Creencias limitantes que están saboteando tu vida    

¿Cuales son las creencias limitantes que están saboteando tu vida?

Tal vez te estás diciendo:

Cambiar mi situación actual no están fácil.

Ojalá pudiera cambiar mi vida, pero ya es imposible.

No tengo dinero para alcanzar lo que me he propuesto.

Me da miedo equivocarme al tomar esta decisión.

En la vida todo es cuestión de suerte.

No es culpa tuya el hecho de que hasta ahora no has alcanzado lo que deseas para tu vida, sino es el guion de vida que tienes instalado en tu programa mental.

Te desafío a no dejar que tus pensamientos y creencias limitantes elijan por ti. Créele a Dios. Él tiene un sueño para ti como lo tenía para el pueblo de Israel. Él tiene una tierra para ti que debes de conquistar. No te quedes en las fronteras producto de tus creencias limitantes. Créele a Dios.

Él te dice: Todo lo puedes en Cristo. Te daré los deseos de tu corazón. Tengo pensamientos de paz y no de mal para darte el fin que esperas. Los que esperan en mi tendrán nuevas fuerzas. Yo voy a suplir todo lo que te falte conforme a mis riquezas. Tú eres más que vencedor porque te he amado. El que me oye habitará confiadamente. No tengas miedo.

Créele a Dios y programa tu guion de vida confiando en las promesas de un Dios que tiene un plan glorioso para tu vida.

 

Pero los que esperan en el Señor
renovarán sus fuerzas;
se remontarán con alas como las águilas,
correrán y no se cansarán,
caminarán y no se fatigarán. Isa. 40:31

 

Tus creencias limitantes detiene tu progreso emocional

Tus creencias limitantes detiene tu progreso en esta vida. Veamos este concepto aplicado al pueblo de Israel. Los hombres Israelitas que salieron de Egipto nacieron en esclavitud producto de las generaciones anteriores que habían estado en esclavitud por 400 años. ¿Te puedes imaginar el guion de vida que tenían los israelitas cuando salieron de Egipto? ¿Las creencias limitantes que le impidieron alcanzar el sueño de entrar a la tierra prometida?

Cuando los doce espías regresaron de inspeccionar la tierra prometida, diez de ellos reflejaron en sus comentarios el guion de vida que cargaban en sus subconscientes. Sus creencias limitantes los llevaron a decir: no podemos conquistar la tierra prometida, no lo vamos a lograr. Somos esclavos, no tenemos valor, no somos importantes. Lucimos como saltamontes al lado de los gigantes cananeos. Todo esto es un reflejo de un guion de vida cargado con una baja autoestima. El resultado ustedes lo conocen. Las creencias limitantes de toda esa generación de hombres que salieron de Egipto los llevaron a un auto sabotaje que resultó en el final de sus vidas en el desierto cuando estaban a solo pasos de alcanzar sus sueños.

Por otro lado, Josué y Caleb demostraron que ellos habían crecido emocionalmente y habían reescrito su guion de vida. El guion de estos dos hombres fue reescrito con creencias empoderadas. Ellos habían visto la mano de Dios guiando sus pasos. Creyeron en sus promesas y prestaron atención a la Palabra de Dios. Aunque habían nacido en esclavitud ellos decidieron no dejar que su pasado decidiera su destino y se levantaron para reescribir su guion de vida rechazando las creencias limitantes con las que habían nacido y sustituyéndolas con la verdad de Dios que les decía esta tierra es de ustedes. Hoy tu te puedes levantar y reescribir tu guion de vida con la ayuda del Espíritu Santo. El llamado es a tener la mente de Cristo. Tu lo puedes lograr porque todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Fil. 4:13

 

No tienes porque vivir el guion de vida de tus padres

No tienes porque vivir el guion de vida de tus padres. Atrévete a descubrir el guion de tu vida y reescríbelo para que puedas ser tu mismo y alcanzar tu potencial.

Alguna vez te has preguntado ¿por qué siempre te van mal las cosas?  ¿por qué no eres feliz? o ¿por qué te cuesta tanto conseguir el sueño que tienes para tu vida? ¿Por qué a pesar de que te llamas cristiano te encuentras estancado repitiendo los mismos comportamientos malsanos que experimentaste cuando conociste el evangelio? Si eres de los que se preguntan constantemente cuál es la diferencia entre aquellos que sí logran lo que se proponen y aquellos que no, este tema te va a interesar.

El pueblo de Israel experimentó lo mismo que muchas veces experimentamos nosotros. Salieron libres de Egipto por la mano poderosa de Dios. Tenían la presencia de Dios con ellos en todo momento. Vieron milagros impresionantes a través de su travesía, pero a pesar de todo eso, toda una generación de hombres, con excepción de Josué y Caleb quedaron sepultados en el desierto.

El argumento que hemos estado desarrollando en el libro “Amar se Aprende” es que el pueblo de Israel no creció emocionalmente. El crecimiento emocional y espiritual debe ser intencional y ambos deben ir de la mano. No puedes crecer espiritualmente si no creces emocionalmente. El ser humano tiene tres dimensiones: espiritual, física y emocional. Las tres deben estar integradas y balanceadas. Si yo me preocupo por la dimensión espiritual y física, y descuido la dimensión emocional, no tendré un balance en mi vida. Y el resultado será que no podré crecer para alcanzar madures.

Todo esto toma aún más relevancia cuando consideramos el proceso de desarrollo cognitivo de la mente humana. Dios me trajo a la existencia a través de la relación intima de mis padres, quienes debieron ser mi ejemplo de cómo interpretar el mundo que me rodeaba. En otras palabras, mis padres tenían la responsabilidad de ser los primeros maestros en mi crecimiento emocional.

Los primeros siete años de mi vida fueron claves en este proceso, porque en este período yo fui formando mi guion de vida.  En ese guion de vida estaba plasmado toda la dinámica emocional, comando, ordenes, creencias limitantes o empoderadas que recibí de mis padres. Es por eso, por lo que un guion es un plan de vida que contiene lo más significativo de lo que le va a suceder a una persona. No se trata de un destino determinado por los dioses, sino que tiene su origen en los comienzos de la vida, en la infancia, en las tempranas decisiones que toma un niño para adaptarse y sobrevivir en su entorno y que quedan instaladas como un programa que conduce a la persona en el futuro y de manera inconsciente, salvo que ésta decida tomar consciencia de las creencias y decisiones inconscientes que gobiernan.

Ese guion de vida es parte de tu subconsciente que domina tu vida y el problema está, en que lo que te dices a ti mismo, determina la forma en que percibes la realidad y cómo actúas ante ella. Las creencias limitantes plasmadas en nuestro guion de vida no nos permiten a nosotros alcanzar todo el potencial. Las creencias limitantes son una percepción de la realidad que te impide progresar, crecer, tomar decisiones alineadas contigo o alcanzar tu potencial.

 

Enciende tu conciencia y practica el autoconocimiento

Hoy aprenderemos que si enciendes tu conciencia y practicas el autoconocimiento descubrirás tu potencial y tu alcance será ilimitado. No habrá un gigante que se resista en tu camino.

Lee esta historia:

― Un joven europeo muy pobre decidió visitar a sus familiares en los Estados Unidos. Con mucho esfuerzo logró ahorrar suficiente como para comprar el boleto del barco. Compró su boleto y zarpó rumbo a las costas de América. Hizo provisión para comer sardinas con galletas porque no tenía más dinero para comida en el barco. Su deseo era llegar a los Estados Unidos.

El primer día comió galletas y sardinas. El segundo día lo mismo. Ya el tercer día le daba asco comer lo mismo. Estaba muy débil y decaído. Un camarero del barco lo ve muy pálido y le pregunta: ¿Señor que le pasa que esta sin ánimo? Y él le dice que tiene hambre y que no quiere seguir comiendo sardinas y galletas porque lleva dos días comiendo lo mismo. Y el camarero le dijo: En el boleto que usted compró para abordar el barco incluía todas las comidas que quisiera en el barco. El joven estaba pasando hambre y trabajo porque no conocía todo lo que estaba incluido en su boleto.

Muchos caminan en este mundo a ciegas sin conocer el potencial que tienen como hijos e hijas de Dios. Sufre en silencio, no alcanzan sus sueños, no tienen felicidad porque creen que no tienen los recursos para hacer realidad sus sueños y vivir vidas extraordinarias.

Desafíate a encender tu conciencia. Es decir, lo que debes hacer es mirar en tu interior. Enciende la luz de tu conciencia para que descubras todo lo que Dios te ha dado cuando te creó para que alcances tu plenitud en Cristo Jesús.

El no encender tu conciencia te lleva a vivir una vida miserable y de fracasos. Tienes confusión en tu identidad. No crees que es posible lograr ser feliz y alcanzar los sueños que Dios tiene para ti.

Como vives a oscuras, continuamente estás pendiente de los aspectos negativos de la vida y subestimas lo positivo. Este proceso cognitivo se llama filtraje selectivo. El filtraje selectivo te lleva a criticar, quejarte, lamentarte por lo que no tienes, ver las deficiencias y limitaciones como obstáculos para alcanzar tus sueños. Tienes una actitud negativa ante la vida. Esas son las personas que tú les dices: “Que lindo está el día” y ellos te dicen, “Sí, pero va a llover en un rato”. Le dices: “Que lindo te quedó ese peinado”, y te responden, “Pero me costó mucho, no me gusta”.

Si te centras en lo negativo de la vida nuestro estado de ánimo va a ir empeorando y corres el riesgo de padecer de ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos. Pero sobre todo corres el riesgo de no alcanzar todo el potencial que tienes en Cristo. Te invito a encender tu conciencia, ver en tu interior y alcanzar tu potencial en Cristo.

Dos grupos de personas: Conciencia apagada y conciencia encendida

 Descripción de los dos grupos

En 1° de Samuel se relata la historia de Goliat con el pueblo de Israel.

― En esta historia hay dos grupos:  A. Los que tiene la conciencia apagada y no se conocen.

 Y B. Los que tienen la conciencia encendida y sí se conocen.

 Conciencia apagada

― Los hermanos de David y todo el ejército.

Cuando vieron al gigante Goliat, se dijeron a sí mismo no podemos derrotar este gigante. No tenemos los recursos, el valor, la preparación física, la condición humana. Miraron la situación a través del mecanismo del filtraje selectivo y se dijeron, no podemos contra el gigante y la reacción de supervivencia los llevó a huir y esconderse del gigante.

Lo mismo pudiera estar ocurriendo en tu vida. Tienes tu conciencia apagada. Vives en oscuridad, no miras en tu interior. Vives en piloto automático sin saber que está pasando. Y los resultados son palpables. Tienes una actitud negativa ante la vida. Miras todo lo negativo, lo que no puedes alcanzar, las limitaciones que tienes, lo que te falta. Te comparas con los demás y te sientes desfavorecido. Crees que no tienes lo que necesitas para derrotar los gigantes que se levantan en tu vida. Y esto te lleva a la infelicidad, angustia, desesperación, depresión, miedo y huyes desesperado para esconderte ante las oportunidades de crecer y alcanzar tus sueños. Si te ves identificado con los que tienen su conciencia apagada, es hora de encender tu conciencia y alcanzar tu potencial.

Conciencia encendida

― El otro grupo es representado por David. Un joven que fue a visitar a sus hermanos y vio como el gigante Goliat insultaba a los hijos de Dios que tenían su conciencia apagada. Es terrible tener nuestra propia conciencia apagada y no practicar el autoconocimiento.

David por otro lado había descubierto el poder del autoconocimiento. El poder de tener su conciencia encendida para mirar en su interior y descubrir su verdadera identidad. Esto se llama autoconocimiento.

David observó el problema que existía, y en vez de mirar lo negativo, de concentrarse en lo que no tenía, en sus limitaciones; miró en su interior lo que sí tenía: Todo el potencial que él tenía al lado de Dios, todas las victorias que Dios les había dado en su pasado y decidió creer en lo que Dios le había dado y no en las cosas negativas de la vida. Cuando tú miras en tu interior y descubres quien tú eres y las fortalezas que tienes al lado de Cristo Jesús, tu alcance es ilimitado. No habrá gigante que se resista ante tu presencia.

― Te pregunto ¿cuáles son los gigantes que están acosando a tu vida en estos momentos? Puede ser el gigante llamado adicción, pobreza, enfermedad, maldición generacional, etc. No hay gigante imposible de derrotar si tú descubres quien tú eres en Cristo Jesús

 ¿Cómo encendemos nuestra conciencia y practicamos el autoconocimiento?

La misión del Espíritu Santo es ayudarte a encender tu conciencia a través del autoconocimiento para que descubras tus limitaciones y tu potencial. El Espíritu Santo quiere que tú descubras quien tú eres en Cristo Jesús. Si tú eres un hijo de Dios no hay un gigante que pueda atravesarse en tu camino porque todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

Pídele al Espíritu Santo que te ayude a descubrir las cosas que tal vez debes de mejorar en tu vida. Y proponte crecer.

― Respira conscientemente

La respiración consciente es una actividad capaz de mantenernos en el instante presente y de conectarnos con nosotros mismos para practicar el autoconocimiento. Se trata de estar atentos a nuestra respiración al menos 5 ó 10 minutos diarios. Puedes llamarlo meditación, pausa, conexión o respiración. Si puedes, hazlo después de estudiar la Biblia y orar. Haciendo este ejercicio diariamente durante sólo 5 ó 7 días, notarás una claridad mental y una mejora sustancial en tu día a día.

Puedes realizar este ejercicio sentado o recostado 4-7-8. 12 libera la tensión emocional a través de la meditación.

  1. Para comenzar, coloca una mano sobre el abdomen y la otra sobre el pecho.
  2. Respira profunda y lentamente desde el abdomen y cuenta en silencio hasta 4 a medida que inhalas.
  3. Contén la respiración y cuenta en silencio del 1 al 7.
  4. Exhala por completo a medida que cuentas en silencio del 1 al 8.

Intenta sacar todo el aire de los pulmones para cuando llegues a 8.

* Repítelo de 3 a 7 veces o hasta que te sientas tranquilo.

* Nota cómo te sientes al final del ejercicio.

― Observa tus pensamientos

El pensamiento es creativo, así pues, lo que pensemos será lo que crearemos, por ese motivo, cuanto mejores sean nuestros pensamientos, tanto mejor será nuestra vida. Pablo decía: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Conclusión

― Ahora puedes cerrar tus ojos e identificar el gigante que vocifera en tu vida como lo hizo Goliat.

― Dile a ese gigante: Hasta aquí has llegado. No voy a correr más ante tus amenazas.

― Entonces me levantaré para encender mi conciencia, descubrir mi potencial y derrotar al gigante en el nombre de Cristo Jesús.

¿Qué nivel emocional tienes?

[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Sabes qué nivel emocional tienes? En mi familia estamos aprendiendo a amar, con mi esposa, mis hijos. Quiero compartir lo que hemos estado descubriendo y aprendiendo en los últimos meses.

El ejemplo del puebo de Israel al hablar del nivel emocional

En esta serie de temas estamos considerando la historia del pueblo de Israel, ¿por qué la generación de hombres que salió de Egipto no pudo consumar el sueño de entrar a la Tierra prometida? Y descubrimos que una de las razones fue que el pueblo de Israel no le permitió al Espíritu Santo, al Dios Todopoderoso cambiar su vida.

La segunda razón, es que el pueblo de Israel, esa generación que salió de Egipto, no tenía un nivel emocional alto. Al no crecer emocionalmente, no le permitieron al Espíritu Santo transformar sus vidas. ¿Por qué? Porque el crecimiento emocional debe ser proporcional a nuestro crecimiento espiritual.

Por qué el crecimiento emocional es importante

Tú no pudiste crecer más allá de donde llegaron tus padres emocionalmente, porque ellos fueron los primeros modelos e instructores que tuviste para aprender a expresar tus emociones, para aprender a amar. Lo que quiero decir con esto es que tú no puedes ir más allá de la dinámica emocional que aprendiste en tu casa de origen.

Si estás luchando con cómo resolver tus problemas emocionales, cómo manejar tus emociones, expresar tu amor hacia tu esposa e hijos; y ves que tienes problemas, tal vez el problema esté conectado con la dinámica emocional que tú viviste en tu casa de origen.

Si tus padres no tuvieron la intención de ayudarte a crecer emocionalmente, hoy puede que estés teniendo problemas para manejar tus emociones, aprender y expresar tu amor a otras personas.

La primera escuela que tuviste para aprender sobre inteligencia emocional fueron tus padres, tu casa y, ahí es donde está el problema de muchas personas. Sus padres no les enseñaron cómo crecer emocionalmente y hoy están luchando.

Etapas del crecimiento emocional

Peter Scazzero en su libro El líder emocionalmente sano presenta las diferentes etapas a través de las cuales pasan las personas en su crecimiento emocional.

La primera etapa para alcanzar un buen nivel emocional es la que él considera como los “bebés emocionales” y hay muchas personas que se comportan como tal. Buscan a otros para que los cuiden, tienen mucha dificultad para entrar en el mundo emocional de otros porque se comportan como bebés. Son conducidos por la necesidad de ser gratificados, usan a otros como objetos para satisfacer sus necesidades y continuamente están dependiendo de otros emocionalmente.

La segunda etapa sería la de los “niños emocionales”. Estos se muestran rápidamente ante las presiones para hallar soluciones y los problemas de la vida. Son esas personas que cuando tienen problemas en el trabajo o en la casa explotan, no se pueden controlar, porque son niños emocionales. Interpretan los desacuerdos como ofensas personales, atacan, no pueden controlarse y no pueden tener relaciones saludables porque cualquier crítica que reciban es para ellos un problema emocional.

Se sienten heridos con facilidad, se quejan, se retraen, manipulan, se vengan, son sarcásticos cuando no tienen lo que quieren. Tienen grandes dificultades para hablar de forma calmada, amable y madura sobre sus necesidades y las cosas que desean.

Después se llega a la etapa en la que se puede ser un “adolescente emocional”. Ellos tienden a estar siempre a la defensiva, se sienten amenazados y alarmados por la crítica. Si tu esposa te critica porque dejaste la basura o el zapato en el lugar equivocado, tú lo tomas de forma personal y explotas. No sabes manejar tu emoción. No sabes manejar las críticas. Todo para ti es personal.

Características de los adolescentes emocionales

Además de sentirse amenazados y alarmados por la crítica, mantienen una puntuación de lo que le dan para después pedir algo a cambio. Es decir, son esas personas que dan, sirven y ayudan continuamente, pero después se sienten mal cuando no les correspondes de la misma forma. Lidian mal con los conflictos.

Generalmente culpan, apaciguan, van con una tercera persona, hacen triángulos emocionales, ponen mala cara o ignoran el tema por completo; y, tal vez, en tu trabajo o familia, puedes notar que hay personas que se comportan de esa forma. Y si es así, es porque son adolescentes emocionales; No han crecido; No han alcanzado la madurez emocional que necesitan alcanzar.

Los adolescentes emocionales también se preocupan por ellos mismos. Tienen dificultad para escuchar verdaderamente el dolor, la desilusión, la necesidad de otras personas. Son críticos, sentenciosos. No pueden crecer. No salen de esa burbuja emocional que los mantiene atados a su pasado, a lo que aprendieron en la casa de origen.

Alcanzando un buen nivel emocional: «los adultos emocionales»

También existen los “adultos emocionales”. Dios quiera que nosotros podamos alcanzar esta madurez emocional y ser un adulto emocional. Ellos son capaces de pedir lo que necesitan, quieren o prefieren de manera clara, directa y honesta. Reconocen, controlan y asumen responsabilidad de sus propios pensamientos y sentimientos.

Es decir, no están culpando por las experiencias negativas que tienen o los sentimientos que están experimentando; sino que ellos mismos toman responsabilidad y dicen “yo me siento de esta forma porque yo me he permitido sentirme así, nadie tiene que controlar cómo voy a reaccionar”. Ellos reaccionan de una forma madura; pueden, aún bajo presiones, afirmar sus propias creencias y valores sin ser adversos.

Hay personas que no pueden tener una conversación con adultos emocionales porque lo toman personal, se agitan o pierden el control. Esto está ligado a que una persona así no ha alcanzado un nivel emocional óptimio.

La persona que crece emocionalmente, que llega la adultez se comporta con madurez, sabe cómo manejar sus emociones, respeta a otros sin tener que cambiarlos. Da a las personas lugar para el error y reconoce que no son perfectos. Nadie es perfecto.

El adulto emocional reconoce que otras personas no son perfectas y trata de darles el beneficio de la duda, porque esto es necesario para poder tener relaciones saludables; Aprecia a las personas tal cual como son: las buenas, las malas, y no por lo que reciben a cambio.

Aceptarte como eres

Yo te acepto incondicionalmente, Jesús te acepta incondicionalmente y Dios también lo hace. Pero, los que no crecen emocionalmente te ponen condiciones para poder aceptarte. Los adultos emocionales te aceptan como tú eres; Evalúan con precisión sus propios límites, fuerzas y debilidades y son capaces de discutir acerca de ellos con otros libremente.

Están satisfechos y felices mientras reciben lo que quieren. Y no solamente esto, también están sintonizados profundamente con el propio mundo emocional y pueden entrar en los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otros sin perderse ellos mismos. Tienen la capacidad de resolver un conflicto con madurez y negociar soluciones considerando las perspectivas del otro.

Amigo que lees estas líneas. Yo te desafío a crecer. Si eres un niño o un bebé emocional, proponte crecer cada día más, proponte crecer en tu vida emocional, en tus relaciones.

Dios quiera que a través de esta reflexión en la que estamos aprendiendo a amar, tú puedas descubrir cómo crecer emocionalmente; cómo alcanzar esa estatura que Dios quiere que alcances, cómo ser un esposo, un padre, una esposa que sabe manejar sus emociones y sabe glorificar a Dios en todas las cosas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Los efectos destructivos de la religión tóxica

[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Qué es una religión tóxica? Joaquín es un hombre de 35 años, viudo, sin hijos y miembro de la Iglesia. Era el menor de cinco hermanos. Su padre había fallecido hacía cinco años y Joaquín estaba distanciado de su madre. Los recuerdos que tenía de su infancia en su hogar le eran difíciles de procesar.

Aunque Joaquín era el hijo favorito de su padre, él nunca sintió el afecto, cariño y amor de su madre. A pesar de que ella siempre estuvo presente físicamente, le cocinaba todos los días y lavaba su ropa, nunca le dio un abrazo, ni le dijo que lo amaba. Su madre fue muy exigente con él, forzándolo a cumplir con rigurosas tareas hogareñas que nunca satisfacían sus altas expectativas; sino que creaban una insatisfacción en ella debido a  las imperfecciones que Joaquín tenía en su vida.

Tristemente, su madre le exigía que tuviese un estilo de vida que ella misma no había podido alcanzar. Siendo que su padre estaba más tiempo fuera del hogar por asuntos de trabajo, Joaquín creció desarrollando un apego inseguro hacia sus padres, especialmente hacia su madre.

Joaquín ahora es una persona adulta; ha tenido serios problemas de depresión que le afectaron negativamente mientras estuvo casado y lo siguen afectando en el presente. Siente, por ejemplo, producto de la relación disfuncional que tuvo con su madre, que ni siquiera Dios lo ama, a pesar de todo el esfuerzo que hace ministrando en la iglesia para complacer a Dios y a los demás. Debido a que no desarrolló una relación saludable con sus padres, le es difícil relacionarse con las personas y por ende con Dios.

¿Qué tiene que ver la religión tóxica con la vida de Joaquín?

Joaquín usa mecanismos de defensa, tales como: la negación, proyección y la represión, para protegerse así mismo de los demás. Estos mecanismos de defensa se disfrazan detrás de una gran pasión en su liderazgo y servicio en la iglesia.

Joaquín es el típico personaje que se sienta en una iglesia, alaba a Dios, es devoto a su religión; pero sus experiencias traumáticas del pasado lo han llevado a experimentar una religión tóxica porque le es difícil entablar relaciones interpersonales y se siente ansioso-preocupado por ser aceptado.

A menos que Joaquín experimente sanidad emocional, los patrones cognitivos destructivos aprendidos en su familia nuclear lo llevarán a quedarse estancado en su crecimiento espiritual y emocional.

Definiendo la religión tóxica

De acuerdo con Stephen Artburn y Jack Felton en su libro Fe Tóxica, la religión tóxica es aquella en la que la persona tiene una relación peligrosa y destructiva con una religión en la que se permite que esta, y no su Dios, controle su vida.

Las distorsiones cognitivas creadas por las experiencias traumáticas llevan a la persona a tener una idea falsa de su Dios y una fe defectuosa. La persona que tiene una fe tóxica usa todo este mecanismo para evitar la realidad y su responsabilidad; lo que resulta en una vida dirigida por el legalismo y el perfeccionismo, en la que la persona tratará de complacer a Dios y a otras personas a cambio de sentirse aceptada.

La religión tóxica es una excusa; se convierte en un mecanismo de defensa para poder apaciguar los niveles de ansiedad y culpa producidos por la obsesión de agradar a los demás; es esa excusa que usa aquel que no quiere lidiar con un pecado oculto; es la excusa para tener comportamientos compulsivos de “eclesio-compulsividad.

Este tipo de religión tiene el poder de generar personalidades dependientes y sumisas, neuróticas y ansiosas, miedosas y pasivas; o bien personalidades agresivas, dominantes, vengativas, controladoras y codependientes.

Ritos de una religión tóxica

La religión tóxica te convierte en un legalista lleno de ritos vacíos que desembocan en actos obsesivos y compulsivos. Estos ritos funcionan como guardaespaldas afectivos, como una muleta emocional que te ayuda a enfrentar la ansiedad y la culpa por no ser lo suficiente bueno.

La fe tóxica te lleva a creer que para obtener salud y alcanzar la felicidad, debes llenar tu vida de ritos vacíos y sin sentido.

Freud definió la neurosis obsesiva como una estructura de personalidad dominada por fenómenos compulsivos; tales como ideas, sentimientos e impulsos, que aparecen automáticamente y de forma continua en la conciencia de una persona.

En alguien que lleva una religión tóxica, esto se puede manifestar en ritos obsesivos tan simples como en el acto de orar. Se ora de una forma obsesiva, repitiendo la misma petición, confesando el mismo pecado una y otra vez. Solo se piensa en qué hacer para ganar la aprobación de Dios y de los demás, y la persona no puede enfocarse en nada que se sale de sus responsabilidades eclesiásticas.

¿Qué es una religión saludable?

En una religión saludable tu fe está basada en una relación con Dios y no en rituales, ni obligaciones religiosas. Tu sentido de seguridad y significado están centrados en Dios y en quién eres en Cristo, no en otras personas, ni en tus logros. Tu servicio a otras personas nace de un amor genuino hacia ellos.

Eres capaz de dar y recibir confianza y, permitir que otros te vean en un estado de vulnerabilidad e imperfección; creces en una atmósfera de aprendizaje, en la que se fomenta el pensamiento libre; prefieres el equilibro antes que los extremos blancos y negros; tienes la posibilidad de relajarte y divertirte.

¿Qué hacer?

Primero, aceptar que se tiene un problema al llevar una religión tóxica que afecta la relación con Dios y con los demás. Segundo, entregarse a Dios. Entregarse es el proceso de dejar ir y confiar en que Dios puede y manejará los problemas admitidos.

Tercero, cambiar los pensamientos distorsionados, lo que implica confrontar pensamientos tóxicos y reemplazarlos con pensamientos basados en la realidad. Cuarto, si es posible, buscar ayuda profesional para superar esta condición emocional.

En conclusión, muchos en nuestras iglesias sufren una religión tóxica. Jesús vino para que tú tengas vida, vida en abundancia (Juan 10:10). Tal vez, tu condición sea tal que necesites buscar ayuda profesional para salir de tu religión toxica. Al final, Dios quiere renovar tu vida para que alcances la estatura perfecta en Cristo Jesús (Efe. 4:13). La verdad te hará libre (Juan 8:32).

Arterburn, Stephen. Fe tóxica(p. 19). El grupo editorial de la corona. Versión Kindle.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Deja ir los recuerdos dolorosos de tu pasado

He estado discutiendo como dejar tu pasado en el pasado. Deja ir los recuerdos dolorosos de tu pasado. Todos hemos sido heridos en algún momento de nuestra vida. Y esas heridas no se borran con el tiempo. En el mismo lugar en donde se registra el dolor físico en el cerebro se registra el dolor emocional también. Esas heridas no olvidan tan fácilmente. Muchas veces requieren de ayudar profesional.

Tal vez necesites olvidar las heridas producidas en el pasado, quizás por el daño físico que recibiste, quizás de tus padres, de tu pareja, u otras personas. A través de los años he llegado a la conclusión que el mayor problema no está en sí en la experiencia traumática, sino en los conceptos falsos de la vida que se desarrollan producto de las experiencias traumáticas. Tal vez el daño físico que has recibido te ha llevado a desarrollar sentimientos de rencor, remordimiento y problemas en el manejo de la ira. Inconscientemente maltratas a tus hijos, a tu esposa o esposo, a tus hermanos, producto de que no has podido sanar las heridas producidas por el daño físico de tu pasado.

Tal vez necesitas olvidar los recuerdos producidos por algún daño emocional. Las palabras duelen más que un golpe. Si no pregúntale a una persona que haya sido maltratada emocionalmente, rechazada, ignorada, abusada, abandonada, burlada, humillada y desprotegida. Suelta esos recuerdos. Esas heridas emocionales tienen un efecto poderoso en tu autoestima. Te hacen sentir inferior a los demás, sientes que no puedes lograr tus metas, que no eres lo suficiente bueno o capaz, que nunca lo lograrás. Es por eso que cada nuevo año haces resoluciones, pero todo queda en eso, resoluciones, porque no te sientes con el valor necesario para vencer los obstáculos del presente y así triunfar. Si alguien te lastimó, te hizo daño, no correspondió a tu amor, o no te respetó ni te valoró suéltalo, déjalo ir,  marca tu distancia, levanta el ancla,  libérate de la esclavitud de todos los recuerdos que atormentan tu razón y tu corazón. ¡Tú vales demasiado!, deja de rogarle a esa persona que te hiere, deja de buscarle, apártate, valórate, hazte valer, hazte oír, hazte respetar y respétate a ti misma o a ti mismo.

Hay una historia de un niño, contada por Miller, en 1983, en la que cuando este niño tenía 4 años de edad, su padre comenzó a maltratarlo físicamente, prácticamente todos los días. Él recuerda que cuando tenía 6 años de edad había llegado a recibir 30 latigazos en su espalda. Cuando el padre lo necesitaba a él, le silbaba para que su viniera, así como se llama a un perro. Cuando tenía 11 años de edad él fue casi muerto a golpes por su padre cuando intentó huir de su casa. Antes que este niño naciera tres de sus hermanos habían muerto de difteria, todos antes  de haber tenido tres años de edad y todos con tan solo un mes de separación. Su madre, mantuvo su distancia de este hijo y no desarrolló un apego con él, por temor a perderlo. Su padre, siempre borracho, lanzaba largas quejas sobre cómo los judíos y las minorías estaban causando todos los problemas en el mundo.  El niño creció odiando a su padre, pero no encontró una forma segura de ventilar sus emociones.

Él comenzó a maltratar a otros muchachos, a jugar juegos violentos de guerra y a dar discursos de odio hacia los judíos y otras minorías. Este niño creció y se convirtió en un hombre lleno de odio, quien nunca se casó ni tuvo familia propia con quien pudiese compartir sus emociones. En cambio, encontró una larga audiencia donde sí pudo expresar sus sentimientos de odio. Él llegó a someter a toda una raza a su odio e ira. Ese pequeño niño creció para ser Adolfo Hitler.

A menos que dejes ir los recuerdos de tu pasado se te hará difícil experimentar la completa liberación en Cristo Jesús, pues serás esclavo de tu pasado.

Deja ir los recuerdos de tus errores. Todos cometemos errores en la vida, pero esos errores del pasado tienen una gran influencia sobre nosotros que nos lleva a sentir vergüenza. Nos discriminamos a nosotros mismos, producto de esos mensajes negativos que nos repetimos mentalmente. Nos decimos: tú no puedes, fracasaste una vez y vas a volver a fracasa, no puedes vencer tu adicción a la pornografía, no puedes vencer tu adicción al alcohol, eres una vergüenza para tu familia, para la iglesia, nunca podrás vencer y lograr nada porque eres un fracaso.

No solo nos atormentamos sobre nuestros errores, sino que otros también nos atormentan, aquellos que están a nuestro lado. Hay muchas personas a las que les gusta recordarte tus errores para hacerte sentir mal; tu esposa o esposo tiene una lista de tus errores para cuando quiera tomar ventaja de ti sacártelos en cara.

A Thomas Edison se le atribuye el haber cambiado al mundo. Dos declaraciones que él hizo impactaron mi mente. Su gran laboratorio en el que se crearon y se almacenaron todos sus esfuerzos se quemó hasta sus cimientos. Mientras que el fuego estaba pasando, él emocionado llamó a su esposa para ver el incendio masivo. Le dijo: tú nunca has visto un incendio como este antes. Cuando el fuego se había terminado, se encontró con un montón de gente de bien que trataron de consolarlo. Él respondió: «Todos mis errores yacen en las cenizas. Tengo la oportunidad de empezar de nuevo y hacer cosas nuevas de lo que he aprendido de mis errores».

Autoestima: Tú eres más de lo que crees

Hablar de la autoestima es más importante de lo que crees. Para comenzar, piensa en las cosas positivas que tienes. Tú eres un príncipe, una princesa, eres hijo de Dios.

Una lección para nuestra autoestima

Existe una ilustración llamada «el águila que se creía pollo». Esta historia nos puede ayudar a comprender mejor esta gran verdad espiritual. Dice así: Había una vez un criador de pollos que se encontró un águila recién nacida, que por accidente se había caído de su nido. El hombre rescató a la pequeña águila, sanó sus heridas, y la llevó a vivir en su establo, junto a sus pollos.

Pasó el tiempo, y el águila creció, pero había un gran problema, esta águila, aun cuando tenía todas las cualidades naturales asignadas a su clase, creía que era pollo. Y porque creía ser pollo se comportaba como tal; No volaba, escarbaba su comida en el suelo, se conformaba con estar encerrada en un corral, y no vivía a la estatura de su potencial como el ave más majestuosa en el reino animal.

Un día, un amigo del criador de pollos, le dijo: «¿Cómo es posible que permitas que esa gran águila viva como pollo? Hoy mismo, llévala a la montaña más alta, permítele contemplar la magnitud del firmamento y todas sus posibilidades, y grítale que es águila y no pollo, a ver qué pasa».

El hombre, sabiendo que no era correcto que un águila viviera como pollo, siguió el consejo de su amigo, y llevo al águila al tope de la montaña más alta de la región y le gritó «ERES ÁGUILA, NO POLLO», y la dejó en libertad. Inmediatamente, el águila, al contemplar la extensión de cielo y tierra, y todas sus posibilidades, movida por el instinto que había sido plantado en ella por su Creador, descubrió quien realmente era y lo que podía hacer, y comenzó a agitar sus alas fuertemente; se elevó en los aires, voló alto y muy rápido, y nunca más volvió al corral, pues ahora sabía que era águila y no un pollo. 

Prueba tu autoestima, ¿eres un águila?

¿Qué piensas que eres? Escucha a Dios que te dice: eres águila, no pollo, eres mi hija o hijo amado, parte de mi familia, no eres huérfano, eres ciudadano, no extranjero.

Si tu corazón le pertenece a Cristo, ya no eres más un esclavo pues Él te ha libertado. Ya no estás muerto, pues de Él recibes nueva vida, ya no eres un pobre pecador, eres santo, fuiste separado por Él y para Él.

Nuestro destino no lo dictaminará el pasado, sino el futuro en Cristo Jesús. Piensa en esto. Hay mucho que puedes descubrir sobre la autoestima.

Tenemos un futuro grande en Jesús, un premio que alcanzar, y nuestro pasado no será un obstáculo porque hemos decidido dejar ir el pasado y desatar nuestro potencial.

 

 

Todo mi pasado lo dejo atrás

Pablo escribe la carta a la iglesia de Filipo estando preso en Roma. Filipo fue la primera ciudad que Pablo visitó en Europa. En el capítulo 1 de Filipenses, Pablo les agradece por su amor y cariño y les asegura su afecto y oraciones. En el capítulo 2, apela a la unión espiritual y en el 3 exhorta a seguir la peregrinación terrestre sin perder de vista el galardón final. Pablo comienza el capítulo 3 diciendo: gozaos en el Señor.  Luego, a partir del versículo 2, Pablo centra su mensaje en que él no se gloría en la carne a pesar de que tiene muchas cosas en que gloriarse, sino que se gloría en conocer a Cristo. Todo lo da por perdido por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús.

Dicen los versículos 12-14: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Pablo se coloca a sí mismo en la lucha que todos tenemos. Él no pretende haber alcanzado la perfección. Razones pudiera tener para gloriarse en sus logros, pero todo eso lo da por perdido, pues su meta no son lo logros terrenales sino alcanzar el premio final. Es como si él estuviera diciendo: primero, lo más importante. Esto no es un asunto de lo que tú logres en la vida, sino de hacer lo más importante, que es alcanzar el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Mi meta es una cosa, yo hago una sola cosa, olvido mi pasado, me extiendo a mi futuro para hacer lo más importante y así obtener el premio final.

El 7 de agosto de 1954, durante los Juegos del Imperio británico en Vancouver, Canadá, el mayor enfrentamiento nunca antes hecho de millas de gestión tuvo lugar. Se promocionó como el «milagro milla» porque el británico Roger Bannister y el australiano John Landy fueron los únicos dos corredores sub-cuatro-horas en el mundo. Bannister había sido el primer hombre en correr una milla en cuatro minutos. Ambos corredores estaban en condiciones óptimas. Con respecto a esta historia, recuerdo que cuando era niño, en la secundaria, estaba pasando con cuidado las páginas, examinando las fotos de los corredores famosos de la revista Life, y la extracción de las estadísticas y predicciones. Roger Bannister, MD, quien se convirtió en Sir Roger Bannister y maestro de un colegio de Oxford, propuso como estrategia el relajarse durante la tercera vuelta y guardar toda su energía para la última, pero cuando empezaron esa tercera vuelta, el australiano lo sobrepasó, estirando su ventaja ya considerable. Inmediatamente Bannister ajustó su estrategia, lo que aumentó su ritmo, ganándole a Landy. El plomo fue cortado rápidamente por la mitad, y en la campana de la última vuelta en la que aún estaban, Landy empezó a correr aún más rápido, y Bannister hizo lo mismo. Ambos hombres iban volando. Bannister sentía que iba a perder si Landy no reducía la velocidad. Luego, vino el famoso momento (repetido miles de veces en la impresión y el parpadeo de celuloide en blanco y negro) en el que en el último paso antes de la recta final la multitud rugió, por lo que Landy no podía escuchar las pisadas de Bannister y miró hacia atrás, un momento fatal para su concentración. Bannister lanzó su ataque y ganó los Juegos del Imperio ese día.

El Apóstol Pablo, como conocedor de los deportes, habría notado el error de Landy  inmediatamente porque sabía que para tener éxito un corredor no debe mirar hacia atrás por encima del hombro, él debe «olvidar lo que queda atrás», ya que cuando un corredor se gira, incluso solo un poco para mirar hacia atrás, hay una pérdida momentánea de enfoque y ritmo, por lo que incurre en la pérdida crítica de una fracción de segundo o incluso varios segundos.

Pablo dice: olvidando mis grandes triunfos, los cuales son innumerables. No puedo mirar a mis triunfos porque puedo desarrollar un espíritu de complacencia propia que me impedirá alcanzar la meta. Pero también decía: no puedo mirar mis derrotas, fracasos, recuerdos traumáticos. Me han apedreado,  rechazado, botado, injuriado, han hecho tantas cosas contra mí que si las miro no podré alcanzar lo más importante para mí. Todo mi pasado lo dejo atrás. El pasado es pasado, debe ser enterrado. Solo sirve para aprender de nuestros errores y seguir a la meta. Proponte hoy dejar el pasado atrás y no permitir que tu pasado decida tu destino. Todo lo puedes en Cristo Jesus.

Suelta tu pasado para alcanzar tu potencial

[vc_row][vc_column][vc_column_text]No podemos tener algo nuevo sin soltar lo viejo. Dios te ha dado un nuevo año para alcanzar tu potencial, pero no puedes disfrutarlo a menos que dejes el viejo. Sería como tratar de disfrutar de la belleza de la primavera sin querer soltar el frío del invierno, como tratar de disfrutar la mañana sin dejar pasar la noche.

No se puede tener ambas cosas. De igual manera, hay cosas en nuestro pasado que no nos dejan tener un nuevo comienzo.

¿Cómo alcanzar tu potencial?

Si quieres alcanzar tu potencial en este año, suelta los recuerdos de desprecio, humillación, rechazo, derrota, fracasos, abuso físico, abuso emocional, sexual; en sí, las heridas que recibiste el año pasado o incluso antes.

Suelta los recuerdos que te han causado remordimiento, ira, rencor, odio, resentimiento y amargura para que puedas ser libre y experimentar tu potencial, de lo contrario seguirás siendo esclavo de tu pasado.

Recuerdos que nos atan al pasado e impiden alcanzar tu potencial

Todos tenemos recuerdos que nos han mantenido atados al pasado. Yo recuerdo que cuando tenía alrededor de 10 años de edad pasé por una experiencia traumática que me impidió hablar en público por varios años.

Según los expertos uno de los miedos más grandes que tiene el ser humano es el miedo a hablar en público. Para dar más detalles de dicha experiencia en mi infancia, en una cruzada de evangelismo infantil subí al púlpito a predicar.

Ya lo había hecho muchas veces. Mis padres practicaban mucho conmigo. Yo pasaba horas repasando el sermón  y lo hacía muy bien. Pero en ésta ocasión creo que me confié demasiado en mis habilidades y subí al púlpito; como siempre, a predicar y cuando terminé el primer párrafo mi mente se quedó en blanco.

Imagina la vergüenza, pena y dolor que experimenté al no poder continuar con mi predicación, la cual sabía de memoria. Esa experiencia marcó mi vida. Por muchos años recordé ese fracaso que me trajo vergüenza y humillación ante cientos de personas y no quise volver a subir al púlpito a predicar por un tiempo.

¿Qué cosas arrastras de tu pasado que no te dejan desatar todo tu potencial en Cristo Jesús?

No podemos hacer lo más importante de nuestra vida si no enterramos nuestro pasado. Cada año que llega a tu vida tratas de comenzarlo con una página en blanco, pero al finalizar el mismo te das cuenta que todavía estás dando vueltas siempre en lo mismo.

Es como si estuvieras estancado en el fango de la vida, como si quisieras correr pero hay cadenas que te atan a tu pasado y te convencen de que tú no puedes; que eres un fracaso y no puedes vencer esa tentación, esa adicción, no puedes vencer ese sentimiento de inferioridad que desarrollaste cuando te rechazaron o te dijeron que no eras importante. Tu pasado martilla palabras que te dicen: no puedes, eres una vergüenza.

Lo triste del caso es que cada año oramos, ayunamos, y hacemos lo imposible para vencer las cadenas de nuestro pasado, pero nada parece funcionar. Seguimos estancados en el mismo lugar. No crecemos emocionalmente, ni espiritualmente y mucho menos económicamente.

Entonces, te miras a un espejo y te ves como un fracaso. Hoy Dios tiene un mensaje que decirte: suelta tu pasado para alcanzar tu potencial.  La pregunta ahora es ¿cómo se logra? El próximo post te ayudamos a lograrlo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]