Madres solteras: ¿Qué tipos de desafíos deben enfrentar?

El mundo de la maternidad por sí solo es un mundo repleto de orgullos y alegrías, pero también de responsabilidades y retos. Las madres solteras deben enfrentar aún más desafíos, en vista de que viven este proceso por su propia cuenta.

Más allá del tiempo que dediques a la crianza de tu hijo o hijos, también existen otros factores que representan un desafío para cualquier madre soltera. Y, debido a esto, la mejor opción siempre será estar preparada para todo lo que viene.

Por estas razones, quiero enseñarte todo lo que necesitas saber sobre los desafíos que toda madre soltera debe enfrentar. No te pierdas este artículo y descubre alguno de los retos más complicados en la maternidad siendo soltera.

Madres solteras: ¿Cuáles son sus desafíos?

Como ya mencioné, para todas las madres solteras existen una serie de desafíos que deben ser enfrentados y superados. El simple hecho de tener un hijo requiere un cambio total en la cotidianidad de nuestro día a día. Ahora, si imaginamos llevar a cabo esta tarea por cuenta propia, es una responsabilidad tremenda.

Ya sea por la ruptura de pareja, decisión propia o alguna otra situación similar, ser madre soltera requiere de una atención al detalle altísima y una fortaleza asombrosa. Por esto, queremos ayudarte en la tarea de identificar los desafíos a tiempo y darles una resolución conveniente y acertada.

A continuación, te enseñaremos los desafíos de madres solteras que más relevancia pueden llegar a tener en tu día a día, echa un vistazo.

1.   Atravesar y superar el duelo

Sin importar cuál sea el problema que desencadenó la ruptura con tu pareja, esto es un hecho y es preciso atravesarlo y superarlo de la mejor forma posible. El duelo que surge de una ruptura amorosa siempre deja algunas cicatrices.

Pero lo importante está en cómo decides sanar esas marcas y luchar para seguir adelante. A fin de cuentas, tu familia, conformada por ti y tu hijo, es una familia adecuada y totalmente funcional, no necesita de nadie extra.

Superar esta pérdida es sin duda fundamental para un excelente desempeño como madre. Así podrás servir de compañía al momento de que tu hijo o hija atraviese por sus propios duelos.

Sabrás exactamente cómo tratar una situación de ese nivel de profundidad, ya que tendrás la experiencia necesaria. Todo esto sin mencionar que podrás estar presente en el aquí y en el ahora para sumar al bienestar y la calidad de vida de tu hijo.

2.   Dar paso adelante ante los estigmas sociales y las críticas.

Para las madres solteras que tienen experiencia, esto no es una sorpresa. Nuestra sociedad está acostumbrada a tratar a una mujer soltera como un objeto rechazado, algo que nunca viene al caso.

Para la sociedad, el hecho de estar soltera es algo incompleto al momento de educar y dar crianza a un hijo. Sin embargo, estudios realizados demuestran que no hay grandes diferencias entre los niños que crecen con ambos padres y los que son criados en hogar monoparental. Una madre dirigida por Dios puede ser una gran bendición en la vida de sus hijos.

Por eso, debes saber que las críticas y estigmas son solo una representación de desconocimiento e ignorancia. Cualquier persona puede criticar sin conocer la situación al 100%; pero la única persona que sabe realmente lo que estás haciendo en pro de su hijo eres tú misma.

Hacer caso omiso de las críticas y los estigmas o simplemente haberlos superado, te ayudará en gran medida a hacer frente a la responsabilidad que tienes enfrente. Tus decisiones se verán respaldadas por tu fuerza y conocimientos, sin mencionar que podrás enfocarte en lo que verdaderamente lo merece: Tu hijo o hija.

3.   Admitir que no eres ambas figuras

Para tener éxito como madre soltera es necesario entender que no representas ambas partes de las figuras de autoridad y educación. Sin bien es cierto que es necesaria una figura paterna que se encargue de algunos elementos, su ausencia no quiere decir que debas ocupar su lugar.

Puedes adaptarte, hacer lo mejor posible y ser responsable, pero no es positivo adoptar el otro rol. Ocultar esta ausencia a tu hijo o minimizarla, simplemente traerá más preguntas y conductas extrañas.

La fortaleza y la sinceridad contigo misma y tu hijo, en este caso, son algo sumamente importante. Tu desempeño y esfuerzo debe ser medido en las responsabilidades propias no en las responsabilidades de los demás.

De hecho, puedes ser la mejor madre del mundo sin necesidad de tener a alguien al lado o suplantar su figura de una forma incorrecta.

4.   Autonomía económica

Podemos romantizar los desafíos de las madres solteras, pero sin duda alguna, este desafío no. La autonomía económica es algo indispensable en la vida de una madre soltera. Esto evitará que dependas de algún otro y que pongas en riesgo la dignidad de tu hijo y la tuya propia.

Sabemos que no es una tarea sencilla de completar, sin embargo, lo más importante, siempre es dar el primer paso y hacer frente a todos los desafíos. Se quiera o no, el dinero siempre es un desafío a superar, más aún cuando otra vida depende de ello. Recuerda que Dios siempre será tu Pastor y nada te faltará. (Salmos 23:1)

5.   Dar un propósito a tu vida más allá de la maternidad

Esto puede sonar un poco complejo de comprender, pero tiene su razón de ser. Es cierto que la maternidad ocupa gran parte de tu tiempo y que esta vida está repleta de responsabilidades con los más pequeños.

Pero esto no significa que limites tu vida a tu hijo y ya está. Antes de ser madre, eres persona, y toda persona necesita tener sus momentos de relajación. Contar con amigos, familiares u otros para tener momentos de paz, es totalmente valido. Pero sobre todo contar con la ayuda de aquel que te creó y te convirtió en madre. El hijo que tu tienes es herencia de Jehová y el está interesado en tu bienestar.

Para tener éxito como madre soltera hay que optimizar nuestras experiencias y valorar cada una de ellas al máximo.

Ser madre soltera: Un desafío hermoso

Ahora ya sabes más sobre algunos de los desafíos que las madres solteras deben enfrentar y superar. Solo resta a empaparte de conocimiento y aplicar lo aprendido para que seas capaz de desenvolverte en tu día a día de la mejor forma posible.

Sin duda esto es todo un reto, pero también es una de las experiencias de vida más hermosas, complejas y asombrosas que tendrás. Si quieres conocer más información sobre este tema, no dudes en contactarme a través de nuestro número de teléfono: 407 618 0212

Protege a tus hijos en las redes sociales

Si tus hijos no pueden mantenerse alejados de su cuenta de Facebook, Instagram o Tik Tok, quizás necesitas ayuda. En el mundo globalizado en el que vivimos, todo se ha relacionado de una u otra forma con las redes sociales. Desde las comunicaciones y el entretenimiento, hasta incluso el trabajo. Parece no haber escapatoria, y, como es de esperarse, los más jóvenes son el principal público de muchas de ellas, por eso es fundamental proteger a tus hijos en las redes sociales.

¿No es para tanto? Es algo de jóvenes, ¿no? ¿Qué tanto mal les pueden hacer? De plantearte todas estas interrogantes, tendrás que entender que la adicción a las redes sociales no es algo positivo, ni normal, ni de poca preocupación.

Diversos estudios han comprobado que el uso compulsivo de los dispositivos con acceso a internet afecta el desarrollo del cerebro. Pero, algunos padres siguen en negación ante estas amenazas. Por eso, vale la pena hacer un repaso sobre todo lo que conlleva el no poder despegarse de un celular para un adolescente.

5 problemas que pueden tener tus hijos en las redes sociales

A pesar nos conectan, el uso excesivo de los hijos en las redes sociales es dañino. Esto es algo que se necesita resaltar especialmente al tratarse de personas que apenas comienzan sus vidas, y que son altamente influenciables. Estoy hablando de los niños y adolescentes, los cuales se verán afectados con 5 problemas que necesito que conozcas a continuación:

1. Alteración del sueño

Mientras más tiempo pase un adolescente frente a una pantalla, menor será la calidad de su sueño. Es un ciclo de nunca acabar, porque una noche de mal descanso es más que una mala noche de sueño; es un elemento que influye en cómo el cerebro procesa la información al siguiente día. Es también un factor que puede incrementar la irritabilidad en los jóvenes.

El poco control en los horarios del sueño hará desastres en las mentes de los adolescentes. Sobre todo, en aquellos que no aceptan los “no” por respuesta y harán hasta lo imposible por escabullirse para seguir teniendo acceso a sus dispositivos.

2. Descontrol del peso y obesidad

Aunque pareciera que viviésemos en un mundo de apariencias; casualmente las redes sociales, esas que publicitan cuerpos perfectos y hábitos saludables, en sí, no ayudan en este propósito a los consumidores habituales de una menor edad.

La razón es que nuestros hijos en las redes sociales suelen invertir su tiempo en este tipo de materiales mientras están inactivos. Sin moverse de sus camas o sillones, es fácil entender cómo un estilo de vida en el que falte el ejercicio de forma regular, haya comenzado.

3. Agresión y desensibilización al sufrimiento ajeno

Algunos retos y desafíos virales que se hacen tan populares en las redes sociales cada cierto tiempo, tienen un componente muy preocupante, y ese es la desensibilización al sufrimiento ajeno. Asimismo, se ha demostrado que los actos violentos son más propensos a  ser replicados al verse constantemente, al ser expuestos a ellos constantemente. Es otro de los peligros que deben ser considerados.

No estoy diciendo que el ver videos o jugar videojuegos violentos hará a cualquier joven cometer actos criminales; sino que, más bien, los hace propensos a considerar que las respuestas violentas son el estándar y lo que “se debe hacer”. Pero, como habrás de suponer, esto no es para nada así.

Entra en juego qué tan impresionables son los niños y adolescentes a estos contenidos; debido a que no todos los niños y adolescentes son sensibles en el mismo modo.

4. Problemas de atención

La capacidad de atención y la forma en la que los niños y adolescentes son capaces de retener información tiene también una relación directa con el uso excesivo de las redes sociales. El tiempo que pasan nuestros hijos en las redes sociales y frente a la pantalla puede decir mucho sobre qué tan rápido aprende tu hijo.

Puede que ya hayas notado lo mismo y que quieras cortar el problema de raíz. No obstante, no es así como se elimina esta clase de males, lamentablemente. Se necesitará más que regaños y castigos lejos del celular para hacer comprender a tu hijo(a) cuál es la realidad que está viviendo y, de igual manera,  cuánto daño se está haciendo con sus acciones.

5. Depresión, ansiedad y narcisismo

Jóvenes inconformes con sus cuerpos, su posición económica y con quiénes son. Esta es una regla que aplica a una gran población de adolescentes en las redes sociales. Se sigue el mismo patrón. La adolescencia es una edad muy sensible, en la que los estímulos equivocados podrán provocar daños permanentes.

La depresión, ansiedad y narcisismo podrán presentarse entonces. Una vez más, esa necesidad de compararse en las redes sociales no aporta más que inseguridades a los jóvenes. Algo que irá creciendo y creciendo en su interior hasta desembocar en la depresión o la ansiedad.

Vivimos en una cultura tóxica en donde el materialismo se ha apoderado de todo. Y en donde el narcisismo parece ser fomentado sin límite alguno.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?

Sé que es complicado enfrentarse al poder e influencia que las redes sociales tienen sobre nuestros hijos en este presente. Sin embargo, como un modo de ayudarte un poco a comprender mejor sus alcances y las estrategias adecuadas, te presento a “Las redes sociales y la batalla de los padres: Una guía práctica”, que como su nombre lo indica, trata de enseñarte cómo llevar a cabo esta misión.

En esta guía podrás conocer más a profundidad cómo las redes sociales han logrado calar en las mentes de los niños y adolescentes. Además de cómo su uso continuo afecta en el presente y afectará en el futuro la conducta de tus hijos.

Es una guía que pretende ser de ayuda igualmente para aprender cómo actuar ante las dificultades, y que dará muchas respuestas a esas preguntas que probablemente te estés haciendo en este momento.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo(a) a mejorar sus notas? ¿Cómo puedo acercarme a él/ella? ¿Puedo mantenerlo(a) vigilado(a) en sus redes sociales?

En esta guía se explorará sobre estos temas más a profundidad. La Guia digital se ofrecera gratis a partir del proximo viernes.

¿Qué puedes hacer para corregir el mal comportamiento de tus hijos?

Existen muchas necesidades que como seres humanos tenemos desde que nacemos. Estas necesidades deben satisfacerse para poder llegar a ser adultos emocional y psicológicamente saludables. Desde pequeños necesitamos sentir que nuestros padres nos brindan amor y un apego seguro, que nos prestan atención y que somos importantes en sus vidas. Pero, a veces, no se les presta la atención necesaria a los hijos para su sana crianza y esto trae consecuencias un mal comportamiento que puede manifestarse a corto o largo plazo.

 

Cuando nuestros hijos sienten la necesidad de nuestra atención porque sienten que carecen de ella, atraviesan 4 etapas: llamar la atención, poder, venganza, y finalmente, mostrar insuficiencia. A pesar de que las etapas tres y cuatro son preocupantes, la parte positiva es que la mayoría de los niños se encuentran en la uno y dos, por lo que disciplinándolos puede enmendar un mal comportamiento.

 

Sin embargo, ten en cuenta primero qué es la disciplina. La disciplina real se concentra en un mal comportamiento en sí, no en los niños. Esta se enfoca en presentar consecuencias para esos comportamientos.

 

Sobre esto, el libro Why Your Kids Misbehave—and What to Do about It del Dr. Kevin Leman 1 , habla sobre siete principios de la disciplina real que pueden ser de ayuda.

 

Estos siete principios son:

una fecha cuenta de que tu objetivo es tener una autoridad sana sobre tus hijos:

La autoridad que tiene sobre sus hijos debe ser sana, paciente y educativa. No te estoy hablando de una conducta egoísta, vengativa y controladora. Nuestros hijos son nuestros espejos, por lo que los buenos ejemplos derivan en buenos seres humanos. Trata de que Dios te guie en los momentos en los que tus propios sentimientos negativos te dominan.

b. Haz que tus hijos sean responsables de sus acciones:

Demuéstrales a tus hijos que son responsables por sus acciones y demuéstrales que sienten respeto por ellos. Nunca hagas algo por tu hijo(a), que él/ella pueda hacer por sí mismo(a). Esa tarea que no quiere hacer, es SU responsabilidad, no TUYA. Ese castigo que se ganó en el colegio por ofender a un maestro, es SU responsabilidad, no TUYA.

 

C. Estate atento(a) a los momentos de enseñanza:

Los momentos espontáneos de enseñanza siempre están allí y cambiarán según la edad del niño. Si, por ejemplo, tu niño no baja a comer a la hora en la que se lo pides, y trata de hacerlo una hora después, mencionale que la hora del almuerzo ya pasó, y que necesita esperar un poco más para la merienda.

1 https://www.amazon.com/-/es/Leman/dp/0800739868

 

d. Deja que la realidad sea la maestra:

La realidad es la más cruda maestra de todas. Esa que enseña con pequeños golpes, que algunas veces como padres no queremos que nuestros hijos se den por temor a que salgan heridos. Eso es un gran error. Ellos deben ser capaces de conocer competentes son las consecuencias de sus fallas. Eso incluye “pequeñeces” como no arreglar su cuarto, o no lavar su plato después de comer.

 

mi. Utiliza acciones, no solo palabras, y mantente firme:

Los niños copian lo que haces, así que tienen que empezar a ser ejemplo de lo que ven. Las acciones valen más que las palabras, y la firmeza de mantener esas propuestas serán el antes y el después del comportamiento positivo de tu hijo.

 

F. Escoge tus batallas con cuidado:

Todos los niños son diferentes, algunos serán más propensos a cierto tipo de afinidades, otros a algunas otras. Por eso, como padre o madre, no enfoques tu atención en tratar de enmendar pequeñas trivialidades en su vida, enfócate en esos cambios mayores. ¿Qué es más importante, el color de los zapatos que quiere tu hijo(a) o en qué gastará su tiempo libre?

 

gramo. Recuerda que las relaciones están antes que las normas:

Vivimos en un mundo lleno de normas, pero antes que ellas está la relación que tengas con tu hijo(a). Son tus hijos la prioridad que tienes en la vida, y es su bienestar todo lo que importa al momento de disciplinar.

 

Una última reflexión sobre el mal comportamiento en los hijos

El tiempo no perdona, y, cuando te des cuenta, tu hijo(a) cumplirá 18 años, y estará fuera de tu alcance el llegar a él/ella de la misma manera en la que lo hacías cuando era un niño/una niña.

 

Por eso, mi consejo final es que estos valores preciados momentos, que busques siempre la guía de Dios, te acerques a tus hijos, los respetes y hagas valer su poder de decisión. Pero esto, conservando e imponiendo límites sanos, que lo/la preparen para vivir su vida por su propia cuenta en un futuro no muy lejano.

 

Siguiendo estos consejos estaremos formando niños emocional y psicológicamente equilibrados, con los que podremos tener un lazo afectivo lleno de amor y comprensión. Los niños necesitan una disciplina real que corrija un mal comportamiento y que construya una buena base para su formación, que los guie y los ayuden a seguir el camino para ser adultos equilibrados y felices. Estos adultos a su vez formarán lazos saludables y llenos de amor con sus propios hijos, pues esto ha sido lo que han aprendido en sus propios hogares cuando fueron corregidos de niños por un mal comportamiento. Dios quiere que formemos hogares felices y llenos de amor.

 

¿Crees que es posible aplicar estos siete principios? ¿Consideras que hay alguna dificultad para aplicarlos? ¿Piensas que ponerlos en la práctica podría mejorar el comportamiento de tus hijos y tu relación con ellos? Comparte tus opiniones con nosotros en la sección de comentarios de este post, así enriqueceremos nuestras experiencias como padres. Dios te bendiga.

¿Por qué mi hijo(a) se porta mal cuando quiere mi atención?

Anteriormente hemos hablado sobre la importancia que tienen el amor y el apego en la crianza de los hijos; la enorme influencia que estos tienen en el enfoque que como adultos tendrán sobre la vida, las relaciones interpersonales, e incluso su percepción de la realidad. Existen muchos estudios que avalan y demuestran la importancia de ambos aspectos en la vida humana.

 

Profundizando en este punto, la teoría del apego de Bowen sobre la conexión emocional1 nos muestra que la familia funciona como un organismo, en donde todo lo que le ocurra a un miembro afectará a los otros. En el caso de los niños cuyos padres no están presentes lo suficiente o no le dan la atención suficiente, los niños entrarán en desesperación y desarrollarán un apego inseguro.

 

¡Pero, yo sí amo incondicionalmente a mis niños!

El amor de padres es inagotable, así lo quiso Dios y así es. No obstante, el amor no implica o garantiza que serás una buena madre o un buen padre. En mis charlas con mis pacientes lo veo todo el tiempo, padres y madres que darían la vida por sus hijos, pero siguen teniendo hijos con falta de atención y un apego inseguro.

 

¿Por qué te sucede esto? Puede que necesites ver en tu propio pasado para comprender la razón de tus conductas inconscientes. Y es que la dinámica emocional que experimentaste con tus padres será la misma que repliques con tus hijos. Si tus padres siempre te brindaron atención, amor y ternura, lo más probable es que de manera natural e inconsciente sea eso lo que tú le das a tus hijos, sin planteamientos o propósitos.

 

Por el contrario, si fuiste un niño o una niña que no experimentó aquello, ¿cómo podrías entonces dar algo que no conoces? En este caso estarás desorientado(a) respecto a cómo proveer una conexión emocional estable. Además, si no recibes ayuda respecto a este tema, hay muchas probabilidades de que repitas la historia.

 

Explorando tus recuerdos

El pasado influye en el presente, y los asuntos no resueltos igual. Sobre ello, una lectura que recomiendo es el libro Parenting From the Inside Out de Daniel J. Siegel y Mary Hartzwell. En este podrás comprender cómo tu propia infancia te ha hecho ser quién eres.

 

Estando la mayoría de nuestras repuestas en la memoria, nuestros cerebros están en la capacidad de responder a experiencias alterando las conexiones entre neuronas, así como la estructura del cerebro que cumplirá una función y creará recuerdos, esos que moldearán nuestra identidad. La memoria es en realidad la forma en la que el cerebro responde a las experiencias y crea nuevas conexiones cerebrales. Al mismo tiempo, esas conexiones cerebrales tendrán forma implícita y explícita.

 

La memoria implícita genera respuestas a comportamientos, emociones y percepciones. Esta es una memoria no verbal que estará allí toda la vida. También involucra a los modelos no verbales. Por ejemplo, si un bebé es consolado por su madre cuando se siente angustiado, este, al crecer, asociará el consuelo con su madre. Es por esto por lo que la madre es considerada como una figura de bienestar y seguridad.

 

Cuando las experiencias se repitan una y otra vez, se irán incrustando en nuestra vida. Lo más asombroso de la memoria implícita es que la persona no tiene la sensación de que está recordando algo al recurrir a ella. No será consciente de ello siquiera.

 

Así que, cuando tengas una conducta con tus hijos que no puedas explicar, necesitas explorar tus recuerdos y hacer enlaces. Las emociones, creencias, percepciones, todo esto puede estarse interponiendo en tu camino sin darte cuenta.

 

Padres autoritarios vs padres complacientes

¿Sientes la necesidad imperante de sobreexigir a tus hijos en sus estudios o en sus pasatiempos? Entonces, ¿cómo eran las exigencias de tus padres cuando tú eras niño(a)?

 

Otra situación, ¿crees que los castigos físicos son la manera adecuada de cambiar el mal comportamiento de tus hijos? Entonces, ¿cómo tus padres te reprendían a ti?

 

Somos capaces de romper el ciclo de este tipo de comportamientos. Pero antes, necesitamos encontrar un equilibrio entre dar y no dar. Existen dos opuestos que no son los adecuados, los padres del tipo controlador y los padres del tipo complaciente.

 

Las mujeres tienden a ser más del tipo complacientes, dar en exceso. Mientras que los hombres tienden a ser más controladores, no dar en exceso. Tanto los padres autoritarios como los permisivos son más parecidos de lo que puedes llegar a creer. Estos padres escogen por sus hijos cuando son ellos los que tienen que enseñarles a sus hijos cómo escoger según su edad.

 

Las 4 estrategias que usan nuestros hijos para llamar la atención

Los niños son capaces de analizar y desarrollar su juego en relación con cómo respondas a sus acciones. Después de todo, tú eres su mayor modelo a seguir. Los padres son el principal ejemplo a seguir, por lo que los niños estarán tomando notas en su cabeza sobre cómo obtener lo que quieran y cuando quieran.

 

También saben cómo usar las ventajas y cómo presionar los botones cuando sea necesario. Es por eso por lo que como padre o madre no puedes perder la ventaja y necesitas sacar el mayor provecho que puedas. Y es que los niños reaccionan según el ambiente social en el que crecen. Sea cual sea dicho ambiente, ellos se adaptarán a él.

 

Volviendo a las enseñanzas de Alfred Adler, su estudiante, el Dr. Rudolf Dreikers, se encargó de organizar los cuatro objetivos de los niños cuando manifiestan un mal comportamiento. Para cada objetivo se muestra una serie de conductas imprudentes. Asimismo, todos estos objetivos son secuenciales, es decir, si no se trata uno, el siguiente seguirá.

Atención

Todo niño quiere la atención de sus padres. Pero, el problema con esta clase de atención es que necesita ser ganada de la forma que sea. Su mantra es: “Sólo cuento cuando los demás se fijan en mí y me sirven”.

¿Cómo detectas a los niños que solo quieren llamar tu atención con desespero? Simple. Esos son los niños que no dejan hablar a su mamá por celular demandando su tiempo, o las niñas aferradas a las piernas de sus padres sin dejar que se enfoquen en algo más.

También son los niños a los que regañan constantemente en el colegio por hacer travesuras, una y otra vez. Lo saben, pero es inevitable para ellos continuar con este tipo de conductas. Puede que se detengan por unos momentos, pero luego volverán con más y más fuerza.

Si eres padre complaciente, lo más seguro es que le pidas tiempo para que puedas terminar de hablar por celular. Si eres autoritario, lo regañarás molesto por su conducta.

Poder

Si tu hijo no logra obtener tu atención, intentará hacerlo por medio del poder. Su lema será esta vez el de: “Sólo cuento cuando domino y controlo, cuando los demás hacen lo que quiero que hagan y cuando quiero que lo hagan”.

¿Cómo actúan estos pequeños que buscan poder? Son los niños que dan pataletas al suelo, negándose a obedecer a sus padres; son los niños que gritan a sus padres ofensas o les dicen que no son sus “jefes”.

La cuestión con estos niños es que cuando son reprimidos, eso solo incentivará sus ganas de tener más poder y superar esto. Si les dices que no hagan algo, ellos lo harán en tu cara, porque desean ganar al costo que sea. Sea lo que sea que hagas, incrementará su responder.

Las respuestas iracundas son muy comunes para tratar de enfrentar estas actitudes, pero no son útiles tampoco.

Venganza

Si como padre no respondes de la manera que ellos quieren ante su necesidad de poder, su mantra será: “solo cuento si puedo herir a otros como me han herido a mí”. Ya saben que no
tienen poder real, por lo que tratan de vengarse con comportamientos negativos.

Como es una etapa a la que se necesita llegar, estos son preadolescentes o adolescentes que llevan la “rebeldía” a otro nivel. Son esos hijos que crean cuentas falsas en redes sociales para herir, o el hijo que robó y estrelló el auto de su padre porque este era más importante para el padre que él mismo, incluso los hijos que amenazan con autolesionarse para hacer sentir mal a los demás. Esta etapa se caracteriza por querer herir a otros.

Si se es un padre o madre permisivo(a), este(a) se victimizará o se sentirá extremadamente culpable. Mientras que los padres autoritarios quieren demostrar su poder o venganza, haciendo que el ciclo siga y siga, siendo la única forma de detenerlo el hecho de que los padres hagan algo en pro de la sanación.

Mostrar la insuficiencia

Cuando como padre o madre sigues alimentando la sed de venganza de tu hijo, este se cansará. En esta etapa, este se dará cuenta de que haga lo que haga no será suficiente para llamar tu atención, y ya habrá internalizado lo “estúpido o inservible” que es.

Además, entenderá que no tiene un lugar al cual pertenecer, ni un propósito en la vida. Su mantra será: “No soy bueno. Nadie cree que tengo algún valor. No puedo hacer nada bien, así que ¿para qué hacer nada? Me rindo”. Esta etapa se caracteriza por querer herirse a sí mismos.

Estos son los jóvenes introvertidos que son incapaces de socializar, trabajar en equipo, prefieren la soledad por encima de la compañía. Son esos adultos que crecen desapegados de sus padres, alejados de conceptos como amor, comprensión y Dios. Los padres no saben qué hacer, y se terminan rindiendo. El vínculo se rompe, y solo permanece allí como un recordatorio de que puede volver a repetirse en cualquier momento en la siguiente generación.

Estos 4 aspectos constituyen mecanismos de interés para nosotros como padres. No es fácil analizar nuestros recuerdos, hurgar en las experiencias pasadas, pero si lo hacemos, iniciaremos con buen pie el camino para sanar nuestra relación con nuestros hijos y nos enrumbaremos hacia la posibilidad de disfrutar de la felicidad en nuestros lazos familiares. Ese es el plan que Dios tiene para nosotros como familias, que disfrutemos del amor y la felicidad con los que nos rodean.

¿Conocías estos 4 objetivos que usan los niños para lograr la atención que tanto anhelan? ¿Has sentido el efecto de ellos en tu relación con tus hijos? Te invito a que compartas con nosotros tu experiencia y tus opiniones en la sección de comentarios de nuestro post. Dios te bendiga.

¿Cuál es la raíz del mal comportamiento de un niño?

Todo tiene un comienzo, y no es una sorpresa que el mal comportamiento de un niño también lo tengan. Muchas veces disfrazados como “travesuras” o “berrinches”, el pequeño comienzan a presentar comportamientos o actuar de maneras poco deseables, haciendo alterar y frustrar a sus padres y cuidadores en general.

 

Continuamente los padres me hablan sobre las conductas agresivas de sus retoños en búsqueda de ayuda, desesperados por encontrar soluciones mágicas o respuestas simples para detener la bola de nieve que se ha ido formando. Pero, sinceramente, no existe un único consejo acerca de la paternidad, es un tema sobre el cual nunca podríamos parar de indagar.

 

Por eso, si te encuentras con que tu pequeña de dos años mete sus dedos en los enchufes eléctricos de la pared; tu pequeño de cinco años lanza sus juguetes al aire cuando no quiere ir al kínder; o te llaman del colegio porque tu hijo de diez años está intimidando a otros alumnos, este no será el final.

 

El mal comportamiento de un niño va apareciendo desde muy temprana edad, y no se detienen hasta que como padres seamos capaces de ponerles un alto. Lo que hoy te podrá parecer como algo pequeño y que pasará al crecer, probablemente no lo hará. Lo que hoy te da cansancio o flojera de corregir, probablemente seguirá repitiéndose, empeorando y afectando el desarrollo social de los niños, que pasarán a ser adolescentes y después adultos.

 

Es tiempo de actuar como padres. Sin embargo, para actuar es indispensable conocer la raíz del problema. Así que, espero poder ayudarte a entender cómo podrías estar desaprovechando tiempo vital para que tus hijos sean hombres y mujeres de bien en el futuro.

 

¿Por qué tu niño se comporta mal? ¿Cuál es la raíz del mal comportamiento de un niño?

 

Todo tiene una consecuencia en la vida, graba esto en tu mente por favor. Esa niña imprudente que tocaba donde no debía, en el futuro, podría ser alguien despistada u olvidadiza. Lo mismo ocurre con el niño que no quiere ir a clases o el que genera problemas en el colegio.

 

Entenderás que son conductas que deben ser detenidas antes de que escalen en gravedad, pero se vuelve al mismo dilema, ¿por qué los niños hacen todas estas acciones? ¿No son conscientes de ellas? ¿Lo hacen sin intención? ¿Cuál es la raíz del mal comportamiento de un niño? Quizás lo que te responderé te sorprenda, aun así, los niños son más inteligentes de lo que crees.

 

Para comprender a lo que me refiero, hace falta que profundicemos en el término Purposive behavior 1 o comportamiento intencional. Según el psiquiatra Alfred Adler, todo comportamiento social derivará en un propósito específico. Básicamente, el profesional creía que las personas no actúan al alzar, el comportamiento humano no existe sin una razón que le explique, sino que, por el contrario, se trata de una cadena de acciones que servirán para alcanzar determinados objetivos.

 

Si bien los individuos pueden no estar conscientes del vínculo que existe entre objetivos y comportamientos, el enlace sigue estando allí, sigue existiendo y teniendo el efecto con el cual se origina.

 

Teniendo en claro todo esto, sigue en el aire la pregunta inicial: ¿por qué los niños se comportan de esta manera? Esa intención detrás del comportamiento de un niño consiste en llamar nuestra atención. Si no crees que los niños usan nuestra atención como una especie de arma secreta, solo analiza el siguiente planteamiento: realizas una acción, la acción cumple un propósito, ¿no repetirías la acción? Por supuesto que lo harías, una y otra vez hasta que deje de generar resultados. Esta secuencia lógica es la misma que tienen los niños a muy tiernas edades.

 

¿Por qué nuestros niños buscan nuestra atención?

 

Cuando un niño o una niña sale del vientre de su madre, lo hará ansiando sentirse amado(a) y aceptado(a), y para ello necesitará atención. Pero, dicha atención, de acuerdo con el etólogo Konrad Lorenz, deriva de una necesidad biológica, la cual es demostrada con el principio de la impronta.

 

La impronta se refiere a un aprendizaje rápido ocurrido en una fase crítica de la vida, el mismo se explica con el famoso experimento de los patitos. Al nacer, un pato considerará como “madre” al animal u objeto que vea primero, puede que observe a su madre después, pero no la considerará como tal.

 

El apego a la figura maternal se explica a sí mismo como la necesidad de sobrevivir en este mundo. La primera fuente de amor, seguridad y enseñanza sobre cómo alimentarse. Patos y humanos, por más extraño que pueda sonarte, se parecen, porque los infantes son inseparables de sus madres durante la lactancia.

 

Cada pequeña parte de la atención es absorbida por los bebés en esos meses, se convierten prácticamente en esponjas. Y, posteriormente, irán copiando los comportamientos que esta demuestre. En esta etapa los niños son moldeables a los buenos ejemplos, al amor que se les dé y sobre todo a la atención positiva que se les dé, así como también a la educación. Esta es la razón por la que un niño podrá aprender con más facilidad un segundo idioma en sus primeros años de vida.

 

Asimismo, debemos comprender que estamos creados para experimentar conexiones sociales, por lo que cuando una madre o un padre no les prestan atención a sus hijos, estos la necesitarán y buscarán a toda costa debido a que están faltos de aceptación, comprensión y amor. Aunque estos actúen a primera vista con repelencia a muestras de cariño, o nuestra presencia, ellos siempre estarán agradecidos dentro de sí mismos por ello.

 

Recuerda que todo lo que ha sido creado por Dios está interconectado entre sí. Fuimos creados a su imagen y semejanza, y estamos diseñados para vivir en comunidad porque en ella es que somos capaces de crear lazos trascendentales para vivir una vida más estable y apacible. Una sociedad en la que sirvamos para dar y recibir amor con constancia.

 

Es de suma importancia conocer las bases emocionales y psicológicas que comprenden el fundamento de los individuos de nuestra sociedad. Las experiencias que vivimos en edades tempranas determinarán nuestra percepción de la realidad como adultos y por ende nuestro actuar ante cada situación o desafío que enfrentemos durante toda nuestra vida. Dios quiere que seamos adultos felices, siempre ha sido su plan, que vivamos en medio de relaciones interpersonales que nos llenen de felicidad y que tengamos una relación plena y feliz con Él.

 

Te pregunto entonces, ¿conocías estos conceptos sobre le mal comportamiento de un niño? ¿Consideras que las experiencias en tu infancia han determinado tu actuar hasta el presente? Comparte con nosotros tus respuestas y tu opinión en la sección de comentarios de este post. Dios te bendiga.

Infertilidad y pérdida: ¿Qué puede hacer la pareja?

María había soñado toda su vida ser madre. Para ella, ser mujer era tener la oportunidad de procrear y formar una familia con varios hijos. Ahora, casada con Pedro, había llegado el momento de hacer realidad el deseo innato de toda mujer, el deseo de ser madre. Pasaron los primeros meses después de la boda y nada ocurría. Luego de seis meses, incrementaron la intimidad sexual en busca de mayores oportunidades para concebir, pero nada ocurría.

 

Luego, después de un año, María y Pedro comenzaron a preguntarse ¿qué estaba pasando? ¿Dónde estaba el problema? Fueron a su médico de cabecera, quien los refirió a un especialista, y después de varios estudios, este le dijo a esa linda pareja, “ustedes no podrán tener hijos a través de medios naturales”.

 

El dolor emocional que embargó a María y a Pedro fue inexplicable. Ambos se sentían con baja autoestima y sentimientos de inferioridad; baja confianza en sí mismos y bajo amor propio. Sentían vergüenza, sentían que no eran suficientes, se sentían incompletos como para procrear. Aun comenzaron a cuestionar la capacidad para desenvolverse como padres y para mantener una relación de pareja. Fue en este momento cuando ellos decidieron buscar ayuda profesional.

 

La infertilidad es algo real y causa mucho dolor

 

En los Estados Unidos, 15% de las parejas tendrán problemas de infertilidad (UCLA Health, 2020). La Organización Mundial de la Salud (WHO, 1993) presenta la infertilidad como la incapacidad para concebir después de un año de relaciones sexuales regulares no protegidas. Así como lo revela la historia de María y Pedro, cuando una pareja experimenta esta realidad, el hecho de que se haga patente la incapacidad de lograr concebir por el procedimiento natural en el momento que se desea, produce sorpresa, frustración y extensos efectos psicológicos.

 

La sorpresa proviene de estar ante una situación que jamás, ellos como pareja, se imaginaron. Además, la sorpresa es el resultado de creencias falsas que tenemos arraigadas en nuestra cultura que dicen que la “procreación es un proceso voluntario”, que cualquier persona puede alcanzarlo con la sola condición de realizar frecuentes interacciones coitales. Y, por ende, cuando esto no se logra, la pareja tiende a cuestionar su identidad y ambos miembros de la pareja se sienten inferiores como hombre y mujer.

 

La infertilidad produce frustración, en parte porque la pareja experimenta una alteración, por lo menos temporal, del plan de vida que se tenía trazado, y de alguna manera supone un desafío a ese proyecto de vida. Para María y Pedro, su Proyecto de Vida era la paternidad en edad joven para así dedicarles los mejores años de la vida propia a los hijos. Ellos veían la paternidad como una culminación de su desarrollo personal. En otras palabras, tener hijos al alcanzar una madurez personal y profesional.

 

Todo esto produce un gran dolor emocional porque se experimenta una Pérdida. Todas las pérdidas traen experiencias de tristeza, angustia, dolor y muchas veces trauma. Estas circunstancias adversas fuerzan a la pareja a tener un replanteamiento del plan de vida y a tomar decisiones importantes sobre dicho plan: seguir intentándolo por sus propios medios, renunciar a tener hijos, intentar la ayuda de la reproducción asistida, adoptar o acoger a un hijo o una hija.

 

Cuando una pareja que tiene problemas de infertilidad viene en busca de terapia marital, le ayudamos a procesar esta experiencia viéndola como un proceso de duelo. Syme, describió la infertilidad desde el punto de vista emocional y psicológico como una pérdida. La pareja vive esta pérdida en diferentes fases: la primera, cuando el embarazo no ocurre cuando se suponía; enseguida, cuando comienzan los ciclos de tratamientos de infertilidad y estos no tienen éxito; y por último, cuando un eventual embarazo culmina en un aborto[1].

 

Estas etapas de duelo no necesariamente ocurren de forma cíclica y se pueden experimentar de una forma diferente para cada persona. En la etapa de la Paralización, el individuo se encuentra “como un zombi” o “en un túnel”, muy distante de los demás. Existe la negación, no puede creer que lo sucedido es verdad y se dice a sí mimo(a), “alguien cometió un error”. Puede haber manifestaciones físicas, como periodos de depresión, pérdida del apetito y falta de concentración.

 

En la etapa del Anhelo, el individuo tiene una gran necesidad de concretar el deseo de ser padres, el mismo, al no hacerse realidad, se convierte en algo más ferviente cada día. Todo es reforzado cuando es expuesto a los materiales de promoción o artículos que son para niños recién nacidos. Los amigos y familiares cercanos no ayudan en esta etapa porque preguntan y cuestionan si ellos están haciendo las cosas bien, y, muchas veces, no son sensibles al dolor que experimentan las personas que padecen de esta condición.

 

La etapa más larga es la de Desorganización y desesperación. Esta etapa se caracteriza por producir un sentimiento de culpa en el individuo. Hemos visto como muchos pacientes piensan que su infertilidad es un castigo de Dios por los pecados cometidos en la juventud. Hay sensación de falta de control, ansiedad, sentimientos de soledad, se sufre de pena, desesperanza y las parejas se alejan de sus amistades por los estigmas que se levantan con relación a esta condición.

 

La etapa de la Reorganización es en la que el individuo acepta y reorganiza su vida personal, planteándose un nuevo Proyecto de Vida. Este periodo puede tomar años, o tristemente, para muchas personas nunca se da porque renuncian a aceptar su destino. Muchos experimentan un daño emocional tan profundo que piensan que nadie puede ayudarlos y jamás algo o alguien podrá aliviar su padecer.

 

Tal vez te preguntes, ¿qué puedo hacer si la experiencia de María y Pedro es la misma experiencia que yo estoy atravesando en este momento? ¿Qué puedo hacer para ayudar a alguien que tiene una situación como la que hemos hablado? Recuerda, si en algún momento necesitas ayuda profesional, no dudes en llamar al 407-618-0212, o escribirnos a efrain.duany@floridaconference.com

 

[1] Syme G. Facing the unacceptable: the emotional response to infertility. Hum Reprod 1997; 2: 183-7.

 

3 formas de prevenir el abuso infantil

Las historias de abuso infantil se ven por todas partes. Alguien me dijo que su mamá la dejaba con una vecina, y a pesar de todas sus súplicas de no hacerlo, su madre la dejaba de todas maneras, y ella era sexualmente abusada por su vecino. El perpetrador la amenazaba diciendo que si compartía este secreto con su madre, él la mataría. Ella vivió 10 años traumatizada. Hasta que un día decidió compartir su secreto con su mamá. Lamentablemente, dijo con lágrimas en los ojos, su madre no mostró ningún remordimiento en absoluto. Su agresor murió tres meses después de violarla.

 

Historias como ésta se encuentran en cualquier lugar. Estados Unidos tiene uno de los peores registros de abuso de todas las naciones industrializadas, perdiendo en promedio, entre cuatro y siete niños cada día por abuso y negligencia. De hecho, un reporte de abuso infantil se hace cada diez segundos. Sin embargo, lo que más me preocupa es que alguna vez este abusador trató de usar la iglesia como un paraíso seguro para continuar con su comportamiento depravado. El abuso también se encuentra en las iglesias.

 

En este post, me gustaría hablarle a los padres acerca de tres formas poco conocidas de prevenir el abuso infantil. Nuestros niños no sabrán sobre el abuso infantil, a menos que se les enseñe sobre ello. Por esta razón, los padres necesitan hacer de su hogar un lugar seguro para sus hijos. Deben crear una atmósfera de confianza y seguridad en donde puedan hablar abiertamente sobre temas apropiados para su edad. Después de crear una atmósfera en casa donde el niño se sienta a salvo y seguro, entonces es necesario enseñar a sus hijos a decir NO a toques inapropiados, secretos malos y a los extraños.

 

     Di NO al contacto inapropiado. Los padres necesitan enseñar a sus hijos lo siguiente: «mi cuerpo es mío y nadie debe tocarlo sin mi autorización”. A edad temprana, nuestro niños necesitan saber reconocer cuáles son sus partes privadas del cuerpo, y la importancia de decir NO cuando alguien trata de tocarlos. Enseña a tus hijos a reportar cualquier toque que se sienta incómodo o mal, incluso si es por un miembro de la familia, profesor, entrenador, Pastor o funcionario de la iglesia.

 

     Di NO a los malos secretos. Explícale a tu hijo que hay secretos buenos y malos. El secreto bueno viene de cosas que amas y deseas recibir; tales como regalos, sorpresas, etc. Los secretos malos son los que son desagradables. Si alguien toca tu cuerpo en secreto, sin tu autorización, es un mal secreto y necesita ser reportado inmediatamente. Los registros de abuso infantil muestran que la mayoría de los niños mantiene su experiencia de abuso en secreto. Como padre, necesitas mantener abierta la línea de comunicación con tus hijos, para que puedan venir a tí con temas difíciles, tales como el abuso.

 

     Di NO a los extraños. Aunque la gran mayoría de los niños que son objeto de abuso, lo sufren por parte de alguien que ellos conocen, tú todavía necesitas enseñarle a tu niño a no hablar o tener cualquier contacto con extraños. El diablo está buscando una oportunidad para destruir a nuestros hijos.

 

Estos tres consejos podrían ayudar a tus hijos a mantenerse alejados del abuso, sin embargo, ten en cuenta que hay otras formas de abuso; tales como, estar expuestos a actos sexuales o sexualmente explícitos, materiales no destinados a menores de edad, así como exposición indecente. Anima a tu hijo a hablar con adultos catalogados como seguros en cualquier momento que se sientan inseguros.

 

      Lo mejor que puedes hacer por un niño que ha sido abusado es conseguirle ayuda profesional inmediatamente. Salmos 127:3 dice que los niños son una herencia del Señor. Somos responsables ante Dios por nuestros hijos. Vamos a protegerlos del maligno, proporcionando un lugar seguro para ellos en casa, donde puedan sentirse seguros, y enseñándoles a decir NO al contacto inapropiado, secretos malos  y a los  extraños. Si tienes alguna pregunta sobre este tema, no dudes en escribirme tu pregunta. Que Dios te bendiga y recuerda: «Un corazón alegre es buena medicina, pero un espíritu triste seca los huesos (Proverbios 17:22).

REGOCÍJATE EN LA NAVIDAD

La Navidad es la época del año de mayor importancia y relevancia, especialmente para este país. Desde el Black Friday (viernes Negro) y el Cyber Monday, las decoraciones, música y la alegría, el mes de diciembre se convierte en un mes de regalos, celebraciones y diversiones. Los expertos estiman que la familia típica gastará alrededor de $780.00 en regalos en esta Navidad. Para muchos, la Navidad es una época de celebración.

Pero, hay otros que no pueden esconder detrás de los papeles de regalos o las fiestas la triste historia de la realidad de su vivir. Los sufrimientos, las derrotas, la separación de los seres queridos, traumas, abusos recibidos, un hogar destruido, hijos sin un padre. Los sin sabores de su peregrinar, ahogan el gozo de la Navidad en sus vidas.

 

Los sufrimientos de Job

Te invito a estudiar la historia de Job porque en ella vamos a encontrar cómo disfrutar de la navidad a pesar de los sufrimientos. Job nos va a enseñar hoy en dónde está el verdadero gozo de la Navidad.

Existen algunos detalles interesantes de la vida de Job que le darán gran relevancia a la Navidad en su vida (la de Job). Job fue el primer libro escrito del Antiguo Testamento, no fue el libro de Génesis, por lo que,  entonces, es muy importante lo que Job hablará con relación al sufrimiento y la Navidad. Job vivió 140 años después de que le ocurriera toda la calamidad registrada en la Biblia (Job 42:14). Por lo tanto, se estima que vivió alrededor de unos doscientos años. Abraham vivió 175 años. Se cree que Job vivió en el mismo periodo de los patriarcas

En el libro de Job, capítulo 1 leemos: 1Había en el país de Uz un hombre llamado Job. Era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2Le habían nacido siete hijos y tres hijas. 3Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados. Era el hombre más importante de todos los orientales.

Job tenía todo lo que una persona pudiese desear: esposa, hijos, casa, terrenos, animales, salud, todo. Su vida estaba llena de bendiciones materiales y espirituales. Era feliz, estaba agradecido. Pero, de la noche a la mañana, lo perdió todo. Satanás dijo a Dios que era fácil ser fiel y agradecido cuando se estaba rodeado de abundancia y bendiciones, por lo que quiso quitarle todo a Job, para de esta manera hacer que Job se sintiera triste, desgraciado y se alejara de Dios. Job perdió a su esposa, hijos, casa, ganado, tierras… Lo perdió todo…

 

Nuestros sufrimientos

Si hay alguien que nos puede hablar de nuestro sufrir es Job. ¿Cómo es posible que una persona experimentando sufrimiento como lo estaba experimentando Job pueda sentir el gozo de la navidad? ¿Cómo es que puedo disfrutar en medio del sufrimiento? ¿Cómo es que en esta navidad se puede disfrutar de las decoraciones, dramas teatrales, regalos y festividades? ¿En dónde está el gozo de la navidad?

¿En dónde está el gozo de la navidad para una madre desesperada que clama por el regreso de su hijo a su hogar? ¿En dónde está el gozo de la navidad para un padre que tiene a su hijo rebelde fuera de la iglesia, para una madre que tiene a su hijo en las drogas y no sabe qué hacer para que pueda ser libre de la adicción? ¿En dónde está el gozo para una madre que cría a su hija sola porque su esposo la abandonó,  para alguien que tiene una enfermedad terminal, para esa familia a la cual el médico le ha dicho “tu ser querido solo tiene tanto tiempo de vida”? ¿En dónde está el gozo para ese padre que no tiene con qué comprarle regalos a sus hijos porque no tiene empleo?

Si eres te identificas con la realidad llena de sufrimiento de la humanidad, hoy debes preguntarte también, ¿en dónde está el gozo de la navidad? Y no simplemente esconder tu sufrir detrás de papeles de regalo y diversiones. Job mismo contestó la pregunta cuando su esposa y amigos le dijeron: ¿en dónde está la esperanza en medio de tanto sufrimiento? ¿En dónde está tu Dios? Dios te ha castigado, Dios se ha olvidado de ti, tú cargas con la maldición de Dios por tu pecado, Dios no contesta tus oraciones. Todas estas cosas las escuchó Job de labios de ellos.

Nuestra esperanza

En el capítulo 19 del libro de Job, versículos 25-27, está el secreto de la vida de Job. ¿Cómo fue posible que Job no renunciara a su fe en medio de tanto sufrimiento? Una tarde, cuando los amigos y la esposa lo tenían abrumado, Job en su dolor dijo: 25 Yo sé que mi Redentor vive. Y al fin se levantará sobre el polvo: Y después de deshecha esta mi piel, he de ver en mi carne a Dios; al cual yo tengo de ver por mí. Y mis ojos lo verán, y no otro.

Aquí está plasmado el secreto de Job. Profundicemos en este asunto. Job clama a Dios para que responda sus preguntas. Él quería saber desesperadamente por qué había sido llamado para experimentar tanta miseria y dolor. Finalmente, Dios le responde desde el torbellino de viento. Pero la respuesta no es lo que Job esperaba. Dios no le dio a Job detalles del porqué de su aflicción. Al final, la única respuesta que Dios le dio a Job fue una revelación de Él mismo como su Dios.

Es como si Dios le estuviera diciendo a Job, “Yo soy tu respuesta”. A Job no se le pidió que confiara en un plan, pero sí en alguien, un Dios personal, quien es soberano, sabio y bueno. Fue como si Dios estuviera diciéndole a Job, “descubre quién soy Yo”. Y cuando me conozcas, tu sabrás lo suficiente como para manejar cualquier problema en tu vida.

Es por eso que Job pudo decir “yo sé que mi Redentor vive”, “yo sé quién es Él, lo conozco personalmente”. Él dice “mi Redentor”. Job declara: “estoy lleno de tribulaciones, no tengo gozo en medio de mi sufrir, pero sí tengo un Ayudador”. Algunas traducciones ponen la palabra “Defensor”, pero en hebreo la palabra es “goel”, que quiere decir: redentor, rescatador, uno que compra para otro.

Esto tiene que ver con una antigua institución que encontramos en la Biblia, la del “goel”, el “pariente próximo”. Allí vemos –en distintos pasajes– que el “goel” era un pariente de sangre -varón-, que asumía la responsabilidad de su familia cuando ésta era afligida por algún mal.

Job sentía que Dios era su “goel”, su Redentor, ayudador, defensor. No importó el perderlo todo, él seguía tomado de la mano de Dios, dependiendo de Dios, bendiciéndole y alabándole. No es algo fácil de hacer cuando estamos en medio de calamidades y desgracias. No es fácil sentir alegría y júbilo cuando estamos sufriendo. Por eso debemos entender que hay personas que aún en la época más feliz y alegre del año, están agobiadas y abrumadas por el dolor, la pérdida y el sufrimiento.

Pero, esto no termina aquí. Hay lecciones que podemos aprender de la vida de Job, de la actitud que tomó al enfrentar tanta desgracia, tanto dolor. Podemos aprender de él para poder navegar en medio del dolor y seguir adelante.

¿Quieres ver cómo continúa esta historia? ¿Quieres saber qué podemos aprender de la historia de Job? ¿Quieres que Dios sea tu Redentor, ayudador y defensor? Te invito a que leas nuestro próximo post para que puedas ver que hay luz en medio de la oscuridad, la luz de Dios.

 

 

 

 

¿Cómo romper el ciclo disfuncional que arrastra tu familia?

No tienes que sentir vergüenza porque tu familia tiene características de familias con un ciclo disfuncional. Todas las familias de una forma u otra cargan con disfuncionalidad. Muchos de los miembros de la familia disfuncional de Jesús recibieron restauración y fueron liberados de las cadenas que los ataban a su pasado porque rompieron con su ciclo disfuncional. ¿Cuál fue el secreto de hombres como Abraham, Jacob y David? ¿Cómo podemos trabajar en nuestra vida para no repetir los patrones disfuncionales que hemos heredado de nuestros antepasados?

El secreto fue el siguiente:

1. Reconocer los rasgos del ciclo disfuncional que arrastra la familia

Es bueno mirar a nuestras familias con ojos objetivos, reconociendo los aspectos positivos y negativos. Probablemente encontremos que nuestra familia posee rasgos de disfuncionalidad en algún aspecto. Al reconocer dichos rasgos, podremos enfocarnos en trabajar para mejorarlos y, con el tiempo, lograr vencerlos, para poder ser individuos felices en familias funcionales.

2. Pedirle ayuda al Espíritu Santo para que te ayude a romper tu ciclo disfuncional

Pablo dice que a menudo no sabemos orar como deberíamos (Rom. 8:26). Pero, el Espíritu Santo ruega en nosotros y a través de nosotros, y hace intercesión por nosotros. A veces, el Espíritu Santo usa ayuda temporal en la forma de un consejero humano, el cual puede ayudarnos a percibir en qué consiste el problema real. Otras veces, el Espíritu puede hacerlo a través de la Palabra de Dios o de algún incidente de la vida que de repente nos hace darnos cuenta de nuestro problema real. Porque, es importante que nos demos cuenta de cuál es el verdadero problema y sepamos cómo hemos de orar. Santiago nos recuerda que algunas veces no recibimos porque oramos pidiendo lo que no debemos (Stg. 4:3). Puede que sea esencial que procures conseguir la ayuda de un consejero, un pastor o un amigo; entonces, juntos, pueden pedir al Espíritu Santo que muestre cuál es tu verdadera necesidad.

¿Recuerdas la historia de Henry Ford y de Charlie Steinmetz? Steinmetz era de muy baja estatura, además era feo y deforme, pero tenía una inteligencia privilegiada en el campo de la electricidad, como pocos han tenido. Él construyó los grandes generadores para Henry Ford en su primera fábrica en Dearborn, Michigan. Un día, estos generadores sufrieron una avería y la fábrica tuvo que parar.

Llevaron mecánicos ordinarios y de otros tipos, pero no había manera de poner en marcha los generadores. Estaban perdiendo mucho dinero. Entonces, Ford llamó a Steinmetz. Este genio llegó y empezó́ a manipular los generadores durante unas horas y después dio vuelta al interruptor y puso la gran fábrica de Ford en marcha otra vez.

Unos pocos días después, Henry Ford recibió́ una factura de Steinmetz por un  importe total de 10.000 dólares. Aunque Ford era muy rico, devolvió́ la factura con una nota: “Charlie, ¿no es una factura demasiado grande por haber estado manipulando los motores un par de horas?”. Steinmetz volvió́ a enviar la factura a Ford, pero esta vez decía: “Por manipular cosas en los motores: 100 dólares, por saber lo que había que tocar: 9.900 dólares, Total: 10.000 dólares”. Henry Ford pagó la cuenta.

El Espíritu Santo sabe qué es lo que hay que manipular. Nosotros no sabemos qué es lo que hemos de pedir. A veces no recibimos porque pedimos mal.

3. Cuenta tu historia

Contar nuestras historias es un acto poderoso para sanar nuestros traumas emocionales. Este acto es la base de la recuperación en los grupos terapéuticos, en la terapia individual y la consejería. Cuando contamos nuestra historia hablamos de lo que es importante, significativo, confuso, conflictivo y doloroso en nuestra vida; nos arriesgamos, interactuamos y descubrimos, pero, sobre todo, escuchamos la historia de otros y nos damos cuenta de que no somos los únicos. Pero, lo más poderoso de compartir nuestra historia es que nosotros escuchamos nuestra propia historia, y, esta sale diferente a cómo nos la habíamos imaginado.

Cuando cuentas tu historia estás volviendo a escribir el guion familiar que te implantaron tus padres. Pero, esta vez, esos comportamientos disfuncionales son reemplazados por comportamientos funcionales. Esas emociones que antes no expresabas por temor a ser maltratado o mal entendido ahora son expresadas libremente para resolver los traumas emocionales que aún no has resuelto.

No cualquier persona merece escuchar tu historia. Lo mejor es sentarte con un consejero profesional cristiano. Si no lo tienes, entonces conversa con alguien en quien tú confíes que pueda escuchar sobre tu problema y sentir empatía hacia ti. Y, si aun esto no es fácil para ti, entonces puedes escribir tu historia y leértela a ti mismo(a).

Una dama se acercó a mí al final de un sermón para contarme su historia, yo con gusto me dediqué a escucharla. Al final, me dijo: después de contar mi historia, siento que la carga que he llevado por más de 60 años la lleva Jesús por mí. Esa dama estaba dando pasos para romper con su ciclo disfuncional.

4. Perdona

El perdón es un factor determinante de la felicidad y de la estabilidad emocional. Cuando no perdonamos, arrastramos rencores, odios y heridas que durarán para toda la vida, aun si decidimos ignorarlas. La Biblia nos enseña que debemos perdonar de la misma manera en la que Dios nos perdona a nosotros.

En las familias que existe un ciclo disfuncional, muchas veces la falta de perdón acarrea heridas que van minando las relaciones interpersonales y destruyendo la estructura familiar.

5. Ríndete ante la Gracia de Dios

Si leemos la historia de Mefiboset en 2 Samuel 4, podemos notar que él era nieto del Rey Saúl e hijo de Jonatán. Su vida estuvo marcada por los errores de su abuelo, por la desgracia y por eventos que dejaron en él heridas físicas y emocionales. Pero, a pesar de estas adversidades, Mefiboset logró conseguir ante los ojos de Dios y de David la misericordia que necesitaba para salir adelante, y pudo dejar atrás los traumas de su pasado para tener una nueva vida, un nuevo futuro.

Como la historia de Mefiboset hay muchas en la Biblia, que formaban parte de la genealogía de Jesús. Hogares y familias disfuncionales, de las cuales en un futuro emergería el Salvador del mundo. Y, hoy entiendo por qué Lucas y Mateo presentaron la genealogía de Jesús y mencionaron las familias disfuncionales que tuvo en su árbol genealógico. Ellos dicen: el amor de Dios hacia sus criaturas es tan grande que Él envió a su hijo para que naciera en medio de familias disfuncionales con la misión de cargar en su cuerpo los traumas, dolores, desvelos, heridas y comportamientos disfuncionales de la familia humana y clavarlos en la cruz.

Amigo(a) que lees hoy estas líneas, te invito a seguir estos pasos que te ayudarán a romper los patrones familiares que han marcado tu vida y socavado tus propias relaciones familiares e interpersonales. Dios puede transformar tu historia para bendición y bienestar. Búscale a Él primeramente y decide hoy transformar tu vida, tu hogar y tu familia disfuncional en funcionalidad y felicidad.

6 características de las familias disfuncionales

Continuemos con el tema de las familias disfuncionales. Es un tema amplio, que afecta a gran cantidad de hogares hoy en día, y al que debemos prestar atención, pues la familia es la base desde la cual los seres humanos percibimos nuestra realidad y el mundo que nos rodea.

 

Analicemos la siguiente historia: un niño era hijo de un trabajador de media clase del gobierno. Su padre demandaba absoluta obediencia de parte de sus hijos y la familia sufría de su ira incontrolable. Este niño, cuando tenía tres años de edad, fue testigo de cómo su padre le pegó brutalmente a su madre por responderle.

 

Cuando el niño tenía 4 años de edad, su padre comenzó a maltratarlo físicamente, prácticamente todos los días. Cuando tenía 6, él recuerda haber recibido 30 correazos en su espalda. Cuando su padre lo necesitaba,  le silbaba para que viniera, tal como se hace cuando se quiere llamar a un perro. Cuando tenía 11 años de edad,  su padre casi lo mata a golpes cuando intentó huir de la casa. Antes de que este niño naciera, tres de sus hermanos habían muerto de difteria, todos antes de los tres años de edad y todos con de un mes de diferencia. Su madre, por temor a perder otro hijo, mantuvo su distancia de este hijo y no desarrolló un apego con él. Su padre, siempre borracho, lanzaba largas quejas sobre cómo los judíos y las minorías estaban causando todos los problemas en el mundo. El niño creció odiando a su padre, pero no encontró una forma segura de ventilar sus emociones.

 

Él comenzó a maltratar a otros muchachos, a jugar juegos violentos de guerra y dar discursos de odio hacia los judíos y otras minorías. Este niño creció y se convirtió en un hombre lleno de odio, quien nunca se casó ni tuvo una familia propia con quien pudiera compartir sus emociones. En cambio, encontró una gran audiencia a la que sí pudo expresarle sus sentimientos de odio. Él llegó a someter a toda una raza a su odio e ira. Ese pequeño niño creció para ser Adolfo Hitler (Miller, 1983).

 

Como padres, muchas veces no entendemos la influencia que nuestros patrones disfuncionales tienen sobre las generaciones futuras. Si eres honesto, vas a recordar que cuando algunas de estas cosas te pasaron a ti cuando eras un niño/una niña, hiciste un voto de nunca tratar a tus hijos de la misma forma. Y ahora, tristemente te encuentras en situaciones de estrés, repitiendo las mismas palabras y comportamientos de tus padres hacia tus hijos.

 

Características de las familias disfuncionales

 

No existe tal cosa como una familia totalmente disfuncional. Sin embargo, si ves que tu familia de origen tiene algunos de los rasgos característicos de las familias disfuncionales que presentaré a continuación, es probable que tu familia sea disfuncional en algunas áreas. Las familias disfuncionales tienen ciertas características que presentaré a continuación:

 

Decepción y negación: niegan sus problemas y por esta razón los problemas nunca se resuelven. También niegan a sus miembros libertades.

 

Formación de roles rígidos y estáticos: los roles se crean por la necesidad del sistema familiar. Los niños renuncian a sus propias necesidades para satisfacer las necesidades de los demás.

 

Una ruptura de límites: los miembros de una familia disfuncional tienen límites permeables, los límites no se respetan, se invaden los límites entre unos y otros y más que relacionarse, caen en problemas.

 

Necesidades sacrificadas: los miembros de una familia disfuncional no pueden satisfacer sus necesidades. Las necesidades individuales son puestas a un lado para satisfacer las necesidades de la familia. Casi siempre existe cierto grado de enojo y depresión en los miembros de una familia así. Las diferencias individuales se sacrifican para satisfacer los requerimientos de la familia.

 

Comunicación conflictiva y confluente: utilizan el conflicto abierto o la confluencia (acuerdan no estar en desacuerdo) como un estilo de comunicación. En muy rara ocasión logran establecer contacto verdadero.

 

Irrevocabilidad de las reglas: en las familias que presentan disfunción se establecen reglas y estas no cambian, es más, se mantienen rígidas.

 

John Bradshaw, un filósofo, consejero y profesor de teología de Houston, Texas,  habla sobre las reglas que se presentan en la familia disfuncional:

 

Control. Debemos controlar los sentimientos y el comportamiento en todo momento. Este es el mecanismo de defensa más importante.

 

Perfeccionismo. Tenemos que hacer todo “bien”. El miedo a no cumplir lo que se espera de nosotros es la motivación principal. Se vive enfocados en la imagen.

 

Culpabilizar. Cuando las cosas no salen como las planeamos nos culpamos o culpamos a los otros. Esto mantiene el equilibrio de la familia disfuncional cuando no sirve el control.

 

No se puede hablar. Esta regla prohíbe la libre expresión de cualquier sentimiento, necesidad o deseo. Nadie habla de su soledad ni de sus problemas.

 

No se pueden cometer errores. Los errores implican vulnerabilidad. Esto no se permite y hay que encubrir toda falta a como dé lugar, para no ser objeto de crítica.

 

Existen otras características más profundas, pero las mencionadas en los párrafos anteriores son características que fácilmente se pueden observar en el desenvolvimiento diario de muchas familias, incluso aquellas con creencias cristianas. La forma de crianza de los padres hacia los hijos determinará qué clase de familia tendrán las generaciones futuras, pues estas repetirán los patrones aprendidos y los aplicarán a las relaciones familiares.

 

No es fácil formar parte de una familia disfuncional, pues los canales de comunicación e interacción se ven afectados por la dinámica trastornada que se lleva a cabo. No importa la religión, cultura, etnicidad o nivel social, la disfuncionalidad puede ser la base de cualquier familia.

 

¿Te parecen conocidas las características y reglas de las familias disfuncionales? ¿Crees que tu familia podría estar incurriendo en lo antes mencionado? ¿Sientes que no puedes expresarte o ser quien eres, con tal y complacer a tus padres y/o miembros de tu familia? ¿Es difícil hablar sobre temas importantes y profundos en tu ámbito familiar? Si es así, déjame decirte que no estás solo(a) en esto. En nuestra sociedad cada vez es más común ver estos rasgos familiares. Pero, recuerda, es posible transformar la disfuncionalidad familiar en funcionalidad.

 

Te invito a leer nuestro próximo post en el que continuaremos hablando sobre las familias disfuncionales, para que puedas aprender qué se puede hacer para superar este “guion familiar”. Dios te bendiga