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¿El acto sexual es innato o aprendido?

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Hablar del acto sexual en algunos círculos religiosos es un tema que es controversial e incomoda a muchos. No es difícil entender el porqué de estas reacciones teniendo en cuenta que el sexo es un regalo de Dios. Alguien dijo que cuando Adán y Eva se unieron en matrimonio, el regalo que Dios les dio a los recién casados fue el sexo. La Biblia presenta al sexo como una de las bendiciones más grandes que ha recibido el ser humano. Es por eso que Satanás ha hecho todo lo posible por tergiversar esa bendición divina. Hoy me quiero aventurar a tocar un tema que pudiera traer alegría a muchos e incomodar a otros. Pero, no hay nada por qué preocuparse cuando la verdad alumbra nuestro entendimiento. 

Entonces, comienzo con una pregunta: ¿es el acto sexual algo innato o algo aprendido? Como puedes ver es una pregunta compleja y que ha producido muchos debates. Tratemos de aprender juntos. 

Dios nos creó como seres sexuales. Nacimos con la capacidad innata de experimentar placer sexual. Nuestros genes, las hormonas, la figura corporal, genitales y nuestra forma de reproducción demuestran la intencionalidad de Dios de que nuestra sexualidad estuviera dirigida al establecimiento de intimidad amorosa, placer sexual y reproducción. 

El sexo es un instinto para el ser humano. Un instinto es algo innato, natural, parte de nuestro cuerpo. Basándonos en esta definición podemos decir también que el ser humano tiene varios instintos diferentes. El instinto de tener sed, hambre, seguridad, pertenencia y otros más. Todos estos instintos son parte de la supervivencia humana. Al igual que lo es el sexo.

Lo interesante de esto es que estos instintos naturales o innatos son susceptibles a la ansiedad y pueden ser alterados, anulados o manipulados por nuestros pensamientos, emociones o motivaciones competitivas. Por ejemplo, el instinto de comer es influenciado por las experiencias, pensamientos y emociones y es la razón por la cual muchas personas tienen desórdenes en el comer. Lo mismo podemos decir del instinto de seguridad y protección. Ese instinto puede ser alterado por el estrés y la ansiedad que esté experimentando una persona; desembocando en desórdenes de ansiedad. 

¿Qué podemos decir entonces del sexo? Si el acto sexual fuera algo simplemente natural, que no se aprende, se desarrolla, posiblemente yo no habría necesitado estudiar para ser un terapeuta matrimonial, porque las personas nunca habrían tenido problemas con el “instinto sexual.” El tener un acto sexual habría sido tan natural para nosotros como lo es el respirar o comer. Lo haríamos aun sin pensar. 

Esto es una realidad para los animales, pero no para los seres humanos que tienen un cerebro para pensar y procesar sus experiencias. ¡Qué lindo es pensar que los hombres tendrían problemas de erección solo producto de enfermedades como la diabetes y no por problemas psicológicos! Y para las mujeres, nunca tendrían problemas con su libido bajo, el orgasmo y su preocupación de cómo afectarían estas condiciones a sus relaciones. 

Entonces, podemos llegar a la conclusión de que mientras el instinto sexual es parte de nuestra naturaleza humana por ser seres sexuales, esto no significa que ese instinto viene también con un conocimiento integrado en sus genes sobre el sexo, y qué pensar sobre el sexo. Es por eso que podemos concluir que el acto sexual es algo que se aprende. Este argumento es contrario al argumento presentado por Máster y Johnson. Ellos basaron su reconocido estudio pionero de la sexualidad en un modelo biológico. El acto sexual es más que un modelo biológico. Es tan complejo que cruza las fronteras de la biología e integra todas las dimensiones del ser humano. 

Tiefer, en su libro El sexo no es un acto natural (Sex is Not a Natural Act), usa la analogía de aprender a montar bicicleta con aprender a tener un buen acto sexual. A pesar de que tenemos de una forma natural todo lo que necesitamos para montar bicicleta, necesitamos también instrucción, orientación y ayuda para disfrutar de hacerlo. Lo mismo ocurre con el acto sexual. 

Aprendemos a gozar de un buen acto sexual con nuestro cónyuge a través del aprendizaje. Para un buen acto sexual debemos aprender a dar y recibir placer. Esto no es un asunto de una sola vía, como muchos creen, que la mujer existe para darle placer al hombre. Aprendemos a tener un buen acto sexual descubriendo el poder del tacto humano para expresar amor y afecto. 

El acto sexual depende también de conocer los estados de ánimo, reacciones y deseos de nuestro cónyuge. Aprendiendo del cuerpo del otro. Aprendiendo durante años; no simplemente días, semanas o meses. Aprendiendo como verdaderos compañeros a lo largo de muchas temporadas; no sólo como recién casados. Aprendiendo a dar y recibir comentarios. Aprendiendo a ser sexualmente vulnerables. Estoy convencido de que nadie nace sabiendo cómo tener buen sexo. Nadie. Esto se aprende.

Hemos invertido mucho tiempo en preparar al ser humano para que tenga funciones a su máxima capacidad como adulto enseñándole sobre lectura, matemática, buenos modales, manejar un auto, desarrollar habilidades para su carrera y llevarse bien con otras personas. Pero, ¿por qué no hemos invertido la misma energía para ayudar al ser humano a aprender a tener un acto sexual que cumpla con el plan original de Dios? Oh, yo sé lo que estás pensando. De esto no se puede hablar en nuestras iglesias porque es un tema privado. ¿Cuándo fue la última vez que en tu iglesia se habló sobre este tema? Entiendo que sea un tema privado pero no quiere decir que se viva en ignorancia sobre el mismo. 

Preguntémonos, ¿a dónde acuden nuestros jóvenes a prender sobre el acto sexual? Hay un gran vacío intelectual en esta área. Y, nuestros jóvenes aprenden sobre el sexo en la escuela, con sus amigos, en la televisión, pero, sobre todo, tristemente usando pornografía o novelas románticas. Michael Castleman, en su libro Buen sexo (Great Sex), compara que aprender sobre sexo mirando pornografía es igual a aprender a manejar mirando películas de acción con autos corriendo a gran velocidad. Las películas de acción son muy entretenidas, pero al final de la película tú sabes que no es la forma como manejamos en la vida real. 

¿Qué opinas de mi argumento? ¿Estás de acuerdo conmigo? Si no lo estás, está bien. Comparte tu criterio. ¿Cómo pudiéramos concientizar a nuestra sociedad sobre la necesidad de aprender cómo tener un buen acto sexual?


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