La Autocompasión

Fuente: Kristin Neff, Autocompasión: El poder comprobado de ser amable contigo mismo

El juicio propio es lo opuesto a la autocompasión. Con la autocompasión, según la Dra. Kristin Neff, una de las principales expertas mundialmente reconocidas en autocompasión, «nos damos la misma amabilidad y cuidado que le daríamos a un buen amigo».

Según el Dr. Neff, la compasión, en oposición a la mera lástima, significa darse cuenta de que el sufrimiento, el fracaso y la imperfección son parte de nuestra experiencia humana. Pero para comprender la compasión, primero se debe considerar la bondad. La compasión alude a la bondad.

Errar es humano. Jesús fue un hombre, un hombre que vivió aquí en la tierra, respiró nuestro aire y sintió nuestro dolor. Abrazó todos los atributos de Dios; y tuvo compasión de su pueblo.

Nos conmueve hablar de un Salvador que sufrió por el mundo, entregando su vida por nosotros porque fue movido a la compasión. Su regalo de la salvación nos mueve amorosamente a vivir y actuar con compasión.

Sin embargo, cuando nos encontremos en situaciones que nos provoquen enfado o estrés, y estos nos inciten a perder el control sobre nuestras palabras o acciones, es posible reaccionar ante situaciones sin pensar. Desafortunadamente, una reacción rápida puede provocar errores. Queriendo justificar nuestra falta de control o debilidad, rápidamente juzgamos a los demás oa los demás y/o nos culpamos a nosotros mismos oa otros.

En cualquier momento, todos podemos experimentar momentos angustiosos y podemos terminar no solo afectando mucho sino criticando aún más duramente a los demás y/o a nosotros mismos.

Sin embargo, la buena noticia es que la autocompasión puede ayudarnos a nosotros ya los demás de muchas maneras.

Primero, para practicar la autocompasión, debes ser amable contigo mismo. Actuar con amabilidad y comprensión hacia uno mismo significa tener la confianza para decirse a sí mismo: «Está bien que cometí un error, pero sé que di lo mejor de mí y no me juzgaré con dureza por ello».

Intencionalmente, busca formas de ser amable contigo mismo. Cuando sientas que ha fallado, busca la calidez y el apoyo de tu propia voz interior. Lo mas probable es que necesites invitar la presencia del Espíritu Santo. Inicia una pequeña oración enfocándote en usar palabras afirmativas.

Otras formas comunes de ser amable contigo mismo incluyen dedicar tiempo a ti mismo. De vez en cuando, dedica algo de tiempo a hacer algo que te trae salud y alegría, tal como los pasatiempos.

Los pasatiempos dan a las personas la oportunidad de descomprimirse y relajarse. Los pasatiempos nos permiten liberarnos del estrés sin dejar de ser productivos/as mentalmente. Según la Clínica Mayo, tener pasatiempos promueve una mejor salud y puede reducir el riesgo de hipertensión arterial.

Se intencionalmente celoso de brindar el mismo cuidado y amabilidad que le daría a los demás, y aplícalos a tí mismo/o. Siempre que te encuentres con frustraciones, fracasos y… llenes el espacio en blanco, perdónate a ti mismo/a primero.

Cuando fallamos, nos juzgamos rápidamente a nosotros mismos/as. El juicio propio es lo opuesto a la autocompasión. La autocompasión, recuerda, comienza con la bondad hacia ti mismo/a. Como cristianos, cuando fallamos y cometemos errores, Dios nos perdona. Asimismo, Dios nos llama a perdonar a los demás ya tratar a los demás como nos trataríamos a nosotros mismos. ¿Cómo te estás pensando a ti mismo? Entonces, ¿cómo estas tratando a los demás? ¿Te estás tratando a ti mismo ya los demás con compasión y bondad?

Para perdonarse a sí mismo, los consejeros de salud mental recomiendan que sus clientes se concentren en reconocer las emociones presentes. También animan a los clientes a reconocer el error y luego reformularlo en voz alta como una experiencia de aprendizaje. Un elemento a tener en cuenta es darse cuenta de la autocrítica y reemplazarla por el auto-reconocimiento objetivo.

Otro aspecto de la autocompasión es aplicarla a si mismos como si fuéramos nuestros buenos amigos. El consenso común establece que es bueno tener amigos, especialmente aquellos que te animan, no te culpan y te restauran afirmativamente.

Un estudio transversal de 271,053 adultos, publicado a principios de 2017 por la Universidad Estatal de Michigan, reveló que valorar las amistades estaban relacionadas con una mejor salud y bienestar a lo largo de la vida. Es bueno tener buenos amigos que te edifiquen y con quienes compartan la alegría; Asimismo, es importante ser buenos amigos con nosotros mismos.

Aún más, sin embargo, es ser buenos amigos de nuestro Jesús, «Los he llamado amigos», dijo Jesús (Juan 15:15). El que entiende cuán maravillosamente fuimos hechos (Salmo 139: 14). Jesús fue sensible a las necesidades de todas las personas. Seamos también sensibles a nuestras necesidades y las necesidades o vulnerabilidades de los demás. Practica la autocompasión. Al ser compasivo contigo mismo, contadas tus posibilidades de ser más compasivo con los demás.

Regalo amoroso de la autocompasión.

¡Pon a prueba tu nivel de inflamación aquí!

Por Kate-J.Life
M.Ed., MHFA

Beneficios de la soledad

En nuestro último post hablamos sobre lo que es la soledad y lo que significa, ahora veremos los beneficios de la soledad.

Pero, ¿Qué dice la ciencia sobre la soledad? ¿Existen científicos que han hecho uso de la soledad para mejorar sus habilidades?

 

Las grandes mentes han utilizado los beneficios de la soledad como una habilidad de transformación. Por ejemplo,

 

Albert Einstein

Aparto tiempo para dar un largo paseo por la playa para poder escuchar lo que sucede adentro de mi cabeza. Si mi trabajo no va bien, me acuesto en pleno día de trabajo y miro al techo mientras escucho y visualizo lo que pasa por mi imaginación.

 

Nicolás Tesla

La mente es más aguda y está más dispuesta en el aislamiento y la soledad ininterrumpida. La originalidad florece en la re libreclusión de influencias externas que nos golpean para mutilar la mente creativa. Ten tiempo a solas, ese es el secreto de la invención: estar solo, ahí es cuando nacen las ideas.

 

Charla cientifica sobre los beneficios de la soledad

 

En la revista científica Nature , la autora Kerri Smith revisa la investigación del cerebro referente a la importancia de la soledad. En un estado de reposo de «no hacer nada», el cerebro no está haciendo nada. Es completar las tareas inconscientes de integración y procesamiento de experiencias conscientes.

 

Según Ester Buchholz, una psicóloga y psicoanalista y autora de La llamada de la soledad ( The Call of Solitude ), la soledad es una parte importante y normal de la existencia humana. Y además es fundamental para nuestro mejor trabajo creativo.

 

Se ha asociado a la soledad con la formación de nuestra identidad. Los individuos que practican la soledad o el aislamiento se vuelven más autosuficientes y menos dependientes de los demás. Aprenden a estar en intimidad con ellos mismos.

 

Podemos mencionar varios beneficios de la soledad, por ejemplo l as personas evitan el agotamiento cuando practican el aislamiento, porque redescubren sus propios ritmos naturales y alinean sus vidas de acuerdo a ellos. La soledad ayuda a resolver problemas. Se reconoce mucho que a menudo es útil alejarse de todo para pensar bien las cosas.

 

Sin embargo, hay una trampa en todo esto: para poder obtener beneficios de la soledad, se deben cumplir ciertas condiciones previas. Kenneth Rubin, psicólogo del desarrollo de la Universidad de Maryland, los llama los «si». La soledad o el aislamiento solo pueden ser productivos: si son voluntarios, si uno puede regular las emociones «efectivamente», si puede unirse a un grupo social cuando lo desee y si puede mantener relaciones positivas fuera de dicho grupo. Cuando tales condiciones no se cumplen, sí, la soledad puede ser dañina.

 

Considere el fenómeno Hikikomori en Japón. Hikikomori también es una condición conocida como aislamiento social agudo. Medio millón de jóvenes japoneses y medio millón de individuos de mediana edad se han convertido en aislados sociales. Estos jóvenes deprimidos o con problemas se apartan a sí mismos, a veces durante años, ya menudo requieren una terapia de reintegración extensa para seguir adelante.

 

La diferencia entre el aislamiento como rejuvenecimiento y el sentirse solo(a) como sufrimiento, como vemos en el fenómeno Hikikomori en Japón, es la cualidad de autorreflexión que uno puede generar mientras se está en él, y la capacidad de regresar a los sociales cuando uno asi lo quiera.

 

La soledad o aislamiento sin Dios no tiene sentido

No estoy aquí para promover la soledad o el aislamiento como una habilidad psicológica, sino como una disciplina espiritual porque sin Dios, esta, no tiene sentido. Los psicólogos de hoy en día evitan reconocer el papel que juega la soledad o aislamiento en el desarrollo de la dimensión espiritual de la humanidad.

 

La soledad fue parte del plan maestro del Creador para permitirle conectar a la humanidad con Él y adorarle. Fue la disciplina introducida por Dios para permitirles a los seres humanos conocer y ser conocidos.

 

La soledad no es una teoría o un ejercicio psicológico. Es el viaje de los hombres para conocer a su Creador. En la famosa declaración de San Agustín, “Tú nos has hecho para Ti mismo y el corazón está inquieto hasta que encuentra descanso en Ti”. Aquí, él estaba sugiriendo que al menos parte de la soledad que las personas experimentan en sus vidas es el resultado del deseo de estar conectado con Dios. Por estas razones, creemos que la soledad no es solo una forma de sentirnos solos, sino una disciplina espiritual para conectarse con el Dios viviente.

 

Por esta razón es que buscamos la soledad por nosotros mismos, aun cuando no sabemos que esta podría beneficiar nuestra relación con Dios. Tendemos a tratar de escapar de todo el ruido y el agite del día a día, de los lugares llenos de personas, de los lugares con mucha contaminación del aire, para poder encontrar “paz y descanso”.

 

Ahora, imagina lo que podría pasar si dedicas ese tiempo especial a reconectarte con Dios, a construir una base sólida en tu relación con Él. Esto haría una gran diferencia, no solo con respecto a tu propio ser, sino en la forma en la que puedes sentir a Dios en tu vida. Puede ayudarte a estar más cerca de Él de lo que nunca ha estado.

 

La soledad es un regalo maravilloso que Dios ha reservado para nosotros, para que nos reconectemos con Él, con nosotros mismos y con los demás.

 

¿Apartas tiempo durante el día para estar en soledad? Si es así, ¿Cuál dirías tú que es el beneficio de la soledad más importante que ha alcanzado? Comparte tus respuestas con nosotros en la sección de comentarios. Dios te bendiga.

El poder de la soledad

La soledad es un arte perdido

 

Una de las mayores quejas que escucho es la programación y el compromiso excesivos, y el exceso de trabajo. Especialmente durante esta pandemia en la que trabajamos desde casa, no ha sido fácil establecer límites en casa y la respuesta típica que escuchamos es «estoy demasiado ocupado(a)», «es una locura», «estoy trabajando más desde la casa que desde la oficina”. Frases dichas a menudo con un tono mezclado entre desesperación y orgullo.

 

Incluso cuando tenemos algo de tiempo libre, estamos increíblemente ocupados ejercitándonos, enviando mensajes de texto, trabajando o viendo televisión. Y, cuando hay algunos minutos entre todas estas actividades, ¿qué hacemos? Estamos constantemente revisando nuestros teléfonos inteligentes, buscando algún correo de voz, llamadas perdidas, correo electrónico y nuestras redes sociales. Debo confesar que esta ha sido mi experiencia muchas veces.

 

Sherry Turkle, profesora de Estudios sociales de ciencia y tecnología en M.I.T., ha entrevistado a cientos de personas de todas las edades sobre sus fijaciones diarias en las redes sociales y las nuevas tecnologías como teléfonos inteligentes y tabletas. En una entrevista reciente con Scientific American, Turkle indicó que le preocupa que existe al menos un precio oculto de nuestra adicción a la tecnología: la pérdida de la soledad. Turkle dice:

 

“Hago algunas partes de mi trabajo de campo en las señales de alto en la vía, en las filas para pagar en las cajas de los supermercados. Dale a las personas aunque sea un segundo y estarán haciendo algo con sus teléfonos. En todas las porciones de investigaciones realizadas se indica que la capacidad de las personas de estar solas está desapareciendo”.

 

¿Recuerdas cuándo fue la última vez que estuviste solo(a) por más de 15 minutos sin tener alguna distracción o ruido? ¿Las personas tienen miedo de estar solas? En 2014, en la revista Science Magazine, se publicó un estudio desarrollado en la Universidad de Virginia en el que se colocaron varios participantes, una cuarta parte de las mujeres y dos tercios de los hombres, solos en una habitación por quince minutos y se les dijo que se sentaran allí con sus pensamientos y una máquina de descargas eléctricas.

 

Estos participantes habían declarado anteriormente que pagarían dinero para evitar recibir descargas eléctricas. A pesar de que ellos no querían recibirlas, se descubrió que la mayoría de los participantes colocados en esta sala se aplicaban la descarga eléctrica de esa máquina que les dieron, en lugar de simplemente tener 15 minutos de soledad. No pudieron resistir estar solos. Necesitaban hacer algo para sentirse vivos y la única cosa que tenían en sus manos era una máquina de descargas eléctricas, así que preferían darse descargas eléctricas a sí mismos que estar solos con sus pensamientos. Tenemos miedo de estar solos.

 

Las personas tienen miedo de estar solas porque no saben cómo hacerlo. Piensa en esto; desde que estábamos en preescolar o comenzando la escuela primaria, nos enseñaron a involucrarnos con los demás (lo cual es bueno, no hay nada de malo en involucrarnos con los demás). Pero ¿a cuántos de nosotros nos enseñaron cómo practicar la soledad en nuestra vida diaria? No sabemos cómo estar solos en soledad o aislamiento.

 

Los seres humanos por mucho tiempo hemos estigmatizado a la soledad. Se le ha llegado a considerar un inconveniente, algo que debemos evitar, un castigo, un reino de solitarios. Hoy quiero redescubrir el arte perdido de la soledad, y quiero desafiarte a empezar a poner en práctica esta disciplina en tu vida, ya que es el secreto para reconectarte con Dios, contigo mismo(a) y con otros.

 

La verdad sobre la soledad

 

No podemos confundir el sentirse solo(a) con la soledad o aislamiento porque en ellos hay dos experiencias completamente diferentes. De manera que, lo primero que quiero hacer es aclarar el contraste entre soledad y sentirse solo(a).

 

El sentirse solo(a) es la sensación de que no se cuenta con otras personas o la falta de conexión social. Es un estado de angustia profunda. Es el sentimiento subjetivo de tener menos afecto y cercanía de lo que desearíamos en las áreas íntima y relacional.

 

Por el contrario, la soledad es el estado de estar solo(a) sin experimentar el aislamiento de que se está solo sin contar con otras personas (Gotesky). Es un estado de compromiso positivo y constructivo con uno mismo. La soledad es algo deseable, un estado en el que se está solo(a) en el que te proporcionas a ti mismo(a) compañía maravillosa y suficiente.

 

Tradicionalmente, la práctica de la soledad se ha asociado con una disciplina espiritual. Sin embargo, a mediados del siglo XVII hubo un cambio perceptible reflejado en la literatura y los poemas de esa época que indican que la soledad se había enfocado más hacia el interior de la persona. Los individuos buscaban la soledad para concentrarse en sí mismos en lugar de en Dios. Cuando el campo de la psicología comenzó a ocupar un lugar más prominente en nuestra sociedad, la soledad se utilizó entonces como una práctica, no para acercarte más a Dios sino a ti mismo(a).

 

Pero, escudriñando las Sagradas escrituras, podemos aprender cómo grandes hombres de la Biblia encontraron refugio, renovación y una conexión más fuerte con Dios luego de haber aprendido a pasar tiempo en soledad, tiempo a solas con su Creador.

 

En la soledad encontramos ese lugar, tiempo e inspiración que nos aparta del agite del día a día y que nos permite reconectarnos con Dios.

 

¿Quisieras aprender más sobre cómo la soledad te puede ayudar a reconectarte con Dios? ¿Conoces la historia de algún personaje bíblico que en la soledad tuvo un encuentro con Dios? Comparte tus respuestas con nosotros en la sección de comentarios. Dios te bendiga.

Claves para conseguir cambios reales en el 2021 – Parte II

Continuando con el post anterior, en el que hablamos sobre lo que implica el proceso del cambio en el ser humano, hoy quiero mostrarte los siguientes pasos en el proceso que se recomienda llevar a cabo para conseguir cambios reales y duraderos.

Proceso #3: Planear antes de dar el primer paso

 

¿Qué quiere decir esto? Significa que se recomienda planificar cómo se va a realizar el cambio. La mayoría de las personas planifican poco o nada antes de embarcarse en un esfuerzo de cambio y, en consecuencia, no logran sus objetivos. Parte de la planificación consiste en perfeccionar los objetivos.

 

No seas demasiado ambicioso(a) al planificar tus objetivos a corto plazo, pues así evitarás llegar al fracaso.  Creer en tu capacidad para cambiar y actuar de acuerdo con esa creencia aumenta la probabilidad de que tengas éxito.

 

Conviértete en un «detective conductual» sobre los factores desencadenantes que detonan tu comportamiento negativo. Al evaluar los desencadenantes, lograrás identificarlos, y, esto, te permitirá abordarlos de forma más específica, real y efectiva. De esta manera, progresarás en tu camino al cambio.

 

Desarrolla la autoconciencia, pues también es un catalizador de cambio vital. Conocerte a ti mismo te permite identificar tus problemas o debilidades. Cuando conoces tus áreas de crecimiento y fortalezas, puedes estar preparado(a) para afrontar cualquier obstáculo que se atraviese en tu camino.

 

Albert Einstein dijo una vez: «Ningún problema puede resolverse desde el mismo nivel de conciencia que lo creó». Necesitamos elevar el diálogo, el autoconocimiento y la conciencia, antes de modificar nuestro comportamiento. Esto es clave para lograr el cambio.

 

Organiza un «equipo de apoyo» para reforzar tus esfuerzos. Contar con personas que te apoyen y motiven es muy importante, pues en algunos momentos puedes sentirte desmotivado(a), agobiado(a), con la necesidad de tener un impulso para seguir adelante. Tu equipo de apoyo estará allí para darte la motivación que necesites.

 

 

Desarrolla y escribe tu plan de acción.  Ponlo en un lugar en donde lo puedas ver con facilidad y con frecuencia, para así mantenerlo en primer lugar en tu mente. Cada detalle cuenta, y, visualizar tu plan de acción te ayudará reforzarlo y a motivarte para lograr el cambio. Varios estudios comprueban que cuando los objetivos son claros y se escriben, se alcanzan con mucha más facilidad.

 

Comienza con “pasos de bebé”. Así como los bebés logran aprender a caminar dando sus pequeños pasos, alcanzando pequeños objetivos, así también son los procesos de cambio en la vida del ser humano. Paso a paso, con pequeños avances, lograrás alcanzar progresos en el camino hacia lograr la meta.

 

A medida que avanzas, no te preocupes si no te sientes completamente motivado(a) a cambiar. Es algo normal y natural. Todos pasamos por esto. Pero, tengo buenas noticias para ti. A medida que vayas logrando algunos de los cambios que deseas realizar, el éxito de alcanzar esos cambios aumentará tu motivación.

 

Proceso #4: Acción

 

Tu preparación y planificación están completas. Ahora, comienza el trabajo real de cambio descartando tus comportamientos negativos y alterando tu vida para bien.

 

Recompensarse a sí mismo(a) es un catalizador de cambio en esta etapa. Date un capricho, como ir a una salida nocturna, comer algo que te guste, hacer una actividad que disfrutes, cuando hagas algo bien o evites repetir un mal hábito. ¡Te lo mereces!

 

Establece un «contrato de contingencia» que describe cómo tu equipo de apoyo trabajará contigo y todos tus «comportamientos objetivos». Recuerda, ellos están ahí para apoyarte. Acude a ellos cada vez que necesites motivacion y ayuda.

 

Felicítate por cualquier éxito. Cada logro es importante, por muy pequeño e insignificante que parezca. Celebra tus pequeñas victorias.

 

No te castigues si te resbalas y fallas. Levántate y sigue caminando hacia tu meta. Todos en la vida fracasamos y fallamos en algún momento. El pretendiente que no fracasarás en tus intentos de cambio es vivir dando la espalda a la realidad.

 

Controla tu entorno y presta atención a la compañía que mantienes. Recuerda que las personas que nos acompañan ejercen en nosotros influencia para bien o para mal. Escoge bien a tus amigos y apártate de aquellos que se conviertan en un obstáculo para alcanzar tu meta.

Si alguna persona es un obstáculo e impide el progreso de tu cambio, evítela. Necesitas rodearte de personas que te motiven a cambiar y que te ayuden en el camino a lograr tu meta de conseguir cambios reales .

 

No cedas el paso a «culparte a ti mismo(a) oa minimizar las amenazas y las ilusiones». Son elementos que no te ayudarán a conseguir la motivación que necesitas para lograr tu meta conseguir cambios reales.

Proceso #5: Maneja las recaídas que tengas

 

Para permanecer en el camino hacia el cambio, mantente enfocado(a) incluso si sufres un desliz ocasional, y evita los «desencadenantes de alto riesgo «. Es decir, cualquier cosa asociada con tu comportamiento negativo. Los desencadenantes son estímulos que te hacen deslizar y participar en un comportamiento que estás tratando de dejar atrás. Por ejemplo, si quieres dejar de beber, no vayas al bar o ambientes que favorezcan el consumo de alcohol para pasar el rato con tus compañeros de trabajo después de la jornada laboral.

 

A menudo, las personas que luchan contra el comportamiento dañino sienten deseos casi incontrolables de repetir sus acciones problemáticas. Somos humanos y no somos perfectos. Pero, en Dios podemos encontrar la fortaleza para enfrentar esos impulsos, y, podemos ayudarnos respirando lentamente y con fuerza. Se ha demostrado que esta es una buena técnica para dispersar los pensamientos problemáticos y enfocarnos en pensamientos favorables.

 

Participa en un diálogo interno positivo, recordándote a ti mismo(a) que no eres un(a) niño(a) y que no necesitas ceder automáticamente ante la tentación.

 

No cedas ante el pensamiento destructivo. Por ejemplo, si alguien que intenta dejar el alcohol toma un trago, nunca debería pensar: «Más vale que vaya y me emborrache, total, ya caí otra vez en el error». Eres humano y, por tanto, no perfecto. Lo que cuenta más que el desliz es tu valiente respuesta de levantarte y seguir adelante.

 

Mantente optimista sobre tu progreso a largo plazo.

 

Proceso #6 Mantener los cambios reales

 

En esta etapa, la perseverancia y la autoeficacia son vitales. Si tu motivación flaquea, sigue adelante independientemente de lo que haya sucedido. Dios te dará la fortaleza.

 

No asumas nuevos desafíos, al menos por un tiempo, para que puedas seguir avanzando hacia tus objetivos inmediatos.

 

Visualiza tu futuro exitoso. Continúa haciendo «lo saludable» de tu comportamiento dañino. En este punto, debe tener un fuerte sentido de confianza en su capacidad para mantener los cambios que ha realizado. Has logrado un gran avance, confía en aquello que has logrado.

 

«Los cambios reales son un maratón, no una carrera de 100 yardas». Nadie dice que es fácil, es un camino largo y progresivo, pero en Dios encontrarás la fuerza para lograrlo, y al auto-conocerte y conocer el problema, alcanzar la fuerza para continuar en la carrera hacia tu meta. La trayectoria desde el punto en el que estás ahora (status quo) hacia el punto a donde quieres llegar, no es un recorrido fácil; Es incierto, riesgoso y desalentador. Solo los que se arriesgan a transitar por el proceso de cambio lo logran.

 

Si bien algunos problemas de comportamiento realmente terminan, otros durarán, como un atracador acechando a la vuelta de la esquina, esperando atacar. Para enfrentar estos problemas, debes perseverar en mantener hábitos saludables, a menudo por el resto de tu vida. Establece un estilo de vida productiva, que trabaja directamente en contra de tu comportamiento problemático y que sea incompatible con él.

 

Este proceso para lograr cambios reales te ayudará a tener un panorama más amplio del problema, de lo que puedes hacer para solucionarlo, del sistema de apoyo con el que podrás contar al momento de hacerlo. Cada paso es importante. Cada paso te llevará más cerca de la meta de conseguir cambios reales.

 

¿Conoces alguna otra forma de lograr los cambios reales? ¿De qué otra manera ha conseguido la fortaleza para lograrlo? ¿Qué versículo de la Biblia te da fortaleza y motivación cuando te sientes desanimado(a)? Te recordamos a compartir con nosotros las respuestas en la sección de comentarios. Dios te bendiga.

Claves para conseguir cambios reales en el 2021

“Más de 100 millones de estadounidenses han decidido cambiar su comportamiento en este enero del 2021. Eso es más de uno de cada tres adultos, pero en realidad solo un tercio de ellos logra conseguir cambios reales».

 

¿Qué te detiene para alcanzar el potencial para el cual Dios te creó? ¿Tu comportamiento interfiere con tu progreso? Te invito a que evalúes este aspecto de tu vida. Tal vez seas una persona que es intemperante, tiene hábitos malsanos, come en exceso, o no puede controlar su ira. Tal vez no puedas mantener una relación exitosa o tal vez luches con múltiples problemas de comportamiento.

 

“El cambio es difícil. Pero no si se conoce la fórmula de cinco pasos que funciona tanto si se está tratando de dejar de comer comida chatarra como comenzar a bajar de peso«.

 

No importa cuál es tu objetivo, la ciencia enseña que el proceso de conseguir cambios siempre implica las mismas cuatro etapas. Estas cuatro etapas son: contemplación, preparación, acción y mantenimiento. No incluimos la etapa de la pre-contemplación, la cual antecede a la contemplación porque en esta etapa la persona aún no está contemplando hacer un cambio en su vida. Comenzamos en la etapa de la contemplación porque creemos que una de tus resoluciones en el 2021 es hacer cambios reales en tu vida.

 

En la etapa de «contemplación», la persona piensa en solucionar un problema que sabe que tiene, pero no está lista para cambiarlo. En la etapa de «preparación», toma pequeños pasos para solucionar su problema. Durante la etapa de “acción”, la persona se compromete a conseguir cambios y trabaja duro para lograrlo. Y, en la etapa de “mantenimiento”, incorpora sus cambios a su rutina permanente. Aquellos que atraviesan el proceso de cambio de esta manera metódica tienen más probabilidades de tener éxito que aquellos que no lo hacen paso a paso.

 

Mitos sobre el cambio

 

John Maynard Keynes, el estimado economista, escribió una vez que “la dificultad no radica tanto en desarrollar nuevas ideas como en escapar de las viejas». Muchas veces no experimentamos un cambio cuando hacemos nuevas resoluciones porque no queremos cambiar nuestra forma de pensar. Queremos cambiar pensando de la misma forma. Nuestros pensamientos definen nuestros comportamientos. Por lo tanto, si tengo falsos conceptos o mitos sobre el proceso de cambio, seguiré arrastrando los mismos problemas.

A continuación, mencionaré algunos mitos que giran alrededor de los cambios y que obstaculizan el progreso hacia los mismos.

 

«Las personas no pueden cambiar por sí mismas»: este mito se desmiente basándonos en lo que nos muestran las estadísticas, pues más del 75% de las personas que cambian con éxito sus comportamientos negativos lo hacen sin ayuda profesional.

 

“La mayoría de los objetivos y resoluciones son triviales”: no todos los objetivos son triviales, ya que muchos de hechos constituyen aspectos decisivos en la salud, vida, familia y futuro de las personas, pudiendo conseguir cambios importantes tales como dejar de consumir drogas,  beber y, fumar, dejar de comer en exceso, buscar reconciliarse con algún familiar o persona cercana, entre otros.

 

“El cambio solo requiere fuerza de voluntad”: la fuerza de voluntad es un aspecto crucial para cualquier esfuerzo de reforma. Pero, es solo un aspecto y no necesariamente el elemento más importante en la ecuación de conseguir cambios .

 

«Todo está en mis genes»: la biología predispone a la persona a ciertas tendencias, pero no determina quién es el individuo como persona. Tu comportamiento afecta tu biología mucho más de lo que tu biología afecta tu comportamiento. ¡Es una realidad importante que debemos tomar en cuenta! El hecho de que tus padres o antepasados tuvieran conductas negativas, no implica que tú tengas por qué repetir las mismas conductas.

 

«No puedo cambiar; ya lo intenté antes”: esto encarna el error cognitivo de la generalización excesiva. La mayoría de las personas que intentan mejorar proceden incorrectamente. No importa las veces que hayas fracasado en la vida, tus fracasos son el trampolín para alcanzar nuevas cumbres.

 

¿Qué me dicen todos estos mitos? Cualquier persona puede conseguir cambios si usa el enfoque correcto.

¡Tú puedes cambiar!

 

Proceso para conseguir cambios reales

 

A continuación, te mostraré los procesos por los cuales se debe pasar para lograr alcanzar el cambio.

 

Proceso #1: Conéctate con Dios

 

Como seres humanos dependemos directamente de la mano de nuestro Dios creador, quien nos sustenta tanto física como espiritualmente. En la Biblia, en Filipenses 4:13, encontramos la promesa de que tomados de Su mano podremos lograr lo que nos propongamos. Y con más razón, si queremos hacer un cambio en nuestra vida, si queremos lograr un cambio real y duradero, debemos tomar la mano de nuestro Creador y marchar en cada paso con la seguridad que Él nos da.

 

Deja que el Espíritu Santo transforme tu mente. Solo Él puede lograr que tu mente y corazón cambien de forma verdadera. Si nos conectamos a Dios, tendremos la fortaleza para enfrentar los retos que el cambio atraviese en nuestro camino.

En Romanos 12:1-2 leemos: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Pide a Dios que obre a través del Espíritu Santo para lograr esa transformación, ese cambio que anhelas conseguir en tu vida”.

 

Proceso #2: Prepárate para el cambio

 

Establece tu meta y prepárate para el cambio. Sé específico(a) respecto a lo que quieres lograr. Haz que tu objetivo sea positivo, no negativo. Por ejemplo, no decidas dejar de postergar las cosas. En cambio, decide planificar con anticipación y cumplir con el programa. Verás que de esta manera tendrás una visión diferente del cambio que deseas lograr y tendrás un objetivo más motivador y alcanzable.

 

Asegúrate de que tus objetivos sean realistas y apunten a un comportamiento o circunstancia que realmente puedas alterar. Es difícil cambiar algo que no está en nuestras manos o a nuestro alcance. Debemos ser realistas al momento de proponernos un cambio, entendiendo si somos o no capaces de alterar aquello que nos hemos propuesto.

 

Controla tu progreso con un registro o gráfico. Es más fácil percibir el panorama del progreso cuando tenemos acceso visual a él. De esta manera aumentarás tu conciencia del problema que estás abordando. Piensa en sus «causas, consecuencias y soluciones». Verás que tu visión del mismo mejorará y podrás entenderlo de forma más clara.

 

Hazte tres preguntas claves:

 

«¿Qué me llevó a tener este problema en particular y qué lo mantiene existiendo ahora?»

«¿Cuáles son las consecuencias, deseables e indeseables, de mi comportamiento actual?»

«¿Cuáles son las soluciones, los caminos hacia mi objetivo?»

«Los objetivos vagos, como ‘convertirse en una mejor persona’, generan esfuerzos vagos y resultados decepcionantes». No son específicos y, por lo tanto, no son fáciles de lograr. Se convierten en un desafío que desanima a la persona.

 

Ponerte en contacto con tus emociones es otro potente catalizador. Al entrar en contacto con tus emociones, logras conocerte mejor, ver en tu interior, entender el panorama desde una perspectiva más amplia. Esto te ayudará a acelerar, y, posteriormente, alcanzar la meta de cambio que te has propuesto.

 

Examina tu miedo al cambio, identifica sus rasgos.  Además, examina tu concepto de ese futuro más agradable que obtendrás al transformar tu vida. Allí encontrarás gran motivación para lograr tu meta de cambio, pues visualizarás cómo sería tu vida al alcanzarla.

 

Habla sobre tu cambio en voz alta, contigo mismo(a). Por ejemplo: «¡Estoy a punto de dejar de ingerir alimentos que no son saludables!». Convéncete de que lo estás logrando. Date crédito por cada pequeño logro que estás alcanzando en el camino hacia lograr tu meta. Esto te ayudará a impulsarte aún más hacia adelante. Podrías tal vez crear  un eslogan de compromiso, como «Puedo hacer esto». Date ánimo, inspírate, ¡tú puedes hacerlo!

 

Cambia la historia que te repites en tu mente. No tienes por qué ser víctima de tu pasado. La historia que te repites todos los días en tu mente influye en tu destino. Convéncete de que puedes lograrlo. Cambia la interpretación que le das a esa historia que arrastras del pasado y redefine tu destino. Si sufriste abuso, tú puedes cambiar esa historia y decir “fui víctima de abuso, pero hoy soy un/una sobreviviente”. No seas prisionero(a) de tu pasado.

 

¿Cómo te han parecido estos procesos hasta ahora? ¿Sientes que son pasos importantes en el camino a lograr el cambio en tu vida? ¿Ves tu meta de forma diferente, más alcanzable, más posible, más real? ¿Puedes ver cómo será tu futuro luego de alcanzar la meta del cambio? Comparte tus respuestas en nuestra sección de los comentarios. Así, juntos podremos animar a otros a seguir también estos procesos y lograr en Dios ese cambio que transformará sus vidas para bendición.

 

Te invito a que leas nuestro próximo post, para que conozcas los siguientes procesos que te llevarán a conseguir el cambio que tanto quieres para tu vida. Dios te bendiga

Todo es cuestión de actitud parte II

Continuando con la historia de José, esposo de María, podemos notar cómo su fe en Dios le ayudó a confiar en el mensaje del ángel, quien le dijo que el bebé que esperaba María provenía de la obra del Espíritu Santo. La actitud que tomó José ante esta noticia, determinó su rol en la obra de la crianza de Jesucristo.

 

Si analizamos la actitud de José ante semejante proposición divina, podremos sacar tres lecciones para nosotros. Primera, José estuvo dispuesto a aceptar la voluntad de Dios sin importar las consecuencias. Él podría haber dicho: ¿y qué van a decir mis familiares, vecinos, miembros de la iglesia y amigos cuando vean que María está embarazada? ¿No hay otras parejas en Nazaret? ¿Por qué nos escogiste a nosotros? ¿Qué habría pasado si José hubiese dicho “yo no quiero ser parte de ese plan”? Yo no sé, lo que yo sí sé es que José era un hombre de Dios y aceptó la voluntad de Dios en su vida. ¿Estás dispuesto a aceptar la voluntad de Dios en tu vida? ¿Qué es eso que Dios te está pidiendo que hagas y que tú crees que no tiene sentido? ¿Qué actitud tienes hacia lo que es la voluntad de Dios? Ojalá que puedas decir como José, “Señor, lo que Tú me pidas, eso haré”.

 

Segunda lección, necesitamos aprender a cuidar de otras personas. José se menciona muy poco en la Biblia. Él no es el centro de la historia. Él tiene simplemente una misión, la de cuidar a María y al niño Jesús. Humanamente hablando, él podía haber dicho, “yo no tengo compromiso todavía con María, ¿por qué tengo que casarme con ella?”, “Yo no soy el padre de ese niño, ¿por qué tengo que cuidar a un niño que no es mío?” José tuvo una actitud positiva y decidió cumplir su misión de cuidar a María y al niño Jesús. Cuando Dios nos llama para que atendamos a los necesitados que están a nuestro alrededor, ¿cómo reaccionamos? Tal vez decimos “no tengo tiempo”. ¿Cuándo fue la última vez que llamaste a un ser querido para preocuparte por él o ella? ¿Tal vez fue a tus padres que están en un asilo de ancianos porque no tienes tiempo de atenderlos? José puso a un lado todos sus planes y cumplió la misión que el Cielo le había encomendado. Jesús dijo, “por cuanto lo hiciste a uno de estos mis pequeñitos a mí lo hiciste” (Mat. 25:40).

 

Tercera lección, tenemos que aprender a dar lo que sea por Jesús. José lo dio todo a Jesús. Él no sabía que tendría que mudarse a otro país para poder salvarlo. Él no sabía que tendría que separarse de sus familiares y del pueblo en donde había nacido para poder ayudar al niño y a María. Él no se imaginaba jamás todo el tiempo que le demandaría cuidar al niño Jesús y a María, pero lo dio todo porque amaba a Dios y creyó en la misión que el Cielo le había encomendado.

 

¿Estamos nosotros dispuestos a darlo todo por Jesús? ¿Qué es eso que Dios te pide que le entregues y tú no quieres porque temes perder el control? ¿Tal vez Dios te pide que le entregues tus finanzas, tu corazón, tus talentos, un pecado acariciado?  Lo que sea que Dios te está pidiendo, entrégaselo a Él, porque la recompensa que Dios te dará será mayor de lo que Él te está pidiendo. Si le das tu vida, Él te dará Vida Eterna; si le das tus finanzas, Él te dará calles de oro; si le das tu corazón, Él te dará un nuevo corazón. Vale la pena darle todo a Jesús.

 

¿No fue eso lo que Dios hizo por nosotros? Lo dio todo por amor. Juan 3:16 dice “porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda, mas tenga vida eterna”. Hoy en día tenemos la navidad porque Dios lo dio TODO por nosotros.

 

José muy temprano en su vida aprendió la lección de darle todo a Jesús. ¿Hemos nosotros aprendido a darle todo a Jesús? Dios permita que mientras buscas y compras regalos, pienses en la actitud de José hacia Jesús y decidas darle a Jesús el regalo de regalos, tu corazón.

Descubre el poder de la autoestima

La autoestima es una necesidad humana fundamental. No se puede minimizar ni anular. La misma determina nuestra capacidad de entender quienes somos en Cristo Jesús y el potencial que tenemos si descubrimos nuestra identidad. Pero triestemente, nuestro estado pecaminosos, las experiencias traumaticas que hemos tenido en el pasado y la influencia de los genes de nuestros padres impactan como nos vemos a nosotros mismos y como creemos que otras personas nos perciben. Al final la forma como te miras a ti mismo determinará tu salud mental, tu calidad de vida y el respeto que te daran los que te rodean.  

Permíteme ilustrarlo con una historia bíblica: 

Mefiboset, hijo de Jonathan y nieto de Saúl, pertenecía a la familia real de Israel. Tenía un privilegio que no tenía otro niño, ser un príncipe de Israel. Él tenía cinco años de edad cuando su abuelo y su padre murieron mientras el pueblo de Israel se enfrentaba a los filisteos.

Cuando en esas batallas el rey moría, la familia real tenía que huir porque el ejército enemigo iba a buscar a todos los descendientes del rey para matarlos, y así eliminar al heredero del reino.

Un soldado llegó a la casa de Jonathan en Jezreel y anunció que Saúl y Jonathan habían muerto en batalla. Cuando la nodriza de Mefiboset escuchó ese mensaje, solo pudo hacer algo: tomar al niño, que para aquel entonces tenía cinco años y salir huyendo hacia la montaña. Pero algo terrible ocurrió.  Mientras ella corría con el niño por unos pedregales, este se le cayó.  En aquellos tiempos no exitía el adelanto científico que existe en nuestro tiempo y por causa de esa caída, Mefiboseth, el nieto de Saúl, el que podía haber llegado a ser rey de Israel, ahora estaba lisiado, paralizado de las dos piernas. Él dependía de alguien, que lo cargara, y sólo podía caminar con dos muletas que habían hecho para él.  El error de su nodriza de dejarlo caer había transformado su vida real en una vida de maldición.

El niño lisiado fue a parar a Lodebar, donde creció e hizo su vida como paralítico. Lodebar era el lugar donde vivían los que, en vez de ser príncipes, eran mendigos. Mefiboset creció en el olvido.

Cierta noche, el rey David no podía conciliar el sueño y mandó buscar a uno de sus ayudantes y le dijo: «¿Queda aún alguno de la casa de Saúl, al cual yo pueda hacer misericordia por amor a mi amigo Jonathan? El ayudante no sabía si quedaba alguno, pero dijo conocer a Siba, siervo de Saúl. Entonces, trajeron a Siba a la presencia del rey. Este le preguntó a Siba: “¿Queda alguien de la casa de Saúl a quien yo pueda hacer misericordia por amor a mi amigo Jonathan?” Siba le dijo al rey: “Sí, queda alguien, su nombre es Mefiboset”. Entonces el rey le dijo: “Bueno, díganle que venga al palacio”. Siba le respondió al rey: “No rey, éste no puede venir por sí mismo, porque está lisiado de ambos pies, necesita ser cargado, así como fue llevado a Lodebar”.

Entonces el rey le dijo a Siba que tomara su carruaje real y que fuera a buscar a Mefiboset. Siba trajo entonces a Mefiboset al palacio y cuando este se encuentra con el rey David, le dice inclinándose: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? Mefiboset se sentía sin valor propio debido a su pasado, debido a su limitación física, y a sus creencias limitantes.

David le devolvió todo lo que pertenecía a Saúl, su abuelo, y, además, un lugar en su palacio por amor a su padre Jonathan. 

“Toda persona sana posee una autoestima sobre la base de tres componentes que confluyen entre sí: cómo piensa, cómo se siente, y cómo actúa” 

Mefiboset pensaba como un mendigo, se sentía como un perro y actuaba como un paralítico sin esperanza. Producto de su condición mental tenía deficiencias en su autoestima. 

Tal vez te preguntas, ¿Qué es la autoestima? “La autoestima es la manera como te percibes a ti mismo. Se trata de la parte emocional de tu mente, valora lo más íntimo de tu ser, es decir, tu valía como persona”. “Mantener en tu mente que eres diferente y único” es algo que te puede permitir apagar la voz interna, que resuena y que lleva a compararte con los demás casi todo el tiempo. 

Es triste reconocer que el 85% de la población del mundo sufre de problemas de autoestima. Esto es una epidemia. Lo más difícil de entender de esta realidad es que no puedes alcanzar el potencial para lo cual fuiste creado a menos que crezca en tu eficacia y auto respeto. 

Un padre antes de morir le dijo a su hijo: “Este es un reloj que tu abuelo me dio y tiene más de 200 años, pero antes de que te lo entregue, te pido que vayas a la tienda de vigilancia en la primera calle, y le digas que quieres venderlo y así verás lo mucho que vale”.

El hijo se fue y luego regresó con su padre, y le dijo: “El de la tienda paga 5 dólares porque es viejo”.

El padre entonces le dijo: “ve a la cafetería”. Se fue y luego regresó, y dijo: “Paga 5 dólares padre“.

Por último, el padre le dijo: “Ve al museo y muestra el reloj”.
– Se fue y luego regresó, y le dijo a su padre: “¡Me ofrecieron un millón de dólares por esta pieza!”.

El padre, entonces, le dijo: “Quería hacerte saber que en el lugar correcto sabrán tu VALOR de una manera correcta, no te pongas en el lugar equivocado y no te enojes si no lo hacen. Quien sabe tu valor es quien te aprecia, no te quedes en un lugar que no te conviene”
¡Conoce tu valor! Tu valor te lo da Dios, no los fracasos de tu pasado. 

Tal vez la vida te ha convertido en un paralítico en tu alma y te ves inferior, sin valor, creyendo las mentiras que Satanás ha sembrado en tu vida, convenciéndote de que no puedes alcanzar tus metas porque no eres suficientemente bueno. Tal vez, tu historia esté llena de vergüenza por el guión de vida que sembraron tus padres en tu niñez. Sin embargo, Dios te llama para que salgas de tu complejo de inferioridad y reconozcas el valor que tienes ante Dios, y comiences a vivir de acuerdo a la capacidad que Dios te ha dado. 

Alinea tu valor propio con el valor que tu Dios te da; aceptándote a ti mismo, agradeciéndole por sostenerte, enterrando tu pasado negativo y creyendo en la verdad de Dios; viviendo en Su perdón; beneficiándote por aprender de tus errores; formando relaciones positivas y proyectando metas realistas para tu vida. No puedes amar a los demás si primero no te amas a ti mismo. 

Dios te pregunta: ¿A quedado alguien a quien pueda hacer misericordia por amor a mi hijo Jesucristo? Dios quiere traerte a su palacio. Dios quiere sacarte de tus miserias, complejos de inferioridad, creencias limitantes y parálisis existencial para traerte de regreso a su palacio, para que te sientes a la mesa del Rey de reyes y Señor de Señores. 

Hoy es tu día de regresar al palacio. Te pregunto, ¿qué practias o habitos te han llevado a crecer en tu autoestima?

La soledad, la epidemia de la cual no se habla.

Hay una epidemia silenciosa que está carcomiendo nuestra existencia. Una epidemia que siempre ha estado presente desde la llegada del pecado, pero de la cual no se habla. Una epidemia que se ha acrecentado producto del Covid-19, y sus efectos continuarán por generaciones. Les estoy hablando de la epidemia de la soledad.

La soledad se define como ese sentimiento de estar solo o de falta de conexión social. Es un estado de profunda angustia. Los neurocientíficos identifican a la soledad como un estado de hipervigilancia conectado con nuestro sistema límbico. La soledad es la sensación subjetiva de tener menor afecto y cercanía de lo deseado en el ámbito íntimo o relacional

Un estudio reciente que hizo el seguro Cigna reveló que la mitad de los ciudadanos de este país siempre, o algunas veces, se sienten solos o abandonados. El 54 % dicen que siempre o algunas veces nadie los conoce. La verdad es que la soledad es un fenómeno epidémico en este país. Sorpresivamente este estudio descubrió que la Generación Z, esos que tienen entre 18 y 22 años son la generación más solitaria, con 79 por ciento de ellos reportando soledad. La generación Milenaria no está muy lejos, y, le seguía con un 71 porciento. La generación menos aislada fueron los Boomers. Estas estadísticas revelan que es tiempo de dar una respuesta a esta soleda

En Kansas City salió un anuncio publicitario que decía lo siguiente: «Te escucharé hablar durante 30 minutos sin comentarios por $5».

Te suena como un engaño ¿no? Pero, la persona que puso el anuncio hablaba en serio. ¿Alguien llamó? Por supuesto que sí. No pasó mucho tiempo antes de que esta persona recibiera de 10 a 20 llamadas por día. El dolor de la soledad era tan fuerte que algunos estaban dispuestos a intentar cualquier cosa durante media hora de compañía de un extraño.

La verdad es que la soledad es la epidemia de la cual no se habla y que en nuestros días ha tomado proporciones astronómicas producto del aislamiento obligatorio en el cual vivimos. Si antes que llegara la epidemia del Covid 19 las estadísticas reflejaban una realidad lóbrega, ¿te imaginas la situación que estamos experimentando en estos momentos cuando los hospitales y lugares de ancianos prohíben visitar a los familiares de las personas hospitalizadas? ¿Cuándo las personas que vivían solos tienen que mantener distanciamiento social? Parques y escuelas cerrados, sin deportes, sin eventos públicos. Todo cerrado. Esto es algo inaudito para los que ya normalmente vivían solos. El encontrarse solos en su aislamiento es percibido como una tortura.

Los científicos, por mucho tiempo, han demostrado que la soledad es emocionalmente dolorosa y puede producir desórdenes psiquiátricos como depresión, ansiedad y esquizofrenia, y aún delirios alucinatorios. Pero, estudios recientes hechos por UCLA han demostrado cuán destructiva es la soledad en el cuerpo humano. El estudio realizado por UCLA en el 2015 demostró que el aislamiento social dispara cambios celulares que resultan en inflamaciones crónicas, predisponiendo las condiciones físicas solitarias a graves, como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, cáncer y enfermedad de Alzheimer. El mismo estudio concluyó descubriendo que las personas solitarias tenían un 26% más de riesgo de morir. Esta cifra aumentó al 32% si esas personas vivían solas.

¿Qué dice la Biblia con relación a la soledad? En el proceso de creación de este mundo Dios dijo, “no es bueno que el hombre esté solo”. Adán había sido creado a la imagen relacional de Dios. Un Dios triuno que vive en una comunidad. Adán no habría podido reflejar la imagen relacional de Dios si hubiera permanecido solo. Este asunto de vivir en comunidad era tan importante para Dios que cuando Él creó a Adán, colocó un órgano llamado cerebro, el cual tiene muchas funciones, pero estudios recientes han demostrado que una de las funciones más importantes del cerebro humano es establecer conexiones emocionales con las personas que nos rodean. Es por esto por lo que la creación de Dios no fue terminada sino hasta que Adán recibió una compañera para que pudiera reflejar la imagen relacional de Dios.

Este es mi argumento: El ser humano no ha sido creado para vivir en soledad, en confinamiento. Entiendo que producto del Covid-19 esto es un asunto obligatorio, pero no deja de ser dañino, especialmente para aquellos que ya experimentaban los efectos de la epidemia llamada soledad.

soledad en la pandemia
soledad en la pandemia

El 26 de marzo, justo cuando la pandemia de COVID-19 se apoderó del mundo, los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts publicaron un informe sobre la soledad. Es el primer estudio en humanos que muestra qué tanto la soledad, como el hambre, comparten señales profundas en una parte del cerebro que gobierna impulsos muy básicos de recompensa y motivación. Los resultados apuntan a una conclusión reveladora: nuestra necesidad de conectarnos es aparentemente tan fundamental como nuestra necesidad de comer.

John Cacioppo, quien fue considerado el doctor de la soledad por todo su aporte, dijo que estar solo o entre personas que son extrañas, que no te conocen o entienden, dispara una respuesta de lucha o huida en el cerebro humano. Cacioppo argumentó que el cuerpo entiende que estar solo o estar con extraños es una amenaza que experimenta por la necesidad de seguridad emocional innata en el ser humano. Es por esto que esta hipervigilancia en respuesta al aislamiento se ha incrustado en nuestro sistema nervioso para producir la ansiedad que asociamos con la soledad. La respuesta del sistema simpático ante esta amenaza es un aumento en la respiración, nuestro corazón se acelera, nuestra presión arterial aumenta, no dormimos.

Consejos prácticos para manejar la soledad.

Si tristemente eres del grupo que es perseguido por la epidemia de la soledad, te invito a que aproveches esta oportunidad y comiences a practicar el autoconocimiento y a crecer emocionalmente. Después de la compañía que te ofrece Dios, la mejor compañía que puedes tener en tu vida eres tú mismo. Es por esto que debes tener cuidado en mantener tu equilibrio físico y emocional para que seas una compañía agradable y grata.

Te presento 7 rutinas que debes tener todos los días.

  1. Empieza la mañana con Jesús. Aún antes de levantarte de la cama, invita a Jesús para que sea tu compañero en el día que está comenzando. Toma tiempo para meditar en su palabra y orar encontrando esa paz que solo Él puede dar.
  2. Agradece a Dios por el día que te ha dado. Párate frente a tu espejo y salúdate a ti mismo, deseándote un día feliz y agradece a Dios por cinco cosas que Él te ha dado en esa mañana.
  3. Antes del desayuno, hidrátate. Tómate un vaso de agua con un limón exprimido. Mientras te tomas el agua piensa en lo bien que te sientes contigo mismo reconociendo que tu cuerpo es templo del Espíritu Santo y debes cuidarlo.
  4. Practica la meditación usando respiración diafragmática. Colócate en una posición donde tengas la espalda derecha e inhala contando hasta 4 segundos. Luego, aguantas el aire contando 7 segundos, y al final lo exhalas contando hasta 8 segundos. Mientras haces este ejercicio puedes meditar en el sacrificio que Jesús hizo por ti en la cruz del Calvario.
  5. Haz ejercicios. Busca ejercicios en Instagram, en YouTube o en aplicaciones acordes con tu nivel deportivo, nunca de más intensidad, en tal caso, más suaves.
  6. Conéctate con familiares o amigos vía telefónica o por video conferencia. El vivir solo no quiere decir que tienes que estar aislado emocionalmente. Puedes conectarte con los que te aman y están a tu lado usando muchos medios. O simplemente, puedes acercarte a tus vecinos y ver si les puedes ayudar en algo.
  7. Proponte leer o practicar tu pasatiempo favorito o actividades hogareñas. Hay muy buenas lecturas o actividades que puedes hacer para aprovechar tu día y no dejar que tu mente esté ociosa.

Recuerda que tú no estás solo. Dios está contigo. Aunque tu padre y tu madre te dejaren, Jehová con todo te recogerá. Te presento a un Dios que en medio de tu soledad y aislamiento está a tu lado y cuida de ti. La epidemia de la soledad no debe llegar a tu vida. Tu actitud ante la vida que Dios te ha dado podrá definir los efectos de la epidemia que experimentas en tu vida. Conéctate con ese Dios amoroso que dio Su vida por ti. Conéctate con tus familiares y amigos. Conéctate con tu comunidad. No permitas que tu soledad defina tu destino. Tú puedes ir mas allá de las limitaciones que pudieras tener en estos momentos. Todo lo puedes en Cristo.

Conoce tu valor. Tu valor te lo da Dios.

Hoy te quiero desafiar a conocer tu valor propio. Un padre antes de morir le dijo a su hijo: “Este es un reloj que tu abuelo me dio y tiene más de 200 años, pero antes de que te lo entregue, te pido que vayas a la tienda de vigilancia en la primera calle, y le digas que quieres venderlo y así verás lo mucho que vale”.

El hijo se fue y luego regresó con su padre, y le dijo: “El de la tienda paga 5 dólares porque es viejo”.

El padre entonces le dijo: “ve a la cafetería”. Se fue y luego regresó, y dijo: “Paga 5 dólares padre“.

Por último, el padre le dijo: “Ve al museo y muestra el reloj”.
– Se fue y luego regresó, y le dijo a su padre: “¡Me ofrecieron un millón de dólares por esta pieza!”.

El padre, entonces, le dijo: “Quería hacerte saber que en el lugar correcto sabrán tu VALOR de una manera correcta, no te pongas en el lugar equivocado y no te enojes si no lo hacen. Quien sabe tu valor es quien te aprecia, no te quedes en un lugar que no te conviene”
¡Conoce tu valor! Tu valor te lo da Dios, no los fracasos de tu pasado.

Tal vez la vida te ha convertido en un paralítico en tu alma y te ves inferior, sin valor, creyendo las mentiras que Satanás ha sembrado en tu vida, convenciéndote de que no puedes alcanzar tus metas porque no eres suficientemente bueno. Tal vez, tu historia esté llena de vergüenza por el guión de vida que sembraron tus padres en tu niñez. Sin embargo, Dios te llama para que salgas de tu complejo de inferioridad y reconozcas el valor que tienes ante Dios, y comiences a amarte a ti mismo. Conoce tu valor ante los ojos de Dios.    

Alinea tu valor propio con el valor que tu Dios te da; aceptándote a ti mismo, agradeciéndole por sostenerte, enterrando tu pasado negativo y creyendo en la verdad de Dios; viviendo en Su perdón; beneficiándote por aprender de tus errores; formando relaciones positivas y proyectando metas realistas para tu vida. No puedes amar a los demás si primero no te amas a ti mismo.

Dios te pregunta: ¿A quedado alguien a quien pueda hacer misericordia por amor a mi hijo Jesucristo? Dios quiere traerte a su palacio. Dios quiere sacarte de tus miserias, complejos de inferioridad, creencias limitantes y parálisis existencial para traerte de regreso a su palacio, para que te sientes a la mesa del Rey de reyes y Señor de Señores.

Hoy es tu día de regresar al palacio.

 

Es hora de crecer en tu autoestima

Es hora de crecer en tu autoestima. No puedes amar a alguien sin primero amarte a ti mismo. La forma como te miras a ti mismo determina la forma como miras a los demas.

Permite ilustrarlo con una historia biblica.

Mefiboset, hijo de Jonathan y nieto de Saúl, pertenecía a la familia real de Israel. Tenía un privilegio que no tenía otro niño, ser un principe de Israel. Él tenía cinco años de edad cuando su abuelo y su padre murieron mientras el pueblo de Israel se enfrentaba a los Filisteos.

Cuando en esas batallas el rey moría, la familia real tenía que huir porque el ejército enemigo iba a buscar a todos los descendientes del rey para matarlos, y así eliminar de al heredero del reino.

Un soldado llegó a la casa de Jonathan en Jezreel y anunció que Saúl y Jonathan habían muerto en batalla. Cuando la nodriza de Mefiboset escuchó ese mensaje, solo pudo hacer algo: tomar al niño, que para aquel entonces tenía cinco años y salir huyendo hacia la montaña. Pero algo terrible ocurrió.  Mientras ella corría con el niño por unos pedregales, este se le cayó.  En aquellos tiempos no exitía el adelanto científico que existe en nuestro tiempo. Por causa de esa caída, Mefiboseth, el nieto de Saúl, el que podía haber llegado a ser rey de Israel, ahora estaba lisiado, paralizado de las dos piernas. Él dependía que de alguien lo cargara, y solo podía caminar con dos muletas que habían hecho para él.  El error de su nodriza de dejarlo caer había transformado su vida real en una vida de maldición.

El niño lisiado fue a parar en Lodebar, donde creció e hizo su vida como paralítico. Lodebar es el lugar en donde vivían los que en vez de ser príncipes, eran mendigos. Mefiboset creció en el olvido.

Cierta noche, el rey David no podía conciliar el sueño y mandó a buscar a uno de sus ayudantes y le dijo: «¿Queda aún alguno de la casa de Saúl, al cual yo pueda hacer misericordia por amor a mi amigo Jonathan? El ayudante no sabía si quedaba alguno, pero dijo conocer a Ziba, siervo de Saúl. Entonces, trajeron a Siba a la presencia del rey. Este le preguntó a Siba: “¿queda alguien de la casa de Saúl a quien yo pueda hacer misericordia por amor a mi amigo Jonathan?” Siba le dijo al rey: “sí, queda alguien, su nombre es Mefiboset. Entonces el rey le dijo: bueno, díganle que venga al palacio. Siba le respondió al rey: no rey, éste no puede venir por sí mismo, porque está lisiado de ambos pies, necesita ser cargado, así como fue llevado a Lodebar.

El rey le dijo a Ziba que tomara su carruaje real y que fuera a buscar a Mefiboset. Siba trajo entonces a Mefiboset al palacio y cuando este se encuentra con el rey David, le dice  inclinándose:  ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? Mefiboset se sentía sin valor propio debido a su pasado, su limitación física, y creencias limitantes.

David le devolvió todo lo que pertenecía a Saúl, su abuelo, y además, un lugar en su palacio por amor a su padre Jonathan.

“Toda persona sana posee una autoestima sobre la base de tres componentes que confluyen entre sí: cómo piensas, cómo se sientes, y cómo actúas”

Mefiboset pensaba como un mendigo, se sentía como un perro y actuaba como un paralitico sin esperanza. Producto de su condición mental tenia deficiencias en su autoestima.

Tal vez te preguntas, ¿Qué es la autoestima? “La autoestima es la manera como te percibes a ti mismo. Se trata de la parte emocional de tu mente, valora lo más íntimo de tu ser, es decir, tu valía como persona” “Mantener en tu mente que eres diferente y único” es algo que te puede permite apagar la voz interna que resuena y que lleva a compararte con los demás casi todo el tiempo.

Es triste reconocer que el 85% de la población del mundo sufre de problemas de autoestima.[3] Esto es una epidemia. Lo mas difícil de entender de esta realidad es que no puedes amar a los demás a menos que primero aprendas a amarte a ti mismo. El mismo mecanismo que usas en tu cerebro para amar a ti mismo, es el mismo mecanismo que usas para amar a los demás. Toma la decisión de comenzar a amarte a ti mismo para que puedas experimentar una relación saludable con los que te rodean.

 

[3] Rubnio, Joe. Restore Your Magnificence: A Life-Changing Guide to Reclaiming Your Self-Esteem. Vision Works Pub.