La ansiedad en medio de la pandemia

[vc_row][vc_column][vc_column_text] La pandemia que enfrentamos hoy en día ha llevado a algunos a desarrollar un estado de ansiedad, lo que puede ser muy peligroso para su salud física, espiritual y emocional.

La muerte caminaba hacia una ciudad una mañana y un hombre preguntó: «¿Qué vas a hacer?» «Voy a matar a 100 personas», respondió la muerte. «¡Esto es horrible!», dijo el hombre. «Así son las cosas», dijo la muerte. «Eso es lo que hago». El hombre se apresuró a advertir a todos los que pueden sobre el plan de la Muerte. Al caer la tarde, se encontró con la Muerte nuevamente.

«Me dijiste que te ibas a llevar a 100 personas», dijo el hombre. «¿Por qué aparecieron 1000?» «Yo cumplí mi palabra», respondió la muerte; «Solo mate a 100 personas. La ansiedad mató a los otros 900.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es la enfermedad mental más común en los Estados Unidos, surgiódo 40 millones de adultos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental. Esto equivale al 18% de la población de este país. Pero, lo más triste de este asunto es que solo un tercio de esos que luchan con la ansiedad recibida tratamiento. En este blog quiero hablarte sobre este tema, el cual es muy relevante en los momentos en los que vivimos.

En nuestro último episodio empezamos a estudiar la experiencia de Jesús con sus discípulos cuando Él les dio la orden de que cruzaran a la otra orilla y se levantó una gran tempestad (Marcos 4:35-40.) Los discípulos pensaron que iban a perecer y llamaron al Maestro diciendo: ¿Maestro, no te preocupa que vamos a perecer? Por el otro lado, vemos a un Jesús que mientras sus discípulos estaban ansiosos porque parecían perecer tragados por las olas oscuras de la tempestad, Él dormía en medio de la tormenta.

Vemos a un grupo ansioso porque tiene miedo de que va a morir ya Jesús tranquilo porque su Padre Celestial estaba al control.

¿Pecaron los discípulos de Jesús al sentir ansiedad en medio de la tormenta? Es una pregunta muy compleja. Tratemos de descifrarla preguntándonos qué es la ansiedad.

¿Es pecado sentir ansiedad?

La ansiedad es parte del sistema de respuesta natural del cuerpo humano ante cualquier amenaza verdadera o falsa que experimentamos. Cuando tu mente percibe que está en peligro, manda una serie de señales a tu cuerpo y como resultado hay una respuesta ante el estrés.

El estrés es la respuesta a una amenaza externa cuando experimenta una crisis, un trabajo que tiene que terminar, o la amenaza de un futuro incierto. Por otro lado, la ansiedad es la reacción a ese estrés que se está experimentando. Su origen es interno.

Los niveles bajos de ansiedad que manifiesta el cuerpo normalmente se encuentran en un extremo del espectro y pueden mostrar como niveles bajos de miedo, aprensión, sensaciones leves de presión muscular, sudoración, falta de aire, o tal vez duda sobre la capacidad de completar una tarea. Estos síntomas de niveles normales de ansiedad no interfieren con tu funcionamiento diario.

Por el contrario, estos niveles normales de ansiedad nos ayudan a funcionar con mayor eficacia, ya que producen una mayor motivación y atención al estrés que tenemos de antemano.

Expertos como Jennifer Fee, llamen la atención a ver la ansiedad como un mensajero. Ella dice que la ansiedad es ese mensajero que te dice lo que es importante para ti. Trata de comunicarte tus necesidades para que puedas atenderlas correctamente. Si matas al mensajero no vas a recibir el mensaje.

Los trastornos de la ansiedad en la pandemia

Cuando no ves la ansiedad como un mensajero, la ansiedad puede alcanzar niveles clínicos. Los niveles clínicos o destructivos de ansiedad están en el otro extremo del espectro y aumentan lo suficiente como para disminuir rápidamente su rendimiento y causar deterioro físico y emocional.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por una preocupación severa y persistente que es excesiva a la situación que se experimenta. Estos síntomas causan angustia, empeoran el funcionamiento diario y ocurren por un período significativo.

La línea que divide los niveles destructivos y constructivos de ansiedad es muy fina y muchas veces no la distingue y es aquí donde tiene problemas.

Te presento algunos ejemplos: la ansiedad destructiva paraliza, la constructiva motiva; La destructiva reduce tu creatividad, la constructiva la aumenta; La destructiva produce inquietud ansiosa, la constructiva un enfoque tranquilo; Una atenta de controlar el futuro y la otra atenta de mejorar el futuro; Una teme por lo peor, la otra tiene esperanza en lo mejor; Una distrae la mente de lo que es importante, y la otra direcciona la mente a lo que es importante.

No es difícil de entender que, en el caso de los discípulos con Jesús ante la tormenta en el lago, manifestaron una ansiedad destructiva al tener una inquietud ansiosa, pensando que perecerían.

Por otro lado, Jesús manifestó una ansiedad constructiva. Sería bueno preguntarnos, ¿Qué mensaje les trataría de dar la ansiedad que experimentaron los discípulos en medio de la tormenta? Tal vez ellos necesiten entender su necesidad de depender más de Jesús y menos de sus fuerzas. Sus ansiedades demuestran que a pesar de que estaban cerca de Jesús, no confían en Él para resolver su crisis.

La ansiedad es una reacción natural

Entonces, podemos concluir diciendo que la ansiedad en sí misma no es pecado porque es una reacción natural ante el estrés. Estar ansioso se convierte en un pecado cuando deja de ser constructivo y se convierte en destructivo, y comienzas a desesperarte recurriendo a tus habilidades humanas para enfrentar tu estrés. Es por eso que Jesús en Mateo 6:25 les dijo a sus discípulos “por nada estéis ansiosos”.

Como cristianos estamos llamados a no vivir en un estado de ansiedad y simplemente ver la ansiedad como un mensajero que nos quiere ayudar a ver lo que es importante en nuestras vidas.

Debo aclarar también que muchas personas padecen trastornos de ansiedad producto de experiencias traumáticas que han vivido y para ellos la ansiedad es un problema patológico.

En estos casos, el decir que esta persona está pecando por vivir en un estado de ansiedad generalizada no es correcto. Para estas personas el tratar de manejar la parte cognitiva de su mente no es algo simple y necesitan terapia y muchas veces hasta medicamentos.

Cinco consejos para manejar la ansiedad en medio de la pandemia.

Quiero dejarte cinco consejos para manejar tu ansiedad en medio de la pandemia.

Mira tu ansiedad como un mensajero no como tu enemigo : Tu ansiedad es tu reacción natural ante el estrés . No compañeros al mensajero. Ante el estrés de la vida, la ansiedad es ese mensajero que te dice lo que es importante para ti. Trata de comunicarte con tus necesidades para que puedas atenderlas.

Por ejemplo, tal vez en medio de la pandemia te sientes ansioso y el mensaje que te está dando tu ansiedad es que debes confiar más en Dios y menos en tus fuerzas. O tal vez la fuente de esa ansiedad es un trauma emocional que aun no ha resuelto en tu vida y debes atender.

Desarrolla una relación con Dios y practica la meditación cristiana. Dios tiene una promesa para cada situación estresante que podrías estar experimentando en tu vida. Él además te dice que no te va a sobrevenir un estrés que no puedas manejar. Conéctate con Dios y tómate el tiempo para meditar en sus promesas.

Elimina la charla interna negativa . Lo que tú te dices a ti mismo determina tu realidad y cómo vas a vivir ante esa realidad. Guarda tu mente de pensamientos tóxicos para que puedas manejar tu ansiedad de una forma más efectiva. Los pensamientos son como semillas que sembramos en el jardín de la mente. Proponte pensar en todo aquello que glorifica a Dios.

Practica ejercicios de relajamiento para reducir tu ansiedad en la pandemia . Uno de esos ejercicios es la respiracion diafragmática . Puedes hacer entre 5 y 10 inspiraciones y expiraciones abdominales, de forma lenta y profunda desde el diafragma. Toma aire por la nariz y expúlsalo por la boca, y céntrate en vaciar completamente los pulmones antes de inspirar de nuevo.

Otro ejercicio que puedes hacer para manejar tu ansiedad es caminar por lo menos 30-45 minutos todos los días.

Duerme lo suficiente . Fija un horario estable para ir a la cama y para despertarte. Si por alguna razón excepcional (por ejemplo, el fin de semana), te trasnochas más de lo previsto, no te levantes al día siguiente excesivamente tarde. De esta forma, aunque pasarás sueño durante ese día, no alterarás el ciclo del sueño al que tu organismo está acostumbrado y podrás funcionar con normalidad durante el resto de la semana.

Hoy te invito a confiar en un Dios poderoso que cuida de ti y si Él está permitiendo que pases por esta pandemia, Él tiene todo bajo control, y esta crisis llegará a su fin un día no muy lejano. Es hora de que te preguntes qué está revelando tu ansiedad sobre lo que es importante en tu vida. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Es hora de crecer en tu autoestima

Es hora de crecer en tu autoestima. No puedes amar a alguien sin primero amarte a ti mismo. La forma como te miras a ti mismo determina la forma como miras a los demas.

Permite ilustrarlo con una historia biblica.

Mefiboset, hijo de Jonathan y nieto de Saúl, pertenecía a la familia real de Israel. Tenía un privilegio que no tenía otro niño, ser un principe de Israel. Él tenía cinco años de edad cuando su abuelo y su padre murieron mientras el pueblo de Israel se enfrentaba a los Filisteos.

Cuando en esas batallas el rey moría, la familia real tenía que huir porque el ejército enemigo iba a buscar a todos los descendientes del rey para matarlos, y así eliminar de al heredero del reino.

Un soldado llegó a la casa de Jonathan en Jezreel y anunció que Saúl y Jonathan habían muerto en batalla. Cuando la nodriza de Mefiboset escuchó ese mensaje, solo pudo hacer algo: tomar al niño, que para aquel entonces tenía cinco años y salir huyendo hacia la montaña. Pero algo terrible ocurrió.  Mientras ella corría con el niño por unos pedregales, este se le cayó.  En aquellos tiempos no exitía el adelanto científico que existe en nuestro tiempo. Por causa de esa caída, Mefiboseth, el nieto de Saúl, el que podía haber llegado a ser rey de Israel, ahora estaba lisiado, paralizado de las dos piernas. Él dependía que de alguien lo cargara, y solo podía caminar con dos muletas que habían hecho para él.  El error de su nodriza de dejarlo caer había transformado su vida real en una vida de maldición.

El niño lisiado fue a parar en Lodebar, donde creció e hizo su vida como paralítico. Lodebar es el lugar en donde vivían los que en vez de ser príncipes, eran mendigos. Mefiboset creció en el olvido.

Cierta noche, el rey David no podía conciliar el sueño y mandó a buscar a uno de sus ayudantes y le dijo: «¿Queda aún alguno de la casa de Saúl, al cual yo pueda hacer misericordia por amor a mi amigo Jonathan? El ayudante no sabía si quedaba alguno, pero dijo conocer a Ziba, siervo de Saúl. Entonces, trajeron a Siba a la presencia del rey. Este le preguntó a Siba: “¿queda alguien de la casa de Saúl a quien yo pueda hacer misericordia por amor a mi amigo Jonathan?” Siba le dijo al rey: “sí, queda alguien, su nombre es Mefiboset. Entonces el rey le dijo: bueno, díganle que venga al palacio. Siba le respondió al rey: no rey, éste no puede venir por sí mismo, porque está lisiado de ambos pies, necesita ser cargado, así como fue llevado a Lodebar.

El rey le dijo a Ziba que tomara su carruaje real y que fuera a buscar a Mefiboset. Siba trajo entonces a Mefiboset al palacio y cuando este se encuentra con el rey David, le dice  inclinándose:  ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? Mefiboset se sentía sin valor propio debido a su pasado, su limitación física, y creencias limitantes.

David le devolvió todo lo que pertenecía a Saúl, su abuelo, y además, un lugar en su palacio por amor a su padre Jonathan.

“Toda persona sana posee una autoestima sobre la base de tres componentes que confluyen entre sí: cómo piensas, cómo se sientes, y cómo actúas”

Mefiboset pensaba como un mendigo, se sentía como un perro y actuaba como un paralitico sin esperanza. Producto de su condición mental tenia deficiencias en su autoestima.

Tal vez te preguntas, ¿Qué es la autoestima? “La autoestima es la manera como te percibes a ti mismo. Se trata de la parte emocional de tu mente, valora lo más íntimo de tu ser, es decir, tu valía como persona” “Mantener en tu mente que eres diferente y único” es algo que te puede permite apagar la voz interna que resuena y que lleva a compararte con los demás casi todo el tiempo.

Es triste reconocer que el 85% de la población del mundo sufre de problemas de autoestima.[3] Esto es una epidemia. Lo mas difícil de entender de esta realidad es que no puedes amar a los demás a menos que primero aprendas a amarte a ti mismo. El mismo mecanismo que usas en tu cerebro para amar a ti mismo, es el mismo mecanismo que usas para amar a los demás. Toma la decisión de comenzar a amarte a ti mismo para que puedas experimentar una relación saludable con los que te rodean.

 

[3] Rubnio, Joe. Restore Your Magnificence: A Life-Changing Guide to Reclaiming Your Self-Esteem. Vision Works Pub.

 

Tus creencias limitantes detiene tu progreso emocional

Tus creencias limitantes detiene tu progreso en esta vida. Veamos este concepto aplicado al pueblo de Israel. Los hombres Israelitas que salieron de Egipto nacieron en esclavitud producto de las generaciones anteriores que habían estado en esclavitud por 400 años. ¿Te puedes imaginar el guion de vida que tenían los israelitas cuando salieron de Egipto? ¿Las creencias limitantes que le impidieron alcanzar el sueño de entrar a la tierra prometida?

Cuando los doce espías regresaron de inspeccionar la tierra prometida, diez de ellos reflejaron en sus comentarios el guion de vida que cargaban en sus subconscientes. Sus creencias limitantes los llevaron a decir: no podemos conquistar la tierra prometida, no lo vamos a lograr. Somos esclavos, no tenemos valor, no somos importantes. Lucimos como saltamontes al lado de los gigantes cananeos. Todo esto es un reflejo de un guion de vida cargado con una baja autoestima. El resultado ustedes lo conocen. Las creencias limitantes de toda esa generación de hombres que salieron de Egipto los llevaron a un auto sabotaje que resultó en el final de sus vidas en el desierto cuando estaban a solo pasos de alcanzar sus sueños.

Por otro lado, Josué y Caleb demostraron que ellos habían crecido emocionalmente y habían reescrito su guion de vida. El guion de estos dos hombres fue reescrito con creencias empoderadas. Ellos habían visto la mano de Dios guiando sus pasos. Creyeron en sus promesas y prestaron atención a la Palabra de Dios. Aunque habían nacido en esclavitud ellos decidieron no dejar que su pasado decidiera su destino y se levantaron para reescribir su guion de vida rechazando las creencias limitantes con las que habían nacido y sustituyéndolas con la verdad de Dios que les decía esta tierra es de ustedes. Hoy tu te puedes levantar y reescribir tu guion de vida con la ayuda del Espíritu Santo. El llamado es a tener la mente de Cristo. Tu lo puedes lograr porque todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Fil. 4:13

 

No tienes porque vivir el guion de vida de tus padres

No tienes porque vivir el guion de vida de tus padres. Atrévete a descubrir el guion de tu vida y reescríbelo para que puedas ser tu mismo y alcanzar tu potencial.

Alguna vez te has preguntado ¿por qué siempre te van mal las cosas?  ¿por qué no eres feliz? o ¿por qué te cuesta tanto conseguir el sueño que tienes para tu vida? ¿Por qué a pesar de que te llamas cristiano te encuentras estancado repitiendo los mismos comportamientos malsanos que experimentaste cuando conociste el evangelio? Si eres de los que se preguntan constantemente cuál es la diferencia entre aquellos que sí logran lo que se proponen y aquellos que no, este tema te va a interesar.

El pueblo de Israel experimentó lo mismo que muchas veces experimentamos nosotros. Salieron libres de Egipto por la mano poderosa de Dios. Tenían la presencia de Dios con ellos en todo momento. Vieron milagros impresionantes a través de su travesía, pero a pesar de todo eso, toda una generación de hombres, con excepción de Josué y Caleb quedaron sepultados en el desierto.

El argumento que hemos estado desarrollando en el libro “Amar se Aprende” es que el pueblo de Israel no creció emocionalmente. El crecimiento emocional y espiritual debe ser intencional y ambos deben ir de la mano. No puedes crecer espiritualmente si no creces emocionalmente. El ser humano tiene tres dimensiones: espiritual, física y emocional. Las tres deben estar integradas y balanceadas. Si yo me preocupo por la dimensión espiritual y física, y descuido la dimensión emocional, no tendré un balance en mi vida. Y el resultado será que no podré crecer para alcanzar madures.

Todo esto toma aún más relevancia cuando consideramos el proceso de desarrollo cognitivo de la mente humana. Dios me trajo a la existencia a través de la relación intima de mis padres, quienes debieron ser mi ejemplo de cómo interpretar el mundo que me rodeaba. En otras palabras, mis padres tenían la responsabilidad de ser los primeros maestros en mi crecimiento emocional.

Los primeros siete años de mi vida fueron claves en este proceso, porque en este período yo fui formando mi guion de vida.  En ese guion de vida estaba plasmado toda la dinámica emocional, comando, ordenes, creencias limitantes o empoderadas que recibí de mis padres. Es por eso, por lo que un guion es un plan de vida que contiene lo más significativo de lo que le va a suceder a una persona. No se trata de un destino determinado por los dioses, sino que tiene su origen en los comienzos de la vida, en la infancia, en las tempranas decisiones que toma un niño para adaptarse y sobrevivir en su entorno y que quedan instaladas como un programa que conduce a la persona en el futuro y de manera inconsciente, salvo que ésta decida tomar consciencia de las creencias y decisiones inconscientes que gobiernan.

Ese guion de vida es parte de tu subconsciente que domina tu vida y el problema está, en que lo que te dices a ti mismo, determina la forma en que percibes la realidad y cómo actúas ante ella. Las creencias limitantes plasmadas en nuestro guion de vida no nos permiten a nosotros alcanzar todo el potencial. Las creencias limitantes son una percepción de la realidad que te impide progresar, crecer, tomar decisiones alineadas contigo o alcanzar tu potencial.

 

Sanamos cuando aprendemos a expresar el amor ágape

Un rico viudo japonés decidió retirarse de la ciudad a un alto acantilado sobre el océano. Construyó una hermosa mansión con vista al océano y estaba muy feliz, rodeado de belleza y soledad. Le gustaba contemplar la playa y observar a la gente disfrutando del sol y el agua. En su soledad, descubrió un significado más profundo del amor.

De vez en cuando, descendía al fondo del acantilado y se mezclaba con la gente de la ciudad. Sentía una preocupación especial por los ancianos y los pobres, en diferentes ocasiones ayudó en silencio a las familias que tenían dificultades financieras. Él llegó a amar a esa comunidad.

Además de mirar a las personas disfrutando de la playa, él pasaba muchas horas observando a través de un poderoso telescopio, el movimiento de los animales marinos y de los barcos que por allí navegaban. Un día, vio olas gigantescas, posiblemente el resultado de un tsunami, y gritó frenéticamente a la gente en la playa. Desafortunadamente no pudieron escucharlo, así que, en su desesperación, incendió su hermosa mansión con la esperanza de que, al ver las llamas arder, las personas subieran por las empinadas colinas para ayudarlo, y así pudieran escapar de las gigantescas olas.

La gente en la playa vio las llamas propagarse por el techo de aquella mansión. Alguien gritó a todos los que estaban en la playa: Subamos las empinadas colinas y ayudemos a nuestro amigo a apagar el fuego!; Muchos respondieron a esta llamada de auxilio, Otros solo dijeron: “La estamos pasando muy bien aquí… Vayan ustedes y ayudenlo”.

Pronto, las gigantescas olas llegaron a tierra y barrieron toda la playa hacia el mar, y los que estaban alli se ahogaron. Aquellos que fueron movidos por un acto de amor hacia el viudo, alcanzaron un terreno más alto y se salvaron de la furia de las olas.

El poder del amor es incalculable. No hay nada en este mundo que pueda más que el amor. El libro de Cantares dice: El amor es tan fuerte como la muerte. Es como un potente fuego. Las aguas no pueden apagar el amor y el dinero de este mundo no puede compararlo.

Los griegos tienen 5 palabras para referirse al amor

Llevo más de 3 años investigando sobre el amor. Mi investigación me llevo a escribir un libro junto al Dr. Tortolero titulado Amar se Aprende. Hemos descubierto que una de las razones por la cual hay tanta confusión con relación a la palabra amor y su poder es,  porque en nuestro idioma existe una sola palabra para referirnos al amor. Los griegos entendieron todo lo que abarca esta palabra y tenían varias opciones para referirse al amor. Les presentaré 5 de las palabras griegas más importante para referir a el amor.

El amor Fileo es el amor de cariño que se siente entre amigos y hermanos. El amor Estorge es el amor lleno de afecto que se siente hacia familiares, amigos, mascotas y compañeros de trabajo. El amor eros es el amor romántico que se siente cuando uno esta enamorado, este es el amor de Cupido. El amor Filautio es el amor hacia uno mismo. El amor ágape es el amor incondicional, el amor divino, el amor descrito en el capitulo 13 de la primera carta a los  Corintios.

Otra razón por la cual hoy no se entiende el poder del amor, es porque el concepto que tenemos sobre el amor proviene de las experiencias positivas o negativas que hemos tenido. Por ejemplo, nosotros aprendimos a amar a través de los ojos de nuestros padres. La definición de amor que tenemos esta conectado con el estilo de apego que desarrollaron nuestros cuidadores primarios con cada uno de nosotros. Es decir, si tus padres manifestaron un apego equilibrado hacia ti y te enseñaron a amar, es posible que tú hayas logrado obtener un entendimiento más profundo y concreto sobre el poder del amor que sanar y restaurar. El amor que sana y restaura es abnegado, lleno de aceptación, confianza, pasión y crecimiento mutuo.

Pero si tus cuidadores primarios no estuvieron presentes, y no te ayudaron a sentir amado, ni te enseñaron a amar, es posible que hayas desarrollado un apego inseguro y tu conocimiento sobre el amor es limitado. Estas limitaciones al amar producen inseguridad, egoísmo, relaciones tóxicas, ansiedad, apatía, y falta de crecimiento.

Pero tengo una buena noticia para ti: El amor ágape sana. El amor ágape es la fuerza más poderosa que existe. Si quieres sanar, debes aprende a amar.

El amor sana

El amor Ágape sana porque Dios te creó con la capacidad de sanar física y emocionalmente. El amor Ágape es el vehículo para sanar. Es un regalo que tú das y recibes. Es un regalo de afecto y de acción.

El amor Filos, Estorge y Eros nos hacen ser parte de algo. El amor Filautia nos lleva a amarnos a nosotros mismo para alcanzar nuestro potencial. Todos estos tipos de amor nos ayudan a tener relaciones sanas. Pero cuando el amor Ágape es infundido dentro de cada uno de estos 4 tipos de amor, los eleva al siguiente nivel,  donde nutre, sana, y restaura relaciones. El amor Ágape sana.

¿Qué es el amor ágape?

El amor Ágape es mucho más que una emoción. Es un principio que se vive y practica. Es una elección. El vehículo que se usa para mostrar este tipo de amor es la emoción. El amor Ágape es amar sin importar las consecuencias. No se basa en méritos o acciones de parte del que lo recibe. Es una decisión, un asunto de la voluntad. Nuestra sociedad no ha entendido el poder sanador del amor Ágape.

El amor Ágape es el amor de Dios. Dios es nuestro ejemplo para aprender a mostrar este amor. Jesús lo dijo de esta forma: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”.  (Juan 15:13).  Jesús puso su vida por ti en la cruz demostrando el poder sanador y transformador del amor divino. Es por eso, por lo que hoy lo amamos, porque él nos amó primero. Nuestras familias están necesitadas de este tipo de amor.

Hay una hermosa historia de un padre español y su distanciado hijo Paco. En este relato la relación se había vuelto tensa y, finalmente se hizo añicos cuando el rebelde Paco partió solo y lejos. El padre estaba desconsolado y buscó por mucho tiempo a su hijo descarriado. Como último recurso, el padre decidió colocar un anuncio en el periódico de Madrid, esperando que Paco lo leyera. El anuncio decía:

Querido Paco,

Te esperaré  frente de la oficina del periódico al mediodía.

Todo está perdonado.

Te amo, 

Tu padre

Al día siguiente, el padre se dirigió a la oficina del periódico con la esperanza de volver a encontrarse con su hijo. Cuando llegó, habían 800 Pacos, todos buscando el perdón de sus padres. Este es un vivo ejemplo del poder del amor Ágape y de nuestro deseo de experimentarlo.

¿Cómo sana el amor Ágape?

El amor es tan importante para tu mente y para tu cuerpo como lo es el oxígeno. No es negociable. El amor es probablemente el mejor antidepresivo que existe, porque una de las fuentes más comunes de depresión es no sentirse amado.

Un estudio que hizo la Universidad del Norte de Carolina con 38 parejas concluyó diciendo que, cuando abrazamos y disfrutamos de un tiempo de calidad con amigos, familiares y mascotas, tu cerebro libera oxitocina, también llamada hormona del amor. Esta hormona te une con los demás, te protege de los efectos del estrés y literalmente cura tu corazón.

El amor influye directamente en la salud de nuestro corazón, ya que reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuye de esta forma, a alargar la esperanza de vida. Los vínculos con la pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como «factores psicológicos de riesgo» cardiovascular.

Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en California, comprobó que los sentimientos de amor apasionado pueden aliviar el dolor leve, con la misma eficacia que los analgésicos.

Esto es lo que dice la Ciencia. Pero, si vamos a la Palabra de Dios encontraremos que no hay nada más poderoso en el universo que el Amor de Dios. El amor de Dios te sana a pesar de tus errores. Fue ese amor el que tomó a Adan y Eva en sus ruinas , y los sanó de sus heridas. Fue el amor de Dios lo que tomó a un José despreciado por sus hermanos, y lo llevo del pozo al palacio para que hiciera realidad sus sueños.Fue el amor de Dios lo que transformó el agua en vino, para que una familia en la boda de Galilea  no fuera avergonzada. Fue el amor de Dios el que tomó a una mujer adultera a punto de ser apedreada, y la levantó de su vergüenza. Fue el amor de Dios el que llegó a una familia en Betania,  cuando todo estaba perdido por la muerte del hermano Lázaro y lo resucitó de los muertos después del cuarto día.

Fue ese gran amor el que fue crucificado en una cruz. Pero cuando Satanás pensó que le habia dado punto final al amor, el Padre mandó a llamar al Amor, a Jesús,  y lo resucitó al tercer día para demostrarte que, no hay un problema que el amor no pueda solucionar en tu familia hoy.

El amor sana y restaura. Si tú quieres sanar, necesitas aprender a amar.

Cómo se aprende a amar.

  • Practicando el autoconocimiento.
  • Controlando tus emociones.
  • Transformando tu mente.

Conclusión

“Una pareja vivía muy felices, tenían veinte años de casados. Un día ocurrió un violento incendio en la casa de esta pareja. Los vecinos llamaron a los bomberos, la mujer y su esposo fueron trasladados al hospital mas cercano.

Días después, los doctores dijeron al marido:

– Logramos salvar a su esposa, pero ella está irreconocible, de la cintura hacia arriba es un engrudo de piel, la boca deformada, perdió parte de la nariz y la oreja, su vida será difícil.

El marido dijo con voz baja:

– Yo también sufrí mucho con ese incendio.. Después de todo, quede ciego, no hay de qué preocuparse.

Se fueron a la casa que obtuvieron con la ayuda de parientes y amigos, y siempre permanecieron en ella, evitando salir. Ella, estaba totalmente deformada. Vivieron juntos más diecisiete años, y luego la esposa falleció.

En el  funeral ¡cuál no fue la sorpresa de los familiares y amigos! El marido estaba sin lentes y sin  bastón, no había quedado ciego!. Pero él sabía que su esposa no iba a sentirse verdaderamente amada si  él estaba consciente de su deformidad.

Esto lo hace el amor ágape. “Amar es tener el coraje de hacerse el ciego para que el otro pueda sanar”. Amar… Es dejar de ver los defectos ajenos, porque muchas veces los propios defectos son peores que el de los demás. Amar es sacrificarlo todo por sanar y bendecir a los demás.

¿Te imaginas que pasaría con nuestra familia, iglesia y sociedad si comenzáramos a aprender a amar?

Si tu matrimonio esta en crisis, aprende a amar para que sane tu corazón y el de tu cónjuge.

Si tu familia es caótica y no sabes qué hacer, aprende a amar para que sane tu corazón y el tu familia.

Si tu hijo adolescente no quiere saber de ti, aprende a amar para que sane tu corazón y el tu hijo.

Si tienes problemas en tus relaciones con tus hermanos de la iglesia, vecinos y compañeros de trabajo, aprende a amar para que sane tu corazón y el corazón de los que te rodean.

Si tu comunidad está falta de amor, aprende a amar para que sanes tu comunidad.

Si decides llenarte de coraje para aprender a amar, para sanar y renovarte, tu matrimonio,  tu familia,  tus amigos te lo agradeceran. Acepta el reto. El momento es ahora. El tiempo es hoy.

¿Qué nivel emocional tienes?

[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Sabes qué nivel emocional tienes? En mi familia estamos aprendiendo a amar, con mi esposa, mis hijos. Quiero compartir lo que hemos estado descubriendo y aprendiendo en los últimos meses.

El ejemplo del puebo de Israel al hablar del nivel emocional

En esta serie de temas estamos considerando la historia del pueblo de Israel, ¿por qué la generación de hombres que salió de Egipto no pudo consumar el sueño de entrar a la Tierra prometida? Y descubrimos que una de las razones fue que el pueblo de Israel no le permitió al Espíritu Santo, al Dios Todopoderoso cambiar su vida.

La segunda razón, es que el pueblo de Israel, esa generación que salió de Egipto, no tenía un nivel emocional alto. Al no crecer emocionalmente, no le permitieron al Espíritu Santo transformar sus vidas. ¿Por qué? Porque el crecimiento emocional debe ser proporcional a nuestro crecimiento espiritual.

Por qué el crecimiento emocional es importante

Tú no pudiste crecer más allá de donde llegaron tus padres emocionalmente, porque ellos fueron los primeros modelos e instructores que tuviste para aprender a expresar tus emociones, para aprender a amar. Lo que quiero decir con esto es que tú no puedes ir más allá de la dinámica emocional que aprendiste en tu casa de origen.

Si estás luchando con cómo resolver tus problemas emocionales, cómo manejar tus emociones, expresar tu amor hacia tu esposa e hijos; y ves que tienes problemas, tal vez el problema esté conectado con la dinámica emocional que tú viviste en tu casa de origen.

Si tus padres no tuvieron la intención de ayudarte a crecer emocionalmente, hoy puede que estés teniendo problemas para manejar tus emociones, aprender y expresar tu amor a otras personas.

La primera escuela que tuviste para aprender sobre inteligencia emocional fueron tus padres, tu casa y, ahí es donde está el problema de muchas personas. Sus padres no les enseñaron cómo crecer emocionalmente y hoy están luchando.

Etapas del crecimiento emocional

Peter Scazzero en su libro El líder emocionalmente sano presenta las diferentes etapas a través de las cuales pasan las personas en su crecimiento emocional.

La primera etapa para alcanzar un buen nivel emocional es la que él considera como los “bebés emocionales” y hay muchas personas que se comportan como tal. Buscan a otros para que los cuiden, tienen mucha dificultad para entrar en el mundo emocional de otros porque se comportan como bebés. Son conducidos por la necesidad de ser gratificados, usan a otros como objetos para satisfacer sus necesidades y continuamente están dependiendo de otros emocionalmente.

La segunda etapa sería la de los “niños emocionales”. Estos se muestran rápidamente ante las presiones para hallar soluciones y los problemas de la vida. Son esas personas que cuando tienen problemas en el trabajo o en la casa explotan, no se pueden controlar, porque son niños emocionales. Interpretan los desacuerdos como ofensas personales, atacan, no pueden controlarse y no pueden tener relaciones saludables porque cualquier crítica que reciban es para ellos un problema emocional.

Se sienten heridos con facilidad, se quejan, se retraen, manipulan, se vengan, son sarcásticos cuando no tienen lo que quieren. Tienen grandes dificultades para hablar de forma calmada, amable y madura sobre sus necesidades y las cosas que desean.

Después se llega a la etapa en la que se puede ser un “adolescente emocional”. Ellos tienden a estar siempre a la defensiva, se sienten amenazados y alarmados por la crítica. Si tu esposa te critica porque dejaste la basura o el zapato en el lugar equivocado, tú lo tomas de forma personal y explotas. No sabes manejar tu emoción. No sabes manejar las críticas. Todo para ti es personal.

Características de los adolescentes emocionales

Además de sentirse amenazados y alarmados por la crítica, mantienen una puntuación de lo que le dan para después pedir algo a cambio. Es decir, son esas personas que dan, sirven y ayudan continuamente, pero después se sienten mal cuando no les correspondes de la misma forma. Lidian mal con los conflictos.

Generalmente culpan, apaciguan, van con una tercera persona, hacen triángulos emocionales, ponen mala cara o ignoran el tema por completo; y, tal vez, en tu trabajo o familia, puedes notar que hay personas que se comportan de esa forma. Y si es así, es porque son adolescentes emocionales; No han crecido; No han alcanzado la madurez emocional que necesitan alcanzar.

Los adolescentes emocionales también se preocupan por ellos mismos. Tienen dificultad para escuchar verdaderamente el dolor, la desilusión, la necesidad de otras personas. Son críticos, sentenciosos. No pueden crecer. No salen de esa burbuja emocional que los mantiene atados a su pasado, a lo que aprendieron en la casa de origen.

Alcanzando un buen nivel emocional: «los adultos emocionales»

También existen los “adultos emocionales”. Dios quiera que nosotros podamos alcanzar esta madurez emocional y ser un adulto emocional. Ellos son capaces de pedir lo que necesitan, quieren o prefieren de manera clara, directa y honesta. Reconocen, controlan y asumen responsabilidad de sus propios pensamientos y sentimientos.

Es decir, no están culpando por las experiencias negativas que tienen o los sentimientos que están experimentando; sino que ellos mismos toman responsabilidad y dicen “yo me siento de esta forma porque yo me he permitido sentirme así, nadie tiene que controlar cómo voy a reaccionar”. Ellos reaccionan de una forma madura; pueden, aún bajo presiones, afirmar sus propias creencias y valores sin ser adversos.

Hay personas que no pueden tener una conversación con adultos emocionales porque lo toman personal, se agitan o pierden el control. Esto está ligado a que una persona así no ha alcanzado un nivel emocional óptimio.

La persona que crece emocionalmente, que llega la adultez se comporta con madurez, sabe cómo manejar sus emociones, respeta a otros sin tener que cambiarlos. Da a las personas lugar para el error y reconoce que no son perfectos. Nadie es perfecto.

El adulto emocional reconoce que otras personas no son perfectas y trata de darles el beneficio de la duda, porque esto es necesario para poder tener relaciones saludables; Aprecia a las personas tal cual como son: las buenas, las malas, y no por lo que reciben a cambio.

Aceptarte como eres

Yo te acepto incondicionalmente, Jesús te acepta incondicionalmente y Dios también lo hace. Pero, los que no crecen emocionalmente te ponen condiciones para poder aceptarte. Los adultos emocionales te aceptan como tú eres; Evalúan con precisión sus propios límites, fuerzas y debilidades y son capaces de discutir acerca de ellos con otros libremente.

Están satisfechos y felices mientras reciben lo que quieren. Y no solamente esto, también están sintonizados profundamente con el propio mundo emocional y pueden entrar en los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otros sin perderse ellos mismos. Tienen la capacidad de resolver un conflicto con madurez y negociar soluciones considerando las perspectivas del otro.

Amigo que lees estas líneas. Yo te desafío a crecer. Si eres un niño o un bebé emocional, proponte crecer cada día más, proponte crecer en tu vida emocional, en tus relaciones.

Dios quiera que a través de esta reflexión en la que estamos aprendiendo a amar, tú puedas descubrir cómo crecer emocionalmente; cómo alcanzar esa estatura que Dios quiere que alcances, cómo ser un esposo, un padre, una esposa que sabe manejar sus emociones y sabe glorificar a Dios en todas las cosas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

La Inteligencia Emocional no es algo Natural

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Su propio nombre lo decía, Amable, pero no le hacía honores al mismo. Quién se iba a imaginar que ese joven entusiasta por la vida, alegre, vibrante y tan buena persona que alguna vez fue, iba a convertirse en un ermitaño.

Pasó de ser un buen amigo, vecino y familiar, a ser una persona amargada, solitaria y ermitaña. Había pasado por situaciones difíciles en su vida, pero de igual manera había recibido muchas bendiciones y no podía verlas, pues su aislamiento solo había traído consigo una grave ceguera emocional.

Amable se había aislado de todo aquello que alguna vez apreció, su encierro en sí mismo había provocado que los sentimientos y las emociones de los demás perdieran importancia para él. Debido a su trato tosco y poco considerado, las personas que lo apreciaban y sus seres queridos poco a poco fueron alejándose de él.

Uno de los problemas que tenia Amable era falta de Inteligencia Emocional. La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y la de los demás.

El problema con la Inteligencia Emocional es que es algo que no es innato en nosotros. No nacemos siendo emocionalmente inteligentes. ¿Por qué razón? Porque todos nacemos en un mundo contaminado por el pecado y producto del estado pecaminoso que llevamos dentros de nosotros y las acciones pecaminosas de las personas que nos rodean hemos estado expuesto a experiencias traumáticas, muy negativas que nos han llevado ha experimentar emociones que no hemos sabido manejar. Por otro lado, nuestro crecimiento cronológico no está determinado conectado con nuestro crecimiento emocional. Yo puedo ser un adulto cronológicamente pero ser un niño emocionalmente.

Por ejemplo, los niños emocionales interpretan los desacuerdos como ofensas personales. Son heridos con facilidad. Se quejan, se retraen, manipulan, se vengan, son sarcásticos cuando no obtienen lo que quieren. Tienen grandes dificultades para hablar en forma calmada de sus necesidades y las cosas que desean, de una manera amable y madura. Los adolecentes emocionales tienden a estar siempre a la defensiva. Son amenazados y alarmados por las críticas. Tratan mal los conflictos, generalmente culpan, apaciguan, van con una tercera persona, ponen mala cara o ignoran el tema por completo.

Adultos emocionales están sintonizados profundamente con el propio mundo emocional y pueden entrar en los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otros sin perderse ellos mismos. Son capaces de pedir lo que necesitan, quieren o prefieren de manera clara, directa y honesta. Reconocen, controlan y asumen responsabilidades de sus propios pensamientos y sentimientos. Pueden, aun bajo presiones, afirmar sus creencias personales y valores sin ser agresivos. Respetan a otros sin tener que cambiarlos. Aparentemente Amable, el hombre de la historia era un niño emocional por su comportamiento con los demás.

La pregunta que te debes estar haciendo es la siguiente: ¿cómo se crece emocionalmente? Nuestro crecimiento espiritual debe estar conectado a nuestro crecimiento emocional. La Biblia dice que “nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo” 1 Cor. 6:19-20; que “nosotros tenemos la mente de Cristo” 1 Cor. 2:16. El Espíritu Santo es el que produce en nosotros el crecimiento espiritual y emocional como dice Efesios 4:13 “hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. La palabra madurez quiere decir complete, integro, perfecto, bien desarrollado, adulto.

El blog que escribí hace unos días, Cinco herramientas para manejar nuestras emociones, presenta algunas herramientas para manejar nuestras emociones.

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Cuando se acaba el amor eros en la relación


¿Qué hacer cuando creemos que se acaba el amor eros?

Marta y Mario acudieron a mí en busca de consejería marital. Marta quería abandonar a Mario, pues ya no lo amaba como al principio. Él quería salvar su matrimonio.

Luego de un año de casados, en el que habían disfrutado mucho la relación marital, Marta consiguió un trabajo muy absorbente, y desde entonces no llamaba a Mario durante el día, y casi no tenían relaciones íntimas. Ese distanciamiento emocional la llevó a fijarse en un compañero de trabajo. En vez de apegarse a Mario, se sentía muy bien junto a ese hombre.

Marta pensaba que se le había terminado el amor hacia su esposo. Y ambos necesitaban consejo. Este es también el caso de muchas parejas. Conozcamos lo que conviene hacer cuando creemos que se acaba el amor.

El amor eros

El amor proviene de Dios, pues “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Y así como no se puede comprender plenamente a Dios, es difícil sondear el misterio del amor.

Los griegos clasificaban el amor con estas palabras: storgé, philia, eros y ágape. Storgé era el amor en el sentido de afecto, especialmente entre padres e hijos, phileo era el amor expresado mediante la amistad, eros era el amor romántico y apasionado, y ágape, el incondicional amor de Dios.

En nuestra sociedad, al amor se lo ha relacionado más con la atracción física y el deseo sexual. El Diccionario de la Real Academia Española define eros como el conjunto de tendencias e impulsos sexuales de la persona.1 Para los griegos, la palabra eros designaba al dios de la atracción sexual, el amor y el sexo.2

El Nuevo Testamento no registra la palabra eros, pero el Antiguo Testamento registra estas palabras de una dama apasionada: “Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana” (Proverbios 7:18). El Cantar de los Cantares presenta cuatro cualidades básicas del amor eros:

Es un sentimiento hermoso. El esposo dice a su amada: “He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí eres bella; tus ojos son como palomas” (Cantares 1:15). Y ella responde: “He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho es de flores” (vers. 16).

Es romántico. “Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos” (4:9). Ella responde: “Ven, oh amado mío, salgamos al campo” (7:11).

Es una aventura emocionante. Eufórica, la amada exclama: “¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados”(2:8).

Es un deleite exquisito. “Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes; bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar. Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor” (2:3, 4).

La química del amor eros

Desde la perspectiva de la bioquímica, la experiencia del amor eros está relacionada con una sustancia química llamada feniletilamina (FEA). Esta sustancia juega un papel muy importante en el deseo sexual de dos personas que se gu stan. Cuando el cerebro se inunda de esta sustancia, responde con la secreción de dopamina, un neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que genera placer. Algunas de las otras hormonas vinculadas con el deseo sexual son la oxitocina, conocida como “la hormona del amor”; la serotonina, el neurotransmisor de la felicidad; y la norepinefrina, que produce excitación sexual y genera exceso de energía.3

Con el paso del tiempo, en algunas relaciones maritales la euforia y el deseo sexual que producen estos compuestos químicos no siempre mantienen los mismos niveles. Después de la luna de miel y el primer tiempo de romanticismo, algunas parejas comienzan una etapa de consolidación en la que disminuye la producción de dopamina. Comienzan a ver al cónyuge ya no tan atractivo física y sexualmente, sino también como a alguien con quien desean compartir un amor diferente, incondicional. El amor ágape.

Este era el problema de Mario y Marta. Por la disminución natural de la dopamina, el amor eros no pudo mantener el intenso deseo sexual del principio. La disminución se debió a que los receptores neuronales se habían acostumbrado a ese exceso de flujo químico, y ahora necesitaban aumentar la dosis para seguir sintiendo el mismo nivel de excitación. Por eso Marta decía: “no siento lo mismo hacia Mario”. Cuando esto ocurre, el cerebro necesita un proceso de recuperación para volver a los niveles normales de flujo químico.

Además, Mario y Marta necesitaban experimentar otro tipo de amor, porque el amor eros no basta para mantener una relación a largo plazo. Necesitaban el amor ágape, un amor ético, incondicional y “abnegado”. Cuando el eros y el ágape se fusionan, la relación comienza a reflejar la imagen de Dios, una relación de igualdad e independencia, en la que se recibe y se comparte el amor divino.

El amor como emoción

El amor es principio y emoción. Las teorías cognitivas de la emoción argumentan que la emoción surge como consecuencia de cierta actividad cognitiva.4 Y si la emoción es una actividad cognitiva, puede ser controlada por el poder de la voluntad. Por ejemplo, ante la ira, San Pablo aconseja: “Airaos, pero no pequéis” (Efesios 4:26). Es posible  controlar la emoción de la ira mediante la razón y la voluntad.

Y así como la ira, también el amor es una emoción que puede controlarse y cultivarse por las mismas facultades. Me gusta este pensamiento: “Cuando el principio celestial del amor eterno llena el corazón, fluirá a los demás… porque el amor es el principio de acción que modifica el carácter, gobierna los impulsos, domina las pasiones, subyuga la enemistad y eleva y ennoblece los afectos”.5

Cinco consejos para cuando creas que se acaba el amor

Llena el tanque de amor de tu cónyuge. Descubre su lenguaje favorito y usa ese lenguaje para expresar tu amor. Los cinco lenguajes del amor son estos: palabras afirmativas, tiempo de calidad, actos de servicio, regalos, y caricias.

Comunica tus sentimientos a tu pareja sin atacarla ni culparla. Luego, con empatía, escucha su versión de la historia.

Comparte con tu cónyuge la gracia que recibes de Dios. Busca a Dios cada día para recibir su gracia, y así poder darla a quien está a tu lado en la vida.

Dedica tiempo de calidad a tu relación íntima. Dale ese toque de pasión y juego erótico. Imagina que están en su primera cita de amor.

Ejerce control. Permite que el Espíritu Santo te ayude a controlar tus emociones mediante la razón y la conciencia.

A modo de epílogo, pensemos que el amor, que se expresa en la sexualidad, es una combinación de eros y ágape. El equilibrio de ambas fuerzas reproduce la imagen de Dios en la relación matrimonial.

Si necesitas ayuda profesional para crecer en tu relación matrimonial, puedes contactar al Dr. Duany para agendar una cita terapéutica.

Cinco estrategias para controlar tus emociones

Control de la ira

Cinco estrategias para controlar tus emociones

Muchos recordarán  la pelea entre Mike Tyson y Evander Holyfield en 1993. Esta pelea hizo historia porque Mike Tyson arrancó de un mordisco un pedazo de oreja de Holyfield. Esta reactividad emocional le costó a Mike Tyson 3 millones de su bolsa de  30 millones de dólares y su licencia de boxeo. ¿Qué le pasó a Mike que le obligó a morder la oreja de Holyfield? Los expertos sostienen que Mike Tyson tuvo un secuestro de amígdala. Este término fue acuñado por Daniel Coleman en su libro de 1996 Inteligencia Emocional.

La amígdala es el centro de alarma del cerebro. Es el órgano que controla y regula nuestras emociones. La amígdala guarda un registro de todas las experiencias emotivas que tuviste en el pasado, y cada vez que percibe que estás en peligro, envía una señal de alarma de lucha o huida. Sabes que has sido secuestrado por tu amígdala cuando te ocurren estas tres cosas: tienes una reacción emocional, fue inicio repentino, y por último cuando reflexionas más tarde, te das cuenta de que era inapropiado. Todos hemos experimentado en algún momento un secuestro de amígdala. Lo contrario de un secuestro de amígdala es lo que hemos estado aprendiendo en mis últimos envíos, la inteligencia emocional.

La emoción es responsable de organizar el sistema de comportamiento del apego, de orientar y motivar las respuestas hacia los demás, y de comunicar las necesidades y los anhelos a las otras personas. La visión cristiana de las emociones es que a menudo son un fiel reflejo de lo que las personas creen y valoran. Las emociones son parte de la imagen creada de Dios. Las emociones representan la realidad de la fe de la gente, y Dios ha prometido en la Biblia que aquellos que creen en Él recibirán un nuevo corazón (mente), como se dice en Ezequiel 26:26. El objetivo de un cristiano fiel es conformar sus emociones a la verdad, y tener la mente de Cristo. Tener la mente de Cristo significa tener las emociones de Cristo. Romanos 12:1-2 habla de renovar la mente. Esta renovación de la mente, entre otras cosas, implica una regulación de las emociones a través del Espíritu Santo para evitar un secuestro de amígdala.

¿Cómo aprendemos a regular nuestras emociones? En este post, voy a enseñar cinco cosas que debes hacer para regular tus emociones de forma efectiva y desarrollar inteligencia emocional. Primero, como hemos aprendido en nuestro último post, necesitamos practicar la autoconciencia, especialmente en cinco áreas diferentes. El siguiente es un programa de cinco pasos para regular tus emociones y desarrollar inteligencia emocional. Esta es una adaptación de la fórmula de Mark Goulston para enseñar una amígdala a bailar.

  1. Consciencia sobre el detonante: Haz una pausa inmediatamente luego que algo que te molesto haya ocurrido, y escribe lo siguiente: “Lo que sucedió que me molesta es____________________________________________________________”.
  2. Consciencia Emocional: Añade una palabra a lo que estás sintiendo emocionalmente, y di a ti mismo o escribe: “Estoy sintiéndome emocionalmente bravo, ansioso, frustrado, asustado, con miedo, abrumado, y con cuánta intensidad” (leve, moderada, mucha).
  3. Consciencia sobre las consecuencias: Piensa en lo que sucederá si haces caso a ese impulso y escribe: “Si hago caso a ese impulso, la consecuencia inmediata será________________________________, la consecuencia mañana será________________________________ y la consecuencia dentro de una semana será_____________________________.”
  4. Consciencia de la realidad: Piensa en la existencia de otra explicación para lo que te sucedió. Recuerda que la forma en que tú interpretas tu evento/situación influirá tu respuesta emocional. Escribe: “una posible explicación alternativa para lo que me acaba de molestar es____________________________________________________________.”
  5. Consciencia sobre la solución: Toma una pausa y piensa en una solución diferente que pudieses tratar aparte de tu impulso original. Pregúntate, “¿Qué habría hecho Jesús en esta situación?” y escribe: “Una mejor forma de responder a esta situación sería ______________________________________________________.”

Te reto hoy a pedirle al Espíritu Santo ayudarte a regular tus emociones, de manera que puedas reflejar la mente de Cristo. No es fácil tener autocontrol, especialmente cuando alguien te ha hecho algo que te ha enfurecido. Sin embargo, con Cristo tu puedes lograr cualquier cosa porque El te da el poder para regular tus emociones. Filipenses 4:13.