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Infertilidad y pérdida: ¿Qué puede hacer la pareja?

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María había soñado toda su vida ser madre. Para ella, ser mujer era tener la oportunidad de procrear y formar una familia con varios hijos. Ahora, casada con Pedro, había llegado el momento de hacer realidad el deseo innato de toda mujer, el deseo de ser madre. Pasaron los primeros meses después de la boda y nada ocurría. Luego de seis meses, incrementaron la intimidad sexual en busca de mayores oportunidades para concebir, pero nada ocurría.

 

Luego, después de un año, María y Pedro comenzaron a preguntarse ¿qué estaba pasando? ¿Dónde estaba el problema? Fueron a su médico de cabecera, quien los refirió a un especialista, y después de varios estudios, este le dijo a esa linda pareja, “ustedes no podrán tener hijos a través de medios naturales”.

 

El dolor emocional que embargó a María y a Pedro fue inexplicable. Ambos se sentían con baja autoestima y sentimientos de inferioridad; baja confianza en sí mismos y bajo amor propio. Sentían vergüenza, sentían que no eran suficientes, se sentían incompletos como para procrear. Aun comenzaron a cuestionar la capacidad para desenvolverse como padres y para mantener una relación de pareja. Fue en este momento cuando ellos decidieron buscar ayuda profesional.

 

La infertilidad es algo real y causa mucho dolor

 

En los Estados Unidos, 15% de las parejas tendrán problemas de infertilidad (UCLA Health, 2020). La Organización Mundial de la Salud (WHO, 1993) presenta la infertilidad como la incapacidad para concebir después de un año de relaciones sexuales regulares no protegidas. Así como lo revela la historia de María y Pedro, cuando una pareja experimenta esta realidad, el hecho de que se haga patente la incapacidad de lograr concebir por el procedimiento natural en el momento que se desea, produce sorpresa, frustración y extensos efectos psicológicos.

 

La sorpresa proviene de estar ante una situación que jamás, ellos como pareja, se imaginaron. Además, la sorpresa es el resultado de creencias falsas que tenemos arraigadas en nuestra cultura que dicen que la “procreación es un proceso voluntario”, que cualquier persona puede alcanzarlo con la sola condición de realizar frecuentes interacciones coitales. Y, por ende, cuando esto no se logra, la pareja tiende a cuestionar su identidad y ambos miembros de la pareja se sienten inferiores como hombre y mujer.

 

La infertilidad produce frustración, en parte porque la pareja experimenta una alteración, por lo menos temporal, del plan de vida que se tenía trazado, y de alguna manera supone un desafío a ese proyecto de vida. Para María y Pedro, su Proyecto de Vida era la paternidad en edad joven para así dedicarles los mejores años de la vida propia a los hijos. Ellos veían la paternidad como una culminación de su desarrollo personal. En otras palabras, tener hijos al alcanzar una madurez personal y profesional.

 

Todo esto produce un gran dolor emocional porque se experimenta una Pérdida. Todas las pérdidas traen experiencias de tristeza, angustia, dolor y muchas veces trauma. Estas circunstancias adversas fuerzan a la pareja a tener un replanteamiento del plan de vida y a tomar decisiones importantes sobre dicho plan: seguir intentándolo por sus propios medios, renunciar a tener hijos, intentar la ayuda de la reproducción asistida, adoptar o acoger a un hijo o una hija.

 

Cuando una pareja que tiene problemas de infertilidad viene en busca de terapia marital, le ayudamos a procesar esta experiencia viéndola como un proceso de duelo. Syme, describió la infertilidad desde el punto de vista emocional y psicológico como una pérdida. La pareja vive esta pérdida en diferentes fases: la primera, cuando el embarazo no ocurre cuando se suponía; enseguida, cuando comienzan los ciclos de tratamientos de infertilidad y estos no tienen éxito; y por último, cuando un eventual embarazo culmina en un aborto[1].

 

Estas etapas de duelo no necesariamente ocurren de forma cíclica y se pueden experimentar de una forma diferente para cada persona. En la etapa de la Paralización, el individuo se encuentra “como un zombi” o “en un túnel”, muy distante de los demás. Existe la negación, no puede creer que lo sucedido es verdad y se dice a sí mimo(a), “alguien cometió un error”. Puede haber manifestaciones físicas, como periodos de depresión, pérdida del apetito y falta de concentración.

 

En la etapa del Anhelo, el individuo tiene una gran necesidad de concretar el deseo de ser padres, el mismo, al no hacerse realidad, se convierte en algo más ferviente cada día. Todo es reforzado cuando es expuesto a los materiales de promoción o artículos que son para niños recién nacidos. Los amigos y familiares cercanos no ayudan en esta etapa porque preguntan y cuestionan si ellos están haciendo las cosas bien, y, muchas veces, no son sensibles al dolor que experimentan las personas que padecen de esta condición.

 

La etapa más larga es la de Desorganización y desesperación. Esta etapa se caracteriza por producir un sentimiento de culpa en el individuo. Hemos visto como muchos pacientes piensan que su infertilidad es un castigo de Dios por los pecados cometidos en la juventud. Hay sensación de falta de control, ansiedad, sentimientos de soledad, se sufre de pena, desesperanza y las parejas se alejan de sus amistades por los estigmas que se levantan con relación a esta condición.

 

La etapa de la Reorganización es en la que el individuo acepta y reorganiza su vida personal, planteándose un nuevo Proyecto de Vida. Este periodo puede tomar años, o tristemente, para muchas personas nunca se da porque renuncian a aceptar su destino. Muchos experimentan un daño emocional tan profundo que piensan que nadie puede ayudarlos y jamás algo o alguien podrá aliviar su padecer.

 

Tal vez te preguntes, ¿qué puedo hacer si la experiencia de María y Pedro es la misma experiencia que yo estoy atravesando en este momento? ¿Qué puedo hacer para ayudar a alguien que tiene una situación como la que hemos hablado? Recuerda, si en algún momento necesitas ayuda profesional, no dudes en llamar al 407-618-0212, o escribirnos a efrain.duany@floridaconference.com

 

[1] Syme G. Facing the unacceptable: the emotional response to infertility. Hum Reprod 1997; 2: 183-7.

 


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