y sus placeres.

Los novacianos sostuvieron el principio de la abstinencia sexual como un estilo de vida superior.

El maniqueísmo consideraba que las personas se podían casar, pero debían abstenerse totalmente de las relaciones sexuales procreativas, ya que sería dar nuevamente a luz a un ser prisionero.

Los estoicos decían que los sentimientos o las pasiones, el pathos, eran los peores enemigos del hombre. Un estoico decía: “no hagas nada por puro placer”. Por eso, consideraban el acto sexual sin sentido.

Los priscianistas rechazan el matrimonio a ultranza por la relación corporal y placentera.

En el siglo IV el cristianismo es aceptado por el Imperio Romano y se mezclan todas estas creencias sobre la vida sexual con el cristianismo. Entonces, comenzaron a hablar de la virginidad como vida cristiana superior con respecto a quienes mantenían prácticas sexuales. En esta época, la mutilación voluntaria estaba de moda y muchos se castraban literalizando el pasaje escrito por Mateo. La única finalidad de la sexualidad era la procreación.

En la Edad Media, en el catolicismo, aparecen los “manuales penitenciales” que mostraban las penitencias respectivas por cometer actos sexuales. Por ejemplo, a los matrimonios estériles se les imponía la abstinencia, el placer sexual era implícitamente considerado como pecado. Esto se ve en los registros de la historia, ya que, durante determinadas fechas, se prohibían las relaciones sexuales: los domingos y ciertas fiestas por ser tiempos sagrados.

En el puritanismo, por allá por los siglos XVI y XVII, se continuóa hablando del hombre como corrupto por el pecado y el instinto sexual como algo pecaminoso. El matrimonio era solo para tener hijos, no para el placer sexual.

En la Edad moderna (siglos XV al XIX), aparecen los manuales morales que distinguen los pecados sexuales conforme a conceptos como natura y contra natura. Los pecados conforme a contra natura eran la masturbación, homosexualidad, bestialismo, y sodomía. Los pecados conforme a natura eran la fornicación, el adulterio, el incesto y la violación, porque estos mantenían la posibilidad de la procreación y eran más graves.

No es difícil de entender de dónde el Dr. Kellog adquirió su posición sobre la sexualidad y cómo él mismo influyó muchos conceptos que han marcado nuestra historia. Él decía: “El sexo es la causa de los problemas del cuerpo o de la mayoría de las enfermedades.” El Dr. Kellog nunca tuvo relaciones sexuales en el matrimonio, él se administraba enemas diariamente.

Tristemente, después de este periodo surge la revolución sexual. La revolución se fue al otro lado del péndulo. Esto no es de extrañar, pues Satanás lleva a las personas a un extremo o al otro. Los extremos siempre son peligrosos. Y, los podemos ver en los resultados de la ética sexual que se vive hoy en día.

Esta es la razón por la cual muchas personas no disfrutan de un acto sexual saludable, por las creencias que han marcado su aprendizaje sobre lo que es la sexualidad. Algunos de los mitos que aún siguen en nuestros círculos son los siguientes:

Hablar de sexualidad es pecado. Todavía hay muchos que creen que no se debe hablar de sexo porque es algo sucio. Algunos aún dicen, “si quieren hablar de estos temas está bien, pero vayan un poco lejos, fuera de la iglesia”. Muchos creen que la plenitud del Espíritu llega hasta la cintura porque de allí para abajo están las partes sucias y pecaminosas.

El deseo sexual es igual al deseo carnal. Esto es un pensamiento dualista. Se considera al hombre como un ser dual con una parte buena, espiritual y otra carnal, mala. Este es el mito que limita a muchas personas a disfrutar del placer sexual y conocer cómo su cuerpo responde ante el placer.

La sexualidad es natural e instintiva y no requiere aprendizaje. Este mito está relacionado con el tema de ayer. Para muchos es más fácil creer en este mito que desaprender todos esos preconceptos que han cegado su visión con relación a la sexualidad. Y, esta es la razón por la cual sus vidas sexuales no reflejan el plan de Dios para sus matrimonios.

Tengo que parar. Continuamos luego. Pero, antes de terminar quiero que dialoguemos sobre este tema. ¿Cómo los preconceptos limitados que traes de tu infancia están influyendo en tu vida sexual hoy? ¿Te atreves a compartir ese mito en el cual has creído, que realmente se ha convertido en una barrera para alcanzar ese placer sexual que Dios quiere que disfrutes en tu relación matrimonial? ¿Cuáles son esos mensajes/mitos que le estamos trasmitiendo a las futuras generaciones, que los está castrando para que no disfruten del regalo de Dios, el sexo? Comparte tu opinión. La valoro mucho.

 

 

 

Test de Inteligencia Emocional para Padres

Hablemos de la Inteligencia Emocional en los padres. La inteligencia emocional (IE), según apunta el Dr. Goleman, es la capacidad de una persona para manejar una serie de habilidades y actitudes. Entre las habilidades emocionales se incluyen la conciencia de uno mismo; la capacidad para identificar, expresar y controlar los sentimientos; la habilidad de controlar los impulsos y posponer la gratificación así como la capacidad de manejar la tensión y la ansiedad.

“El termino inteligencia emocional se refier a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demas, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demas y con nosotros mismos. (Salovey, P. 1990)

“La inteligencia emocional es, en pocas palabras, el uso inteligente de las emociones: de forma intencional, hacemos que nuestras emociones trabajen para nosotros utilizandolas con el fin de que nos ayuden a guiar nuestro comportamiento y a pensar de manera que mejoren nuestros resultados…” (Weisinger, H. 1998)

“Inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender y aplicar eficazmente el poder y la augdeza de las emocioens como fuente de energia humana, información, conexión en influencia.” (Coooper, R. K; Sawaf, A, 1999)


Qué es lo usted ya está haciendo para criar a un niño emocionalmente inteligente y que cosas nuevas puede hacer. 

Sugerencia: Vaya marcando en una hoja sus respuestas positivas o negativas, y coteje la cantidad de acuerdos con las respuestas correctas sugeridas por un experto.

1. ¿Le oculta usted los problemas graves a su hijo?
Sí —– No

2. ¿Discute usted abiertamente sus errores?
Sí —– No

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3. ¿ Mira a su hijo más de doce horas de TV semanales?
Sí —– No

4. ¿Tiene usted una computadora en su hogar?
Sí —– No

5. ¿Se considera usted una persona optimista?
Sí —– No

6. ¿ Ayuda usted a su hijo a cultivar amistades?
Sí —– No

7. ¿Controla usted el contenido violento de los programas de TV y los videojuegos de su hijo?
Sí —– No

8. ¿Pasa usted 15 minutos por día o más con su hijo en juegos o actividades no estructurados?
Sí —– No

9. ¿Tiene usted formas claras y coherentes de disciplinar a su hijo y de hacer respetar las normas?
Sí —– No

10. ¿Participa usted en forma regular en actividades de servicio a la comunidad con su hijo?
Sí —– No

11. ¿Es usted veraz y sincero con su hijo, incluso con respecto a temas dolorosos como una enfermedad o la pérdida de un empleo?
Sí —– No

12. ¿Le enseña usted a su hijo a relajarse como una forma de enfrentar el estrés, el dolor o la ansiedad?
Sí —– No

13. ¿Interviene usted cuando su hijo experimenta dificultades para resolver un problema?
Sí —– No

14. ¿Celebran reuniones familiares regulares?
Sí —– No

15. ¿Insiste usted en que su hijo siempre exhiba buenos modales con los demás?
Sí —– No

16. ¿Se toma usted tiempo para enseñarles a su hijos a percibir el aspecto humorístico de la vida cotidiana, inclusive sus problemas?
Sí —– No

17. ¿Es usted flexible con los hábitos de estudio y la necesidad de organización de su hijo?
Sí —– No

18. ¿Alienta usted a su hijo a seguir tratando aun cuando se queje de que algo es demasiado difícil o inclusive cuando fracasa?
Sí —– No

19.¿ Insiste usted en que su hijo mantenga una dieta saludable y un ejercicio diario?
Sí —– No

20. ¿Confronta usted a su hijo cuando sabe que no dice la verdad aún en una cuestión menor?
Sí —– No

21. ¿Respeta usted la intimidad de su hijo, aun cuando sospecha que está haciendo algo perjudicial para sí mismo y para los demás?
Sí —– No

22. ¿ Deja usted que el profesor de su hijo maneje problemas de motivación en la escuela sin su participación?
Sí —– No

23. ¿ Cree usted que debería ser más tolerante con los problemas de sus hijos porque usted tiene los mismos o similares?
Sí —– No

24. ¿Deja usted tranquilo a su hijo si no quiere hablar algo que lo irrita o que lo perturba?
Sí —– No

25. ¿Cree usted que todo problema tiene una solución?
Sí —– No

RESPUESTAS SUGERIDAS:

1. No. La mayoría de los psicólogos piensan que los padres no deberían ocultar los problemas graves a sus hijos más pequeños. Los niños son mucho más flexibles de lo que se piensa y se benefician con explicaciones realistas de los problemas.

2. Sí. Para volverse realistas en su pensamiento y sus expectativas, los niños deben aprender a aceptar tanto los atributos positivos como los defectos de sus padres

3. No. El niño promedio mira en realidad 24 horas de televisión semanales, y esto es demasiado. Esta actividad pasiva hace muy poco para promover las capacidades en I.E. Los programas violentos de TV son particularmente problemáticos para los niños que tienen dificultades para controlar su ira.

4. Si. Hace un tiempo se creía que las computadoras y los juegos para computadora ejercían una influencia perjudicial sobre el desarrollo social del niño, pero parece ser que lo opuesto es la verdad. Los niños (y los adultos) están encontrando nuevas maneras de utilizar la computación y los servicios on line (Internet), que en realidad aumentan las capacidades del C.E.

5. Si. Los estudios muestran que los niños que son optimistas son más felices, tienen más éxito en la escuela y son realmente más saludables desde el punto de vista físico. La forma fundamental en que sus hijos desarrollan una actitud optimista o pesimista es observándolo y escuchándolo a usted. 

6. Sí. Los investigadores en el campo del desarrollo infantil creen que tener un «mejor amigo», particularmente entre los 9 y los 12 años constituye un hito de desarrollo crítico en el aprendizaje para tener relaciones íntimas. La enseñanza de las capacidades para cultivar amistades debería comenzar apenas su hijo comienza a caminar.

7. Sí. Aunque no existe una prueba clara de que mirar programas violentos de televisión o jugar con videojuegos violentos conduzca a los niños a la agresividad, si puede decirse que los desensibiliza en cuanto a los sentimientos y las preocupaciones de los demás.

8. Sí, lamentablemente, los padres de hoy pasan cada vez menos tiempo con sus hijos. Dedicar un tiempo determinado para jugar con los niños más pequeños y en actividades no estructuradas con los hijos mayores, mejora su imagen propia y su confianza en sí mismos.

9. Sí. Los padres autorizados podrían prevenir un número significativo de problemas experimentados actualmente por los niños. Ser padres en forma autorizada combina el estímulo con la disciplina coherente y apropiada. Muchos expertos creen que los padres totalmente permisivos son la causa de un número creciente de problemas de la niñez, incluyendo la conducta provocativa y antisocial.

10. Sí. Los niños aprenden a preocuparse por los demás haciendo, no simplemente hablando. Las actividades de servicio la comunidad también les enseñan a los niños muchas capacidades sociales y los ayudan a mantenerse alejados de los inconvenientes.

11. Sí. Muchos padres para proteger a sus hijos del estrés, de preservar la inocencia de su niñez, pero en realidad esto produce más daño que bien. Los niños que no han aprendido a enfrentar efectivamente el estrés se tornan vulnerables a problemas más graves cuando crecen, en particular en sus relaciones.

12. Sí. Usted puede enseñarles formas de relajación incluso a los niños de 4 o 5 años. Esto no los ayudará a enfrentar los problemas inmediatos, pero puede ayudarlos a vivir más tiempo y de manera más saludable. 

13. No. Surge de las investigaciones, que los niños pueden resolver problemas mucho antes de los que solía pensarse. Cuando sus hijos aprenden a resolver sus propios problemas, adquieren confianza en sí mismos y aprenden capacidades sociales importantes.

14. Sí. Los niños utilizan los modelos como la forma individual más importante para aprender capacidades emocionales y sociales. Las reuniones familiares son una forma ideal de enseñarles a resolver problemas y a funcionar en grupo.

15. Sí. Los buenos modales son fáciles de enseñar y extremadamente importantes para la escuela y el éxito social.

16. Sí. Un número creciente de estudios muestran que el sentido del humor no sólo constituye una capacidad social importante, sino que representa también una factor significativo para la salud mental y física de un niño.

17. No. Es necesario ser flexible en muchos aspectos, pero no en cuanto en cuanto a los hábitos de estudio y las capacidades e trabajo. para tener éxito en la escuela y más tarde en el trabajo, sus hijos necesitan aprender autodisciplina, manejo del tiempo y capacidades de organización.

18. Sí. Uno de los ingredientes más importantes para convertirse en un gran realizador es la capacidad de superar la frustración y mantener un esfuerzo persistente frente al fracaso. En general, los padres no les exigen un esfuerzo suficiente a sus hijos.

19. Sí. Además de los beneficios físicos obvios de una buena dieta y del ejercicio, un estilo de vida saludable desempeña un papel importante en la bioquímica del cerebro en desarrollo de su hijo.

20. Sí. La comprensión de la sinceridad se modifica en los niños a medida que crecen, pero en el marco familiar, se debería poner siempre el acento en el hecho de ser veraces. 

21. No. Cuando uno educa a los niños, la intimidad y la confianza van de la mano. A cualquier edad, los niños deberían comprender la diferencia entre lo que puede mantenerse privado y lo que usted debe saber.

22. No. La motivación empieza por casa. Cuanto más participen los padres en la educación de sus hijos, tanto más probabilidades tendrán los niños de tener éxito. 

23. No. No resulta sorprendente que los niños tengan a menudo los mismos problemas que sus padres. Si usted está luchando contra temas serios como la depresión o el mal carácter, debería buscar formas de cambiar tanto su propio comportamiento como el de su hijo. 

24. No. A muy pocos niños les gusta hablar de lo que los perturba, pero desde la perspectiva de la inteligencia emocional, usted debería alentar a sus hijos para que hablen de sus sentimientos. Hablar de los problemas y utilizar palabras para los sentimientos puede cambiar la forma en que el cerebro de un niños se desarrolla, formando vínculos entre la parte emocional y la parte pensante del cerebro. 

25. Sí. Se les puede enseñar a los niños, así como a los adolescentes y adultos, a buscar soluciones en lugar de dilatar los problemas. Esta forma positiva de ver el mundo puede mejorar la confianza en sí mismo y las relaciones de su hijo. 


Extraído del libro «La Inteligencia Emocional de los niños» de Lawrence Shapiro

Cinco consejos para ayudar a tus hijos a manejar la ansiedad.

Este blog es una continuación del blog anterior de como ayudar a los niños a manejar su ansiedad en medio de la pandemia. Si los adultos sienten sobre sus hombros la presión del estrés y la ansiedad, ¿te imaginas lo que están experimentando nuestros hijos? Este blog presenta 5 consejos para bendecir a tus hijos en medio de la crisis.

Modela la tolerancia de tu estrés en la pandemia del Covid-19

Como padres tenemos la responsabilidad de ser los modelos a seguir para nuestros hijos y no solo a través de la interacción directa con ellos. La interacción indirecta  de los padres o sus ejemplos de cómo manejan sus emociones, o experimentan el mundo exterior, influye enormemente en el desarrollo de la personalidad y de las habilidades sociales de los hijos.

Modela en la vida de tus hijos la forma como pones en práctica las estrategias que te enseñamos en los artículos anteriores. Estrategias tales como: la respiración diafragmática, la cual es tan importante para conectarnos con la neuro corteza del cerebro encargada de nuestras decisiones. Puedes modelar en tus hijos cómo manejar el estrés a través de la técnica de la caja de la ansiedad que aprendimos en el artículo anterior. Puedes, incluso, invitar a tus hijos a que te ayuden en el proyecto de preparar dicha caja. La forma en la que manejes tu estrés influirá en la respuesta que tu hijo(a) le dará a la crisis que está viviendo hoy en día.

Explica tu ansiedad

Aceptar el hecho de que somos humanos y estamos llenos de limitaciones e imperfecciones nos hace grandes. Nuestros hijos necesitan ver esa realidad que muchas veces tratamos de esconder de ellos. Muchos padres esconden de sus hijos su fragilidad humana y es por eso que los hijos crecen sin saber cómo expresar sus emociones en tiempos de crisis. Por ejemplo, si en un momento perdiste el control y le gritaste a tu hijo(a) porque estabas preocupado(a) o ansioso(a), más tarde, te puedes acercar a él o ella y reconocer tu error en el manejo de tu emoción, y, procesar esa experiencia juntos(as) tomando responsabilidad por la forma en la que expresaste tus emociones. Al final, puedes dialogar con tus hijos sobre algunas formas más efectivas para lidiar con tus emociones en el futuro.  Hablar con tus hijos sobre tus emociones de esta manera, le da permiso a tus hijos para experimentar estrés y ansiedad. Y, además, les deja saber que es posible manejarlos.

Ten un plan de acción en contra de tu ansiedad

Si sabes que una situación en particular te produce estrés, tú puedes planear con anticipación cómo lograr manejar esta situación de una forma más funcional para no tener que lamentar más tarde el no haber manejado la situación estresante de una forma más efectiva.

Por ejemplo, si el encerramiento te produce estrés y ansiedad porque no estás acostumbrado(a) a estar tanto tiempo encerrado(a) en casa, y, notas cómo al final del día no tienes paciencia con tus hijos ni contigo mismo(a), puedes planear ciertas actividades alrededor de tu casa con tus hijos. De esta forma, serás proactivo(a) e intencional en la forma como manejas tu estrés y modelas la inteligencia emocional en tus hijos.

Encuentra un grupo de apoyo

Trata de encontrar un grupo de apoyo para padres. Tratar de ser padres en estos momentos críticos no es nada fácil. Los grupos de apoyos han probado ser muy efectivos en tratamientos terapéuticos y autoayuda. Muchas iglesias tienen estos grupos de apoyo para la comunidad. También puedes encontrarlos en internet. O tal vez, puedes crear un grupo de apoyo que se reúne a través de Zoom.

Enseña cómo confiar en Dios en momentos difíciles.

El último consejo es el más importante de todos. Tu relación con Dios es el ejemplo más contundente que le puedes dar a tus hijos. La forma en la que manejas tu estrés y ansiedad al lado de Dios no tiene precio para el crecimiento emocional y espiritual de tus hijos. Por lo tanto, toma tiempo todos los días para orar y estudiar la Biblia con ellos. Háblales de cómo los hombres y mujeres de Dios manejaron su estrés en momentos difíciles y cómo la Palabra de Dios hoy te da aliento y esperanza sobre el futuro.

Todos tenemos momentos en los que sobre-reaccionamos, especialmente cuando estamos bajo mucho estrés. Pero, la buena noticia es que nosotros somos más resilientes de lo que nos imaginamos. No podemos cambiar cómo hemos reaccionado en el pasado, pero sí podemos cambiar cómo reaccionaremos en el futuro delante de nuestros hijos. Podemos cambiar la forma en la que estamos manifestando nuestras emociones. Nunca es tarde para crecer en tu inteligencia emocional y ayudar a tus hijos a crecer. El cerebro de tu hijo(a) es plástico y en el momento en el que comiences a regular tus emociones de una forma más efectiva, el cerebro de tu hijo(a) reflejará ese cambio que tú estás haciendo. Que tu deseo hoy sea dejar que Jehová edifique tu casa y te ayude a ser un ejemplo para tus hijos en tiempos de crisis.