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Discusiones de pareja y cómo gestionarlas

Discusiones de pareja: ¿cómo gestionarlas con éxito?

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Todas las parejas son diferentes una de la otra, porque cada una es un universo de características, posibilidades y metas que cumplir. Pero, algo que todas comparten y en lo que necesitan trabajar con dedicación, las discusiones de pareja y su gestión o cómo manejarlas de forma sana.

Tener una discusión con tu esposo/a no es el fin del mundo. Los conflictos y las opiniones opuestas son un factor común en la convivencia de dos personas que, aunque compartan los mismos valores, siguen siendo eso: dos seres humanos distintos, con sus propias perspectivas de vida.

Aun así, las discusiones de pareja pueden llegar a convertirse en momentos muy desagradables si no se tratan con el respeto necesario. Ese simple comentario que creías que era inofensivo, de pronto es la chispa que inicia un estallido en tu compañero/a; u olvidarte de alguna fecha se vuelve el inicio del final.

Es necesario entonces aprender cómo convertir una discusión en una oportunidad para crecer, no para deteriorar el vínculo que tenemos con quien amamos. Deseo enseñarte a continuación cómo esto puede ser posible con algo de esfuerzo y la información adecuada.

 

Discusiones de pareja: ¿Por qué discuto con él/ella?

 

El bienestar y la felicidad que proporcionan los primeros meses del enamoramiento no tienen comparación con nada. Incluso, nuestra pareja nos parecerá perfecta en cada uno de sus aspectos y comportamientos. No obstante, esta faceta no es eterna. No es posible que el enamoramiento aliviane para siempre el peso de los conflictos, desacuerdos, problemas de comunicación y otros más.

¿Eso quiere decir que nuestro amor está muriendo? No, solo avanzando y adaptándose a preocupaciones inevitables del convivir como esposos. Compartir finanzas, los altibajos laborales, tratar quizás con familiares del otro, todo suma para que las discusiones de pareja aparezcan. Pero, contrario a lo que algunos piensan, las discusiones no son un signo directo del deterioro de la pareja.

El signo del deterioro de una pareja es, en cambio, la forma en la que se gestionan y tratan las discusiones. Si dos personas son capaces de manejar las discrepancias naturales en su rutina con respeto y llegan a un acuerdo, esa clase de discusiones producirán un cambio enriquecedor.

Así que, no quiero que temas a esta clase de debate con tu esposo/a, porque un hogar en el que se escuchan y aprecian las opiniones de ambos, es la imagen más elocuente de una familia funcional, saludable y llena de la Gracia de Dios.

En realidad, los matrimonios que nunca discuten son un indicativo de que alguno de sus miembros está reprimiendo sus ideas. Pero, reprimir no es borrar, es solo acumular; acumular sentimientos que algún día estallarán.

 

Recomendaciones para la gestión correcta de discusiones

 

Para solucionar problemas es necesario abordarlos, no evitarlos. Y, aunque esto implique llegar a discutir con tu pareja, si ustedes son capaces de conducir esas discusiones de forma satisfactoria, podrán conseguir resultados enriquecedores.

Quiero darte algunas recomendaciones para que dejes de temer expresar aquello que te lastima o impacienta de tu esposo/a, y que así juntos sean capaces de crear soluciones, no más conflictos:

Antes de hablar, identifica cuál es el problema real

Cuando nos sentimos abrumados por nuestras emociones, será complicado determinar qué es lo que las está generando realmente. Por ejemplo, si estás muy enfadado/a o frustrado/a porque tu pareja está haciendo compras que te esconde a propósito, puede que inicies una discusión y que esta desemboque en una pelea. Pero ¿es por dinero que te sientes así? ¿O es porque ha traicionado tu confianza nuevamente?

También creer que el problema real es una trivialidad es algo a lo que te enfrentarás constantemente en el matrimonio. Esas pequeñas disputas por situaciones al azar, como, por ejemplo, no lavar un plato o nunca usar el perfume que te regalaron, son solo señales de errores mucho más grandes. Debes buscar cuál es la raíz del problema, verbalizarlo y encontrar soluciones con base a eso.

No es lo que digas, sino cómo lo digas

Ten presente que cuando discutes, el tono de tu voz y tu lenguaje corporal dirá por ti todas esas cosas que estás sintiendo. Entonces, si tu actitud es una conflictiva porque todavía no has encontrado la calma necesaria o el entendimiento adecuado sobre la situación, todo esto tu pareja lo percibirá.

Hasta puede que tengas la razón en tu argumento. No obstante, hablar con prepotencia o acusando con tus gestos a tu esposo/a, sin dejar que se defienda primero, provocará momentos poco agradables.

Se supone que las discusiones deben ser conciliadoras, no oportunidades para reprochar y recriminar por horas y horas. Te sugiero, por ello, que replantees tus fórmulas a primera persona, y que seas más positivo en tus planteamientos. Haz que el otro/a se ponga en tu lugar y tú ponte en el suyo.

Faltar al respeto nunca es la respuesta

Las discusiones de pareja tienen la posibilidad de ser muy intensas gracias al componente emocional que les conforma. Pero, por más tentado/a que estés de dejarte llevar por la ira y decir palabras hirientes, detente.

Al faltar al respeto a nuestra pareja, nos lo estamos faltando a nosotros mismos, y por consecuencia, a nuestro Señor. Tu hogar es un sitio sagrado, el cual solo debes honrar y respetar. Recuerda además que al estar furiosos no somos nosotros mismos del todo, quien está hablando es una versión volátil de nosotros, una versión momentánea. Lo más probable es que al calmarte te arrepientas de lo dicho. No es justo lastimar a quien amas con tus palabras. El daño puede llegar a ser irreparable para su relación.

Todo es sobre el momento adecuado

Discutir en el lugar o momento equivocado puede ser desastroso. Por ejemplo, no es igual discutir en la privacidad de su casa, que hacerlo en medio de una reunión con amigos. Tampoco es lo mismo hacerlo en un día de la semana común a hacerlo en un aniversario.

Como pareja deben seleccionar el momento y sitio adecuados, como la intimidad de su hogar con sus hijos/as pasando la tarde con sus abuelos. Es importante que ambos estén cómodos y sin temor de expresar lo que sienten, de si uno escucha al otro, o de tener el tiempo limitado por alguna tarea pendiente.

Tomen el tiempo que crean necesario, olvídense del orgullo y encuentren una solución en cada discusión que tengan. Es importante velar por la felicidad en el matrimonio. Esa es mi recomendación final.

¿Tienes más dudas sobre cómo gestionar las discusiones de pareja? Puedes llamar a este número 407 618 0212.


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