Límites saludables, el secreto para fortalecer nuestras relaciones

El 2022 ya está aquí con cientos de nuevas metas por alcanzar. Pero, entre tantas propuestas, te has cuestionado ¿quién las ha impuesto, organizado y si han nacido de ti? Muchas veces creemos que las necesidades de los demás son nuestras, que debes estar para todos, y que tu valor se define por cuán complaciente eres. Si sientes que te he descrito con estas palabras o piensas en ellas, debo decirte que necesitas establecer límites saludables para este nuevo año.

Conocer dónde acaban tus responsabilidades y dónde empiezan las de los demás, es uno de los primeros concejos que quiero darte. Puede que necesites decir sí a Dios en Su Voluntad, aun así, eso no implica que aceptarás la voluntad de tu familia, amigos o jefes sin meditarlo.

Necesitas de límites, valorarte y en especial, aceptar que las relaciones se mantienen sanas o funcionales cuando estos son respetados.

Nuestra energía emocional y física es sagrada, por lo tanto, debes esforzarte en protegerla, aprovecharla de la mejor manera posible. Como ocurrió con nuestro Señor Jesús quien estableció límites definidos en sus relaciones. Él dio prioridad al Padre, a sus doce discípulos y mantuvo un vínculo íntimo con pocos.

«Jesús les dio esta respuesta: En verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo; solo puede hacer lo que ve hacer a su Padre, porque todo lo que hace el Padre lo hace también el Hijo…. Por mí mismo no puedo hacer nada; solo juzgo según oigo, y mi juicio es justo, porque no busco complacerme a mí mismo, sino al que me envió» – (Juan 5:19, 30).

¿Qué nos dice la Biblia sobre los límites?

Los límites saludables no son solo esenciales porque priorizan lo que es importante en tu vida. No se trata únicamente de eso, sino que son tan relevantes porque nos ayudan a crear respeto mutuo y a salvaguardar nuestra autoestima.

Cuando entendemos cómo funcionan nuestros límites, este será el primer paso para cultivar la voluntad de protegerlos. Sin embargo, ¿qué puedo entender por límites? Considéralos como líneas establecidas que no deben ser cruzadas. Dios en su eterna sabiduría origino varios de ellos, las “leyes” humanas impusieron otros más, y tú como persona puedes establecer otros más que tengan relación con tus valores.

Por ejemplo, si analizamos las Sagradas Escrituras, una de las primeras enseñanzas sobre límites está en Adán y Eva, como ambos probaron del fruto prohibido. «El Señor Dios le ordenó al hombre: ‘Puedes comer de cualquier árbol del jardín; pero no debes comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque cuando comas de él ciertamente morirás’ «- (Génesis 2:16-17).

Esto en resumen nos enseña que cuando se respeta un límite, se obtiene una recompensa. Cuando se rechaza, obtendrás una repercusión. Dios estableció límites morales a Adán y Eva según el bien y el mal. Cuando esa línea fue traspasada, el pecado pudo entrar al jardín, al mundo.

«A Adán le dijo: ‘Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del fruto del árbol sobre el que te ordené: «No debes comer de él», maldita es la tierra por tu culpa; con doloroso trabajo comerás de ella todos los días de tu vida’. «– (Génesis 3:17).

Eva permitió que la serpiente la influenciará a probar la manzana. Adán permitió que Eva lo influenciará a probar la manzana. Eso pasó porque ninguno de los dos tenía límites.

Los límites son individuales, ellos son la base de tu identidad, tus responsabilidades, tus decisiones. En otras palabras, tanto Eva como Adán fallaron al mismo nivel, porque ellos eran los responsables de sus propios pensamientos, creencias y acciones.

Cada uno debía pensar por separado lo que les dijo Dios y lo que les dijo la serpiente. Pasa lo mismo en el presente, los límites nos permiten cultivar una mejor voluntad.

¿Por qué establecer límites saludables es tan crucial en mi vida?

Los límites saludables nos ayudan a enfocarnos, a crecer y a comportarnos. Pero qué otros beneficios tienen el cuidarlos. Estos son algunos de los que más importan:

  • Crean respeto mutuo: Los límites sanos nos conllevan a conectarnos con profundidad a las personas que nos rodean. Porque podemos conocer con claridad qué es lo yo necesito, qué es lo que tú necesitas. Crea respeto, y es una forma de honrar a las personas que te rodean, aunque no tengan ni las mismas necesidades, ni los mismos objetivos.
  • Resguardan tu autoestima: Los límites saludables los puedes apreciar como muros que salvaguardan tu autoestima. La confianza que tenemos en nosotros mismos puede ser atacada en cualquier momento, pero si tenemos fuertes ideales de nuestros límites, estaremos más determinados a defenderlos. Sabremos lo que somos, lo que nos merecemos y cuando es “demasiado”.
  • Crean mayor conciencia de nuestras necesidades: Cuando es momento de originar límites, también es momento de escarbar en quiénes somos. Y explorar en el significado y valor que le damos a nuestras relaciones personales. Te comprenderás de una mejor manera, y con ello te concentrarás en aquello que realmente importa.
  • Menor nivel de disgustos: Imponer límites saludables no es malo, ni egoísta, ni egocéntrico, es lo opuesto. Al hacerlo y comunicarlos con certeza, podrás establecer mejores vínculos con tu pareja, amigos, familia, etc. Los malentendidos, o las disputas, son prevenidos con esta clase de conducta.

Los límites saludables entonces son la respuesta para fortalecer nuestras relaciones a cualquier nivel. Dejar que otros sobrepasen nuestros límites, es una receta directa al desastre, en donde verás tu autoestima perjudicada, sentirás que tu valor es menor al de los demás, y serás una presa fácil para aquellas personas que tienden a mostrar comportamientos abusivos.

Es fácil de entender, los límites claros harán que tengas relaciones más cómodas, simples y con una mejor comunicación. Lo mejor de todo, es que lo mismo aplica para todas esas relaciones que estés imaginando en este momento. Si es algo en lo que sientes estás fallando o te falta trabajar, el 2022 es una excelente oportunidad para dedicarle la importancia que merece.

¿Tienes problemas con establecer tus límites? No dudes en llamar al 407 618 0212.

¿Cómo usar la ira a tu favor? Aprende a gestionarla

La ira es un estado emocional que varía en intensidad, puede ir desde una irritación leve hasta una furia e ira intensas. Como otras emociones, está acompañada de cambios psicológicos y biológicos. Cuando usted experimenta ira, su frecuencia cardíaca y presión arterial se elevan y lo mismo sucede con su nivel de hormonas, de energía, la adrenalina y la noradrenalina.

Muchos justifican sus expresiones de ira diciendo que Jesús se airó contra los líderes religiosos de sus días y les dijo aun cosas ofensivas. Esta falsa creencia sobre la ira es usada muchas veces para maltratar a otras personas.

¿Debemos evitar la ira a toda costa?

La ira es una emoción que Dios puso en nuestro cuerpo. La ira nos permite reaccionar en contra de la injusticia, el pecado y lo que no es correcto. Pablo dice, “Airaos, pero no pequéis”. Esto significa que hay un límite en donde la ira se convierte en pecado.

Toda manifestación de ira debe hacerse dentro del contexto del amor ágape. Pero, para que esto ocurra, el Espíritu Santo debe vivir en nosotros; ayudar a que florezca el amor y el dominio propios necesarios para manifestar la ira dentro de límites, esos que reflejan la imagen relacional de Dios.

Las personas que se aíran con facilidad, por lo general, tienen lo que llamamos baja tolerancia a la frustración; éstas sienten que no deberían estar sujetas a la frustración, irritación o a los inconvenientes. No pueden tomar las cosas con calma y se enfurecen, sobre todo si la situación parece de alguna manera injusta. Por ejemplo, cuando se las corrige por un error de poca importancia.

¿Qué hace que estas personas sean así? Hay varios factores. Un factor puede ser de origen genético o fisiológico. Existen pruebas de que algunos niños nacen irritables, sensibles y que se enojan con facilidad, y estos signos están presentes desde una edad muy temprana. Otro factor puede estar asociado a la manera como se les enseña a lidiar con la ira. La ira se considera a menudo como algo negativo; a muchos nos enseñan que está bien expresar la ansiedad, la depresión y otras emociones pero que no está bien expresar el enojo. Como resultado, no aprendemos cómo manejarlo o canalizarlo constructivamente.

Las investigaciones también hallaron que los antecedentes familiares desempeñan un papel importante. Generalmente, las personas que se enojan con facilidad vienen de familias problemáticas, caóticas y sin capacidad para la comunicación emocional.

Estilos de ira

Parte de aprender a controlar la ira, y también parte de las lecciones que un profesional podrá darte, se basan en el manejo de los diferentes tipos de ira. No todas las personas expresan su ira de la misma manera. Tampoco hace falta sentir miedo o culpa por sentirla; porque la ira es una reacción normal de la vida humana.

Pero, aun así, el cómo la expresamos es lo que puede hacer de la ira algo muy peligroso; tanto para la pareja como para nosotros mismos.

Existen cuatro maneras básicas en las que se expresa la ira. Una persona puede expresar más de un estilo de ira, todo dependiendo de la situación que esté viviendo:

Agresiva

Es el tipo de agresividad que es visible y externalizada. No se pretende esconderla, ni mucho menos. Algunas personas gritan y gritan, y se «desahogan» cuando están enojadas. Explotan, arremetiendo contra otros, ya sea verbal o físicamente. Esto puede proporcionar una liberación satisfactoria para ellas a corto plazo; pero puede tener consecuencias devastadoras a largo plazo para ellas mismas y sus relaciones.

«¡Estúpido # @ $%!»

“Estoy en lo cierto; ¡todos los demás están equivocados y merecen pagar!”

Agresiva – pasiva

En esta se muestra agresividad, pero no de una manera violenta, sino más bien disimulada. Por ejemplo, con acciones indirectas o con el sabotaje.

En esta, toda la ira se encierra dentro de la persona. Dañándola en su interior, aparentando que todo está bien. Algunas personas encuentran la ira aterradora o inaceptable. Evitan reconocer o expresar sentimientos de enojo y, en cambio, se convencen de que no están enojadas. El problema con este mecanismo de afrontamiento es que no liberan y expresan sus sentimientos; lo que puede conducir a una acumulación de resentimiento e infelicidad.

Dicen “está bien” cuando no lo está, o cuando quieren decir “no”. Estas son conductas pasivo-agresivas; que sirven para expresar indirectamente emociones negativas en lugar de manifestarlas abiertamente. “Las personas pasivo-agresivas son furtivas con su ira”. Dicen una cosa, pero hacen otra; no muestran que están enojadas, pero se desquitan.

Ira evitativa

A estas personas les resulta tan difícil lidiar con la ira que hacen todo lo posible para evitarla. Embotellan la ira. Intentan esconderse en sus «cuevas» cada vez que se sienten enojadas o cuando las personas que las rodean están enojadas. Dicen cosas como…

  • «No puedo lidiar con esto ahora».
  • «Hablemos de otra cosa y llevémonos bien».
  • «No puedo decir nada porque provocará una pelea».
  • «No es tan malo».
  • «Nada cambiará».

La ira asertiva

En este estilo, se maneja y comunica la ira de forma adecuada, de ser necesario. Es lo que cada individuo debería hacer al lidiar con la misma.

Herramientas para aumentar nuestra resiliencia a la ira

Es útil pensar en el manejo de la ira como un conjunto de herramientas que se pueden seleccionar para lidiar con diferentes situaciones. De la misma manera en la que usaríamos un martillo, así como también clavos para colgar un cuadro en la pared y no una llave inglesa; y a la inversa, una llave inglesa para abrir una tubería, en lugar de un martillo y clavos, debemos elegir nuestras herramientas de ira para adaptarnos a la situación que tenemos a mano.

El primer paso para desarrollar esta habilidad es adquirir tantas herramientas como sea posible. Esto a menudo requiere que salgamos de nuestra zona de confort y practiquemos nuevos comportamientos y formas de pensar.

El segundo paso es elegir la herramienta más eficaz de nuestro kit para una situación o desafío particular. Y recuerda, no todas las herramientas funcionan para todos o todo el tiempo.

Las siguientes son algunas herramientas útiles:

  • Reducción y manejo del estrés efectivos
  • Centrarse en las áreas en las que uno tiene el control
  • Defenderse a sí mismo(a) de manera firme pero respetuosa.
  • Establecer límites, y que sean límites apropiados
  • Saber cuándo dejar ir
  • Confrontar cuando sea apropiado y seguro
  • Evitar cuando sea apropiado
  • Humor
  • Ejercicio físico
  • Aumentar el dominio y la satisfacción de la vida
  • Aprovechar las propias fortalezas para abordar los desafíos de la vida.
  • Expectativas realistas de nosotros mismos y de los demás.
  • Sanación emocional y psicológica
  • Explorar diferentes perspectivas en lugar de la «visión de túnel» o el pensamiento rígido.
  • No personalizar situaciones y adoptar una postura de resolución de problemas.

Aprender a ser asertivo

Dentro de todo el proceso se necesita aprender a ser asertivo. Esto quiere decir, ser asertivo consigo mismo(a) cuando se experimentan sentimientos intensos con relación a la pareja o cualquier otra situación.

La asertividad es un comportamiento aprendido que se encuentra entre los extremos de la emoción reprimida o la explosión con ira.

Cuando una persona es asertiva, elige expresar sus sentimientos de manera calmada y directa; sin volverse defensiva, hostil, o emocionalmente cargada. Permite a otros completar sus pensamientos antes de hablar.

De igual forma, la persona apoya la posición que va con sus sentimientos o con la evidencia. Incluso, toma sus propias decisiones de acuerdo con lo que piensa que es lo correcto. En este sentido, enfrenta rectamente los problemas y las decisiones. Se considera fuerte y capaz, pero generalmente equivalente a otras personas, además enfrenta responsabilidades con respeto a su situación.

 

Inteligencia emocional; estrategias para educar a los niños

Ser padre o madre no es fácil, por lo que no tienes que sentirte culpable cuando algo no está marchando de la manera que deseas con tus niños. Por el contrario, de lo que sí eres capaz de identificar qué estrategias y actividades puedes comenzar a practicar con tus hijos para desarrollar su inteligencia emocional.

 

Sobre esto, te daré ideas y consejos a continuación.

Inteligencia Emocional cinco estrategias que te sugiero para incentivarla 

Para evitar que a tu niño le ganen emociones como la rabia o la frustración, motivar y ejercitar su inteligencia emocional, estas son algunas estrategias recomendadas :

Incentívalos a que se conozcan a sí mismos:

Como madre o padre es evidente que conocerás todo de tu pequeño. Lo has visto crecer, depende de ti pero ¿ sabes si ellos mismos se conocen ? Una de las bases de la inteligencia emocional consiste precisamente en eso, que los niños se conozcan a sí mismos para poder de esta manera confiar en sus propias capacidades.

 

Sin embargo, para lograr esto es fundamental que como padres los ayuden a ver sus defectos, al igual que sus virtudes. Guiarlo en este tipo de actividades de autoexploración.

Ayudarles a regular su rabia:

El fácil que los niños se frustran o sientan rabia, pero ¿por qué lo hacen? Desde bebés su llanto implica su disgusto, por eso cuando un niño o niña llora quizás se deba a que no está consiguiendo lo que quiere. Porque es lo que conoce, es lo que sabe hacer.

 

En este caso debe ayudar a comprender que tiene que pensar antes de hacer una rabieta o enfadarse. Necesitan reflexionar cómo se sienten y buscar una solución. Dicha solución lo encontrará en compañía de sus padres.

Motivarles en todo momento:

Un niño que es motivado por sus progenitores, se hará capaz de alcanzar cualquier meta en su vida. Es así como padre tiene el deber de reconocer sus logros, también ayudará a gestionar sus emociones cuando se enfrenten al fracaso. Ayudarlos a perseverar es muy importante. 

 

Algo que puedes hacer es premiarlos cuando alcancen una meta grande. No creas que con “premiar” me refiero a un regalo como un juguete exclusivo, también pudiese tratarse de hacerle su comida favorita.

Jugar con ellos:

El juego será la actividad favorita de los niños, por lo tanto qué mejor que encontrar una forma de acercarse a ellos que con este. Te recomiendo que creas un juego en donde el niño tenga que dibujar emociones. Como por ejemplo, rostros con diversas emociones. Apenas necesita colores y papel para esta tarea.

 

También podrían buscar imágenes de niños similares a su edad que muestren determinadas emociones. Después de interrogarles sobre qué es lo que sintieron esos niños en dichas fotos.

Fomentar su empatía:

Dios nos creó como seres empáticos, no obstante, la educación que recibimos influirá en qué tan empáticos seamos. Es por esto que con nuestros hijos necesitamos enriquecer su empatía desde muy pequeños. Ellos tienen que ser capaces de colocarse en el puesto de otras personas.

 

Podéis ayudaros en esto, haciendo ejercicios de empatía entre vosotros como padre y el niño. Que ellos tomen tu ejemplo, y puedan observar cómo eres capaz de sentir lo que ellos están sintiendo.

Cinco actividades para el desarrollo de la Inteligencia Emocional en los niños

Seguidamente te plantearé algunas actividades para desarrollar la inteligencia emocional en tus niños:

El teatro de las emociones

Debes crear tu propio teatro casero , en donde se seguirán las historias contadas por los niños. Para ello necesitarán ciertos personajes que podrán ser juguetes, peluches o marionetas. También lo harás de dos dados, uno que tenga emociones básicas, y el otro, lugares u objetos (si no tienes dados, puedes usar tarjetas).

 

Tu hijo tendrá que seleccionar a sus personajes favoritos y tirar los dados dos veces. Una vez visto el resultado tendrá que crear y representar una historia en donde esas dos emociones sean las principales, y en donde esos dos elementos extras sean incluidos. Podrás jugar con ellos, y ayudarás a identificar las reacciones a las emociones presentadas.

La realidad de interpretar

Otro ejercicio que puedes impulsar a que haga tu hijo es el mostrarle que todos tenemos emociones e interpretaciones diferentes. Para ello tienes que hacerlo dibujar una emoción que hayas vivido anteriormente. Esto en una cartulina o papel, que por detrás necesita tener el nombre de la emoción que se quiere expresar.

 

Posteriormente mostrar el dibujo a varios miembros de la familia o amigos que están cerca, pidiendo que descifren lo que se siente en el dibujo. Al final el niño tiene que analizar si la emoción que escribió detrás del material es la que los demás le dijeron.

 

Cuando haya desacuerdos debe impulsar a que su hijo pregunte por qué se tiene esa opinión. Porque cada persona puede interpretar un objeto determinado de una forma diferente que otra.

La mímica de las emociones

Para esta dinamica necesitas preparar varias tarjetas que contengan escritas varias emociones. Haz que tu hijo escoja alguna de ellas, y que proceda a hacer mímica de esa emoción. El resto de los que juegan o si eres tú solamente, tienen que adivinar qué se está queriendo imitar.

 

Si te parece un ejercicio muy simple, puedes usar emociones que no sean tan comunes para los niños. Me gusta esta actividad porque con ella, el niño puede expandir su vocabulario emocional, y notar cómo las emociones se transmiten con todo el cuerpo, no solo el rostro.

Palabras finales

Las emociones están en nuestras vidas desde muy pequeños y por el resto de ellas, pero como habrás de imaginar es más fácil saber controlarlas y gestionarlas desde una edad temprana. En eso consiste precisamente la inteligencia emocional, y es por esta razón que es tan importante cuidarla y cultivarla en tus hijos.

 

Recuerda que somos emoción, pensamiento y acción. Así que enseñarles a los niños cómo ordenar lo que sienten, y usar a su favor, los cambiar en seres humanos más funcionales, y conectar con sus sentimientos de forma positiva.

 

Si este artículo te ha servido me encantaría que pusiera un comentario con tus preguntas o experiencia sobre el tema. Si conoces a alguien que le puede interesar invitar a leerlo y les puede ayudar. Si necesitas ayuda profesional, puedes llamarme al 407-374-3712.

 

Cómo enseñar inteligencia emocional a nuestros hijos

Como padre o madre no podrás incentivar la Inteligencia Emocional de tus hijos sin primero conocer con detalle sus componentes y tu rol como guía. Por eso quiero que profundicemos en qué la compone y en qué tipo de comportamiento es el adecuado para esta tarea.

¿Cuáles son los componentes de la inteligencia emocional?

Hablar de la inteligencia emocional sin indagar en la obra de Daniel Goleman, no es acertado para nada. Por lo que es necesario conocer su estudio sobre la misma y forma de comprenderla. De acuerdo a Goleman este tipo de inteligencia podría ser entendida como un tipo que va más allá de lo racional o lógico.

 

De la misma forma que está compuesta por cinco principios , que cooperan entre sí para ayudarnos a resolver los conflictos. Estos componentes o principios son:

Autoconciencia Emocional

La autoconciencia emocional se refiere a la habilidad para entender emociones y estados de ánimo propios. Consiste en un proceso intelectual en el cual podemos relacionar lo que sentimos con lo que expresamos y otros viven.

 

Es por ella que podemos además analizar cómo nuestras acciones son capaces de afectar a los demás. Que las emociones que sientes están en la capacidad de cambiar el mundo que te rodea.

Autorregulacion Emocional

Con respecto a la autorregulación emocional, esta consiste en la capacidad de control sobre los impulsos y emociones con asertividad. La autorregulación es la que nos impide dejarnos llevar a cabo por los instintos primarios, en cambio controlarlos. Una persona que poca de esta, tenderá a generar conflictos y altercados en su entorno, porque no saben controlar.

 

La falta de control sobre las emociones es peligrosa, porque generará una mala imagen propia. En cambio quien sí tiene esta clase de autorregulación, sí es capaz de adaptarse a su entorno, de evitar que las emociones se desborden. Pensar antes de hablar, es una buena forma de resumir.

Motivación

Como tercer componente de la Inteligencia Emocional está la motivación, que es un proceso psicológico compuesto por nuestra habilidad para dirigir los estados emocionales, ello hacia una meta en específico. Esto tiene que ser de forma positiva y enérgica, porque ayudará a enfrentarse a los contratiempos con vigor.

 

La motivacion sirve para que podamos caminar en nuestra vida, ser persistentes y no dejarse distraer por nada, ni nadie. Cuando no haya motivación, notarás que llegará el cansancio y el aburrimiento. Igualmente la tristeza y el negativismo.

Empatía

La empatía es una cualidad muy valiosa en el mundo en el que vivimos. Lo creo así por lo ciego que podemos ser algunas veces con respecto al sentir ajeno, ya lo lejanos que nos sentimos con nuestro prójimo, cuando debería ser lo contrario.

 

Efectivamente la empatía compone a la Inteligencia Emocional como una capacidad para ponernos en el lugar del otro. De interpretar con asertividad los sentimientos ajenos y vivir sus emociones.

 

Usándola podemos ser más abiertos de mente en la comprensión mutua, también podremos ser de más ayuda en momentos complicados, en esos en los que no se sabe cómo actuar.

Habilidades Sociales

El último de los elementos son las habilidades sociales, estas son una serie de capacidades que nos permiten relacionarnos mejor con los individuos que nos rodean. Ellas son reconocidas como una clave para el desarrollo profesional y personal.

 

Sin las habilidades sociales no seriamos capaces de comunicarnos con eficacia, tampoco de conocer las necesidades de nuestro entorno. Porque para eso estamos hechos, para vivir en comunidad y en unión, tal cual Dios nos enseña a través de su palabra. El problema es que quienes carecen de habilidades sociales muy desarrolladas, se muestran nerviosismo al interactuar con otros por ejemplo.

 

Es allí donde volvemos al tema en su importancia para los niños, porque ellos están siendo constantemente impulsados ​​a socializar en sus escuelas desde muy pequeños. Y un niño al que se le haga fácil trabajar en equipo, tendrá una mayor dificultad en su adaptación en el sistema educativo.

La primera escuela para aprender sobre inteligencia emocional es el hogar

 

¿Quieres que tus hijos tengan una gran inteligencia emocional? Mi principal consejo es que todo empiece desde casa. No es la primera vez que lo dijo, pero es una gran realidad que necesito remarcar una y otra vez, los niños son el reflejo de los padres. Por ende es necesario que en sus hogares vean como la Inteligencia Emocional actúa, y los efectos que puede provocar.

 

Dios ha puesto la tarea más grande de la creación en las manos de las madres y padres, la de concebir vida, y la de guiarla por el buen sendero. Dar un amor inmensurable, como el mismo nos da en su infinita misericordia como nuestro creador.

 

Entonces ¿has evaluado si tú eres un buen ejemplo de inteligencia emocional para tus hijos? Si la respuesta es negativa después de analizarte, debes comprender que los padres que no son emocionalmente inteligentes no podrán enseñar a sus hijos a practicarlo. No puedes dar lo que no tienes, es tan simple como eso.

 

Asimismo debe interiorizar que la misma dinamica emocional que viven los padres es la misma que viven sus hijos. Los hijos manejaran sus emociones de la misma forma como sus padres lo hacen. Eres el espejo en el que tu hijo se reflejará, así que es un trabajo de equipo, es un trabajo que no solo depende de los pequeños, sino de los grandes de la casa.

¿Qué tipo de padre eres?

La relación entre padres e hijos es un hermoso que se debe fortalecer y enriquecer día con día, pero estamos de acuerdo con que no será una tarea sencilla el mantenerlo estable todo el tiempo por su complejidad.

 

En especial durante la etapa de desarrollo de los niños, etapa fundamental para solidificar ese lazo sagrado. El camino del crecimiento emocional está lleno de responsabilidad, y es una tarea constante de educación propia.

 

Una de las formas de hacerlo es identificando el tipo de padre que eres. Para esta tarea el psicólogo y clínico estadounidense John Gottman ha clasificado a los padres según varios tipos, los cuales son:

 

  • Padres descuidados : Son el tipo de padres que menosprecian y ridiculizan las emociones negativas que tienen los pequeños.
  • Padres castigadores : Son quienes imponen castigos y reprenden a sus hijos. Abundan los sentimientos negativos.
  • Padres que no establecen límites : Estos padres están en un camino medio en donde aunque aceptan las emociones negativas del niño, no son capaces de establecer límites en sus comportamientos.
  • Padres “entrenador emocional”: Este es el ideal a ser, aquellos padres que cuando identifican los sentimientos de sus niños pueden incentivarlos a hablar de ello. También a que juntos encuentren una solución.

 

Tú mismo tienes el poder para ser el entrenador emocional de tu hijo, pero para eso, esta clase de padres se identifica del resto por tener habilidades como: saber identificar las emociones del niño, aprovechar las oportunidades para enseñarle, escucharlo con empatía, validar sus sentimientos y enseñarles a definirlos. Por igual, a establecer límites a los sentimientos negativos, y en respuesta darle soluciones accesibles para ellos.

 

Si este artículo te ha servido me encantaría que pusiera un comentario con tus preguntas o experiencia sobre el tema. Si conoces a alguien que le puede interesar invitar a leerlo y les puede ayudar. Si necesitas ayuda profesional, puedes llamarme al 407-3743712.

¿Qué es la Inteligencia Emocional y cuál es su importancia en nuestros hijos?

He perdido la cuenta de la cantidad de padres que me han llamado preocupados por la falta de inteligencia emocional o por el comportamiento errático de sus niños. Desde pequeños que son agresivos con compañeros de su colegio, hasta pequeños retraídos a los que les cuesta relacionarse. Como su representante desaparecerá que es tu responsabilidad ayudará a superar estas acciones, por lo que buscarás motivos que culpar en ti o castigos que dar para corregirles.

 

Aun así ¿te has preguntado alguna vez si tu hijo es capaz de manejar sus propias emociones? La complejidad de las relaciones humanas empieza desde muy temprano en la vida, por fin de la falta de inteligencia emocional, producirá la incapacidad de control o manejo en la proyección de las emociones a los demás.

 

La inteligencia emocional es simplemente tan importante como otros tipos de inteligencias, porque te ayudará a conocerte a ti mismo ya los demás a medida que vas creciendo. Al incentivarla en niños estos verán cómo su aprendizaje mejorará, podrá resolver conflictos con mayor facilidad e incentivará un mejor bienestar personal y social.

 

Si sientes que inviertes muchos esfuerzos haciendo que tu hijo cumpla con sus tareas, con que saque buenas notas o se comporte como quieres, ten en cuenta que su desarrollo adecuado no estará solo enfocado en la inteligencia académica. Es tiempo de que te ayude a indagar en qué es la inteligencia emocional. Comenzamos.

 

¿Qué es inteligencia emocional?

La inteligencia emocional se trata de un conjunto de habilidades que sirven para el manejo correcto de las emociones. Como por ejemplo: la motivación, la empatía, el entusiasmo o el autocontrol. Dichas habilidades pueden ser adquiridas desde el nacimiento o ser aprendidas en el transcurso de la vida. Es por eso que tanto adultos como niños están en la capacidad de desarrollarla.

 

Fue en el año 1990 cuando fue empleado por primera vez este concepto, ello por parte de los psicólogos norteamericanos Peter Salovey y John Mayer

 

A diferencia de lo que puedes creer, la inteligencia emocional no consiste en alterar la capacidad de generar emociones según los estímulos percibidos. Por el contrario, consiste en las reacciones que se tienen por ellas. Te sorprenderá esto pero las reacciones que provocan las emociones son muchas veces mayores que la emoción en sí.

 

Es por eso que una persona inteligente emocionalmente tendrá las siguientes nociones en su forma de actuar:

 

  • Conocen con profundidad sus emociones: Quienes la desarrollan son capaces de analizar sus emociones e interpretarlas. No solo las sientes.
  • No reprimen sus emociones: Mostrarán sinceridad y autenticidad con respecto a sus sentimientos. Ellos también pueden expresar sus sentimientos con claridad.
  • Muestran un balance en sus emociones : Todo es sobre el equilibrio, y como son capaces de identificar entre lo malo y lo bueno. Buscan soluciones de utilidad siempre.

 

Con todo lo anterior que te he dicho, es lógico querer que nuestros hijos tengan esta clase de inteligencia. Sin embargo, primero es fundamental que como padres seamos capaces de educarnos a nosotros mismos y seguir por el sendero que ha sido establecido por nuestro Dios.

¿Qué son las emociones?

De una manera técnica, las emociones son reacciones psicofisiológicas que tenemos para adaptarnos al medio en el que estamos. En otras palabras, nuestro cerebro tiene la grandiosa capacidad de modificar nuestras cogniciones para tener conductas que nos hagan sobrevivir dependiendo de la situación. básicamente las emociones son funciones adaptativas que tiene nuestro organismo.

 

Al mismo tiempo dicha función tiene componentes fisiológicos (una reacción involuntaria como la de la respiración acelerada), componentes cognitivos (una experiencia subjetiva) y componentes conductuales (el cambio de comportamiento como los movimientos o gestos del rostro).

 

De acuerdo con Paul Ekman , las emociones basicas o primarias son seis, estas son:

 

  1. Miedo: Asociada con el nerviosismo, inquietud y ansiedad.
  2. irá
  3. alegría:
  4. sorpresa:
  5. Asco
  6. Tristeza : Asociada con el aislamiento o disminución de energía.

 

¿Por qué es importante la inteligencia emocional?

Si tu hijo no es bueno en matemáticas por ejemplo, pero en lugar de pedir tu ayuda, grita y se frustra con facilidad, allí notarás la importancia de la inteligencia emocional. Porque los niños que la tienen son capaces de resolver problemas manejando sus emociones con prudencia.

 

Pero el lograr que tus hijos dispongan de la misma, en realidad no es algo medible. No existen pruebas como la del cociente de inteligencia (CI) para saber si se la tiene, igual su vitalidad en el desarrollo infantil es muy destacable. Un niño que sea inteligente emocionalmente podrá responder de forma favorable al ambiente que le rodea. Por igual, podrá establecer mejores relaciones con otros niños y adultos.

 

Incluso considera que incentivar la inteligencia emocional es ideal sobre todo para esos pequeños que tienen dificultades para concentrarse o aprender. Porque con ella podra mejorar sus habilidades de aprendizaje, y desarrollarse de esta manera.

 

Como madre o padre necesita colocarte en la posición de tu hijo en cada momento complicado. Entonces tan solo imagina que tienes dificultades de aprendizaje y de atención, por lo que no puedes resolver con facilidad las tareas que para tus otros compañeros son fáciles. Los niños con esta clase de complicaciones suelen sentirse apenados e intimidados por el aprendizaje. Pero estimulando su inteligencia emocional, podrás prepararlo para nuevos retos.

 

También debe considerar que el hecho que un niño presente problemas con la Inteligencia Emocional podría ser una señal de que tendrá dificultades de aprendizaje o atención a futuro. La razón es que los niños con TDAH tienden a desarrollar sus habilidades sociales con más tardanza, ya no interpretarán acertadamente todas las situaciones que deben vivir.

 

Si tu hijo se adapta a esta descripción o te sientes identificado con lo que te comentó, no sientas que no hay solución. Es todo lo contrario porque de hecho la Inteligencia Emocional puede ser modificada.

 

Si este artículo te ha servido me encantaría que pusiera un comentario con tus preguntas o experiencia sobre el tema. Si conoces a alguien que le puede interesar invitar a leerlo y les puede ayudar. Si necesitas ayuda profesional, puedes llamarme al 407-374-3712.

¿Puedo hacerte todas mis preguntas ignorantes?

¿Puedo hacerte todas mis preguntas ignorantes?¿Honestamente? La respuesta de la mayoría de la gente a esta pregunta en particular es no. ¿Cuál sería su respuesta más inmediata a esta pregunta?

Los psicólogos están de acuerdo en que cuando las personas les hacen preguntas «ignorantes» a otras personas, la mayoría de las personas se sienten incómodas y, a menudo, molestan cuando las escuchan.

Entonces, ¿Qué preguntas se pueden clasificar como preguntas ignorantes?

Las  preguntas ignorantes se perciben de tal manera cuando, uno cree que la pregunta ya ha sido respondida, entonces, ¿por qué molestar a los demás haciéndola?

En cuanto a las preguntas, está científicamente comprobado que aprendemos sobre la vida haciendo preguntas. Algunas preguntas comunes que la gente hace sobre la vida, por ejemplo, son

• ¿Cómo me ve la gente?
• ¿Qué / a quién le hice bien hoy?
• ¿Soy fiel a mis valores?

Más importante aún, las respuestas a las preguntas más complicadas de la vida se resuelven dentro de nosotros por nuestra cuenta.

Cuando nos enfrentamos a preguntas de la vida, aprovechamos nuestras experiencias de vida para formular las mejores respuestas posibles. Cuanto más vivimos la vida, más entendemos la vida. Más importante aún, con el tiempo, la recopilación de nuestras experiencias vividas da forma a quiénes somos, de una forma u otra.

Esto aún no es evidente cuando los niños apenas están comenzando a atravesar la vida. Por esta razón, les encanta hacer todo tipo de preguntas. Por ejemplo, a través de preguntas, los niños aprenden las relaciones de causa y efecto.

Al pensar críticamente sobre la narración, identificar las relaciones de causa y efecto dentro de la historia ayuda a los lectores jóvenes a enfocar su comprensión de la historia. El enfoque de la historia está en lo que sucede en la historia y cómo sucedió; qué y cómo son dos elementos importantes de comprensión. Como educadora, es importante desarrollar un buen entendimiento entre los lectores jóvenes. Una buena comprensión ayuda a los lectores a concluir qué es importante y un hecho.

Volviendo a los tipos de preguntas, mientras algunas personas estarán de acuerdo y otras en desacuerdo con la definición de  preguntas ignorantes, la idea que se persigue aquí es comprender el ‘qué y por qué’ de las preguntas.

No obstante, hay preguntas mal informadas o preguntas mal formuladas. Las preguntas mal formuladas y no informadas son peligrosas. Las preguntas mal informadas y las preguntas mal formuladas afirman suposiciones incorrectas. Por esta razón, es importante comprender el qué y el por qué de las preguntas al comunicarse para evitar corresponder bajo suposiciones incorrectas.

La mayoría de la gente tiende a hacer suposiciones, pero desafortunadamente, estas suposiciones tienden a ser incorrectas y negativas.

Previamente, la mayoría de las suposiciones incorrectas conducirán a reacciones negativas. Las reacciones negativas provocan conflictos y malentendidos. La buena noticia es que podemos evitar conflictos y malentendidos impidiendo hacer suposiciones incorrectas y negativas.

Para evitar hacer suposiciones negativas o incorrectas, debemos aclarar nuestra comunicación.

Para aclarar un mensaje, un receptor se beneficia de escuchar con atención, tomar notas o reformular lo que se está diciendo, repitiendo el mensaje con sus propias palabras. En esto, un oyente puede comunicar a un hablante que le importa lo que se dice.

También se recomienda evitar la necesidad de interrumpir al hablar; Si es necesario interrumpir al hablante, se debe indicar suavemente una pausa para reflejar todo lo que se ha dicho.

En general, según la Harvard Review, las buenas habilidades para escuchar ayudan a los trabajadores a evitar conflictos y malentendidos al aclarar suposiciones muy incorrectas. Nos beneficiamos cuando nos comunicamos bien entre nosotros y con todos.

Otro aspecto acerca de las suposiciones incorrectas, inadvertidamente, para las personas en relaciones personales con otras es que puede causar una acción o reacción a una realidad que puede no reflejar con precisión lo que realmente está sucediendo debido a suposiciones y juicios apresurados sobre el comportamiento de la otra persona.

Las habilidades para escuchar mejoran las buenas relaciones humanas de manera saludable y sincera y son una herramienta importante para aclarar los supuestos; Las buenas habilidades para escuchar nos ayudan a desarrollar la confianza necesaria para liderar e inspirar a un equipo o aprender de los demás.

Aun que las buenas habilidades para escuchar permitan a los remitentes y receptores de mensajes recibir e interpretar los mensajes del proceso de comunicación con precisión, es importante recordar que estas se caracterizan principalmente por adoptar una disposición o una actitud abierta para escuchar a los demás.

Aquí el mejor ejemplo. Estaban Adán y Eva, quienes podrían comer frutos de todos los árboles excepto uno. Sí, había muchos árboles en el jardín. Pero Dios dijo que Adán y Eva pudieron comer frutos de todos los árboles menos uno. Luego, Adán y Eva comieron la fruta, una versión de la escuela sabática, y se escondieron de Dios. Algún tiempo después, Dios se unió a ellos y fingió no saber dónde y cómo estaban; Adán y Eva se sintieron vulnerables y estaban desnudos.

En estos pasajes, Dios le preguntó a Adán: «Adán, ¿dónde estás?». Teológicamente, este es un tema de una larga conversación. Sin embargo, los eruditos de la Biblia están de acuerdo en que cuando Dios pregunta: «Adán, ¿dónde estás?» el SEÑOR tenía la intención de llevar a Adán a un lugar de responsabilidad. La responsabilidad nos convierte en mejores comunicadores y también nos anima a comunicar las expectativas de forma eficaz.

Nos beneficiamos de ser responsables de cómo nos comunicamos todos y entre nosotros.

Independientemente de cómo nos sintamos o definamos  preguntas ignorantes, al hacer una pregunta, comunicamos una necesidad o un deseo de aprender. Por esto, un punto para recordar es tener la voluntad de escuchar para honrar la pregunta y, lo que es más importante, para honrar la necesidad o el deseo de aprender que expresan las personas.

Una pregunta es una invitación abierta a relacionarnos con los demás, a construir a otros, mientras que al responder a los demás, nos construimos a nosotros mismos.

Por Kate-J.Life
M.Ed., MHFA

Todo es cuestión de actitud.

Muchas veces hemos escuchado la frase “todo es cuestión de actitud”, pero ¿sabemos qué quiere decir? ¿Sabemos qué implica y qué significa realmente?

 

Comencemos por definir qué es actitud.  Se define como el efecto del conjunto de creencias y valores relativamente estables a lo largo del tiempo en la disposición o tendencia a actuar de determinada manera o acometer algún tipo de acción. Se trata de un aspecto determinante a la hora de llevar a cabo una acción y el tipo de emoción que genera dicha actividad o manera de interactuar ante una situación o estímulo concretos.

 

Además, la actitud del individuo se desarrolla y depende del entorno en la que esta se desarrolla, e incluso, puede llegar a depender de patrones hereditarios, biológicos, y con el refuerzo negativo o positivo que realice la persona ante determinado estímulo.

 

Entonces, el enfoque que tengamos sobre cualquier situación que se nos presente en la vida dependerá de los conceptos y formación de base que se han desarrollado a lo largo de nuestra vida, basados en las experiencias que hayamos vivido y los factores internos y externos que nos lleven a percibir dicha situación de una u otra manera. Por lo tanto, nuestro actuar ante dicha situación dependerá de la actitud con la que decidamos enfrentarla.

 

Los resultados y perspectivas que obtendremos serán reflejo de las acciones que tomemos motivados por las actitudes manifiestas en medio de la buenaventura o la adversidad.

 

A veces, la forma en la que uno mira la vida y se enfrenta a lo que esta le depara marca la diferencia entre la felicidad o la desdicha, entre la satisfacción o la frustración. Porque a veces, lo que nos pasa o, al menos, cómo lo percibimos, es una cuestión de actitud. 

 

Muchas personas han adoptado a lo largo de su vida una mirada muy pesimista y no encuentran salida a ese hecho que les afecta. De esta forma, evitan asumir la responsabilidad ante los acontecimientos que la vida les presenta.

 

Estas personas, generalmente, ponen toda la responsabilidad de sus “desgracias” fuera de su órbita de acción. Es lo que se denomina locus de control externo. Siempre es el otro el responsable o “culpable” de toda situación negativa en su vida. Frases como “eres el/la culpable de todos mis problemas” son comunes entre estas personas.

 

El otro grupo es el que ve la vida con más optimismoSaben que las circunstancias que ésta les trae son desafíos para crecer. Por ello, viven menos estresados, suelen parecer más felices y estar más sonrientes. Son los que saben que la vida no es amenazante en sí misma, sino que lo que la hace “buena” o “mala” es una cuestión de actitud. De ahí que se tomen la libertad de elegir cómo enfrentarla. Por lo tanto, aquí es en donde aplica la frase “todo es cuestión de actitud”. Nosotros decidimos cómo enfrentar los acontecimientos y situaciones. Los resultados dependerán del enfoque que tengamos, en el que manifestemos la actitud que tomamos.

 

Muy poco se habla de José. Todo sermón que se predica alrededor de esta época decembrina es sobre María, el niño Jesús, los reyes magos y los pastores. Pero, es interesante la actitud de José en toda esta trama del nacimiento de Jesús.

 

Él estaba preparándose para su boda con su prometida María, coordinando los invitados, el pastor que los casaría, el lugar de la recepción. En realidad, José estaba muy ocupado cuando un día ve que María llega llorando sin saber qué decir. Después de él pedirle que le dijera que le pasaba, ella le dice: “estoy embarazada, voy a tener un bebé”.  Lo primero que le vino a la mente a José fue: “no es mío, ¿de quién será?” ¿Cuál habría sido tu reacción en una noticia como esa? Tal vez habrías maldecido a María, o lamentado el día en el que la conociste. Pero no, José tuvo una actitud diferente. Él era un hombre justo, íntegro y fiel a Dios. No juzgó, ni sacó sus propias conclusiones sobre el asunto, sino que simplemente decidió proteger a María porque la amaba y lo mejor que podía hacer era separarse de ella sin que nadie lo notara. Y ya cuando se disponía  a llevar a cabo su plan, el ángel del Señor se le acercó y le explicó todo lo que estaba pasando con María. Allí, José entendió el propósito que Dios tenía para él, para su vida. La actitud que decidió tomar ante esta situación marcó la diferencia entre huir o tener un rol tan importante en la historia del mundo, al criar al Salvador, quien vino a habitar en su hogar.

 

¿Cuál es tu actitud ante los desafíos que tienes en tu vida? ¿Tienes la fe de José, quien no dudó del mensaje del ángel de Jehová y tuvo un rol importante en la historia del mundo? ¿Hay situaciones en tu vida que pudieron resultar diferentes si tu actitud hubiese sido otra al enfrentarlas? ¿Crees que la actitud que tomas ante las situaciones influye en cómo estas resultan en tu vida? Comparte con nosotros tu opinión y tus experiencias en la sección de comentarios y cuéntanos tu punto de vista. Dios te bendiga.

Cuando se violan los limites

No hay equilibrio sin límites. No puede existir salud física, relacional o emocional sin límites. Cuando estos se borran, existe el caos. Todo el universo creado por Dios se rige a través de límites que Él ha establecido.

 

¿Qué son los límites, podrías preguntarte? Son líneas reales o imaginarias que marcan propiedad, fin de una superficie o cuerpo, o tal vez la separación entres dos sujetos. Los límites son ese punto que no debe o puede sobrepasarse.

 

La Creación comenzó con el establecimiento de límites. La tierra estaba desordenada y vacía y lo primero que hizo Dios fue establecer límites. El caos en la tierra se terminó cuando Dios comenzó a establecerlos. Creó la luz para colocar límite entre la luz y las tinieblas. Cada día creado por Dios tuvo un límite. Es por eso que dice: “y fue la tarde y la mañana del primer día” (Génesis 1;13-15). Límites claros para mantener el orden en todo lo creado. Dios también estableció un límite entre el Sábado y el resto de los días de la semana. El Sábado fue declarado un día de reposo y adoración (Génesis 2:3).

 

Pero, en donde quiero profundizar es en los límites que Dios estableció entre Él y sus criaturas, Adán y Eva. Esto se ve reflejado en el árbol de la ciencia del bien y del mal. Dios le dijo a Adán, “el día que de él comieras, morirás” (Génesis 2:16,17). Es decir, Adán y Eva tenían acceso a todos los árboles del huerto con excepción de uno, ese árbol que era el límite entre Dios y sus criaturas. ¿Por qué Dios tuvo que establecer este límite entre Él y sus criaturas? ¿No hubiera sido más fácil para sus criaturas simplemente tener acceso a todos los árboles del huerto.

 

Dios estableció un límite claro entre Él como creador y sus criaturas. Es por eso que él tenía el derecho de reservarse algo para Él, a través de lo cual el hombre demostraría el respeto al límite establecido por Dios entre Él y sus criaturas. Si Dios no hubiera colocado ese límite claro, el hombre sí habría creído que era el dueño de todo lo creado y que estaba al mismo nivel de su Creador porque no había nada, un limite claro, que los separara a los dos. Es por eso que Dios estableció un límite para diferenciar con claridad el dominio de su propiedad y lo que le correspondía a sus criaturas.

 

Como mencionamos al principio de este blog, no pueden existir relaciones saludables sin límites claros. Y, esto es una gran verdad en la dimensión de las relaciones humanas y la dimensión de las relaciones entre el hombre y Dios. Cuando los límites se violan, ya sea en el mundo exterior, como fue entre la relación de Adán, Eva y Dios, o se violan en el mundo interior, falta de control de nuestros deseos (comiendo del fruto prohibido), entonces, se experimenta el caos.

 

El caos llegó a la relación entre Adán y Dios cuando él cruzó el límite del árbol prohibido y pecó. El violar el límite establecido produjo una separación entre Dios y el hombre. Ya Adán no podía hablar de la misma manera en la que hablaba con Dios cara a cara. Las consecuencias de ese límite cruzado fue la muerte, porque la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23).

 

Pero, ese límite también se produjo en una dimensión psicológica o interna. La falta de dominio propio al controlarse y evitar comer del fruto prohibido, los llevó a comenzar una vida de desenfreno y caos interno. Los problemas que experimentó la primera pareja, aún seguimos experimentándolos en nuestros días.

 

¿Qué me enseña todo esto? Que Dios nos ha creado para que nosotros sepamos en dónde terminamos nosotros y otros comienzan, y, entendamos con claridad cuáles son nuestras responsabilidades. Debemos respetar aquello que Dios ha apartado para sí mismo. Debemos tomar responsabilidad por nuestras almas con temor y temblor porque Dios nos creó y tendremos que dar cuenta un día de lo que nos pertenece.

 

Proverbios 4:23 dice que “sobre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de Él proviene la vida”. Es decir, que somos mayordomos de nuestras vidas porque las mismas están dentro del límite de autonomía e individualidad que todos tenemos. Es por eso que Dios nos dio libre albedrío. Dios no puede cruzar los límites que Él mismo estableció, de la misma forma como Adán y Eva no podían cruzar el límite que Dios había establecido con el árbol prohibido.

 

Esto quiere decir que los límites protegen a ambos sujetos involucrados entre sí. En el caso del humano, es nuestra máxima responsabilidad responder por nuestros sentimientos, actitudes, comportamientos, elecciones, talentos, pensamientos, deseos y amor. ¿Qué estoy tratando de decir? Si yo estoy experimentando ira, es mi problema, no es el problema de otra persona porque mis emociones están dentro del círculo de límites que soy como ser humano.

 

Por lo tanto, debo asumir toda responsabilidad y resolverlo como lo estipula la Biblia en Efesios 4:26, “airaos, pero no pequéis.” Si mi comportamiento está fuera de lugar, es mi responsabilidad atender ese problema y controlar ese comportamiento maladaptativo como dice 2 Pedro 1:6. Un día tendré que darle cuenta a Dios de todo lo que está dentro de los límites que me corresponden a mí como ser humano.

 

¿Qué principios podemos extraer de los límites establecidos por Dios cuando colocó el árbol del bien y del mal para no vivir en el caos y tener relaciones saludables con el mundo que nos rodea?

 

Límites: la necesidad de vivir dentro de los propios límites que Dios ha establecido y hacerlos cumplir y las consecuencias con los demás. Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal. (Génesis 2:16,17)

Verdad: la capacidad de decir la verdad y ser honesto aclara muchos problemas de límites. Dios dijo que Adán moriría si violaba el límite. Noten, que la serpiente dijo que “no morirían” (la mentira). Hoy la raza humana muere producto de la desobediencia de Adán y por cruzar el límite.

 

Respeto: no solo debemos imponer y vivir nuestros propios límites, debemos aprender a respetar los límites y la libertad de los demás.

 

Sembrar y cosechar: nuestras elecciones y comportamientos tienen consecuencias y resultados reales, y debemos hacerlos cumplir y permitirles disciplinar a los demás. Hoy estamos cosechando lo que nuestros primeros padres sembraron.

 

Actividad: los límites son una forma activa de vida. Para ser alguien con buenos límites, se debe renunciar a la posición pasiva en la vida y la relación.

 

En mi próximo blog, hablaremos sobre cómo aplicar todos estos principios a las relaciones familiares.

 

Te pregunto, ¿qué límites estás violando últimamente que tal vez te están llevando a experimentar caos en tu vida? ¿Qué crees que debes hacer? ¿Qué consejo le darías a las personas que están leyendo este blog?

Madurez emocional en el adulto

¿Por casualidad has visto alguna vez nacer a un potrillo o a un becerro? Si no lo has visto personalmente, tal vez lo has visto en algún programa del Discovery Channel. Usualmente toma lugar en un campo abierto o en un establo. La madre no va al hospital para que nazca su criatura en las manos de un doctor.  Ella no tiene camilla para dar a luz, nadie le ayuda y solo por procesos instintivos logra dar a luz. Casi inmediatamente, cuando nace la cría, con mucho trabajo se pone de pie. Sus pies se tambalean, pero logra continuar. Nadie le enseña cómo caminar y no tiene que esperar un año para aprender hacerlo. Solo pasa a minutos después de nacer. Nadie le enseña tampoco a dónde tiene que ir para comer o cómo sobrevivir. Todo ocurre por instinto. La madre solo observa cómo su pequeña cría encuentra su comida. 

 

Cuando nosotros nacimos todo fue muy diferente. ¡Cuánto me hubiera gustado salir corriendo apenas al nacer! ¡Cuánto hubiera deseado saber cómo defenderme yo mismo sin depender de mi madre! ¡Cuánto me hubiera gustado aprender a relacionarme con los demás sin la ayuda de mis padres! Nada de eso ocurrió de la forma en la que ocurre en la vida de muchos animales. Pero, los animales no tienen lo que nosotros tenemos, una mente.  Esa mente que nosotros tenemos contiene 100 billones de neuronas y la capacidad de almacenar información como ninguna otra computadora en el mundo. Pero, hay un problema, el uso futuro de la mente de un niño dependerá de su desarrollo. El infante necesita aprender a través de los años a cómo usar y desarrollar su mente. Y, a través de la influencia de los padres y la escuela, ese niño crecerá para usar de una forma poderosa el órgano más importante del ser humano. Cada vez que el niño memoriza algo, se forman nuevas neuronas. 

 

La mente controla al hombre en su totalidad. Todas nuestras acciones, buenas o malas, tienen su origen en la mente. Es la mente la que adora a Dios y nos vincula con los seres celestiales. . . Todos los órganos físicos son siervos de la mente, y los nervios son los mensajeros que transmiten sus órdenes a cada parte del cuerpo, para dirigir los movimientos de la maquinaria viviente. . . 

(Mente, Carácter y Personalidad, p. 409)

 

Una de las funciones primordiales de la mente es el manejo de las emociones. Las emociones son reacciones cognitivas, fisiológicas y sicológicas del ser humano ante las diferentes experiencias que tenemos en la vida. De la misma forma en la que la mente se desarrolla y crece, el ser humano debe aprender a manejar sus emociones para luego alcanzar la madurez emocional. El problema está en que la madurez emocional no siempre está en correspondencia con la edad cronológica del ser humano. La edad cronológica es la forma de medir el tiempo que ha vivido una persona. Yo tengo 52 años de edad, esa es mi edad cronológica. Mi edad cronológica y emocional pueden no estar al mismo nivel. Yo podría tener 52 años de edad, pero ser un niño emocionalmente, pues la edad cronológica y emocional no siempre van juntas. Y si con la edad que yo tengo no he crecido emocionalmente, entonces puedo ser un adulto emocionalmente enfermo. 

 

El adulto emocionalmente enfermo

 

Me gusta como Peter Scazzero desarrolla este concepto en su libro El Líder Emocionalmente Sano. Él pregunta, ¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en un adulto emocionalmente enfermo?

    • Déficit emocional y espiritual que causa un impacto en todos los aspectos de su vida. Esos déficits emocionales se manifiestan mayormente a través de una falta generalizada de sensibilidad. 
    • Los adultos enfermos se entregan a más actividades de las que sus reservas espirituales, físicas y emocionales combinadas son capaces de sostener. Dan para los demás más de lo que reciben.

 

Características del adulto emocionalmente enfermo

 

  • Tiene baja conciencia de sí mismo.
  • No hace caso de las emociones que le puede estar enviando el cuerpo.
  • No presta atención a su familia de origen.
  • Incapacidad de leer el mundo emocional de ellos y los demás.
  • Le da prioridad al trabajo, estudio, labores, etc., sobre el matrimonio o la soltería.
  • No tiene una visión de su matrimonio o soltería como el don más grande que tienen. 
  • Toma decisiones sin pensar en el impacto en su matrimonio o soltería. 
  • Se desborda de manera crónica a estar siempre ocupado en el servicio a Dios o a los demás y descuidan su relación con ellos. 
  • Vive sin límites.
  • Carece de ritmo entre su trabajo y su descanso.

El desarrollo emocional del adulto.

 

La madurez emocional no es algo que llega de forma automática con el transcurrir de los años; no es algo que se aprende en la escuela. Es algo que se aprende en la casa desde antes del primer año de vida. La dinámica emocional que tienes en tu vida es la misma dinámica emocional que ha corrido en tu familia por generaciones. Es muy probable que estés en el mismo nivel de madurez emocional que tuvieron tus padres. Probablemente, no pudiste crecer más allá de donde llegaron tus padres, porque ellos fueron los primeros modelos e instructores que tuviste para aprender a expresar tus emociones, a menos que hayas roto el patrón emocional que existió en tu familia. 

 

BEBÉS EMOCIONALES

 

A los adultos cuyo nivel de madurez emocional es muy bajo, se les denomina “bebés emocionales” y tienen las siguientes características

  • Buscan a otros para que los cuiden.
  • Tienen mucha dificultad para entrar al mundo de otros. 
  • Son conducidos por la necesidad de ser gratificados. 
  • Usan a otros como objetos para satisfacer sus necesidades. 

 

NIÑOS EMOCIONALES 

 

 

  • A los adultos cuyo nivel emocional es medio-bajo, se les denomina “niños emocionales” y se caracterizan porque:

 

  • Se muestran rápidamente ante las presiones, desilusiones, problemas.
  • Interpretan los desacuerdos como ofensas personales. Se sienten heridos con facilidad.
  • Se quejan, se retraen, manipulan, se vengan, son sarcásticos cuando no obtienen lo que quieren.
  • Tienen grandes dificultades para hablar en forma calmada, amable y madura de sus necesidades y las cosas que desean, de una manera.

 

ADOLESCENTES EMOCIONALES

 

También existen los adultos con un nivel de madurez emocional medio, denominados “adolescentes emocionales”, quienes se caracterizan porque:

  • Tienden a estar siempre a la defensiva.
  • Se sienten amenazados y alarmados por las críticas.
  • Llevan una puntuación de lo que dan para después pedir algo a cambio.
  • Lidian mal con los conflictos, generalmente culpan, apaciguan, van con una tercera persona, hacen mala cara o ignoran el tema por completo.
  • Se preocupan por ellos mismos solamente.
  • Tienen dificultad para escuchar verdaderamente el dolor, las desilusiones o necesidades de otras personas.
  • Son críticos y sentenciosos.

 

ADULTOS EMOCIONALES

 

Cuando las personas alcanzan un nivel alto de madurez emocional, se les denomina “adultos emocionales”, pues han alcanzado la plenitud de la madurez emocional. Se caracterizan porque:

  • Son capaces de pedir lo que necesitan, quieren o prefieren de manera clara, directa y honesta.
  • Reconocen, controlan y asumen responsabilidad de sus propios pensamientos y sentimientos.
  • Pueden, aun bajo presiones, afirmar sus propias creencias y valores sin ser adversos.
  • Respetan a otros sin tener que cambiarlos.
  • Dan a las personas un lugar para el error y reconocen que no son perfectas.
  • Aprecian a las personas tal cual son, las buenas y las malas, y no por lo que reciben a cambio.
  • Evalúan con precisión sus propios límites, fuerzas y debilidades y son capaces de discutir acerca de ellos con otros libremente.
  • Están satisfechos y felices mientras reciben lo que quieren.
  • Están sintonizados profundamente con el propio mundo emocional y pueden entrar en los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otros sin perderse ellos mismos. 
  • Tienen la capacidad de resolver un conflicto con madurez y negociar soluciones que toman en cuenta a las perspectivas de otros. 

 

Hasta ahora les he demostrado que nuestra madurez emocional no está conectada con la edad cronológica que tengamos, pero sí debe estar conectada con nuestra madurez espiritual.

 

Por muchos años fui ignorante de esta realidad. Yo pensaba que mi madurez emocional no tenía que ver nada con mi madurez espiritual y que yo podía crecer espiritualmente sin tener en cuenta mis emociones. También pensaba que las emociones eran simplemente parte del cuerpo del ser humano y que no había nada que nosotros pudiésemos hacer para aprender a cómo expresarlas correctamente. 

 

Cuando comencé a desarrollarme como líder en la iglesia recuerdo que yo trataba de estar conectado con Dios, de tener intimidad con Él. Pero, a la hora de expresar mis emociones y relacionarme con los demás, tenía serios problemas. Yo esperaba que todo el mundo tuviera el mimo compromiso que yo tenia. Si las personas no cumplían con los compromisos que adquirían, tenían que escuchar mi amonestación. Yo los ponía en la lista negra y me desconectaba de ellos. Casi me sale una úlcera por vivir de esta manera. Hasta que Dios me mostró lo equivocado que yo había estado durante toda mi vida. No podemos andar por la vida siendo bebés o adolescentes emocionales que se molestan por todo lo que sucede a su alrededor o por las acciones que realizan los demás. Debemos crecer en nuestra madurez emocional, lo cual también nos llevará a alcanzar la madurez espiritual con la ayuda del Espíritu Santo. Si logramos alcanzar la madurez de un “adulto emocional”, podremos tener una vida plena y feliz, con relaciones interpersonales basadas en el respeto y consideración hacia los demás; una vida llena de empatía por los demás. 

 

Te invito a tomar la iniciativa de recorrer el camino hacia la madurez emocional y espiritual. Toma la decisión de mirar a los demás desde los ojos del amor, respeto, consideración y empatía. Pero, no olvides mirarte a ti mismo(a) también a través de esos ojos, pues muchas veces descuidamos nuestro propio mundo interno. Y pide al Espíritu Santo que te ayude a seguir creciendo emocional y espiritualmente. Escudriña la palabra de Dios, pues en ella encontrarás lecciones de vida que enriquecerán tu mundo interno.

 

¿Conoces alguna otra forma de avanzar en el camino hacia la madurez emocional? Compártela con nosotros en los comentarios y así podremos ayudar a otros a seguir creciendo emocional y espiritualmente 

¿Adicto a las redes sociales? Actúa ya.

No se toma en serio en nuestra sociedad a la adicción a las redes sociales, a pesar del hecho de que puede tener consecuencias desastrosas y de que su prevalencia está en aumento. La cantidad de usuarios de redes sociales ha aumentado constantemente  y siguen apareciendo más sitios web y aplicaciones de redes sociales. Lo que pudo haber comenzado como un uso ocasional para mantenerse en contacto con familiares y amigos lejanos ahora está incrustado en nuestras vidas. Revisamos nuestras redes sociales cuando nos despertamos por las mañanas y antes de ir a la cama por las noches. Esto se ha convertido en la forma en que nos enteramos de perspectivas de empleo y conocemos nuevas parejas románticas. Es común consumir noticias e información a través de las redes sociales, e incluso utilizar las redes sociales como motor de búsqueda.

Al igual que con cualquier cosa que se consuma de forma tan abundante, existen riesgos y consecuencias. Un estudio de The Huffington Post encontró que el 60% de las personas encuestadas informaron que las redes sociales impactaban negativamente su autoestima. Y ese es el uso que se considera típico y normal. Cuando se tiene en cuenta la adicción a la Internet y el ciberacoso, se acumulan los efectos adversos. Un estudio sobre el ciberacoso encontró que “entre un tercio y la mitad de los jóvenes han sido atacados por ciberacosadores, lo que puede resultar en un rendimiento académico más bajo y pensamientos suicidas. La adicción a Internet y los videojuegos incluso han causado muertes, incluida la de un joven de 17 años en Tailandia.

¿Cómo podemos darle sentido a este fenómeno que va en aumento? ¿Por qué parece que gravitamos hacia algo que parece ser nocivo para nosotros?

El Dr. Gabor Maté, autor de In The Realm of Hungry Ghosts, un libro pionero sobre la adicción, ha dicho que “es imposible entender la adicción sin preguntar qué alivio encuentra, o espera encontrar el adicto en la droga o el comportamiento adictivo». Al decir esto, él reconoce que la adicción no se trata de una determinada sustancia, sino de encontrar alivio al dolor. Como sociedad, reconocemos los peligros del abuso de sustancias. Cuando imaginamos la adicción en nuestras mentes, imaginamos al consumidor de heroína o metanfetamina, en algunos casos tal vez un alcohólico. Sin embargo, la adicción no se trata de la sustancia. Y, de hecho, las adicciones de proceso, el nombre que se le da a las adicciones como el juego, el amor y el sexo, la adicción a la comida y las adicciones a los videojuegos o las redes sociales, pueden ser mucho más complicadas. Cuando nuestra adicción es a algo que está tan entrelazado en nuestra vida diaria e incluso las consideramos como algo necesario, puede parecer imposible de romper. Después de todo, no podemos renunciar a la comida ni a las relaciones con otras personas. Y en el mundo actual, renunciar a las redes sociales e Internet se siente como algo imposible de hacer. Abandonar las redes sociales parece ser una declaración, una que dice que nos estamos aislando de la sociedad.

A medida que nos estresamos más, recurrimos cada vez más a comportamientos tranquilizadores. Mientras algunas personas tienen una estrategia principal de afronta las situaciones, muchas otras combinan muchos comportamientos y procesos para afrontar las dificultades de la vida. No son alcohólicos, pero recurren a una copa o dos de vino para relajarse. No necesariamente comen en exceso, pero utilizan el apetito emocional para consolarse. Y pasan más tiempo frente a las pantallas de lo que se sienten cómodos. ¿Es esto algo con lo que te identificas?

¿Cómo puedo saber si mi uso de las redes sociales es problemático?

Si te preocupa que tu uso de las redes sociales no sea saludable, puede ser una buena señal de que lo es. Algunas preguntas que pueden ayudarte a determinar si tienes un problema con el uso de las redes sociales son:

  • ¿Estás utilizando las redes sociales para intentar cambiar tus sentimientos? ¿Estás utilizando las redes sociales cuando estás triste, enojado(a) o ansioso(a)? ¿El uso de las redes sociales es una distracción de lo que está sucediendo en tu vida en este momento?
  • ¿Sientes la necesidad de retratarse a ti mismo(a) de cierta manera en las redes sociales? ¿Notas que pasas mucho tiempo editando fotos de ti mismo(a) antes de subirlas a las redes sociales o tratando de mostrar tu vida de una manera que no se siente auténtica? ¿Siempre tienes que registrarte cuando llegas a algún lugar o dedicar tiempo a tomar fotos de tu comida antes de poder tocarla?
  • ¿Consideras que el uso que haces de las redes sociales puede interferir con la «vida real»? Siendo honesto(a), ¿descuidas las tareas domésticas porque pasas mucho tiempo en las redes sociales? ¿Quieres cancelar planes para permanecer y navegar por Internet?
  • ¿Te consumen los pensamientos sobre las redes sociales? ¿Piensas en las redes sociales cuando estás en clase, en el trabajo o con amigos? ¿Sientes la necesidad de compartir tus actividades en las redes sociales o te sientes ansioso(a) si no puedes hacerlo? ¿Te sientes deprimido(a) o ansioso(a) si a nadie le ha gustado o comentado algo que has publicado?
  • ¿Con qué frecuencia revisas tus redes sociales? ¿Revisas tus redes sociales tan pronto como te despiertas? Cuando recibes una notificación, ¿sientes que debes revisarla de inmediato? Si estás hablando con alguien y recibes una notificación, ¿estarás distraído(a) de tu conversación hasta que revises la notificación? ¿Tu teléfono es lo último que revisas antes de acostarte por la noche? ¿Revisas tu teléfono mientras comes?
  • ¿Te parece que el tiempo se te escapa cuando usa las redes sociales? ¿A menudo pasas más tiempo en las redes sociales del que había planeado? ¿Sientes que estás «en trance» cuando usas las redes sociales? ¿Puedes cambiar entre aplicaciones en un ciclo – revisando Instagram, luego Facebook, Twitter, antes de regresar a la primera aplicación para ver qué hay de nuevo?
  • ¿Tienes problemas o te sientes ansioso(a) cuando no puedes acceder a las redes sociales? ¿Cómo te sientes si no hay conexión a Internet o no puedes acceder a tus dispositivos? ¿Te sientes perdido(a) e inseguro de cómo pasar el tiempo cuando no puedes acceder a Internet o usar tus dispositivos?

Hacerte estas preguntas, y ser honesto(a) acerca de sus respuestas, puede ayudarte a saber si tienes un problema que deberías examinar más de cerca. Luego, puedes pasar a las soluciones.

¿Qué pasos puedo tomar para que mi uso de las redes sociales sea más saludable?

  1. Toma consciencia de tu uso de las redes sociales. El primer paso para combatir el problema es estar consciente de tenerlo. Empieza por tomarte una semana para analizar realmente el uso que haces de las redes sociales. A menudo encontramos que usamos las redes sociales más de lo que pensamos originalmente, ya que el tiempo parece pasar sin que nos demos cuenta, mientras nos desplazamos por las publicaciones. Podríamos darnos cuenta de que levantamos nuestro teléfono para revisar cierto mensaje y somos «absorbidos» sin darnos cuenta. Parece que nos «despertamos» como de un trance quince minutos después, a menudo sin haber completado la tarea original para la que agarramos nuestro teléfono.

Considera usar una aplicación de rastreo para medir cuánto tiempo usas tu teléfono. Recuerda realizar un seguimiento del uso de todos los dispositivos. Empieza a prestar más atención a tus hábitos. ¿Al cuánto tiempo después de despertarte usas tus dispositivos? ¿Durante qué momentos del día utilizas las redes sociales? ¿Qué sientes antes y durante el uso de las redes sociales? ¿Sientes que estás activo cuando las usas, o te encuentras a menudo en un «trance» en el que pierdes la noción del tiempo que pasas desplazándote a lo largo de la información?

  1. Encuentra actividades fuera de línea para pasar el tiempo y planifícalas con anticipación. Muchos de nosotros podemos tener ideas de pasatiempos y actividades alternativas, pero descubrimos que de alguna manera no tenemos tiempo para ellos. Llegamos a casa, revisamos nuestro teléfono para responder un mensaje y, de repente, ya pasó una hora y es hora de hacer las tareas del hogar antes de prepararnos para ir a dormir.

Intenta hacer una lista de las actividades que deseas hacer que no sean en línea y prográmalas en tu día para asegurarte de que realmente las hagas. Si tienes dificultades, intenta notificarle a otra persona. Reúnete con un(a) amigo(a) para trabajar juntos o inscríbete en una clase con un(a) amigo(a).

  1. Reserva un tiempo específico para usar las redes sociales. Si eliminar tus cuentas de las redes sociales no parece factible, entonces reserva ciertos momentos durante el día para el uso de las redes sociales. Puedes utilizar un temporizador para asegurarte de no sobrepasar el tiempo que te has fijado. Luego, abstente de usar las redes sociales fuera de esos horarios establecidos. Sé realista contigo mismo(a): si utilizabas las redes sociales durante cinco horas al día, reservar diez minutos no será suficiente ahora.
  2. Considera ir a terapia. La terapia no es un lugar al que vas como último recurso cuando atraviesas una crisis. Más bien, asegurarte de que la terapia sea algo que hagas con regularidad puede ayudarte a prevenir futuras crisis y hacer que las dificultades sean más manejables. De esta manera, asistir a terapia puede ser una forma de auto-cuidarte.

En la terapia, aprenderás a reconocer los factores que desencadenan el uso de las redes sociales y otros comportamientos nocivos que puedas tener. Obtendrás información sobre tus pensamientos y sentimientos y aprenderás mecanismos de afrontamiento más saludables.

  1. Tómate un descanso de tus cuentas de las redes sociales. Ahora que has hecho un inventario de tu uso de las redes sociales, considera si necesitas todas tus cuentas. ¿Tienes Facebook, Instagram, Twitter, TikTok, LinkedIn, Snapchat y Tinder? ¿Todos satisfacen una necesidad específica de la que no puedes prescindir? Si no puedes eliminar tus cuentas, considera tomarte un descanso de una semana de algunas o todas tus cuentas. Puedes suspender tu actividad y borrar las aplicaciones de tu teléfono para que estés menos tentado(a) a volver atrás y usarlas durante este tiempo. Intenta llenar tu tiempo con actividades que normalmente no puedes hacer, tal vez hacer un viaje de campamento o un retiro.
  2. Utiliza aplicaciones de bloqueo de sitios web. Puede agregar una extensión en su navegador (como Block Site – Website Blocker for Chrome) para bloquear ciertos sitios web. Puedes utilizar un temporizador para que los sitios web se bloqueen durante determinados momentos en los que intentas trabajar, y podrás acceder a ellos cuando te tomes un descanso. Una aplicación para tu teléfono, como Space, puede permitirte saber cuánto estás usando tu teléfono y enviarte recordatorios de notificación cuando lo has estado usando durante demasiado tiempo.
  3. Desactiva tus notificaciones. Limita la cantidad de notificaciones que recibes, para que te distraigas menos cuando no estés usando tus dispositivos. Si estás con otras personas o estás tratando de leer o trabajar, considera poner tu teléfono en silencio para no distraerte de lo que estás haciendo en el momento. Elimina la cantidad de notificaciones generales que recibes de las aplicaciones de redes sociales. ¿Realmente necesitas saber si alguien de tu lista de amigos publicó una pregunta en un grupo? Esto te ayudará a minimizar la cantidad de tiempo que pasas revisando notificaciones y nuevas actualizaciones.
  4. Infórmate sobre el tema. Lee y aprende sobre la adicción, la regulación emocional y el uso responsable de Internet. Mira la charla de Ted sobre ¿Por qué nuestras pantallas nos hacen menos felices? Aquí encontrarás información útil y consejos para minimizar el tiempo de uso de las pantallas.

La adicción a las redes sociales es mucho más común de lo que notamos. La mayoría de las personas no se consideran adictas a las redes sociales, pero admitirán que pasan más tiempo en sus dispositivos del que les gustaría. Esto puede ayudarnos a saber que no estamos solos en esto. Sin embargo, en última instancia, tenemos que estar a cargo de nuestro propio uso. Lo que se siente como un uso inofensivo para una persona puede ser desafiante y nocivo para otra. Tómate el tiempo para encontrar una cantidad saludable de uso de las redes sociales para ti. Tu salud mental se beneficiará de ello.

 

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