No tienes porque vivir el guion de vida de tus padres

No tienes porque vivir el guion de vida de tus padres. Atrévete a descubrir el guion de tu vida y reescríbelo para que puedas ser tu mismo y alcanzar tu potencial.

Alguna vez te has preguntado ¿por qué siempre te van mal las cosas?  ¿por qué no eres feliz? o ¿por qué te cuesta tanto conseguir el sueño que tienes para tu vida? ¿Por qué a pesar de que te llamas cristiano te encuentras estancado repitiendo los mismos comportamientos malsanos que experimentaste cuando conociste el evangelio? Si eres de los que se preguntan constantemente cuál es la diferencia entre aquellos que sí logran lo que se proponen y aquellos que no, este tema te va a interesar.

El pueblo de Israel experimentó lo mismo que muchas veces experimentamos nosotros. Salieron libres de Egipto por la mano poderosa de Dios. Tenían la presencia de Dios con ellos en todo momento. Vieron milagros impresionantes a través de su travesía, pero a pesar de todo eso, toda una generación de hombres, con excepción de Josué y Caleb quedaron sepultados en el desierto.

El argumento que hemos estado desarrollando en el libro “Amar se Aprende” es que el pueblo de Israel no creció emocionalmente. El crecimiento emocional y espiritual debe ser intencional y ambos deben ir de la mano. No puedes crecer espiritualmente si no creces emocionalmente. El ser humano tiene tres dimensiones: espiritual, física y emocional. Las tres deben estar integradas y balanceadas. Si yo me preocupo por la dimensión espiritual y física, y descuido la dimensión emocional, no tendré un balance en mi vida. Y el resultado será que no podré crecer para alcanzar madures.

Todo esto toma aún más relevancia cuando consideramos el proceso de desarrollo cognitivo de la mente humana. Dios me trajo a la existencia a través de la relación intima de mis padres, quienes debieron ser mi ejemplo de cómo interpretar el mundo que me rodeaba. En otras palabras, mis padres tenían la responsabilidad de ser los primeros maestros en mi crecimiento emocional.

Los primeros siete años de mi vida fueron claves en este proceso, porque en este período yo fui formando mi guion de vida.  En ese guion de vida estaba plasmado toda la dinámica emocional, comando, ordenes, creencias limitantes o empoderadas que recibí de mis padres. Es por eso, por lo que un guion es un plan de vida que contiene lo más significativo de lo que le va a suceder a una persona. No se trata de un destino determinado por los dioses, sino que tiene su origen en los comienzos de la vida, en la infancia, en las tempranas decisiones que toma un niño para adaptarse y sobrevivir en su entorno y que quedan instaladas como un programa que conduce a la persona en el futuro y de manera inconsciente, salvo que ésta decida tomar consciencia de las creencias y decisiones inconscientes que gobiernan.

Ese guion de vida es parte de tu subconsciente que domina tu vida y el problema está, en que lo que te dices a ti mismo, determina la forma en que percibes la realidad y cómo actúas ante ella. Las creencias limitantes plasmadas en nuestro guion de vida no nos permiten a nosotros alcanzar todo el potencial. Las creencias limitantes son una percepción de la realidad que te impide progresar, crecer, tomar decisiones alineadas contigo o alcanzar tu potencial.

 

Tu estilo de apego determina tu forma de amar

Tu estilo de apego determina tu forma de amar. Veamos cómo:

Pongamos como ejemplo a Joaquín. Él era un hombre de 35 años, viudo y sin hijos. Acudió a la consulta buscando ayuda profesional para superar un cuadro depresivo.

Comenzaremos con entender la relación que tenía con sus padres, específicamente con la madre. Joaquín era el menor de cinco hermanos. Su padre había fallecido hacía cinco años y Joaquín estaba distanciado de su madre. Los recuerdos que tenía de su infancia en su hogar le eran difíciles de procesar. Aunque Joaquín era el hijo favorito de su padre, él nunca sintió el afecto, el cariño y el amor de su madre. A pesar de que ella siempre estuvo presente físicamente (le cocinaba todos los días y lavaba su ropa), pero nunca le dio un abrazo, ni le dijo que lo amaba. Siendo que su padre estaba más tiempo fuera del hogar por asuntos de trabajo, Joaquín creció desarrollando un estilo de apego inseguro hacia sus padres, especialmente hacia su mamá.

El problema de Joaquín no era solamente el distanciamiento de su madre; sus hermanos tampoco le daban espacio en el hogar. Ellos eran mucho mayores que él, y no les gustaba que fuera el hijo favorito de su padre, así que se produjo un distanciamiento entre ellos, lo que contribuyó a hacerle sentir un vacío emocional que lo acompañó hasta su adultez. Fue maltratado, y sufrió acoso por parte de sus hermanos, al punto que en algunas ocasiones cuestionó su existencia en este mundo, y pensó en quitarse la vida. Se sentía desencajado de todos los que le rodeaban.

Joaquín ahora es una persona adulta, tiene serios problemas de depresión que le afectaron negativamente mientras estuvo casado, y lo siguen afectando en el presente. Siente que ni siquiera Dios lo ama, ya que si es realmente bueno como dicen, ¿por qué no ha intervenido en su vida? Como no siente el amor de Dios, tampoco puede sentir el amor de las personas que lo rodean. Su depresión se activó cuando perdió a su esposa en un accidente, y desde entonces comenzó también a cuestionar a Dios por su pérdida. También tiene problemas para desarrollar sus proyectos de vida, no se siente realizado, es una persona insegura y no sabe cómo mantener relaciones, especialmente con las personas del sexo opuesto.

El problema principal de Joaquín tiene su origen en la falta de amor que experimentó en su niñez mientras desarrollaba su estilo de apego con sus padres. El daño emocional es casi irreparable cuando un niño no recibe un apego seguro, cargado de amor y cariño. Es poco probable estar satisfecho con la vida cuando en el hogar no se recibe seguridad. Así lo demostró un estudio de huérfanos rumanos abandonados en orfanatos, estos fueron rescatados y adoptados por padres amorosos con buena posición económica, y a pesar de establecer un contacto amoroso con los padres adoptivos, y mejorar su calidad de vida, el contacto con los demás seguía siendo superficial y quebrajoso.

En referencia a los padres de Joaquín, está claro hasta aquí que ellos no modelaron en su hijo lo esencial, que era conocer el verdadero amor. Él creció con un amor limitado, sin sentirse amado, por tanto, no sabía expresar sus sentimientos en sus relaciones. En su hogar comenzó a sentirse fuera de lugar. Desde el vientre de su madre Joaquín comenzó a desarrollar una carencia afectiva. Desafortunadamente, esta primera interacción madre-hijo se mantendrá durante toda la vida, y es a lo que llamamos apego. Es, sin duda, un mecanismo natural a través del cual nosotros buscamos seguridad.

El plan original de Dios fue crearnos en continua dependencia con nuestros cuidadores durante los primeros años de vida. Dependemos de un cuidador que nos defienda de diversas amenazas, hasta tener las habilidades suficientes para vivir en el mundo. Este hecho demuestra la importancia que Dios le da al amor entre nosotros. Cuando niños, el apego nos sirve para protegernos en situaciones amenazantes; como una enfermedad, o una caída, en las peleas con otros niños, o en la separación de nuestra madre. Lloramos para reclamar la atención y demandar afecto mientras no podemos hablar.

En definitiva, tu estilo de apego determina tu forma de amar. Amar es algo que se aprende, es una habilidad que toda persona puede tener, nadie nace con esa condición. Se aprende esta habilidad por el apego. Los sentimientos de amor que se manifiestan, por ejemplo, en una sonrisa, un gesto de aprobación, o una caricia, provienen de una respuesta aprendida en nuestras relaciones con los demás. Cada quien tiene su forma de definir lo que es amor, ya que este surge de la suma total de lo que hemos vivido, y de la manera como lo hemos vivido. Esta manera personal de amar la aprendemos de lo que observamos en nuestros padres o cuidadores.

El panorama emocional no es alentador para una persona que ha sido abandonada por sus padres, y que además ha recibido maltrato y hasta abuso de cualquier índole. Esta condición determina su forma de comportarse, lo que vaticina poco éxito en las relaciones que irá estableciendo a lo largo de su vida. El cerebro de un niño que está en evolución, que es moldeable, está ávido por absorber experiencias, pero sufre cambios cuando es sometido a atropellos. Aquí encaja lo que le sucedió a Joaquín. Él no aprendió a amar ni a sentirse amado en su hogar. Creció sintiéndose inseguro, poco valorado, sin el amor que otorga sentirse aceptado por los seres queridos. En muchas ocasiones reprimió sus emociones, aparentó sentirse cómodo, feliz… mostrando algo opuesto a lo que realmente sentía: soledad, inconformidad y malestar.

El peor de los males en un niño sucede cuando las circunstancias lo obligan a disfrazar sus sentimientos de soledad o desamor, esto genera en su mente culpa por no sentirse correspondido. En una mente infantil, lo lógico sería pensar: «mis padres no me quieren porque yo no soy bueno». Además, para colmo de males, el no cumplir con los requerimientos impuestos por los demás, los hace sentir avergonzados. En el caso de Joaquín, el abandono lo llevó a sentir un malestar hacia los demás, lo que le impidió alcanzar su potencial para el cual fue creado: Amar.

Sin embargo, hay buenas noticias. Nuestro cerebro es flexible, está en constante cambio. Aprendemos de las circunstancias nefastas, sacando la fuerza necesaria para sobreponernos. La fortaleza que tiene una persona para superar situaciones traumáticas, como la muerte de un ser querido, un accidente, una pérdida física o emocional, está guardada en su interior; le aparece cuando las circunstancias la obligan. Tenemos un cerebro flexible que está dispuesto a superar obstáculos. La buena voluntad, la certeza en Dios, la intención de que las cosas funcionen, crea nuevas conexiones cerebrales. El funcionamiento cerebral se pone en marcha con los pensamientos positivos: la esperanza, la fe, la buena voluntad, el perdón y los desafíos con las relaciones de confianza que perduran en el tiempo.

Joaquín pudo aprender a ser una persona resiliente. Aplicando un enfoque basado en el avance tú puedes decir: “He terminado una etapa de mi vida y ahora debo centrarme en mí. No busco culpables, pienso aprender de lo vivido y voy a seguir adelante”. Te desafío hoy a que te digas: “Me niego a ser víctima de las circunstancias”. Decir ¡no! a continuar alimentando ese dolor que te hace cautivo. Pensar bien, sería tener en cuenta que la humanidad ha sobrevivido a una diversidad de adversidades, y, sin embargo, ha rehecho su vida y ha conseguido ser feliz a pesar de todo.

En nuestro interior hay una fuerza mental llamada resiliencia, que puede borrar en cualquiera, ese rol de víctima para alzarse como la persona que somos de verdad: alguien fuerte, que puede ser feliz de nuevo. Es necesario decir que dentro de nosotros está claramente el deseo de ser feliz; el poder de Dios que nos empuja a permanecer atado al hilo de la vida para ser felices. En base a este deseo se toman todas las decisiones.

Tal vez tú eres esa persona como el Joaquín de la historia que a sufrido a lo largo de la vida porque sus padres no le enseñaron el poder sanador del amor. El único camino que te queda, es seguir viviendo, a pesar del contratiempo que te ha tocado, y para esto, debes verte a ti mismo como un ave fénix, que es capaz de renacer de sus cenizas y nunca como una víctima desesperanzada. Levántate y aprende a amar cambiando tu estilo de apego.

 

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Enciende tu conciencia y practica el autoconocimiento

Hoy aprenderemos que si enciendes tu conciencia y practicas el autoconocimiento descubrirás tu potencial y tu alcance será ilimitado. No habrá un gigante que se resista en tu camino.

Lee esta historia:

― Un joven europeo muy pobre decidió visitar a sus familiares en los Estados Unidos. Con mucho esfuerzo logró ahorrar suficiente como para comprar el boleto del barco. Compró su boleto y zarpó rumbo a las costas de América. Hizo provisión para comer sardinas con galletas porque no tenía más dinero para comida en el barco. Su deseo era llegar a los Estados Unidos.

El primer día comió galletas y sardinas. El segundo día lo mismo. Ya el tercer día le daba asco comer lo mismo. Estaba muy débil y decaído. Un camarero del barco lo ve muy pálido y le pregunta: ¿Señor que le pasa que esta sin ánimo? Y él le dice que tiene hambre y que no quiere seguir comiendo sardinas y galletas porque lleva dos días comiendo lo mismo. Y el camarero le dijo: En el boleto que usted compró para abordar el barco incluía todas las comidas que quisiera en el barco. El joven estaba pasando hambre y trabajo porque no conocía todo lo que estaba incluido en su boleto.

Muchos caminan en este mundo a ciegas sin conocer el potencial que tienen como hijos e hijas de Dios. Sufre en silencio, no alcanzan sus sueños, no tienen felicidad porque creen que no tienen los recursos para hacer realidad sus sueños y vivir vidas extraordinarias.

Desafíate a encender tu conciencia. Es decir, lo que debes hacer es mirar en tu interior. Enciende la luz de tu conciencia para que descubras todo lo que Dios te ha dado cuando te creó para que alcances tu plenitud en Cristo Jesús.

El no encender tu conciencia te lleva a vivir una vida miserable y de fracasos. Tienes confusión en tu identidad. No crees que es posible lograr ser feliz y alcanzar los sueños que Dios tiene para ti.

Como vives a oscuras, continuamente estás pendiente de los aspectos negativos de la vida y subestimas lo positivo. Este proceso cognitivo se llama filtraje selectivo. El filtraje selectivo te lleva a criticar, quejarte, lamentarte por lo que no tienes, ver las deficiencias y limitaciones como obstáculos para alcanzar tus sueños. Tienes una actitud negativa ante la vida. Esas son las personas que tú les dices: “Que lindo está el día” y ellos te dicen, “Sí, pero va a llover en un rato”. Le dices: “Que lindo te quedó ese peinado”, y te responden, “Pero me costó mucho, no me gusta”.

Si te centras en lo negativo de la vida nuestro estado de ánimo va a ir empeorando y corres el riesgo de padecer de ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos. Pero sobre todo corres el riesgo de no alcanzar todo el potencial que tienes en Cristo. Te invito a encender tu conciencia, ver en tu interior y alcanzar tu potencial en Cristo.

Dos grupos de personas: Conciencia apagada y conciencia encendida

 Descripción de los dos grupos

En 1° de Samuel se relata la historia de Goliat con el pueblo de Israel.

― En esta historia hay dos grupos:  A. Los que tiene la conciencia apagada y no se conocen.

 Y B. Los que tienen la conciencia encendida y sí se conocen.

 Conciencia apagada

― Los hermanos de David y todo el ejército.

Cuando vieron al gigante Goliat, se dijeron a sí mismo no podemos derrotar este gigante. No tenemos los recursos, el valor, la preparación física, la condición humana. Miraron la situación a través del mecanismo del filtraje selectivo y se dijeron, no podemos contra el gigante y la reacción de supervivencia los llevó a huir y esconderse del gigante.

Lo mismo pudiera estar ocurriendo en tu vida. Tienes tu conciencia apagada. Vives en oscuridad, no miras en tu interior. Vives en piloto automático sin saber que está pasando. Y los resultados son palpables. Tienes una actitud negativa ante la vida. Miras todo lo negativo, lo que no puedes alcanzar, las limitaciones que tienes, lo que te falta. Te comparas con los demás y te sientes desfavorecido. Crees que no tienes lo que necesitas para derrotar los gigantes que se levantan en tu vida. Y esto te lleva a la infelicidad, angustia, desesperación, depresión, miedo y huyes desesperado para esconderte ante las oportunidades de crecer y alcanzar tus sueños. Si te ves identificado con los que tienen su conciencia apagada, es hora de encender tu conciencia y alcanzar tu potencial.

Conciencia encendida

― El otro grupo es representado por David. Un joven que fue a visitar a sus hermanos y vio como el gigante Goliat insultaba a los hijos de Dios que tenían su conciencia apagada. Es terrible tener nuestra propia conciencia apagada y no practicar el autoconocimiento.

David por otro lado había descubierto el poder del autoconocimiento. El poder de tener su conciencia encendida para mirar en su interior y descubrir su verdadera identidad. Esto se llama autoconocimiento.

David observó el problema que existía, y en vez de mirar lo negativo, de concentrarse en lo que no tenía, en sus limitaciones; miró en su interior lo que sí tenía: Todo el potencial que él tenía al lado de Dios, todas las victorias que Dios les había dado en su pasado y decidió creer en lo que Dios le había dado y no en las cosas negativas de la vida. Cuando tú miras en tu interior y descubres quien tú eres y las fortalezas que tienes al lado de Cristo Jesús, tu alcance es ilimitado. No habrá gigante que se resista ante tu presencia.

― Te pregunto ¿cuáles son los gigantes que están acosando a tu vida en estos momentos? Puede ser el gigante llamado adicción, pobreza, enfermedad, maldición generacional, etc. No hay gigante imposible de derrotar si tú descubres quien tú eres en Cristo Jesús

 ¿Cómo encendemos nuestra conciencia y practicamos el autoconocimiento?

La misión del Espíritu Santo es ayudarte a encender tu conciencia a través del autoconocimiento para que descubras tus limitaciones y tu potencial. El Espíritu Santo quiere que tú descubras quien tú eres en Cristo Jesús. Si tú eres un hijo de Dios no hay un gigante que pueda atravesarse en tu camino porque todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

Pídele al Espíritu Santo que te ayude a descubrir las cosas que tal vez debes de mejorar en tu vida. Y proponte crecer.

― Respira conscientemente

La respiración consciente es una actividad capaz de mantenernos en el instante presente y de conectarnos con nosotros mismos para practicar el autoconocimiento. Se trata de estar atentos a nuestra respiración al menos 5 ó 10 minutos diarios. Puedes llamarlo meditación, pausa, conexión o respiración. Si puedes, hazlo después de estudiar la Biblia y orar. Haciendo este ejercicio diariamente durante sólo 5 ó 7 días, notarás una claridad mental y una mejora sustancial en tu día a día.

Puedes realizar este ejercicio sentado o recostado 4-7-8. 12 libera la tensión emocional a través de la meditación.

  1. Para comenzar, coloca una mano sobre el abdomen y la otra sobre el pecho.
  2. Respira profunda y lentamente desde el abdomen y cuenta en silencio hasta 4 a medida que inhalas.
  3. Contén la respiración y cuenta en silencio del 1 al 7.
  4. Exhala por completo a medida que cuentas en silencio del 1 al 8.

Intenta sacar todo el aire de los pulmones para cuando llegues a 8.

* Repítelo de 3 a 7 veces o hasta que te sientas tranquilo.

* Nota cómo te sientes al final del ejercicio.

― Observa tus pensamientos

El pensamiento es creativo, así pues, lo que pensemos será lo que crearemos, por ese motivo, cuanto mejores sean nuestros pensamientos, tanto mejor será nuestra vida. Pablo decía: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Conclusión

― Ahora puedes cerrar tus ojos e identificar el gigante que vocifera en tu vida como lo hizo Goliat.

― Dile a ese gigante: Hasta aquí has llegado. No voy a correr más ante tus amenazas.

― Entonces me levantaré para encender mi conciencia, descubrir mi potencial y derrotar al gigante en el nombre de Cristo Jesús.

Sanamos cuando aprendemos a expresar el amor ágape

Un rico viudo japonés decidió retirarse de la ciudad a un alto acantilado sobre el océano. Construyó una hermosa mansión con vista al océano y estaba muy feliz, rodeado de belleza y soledad. Le gustaba contemplar la playa y observar a la gente disfrutando del sol y el agua. En su soledad, descubrió un significado más profundo del amor.

De vez en cuando, descendía al fondo del acantilado y se mezclaba con la gente de la ciudad. Sentía una preocupación especial por los ancianos y los pobres, en diferentes ocasiones ayudó en silencio a las familias que tenían dificultades financieras. Él llegó a amar a esa comunidad.

Además de mirar a las personas disfrutando de la playa, él pasaba muchas horas observando a través de un poderoso telescopio, el movimiento de los animales marinos y de los barcos que por allí navegaban. Un día, vio olas gigantescas, posiblemente el resultado de un tsunami, y gritó frenéticamente a la gente en la playa. Desafortunadamente no pudieron escucharlo, así que, en su desesperación, incendió su hermosa mansión con la esperanza de que, al ver las llamas arder, las personas subieran por las empinadas colinas para ayudarlo, y así pudieran escapar de las gigantescas olas.

La gente en la playa vio las llamas propagarse por el techo de aquella mansión. Alguien gritó a todos los que estaban en la playa: Subamos las empinadas colinas y ayudemos a nuestro amigo a apagar el fuego!; Muchos respondieron a esta llamada de auxilio, Otros solo dijeron: “La estamos pasando muy bien aquí… Vayan ustedes y ayudenlo”.

Pronto, las gigantescas olas llegaron a tierra y barrieron toda la playa hacia el mar, y los que estaban alli se ahogaron. Aquellos que fueron movidos por un acto de amor hacia el viudo, alcanzaron un terreno más alto y se salvaron de la furia de las olas.

El poder del amor es incalculable. No hay nada en este mundo que pueda más que el amor. El libro de Cantares dice: El amor es tan fuerte como la muerte. Es como un potente fuego. Las aguas no pueden apagar el amor y el dinero de este mundo no puede compararlo.

Los griegos tienen 5 palabras para referirse al amor

Llevo más de 3 años investigando sobre el amor. Mi investigación me llevo a escribir un libro junto al Dr. Tortolero titulado Amar se Aprende. Hemos descubierto que una de las razones por la cual hay tanta confusión con relación a la palabra amor y su poder es,  porque en nuestro idioma existe una sola palabra para referirnos al amor. Los griegos entendieron todo lo que abarca esta palabra y tenían varias opciones para referirse al amor. Les presentaré 5 de las palabras griegas más importante para referir a el amor.

El amor Fileo es el amor de cariño que se siente entre amigos y hermanos. El amor Estorge es el amor lleno de afecto que se siente hacia familiares, amigos, mascotas y compañeros de trabajo. El amor eros es el amor romántico que se siente cuando uno esta enamorado, este es el amor de Cupido. El amor Filautio es el amor hacia uno mismo. El amor ágape es el amor incondicional, el amor divino, el amor descrito en el capitulo 13 de la primera carta a los  Corintios.

Otra razón por la cual hoy no se entiende el poder del amor, es porque el concepto que tenemos sobre el amor proviene de las experiencias positivas o negativas que hemos tenido. Por ejemplo, nosotros aprendimos a amar a través de los ojos de nuestros padres. La definición de amor que tenemos esta conectado con el estilo de apego que desarrollaron nuestros cuidadores primarios con cada uno de nosotros. Es decir, si tus padres manifestaron un apego equilibrado hacia ti y te enseñaron a amar, es posible que tú hayas logrado obtener un entendimiento más profundo y concreto sobre el poder del amor que sanar y restaurar. El amor que sana y restaura es abnegado, lleno de aceptación, confianza, pasión y crecimiento mutuo.

Pero si tus cuidadores primarios no estuvieron presentes, y no te ayudaron a sentir amado, ni te enseñaron a amar, es posible que hayas desarrollado un apego inseguro y tu conocimiento sobre el amor es limitado. Estas limitaciones al amar producen inseguridad, egoísmo, relaciones tóxicas, ansiedad, apatía, y falta de crecimiento.

Pero tengo una buena noticia para ti: El amor ágape sana. El amor ágape es la fuerza más poderosa que existe. Si quieres sanar, debes aprende a amar.

El amor sana

El amor Ágape sana porque Dios te creó con la capacidad de sanar física y emocionalmente. El amor Ágape es el vehículo para sanar. Es un regalo que tú das y recibes. Es un regalo de afecto y de acción.

El amor Filos, Estorge y Eros nos hacen ser parte de algo. El amor Filautia nos lleva a amarnos a nosotros mismo para alcanzar nuestro potencial. Todos estos tipos de amor nos ayudan a tener relaciones sanas. Pero cuando el amor Ágape es infundido dentro de cada uno de estos 4 tipos de amor, los eleva al siguiente nivel,  donde nutre, sana, y restaura relaciones. El amor Ágape sana.

¿Qué es el amor ágape?

El amor Ágape es mucho más que una emoción. Es un principio que se vive y practica. Es una elección. El vehículo que se usa para mostrar este tipo de amor es la emoción. El amor Ágape es amar sin importar las consecuencias. No se basa en méritos o acciones de parte del que lo recibe. Es una decisión, un asunto de la voluntad. Nuestra sociedad no ha entendido el poder sanador del amor Ágape.

El amor Ágape es el amor de Dios. Dios es nuestro ejemplo para aprender a mostrar este amor. Jesús lo dijo de esta forma: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”.  (Juan 15:13).  Jesús puso su vida por ti en la cruz demostrando el poder sanador y transformador del amor divino. Es por eso, por lo que hoy lo amamos, porque él nos amó primero. Nuestras familias están necesitadas de este tipo de amor.

Hay una hermosa historia de un padre español y su distanciado hijo Paco. En este relato la relación se había vuelto tensa y, finalmente se hizo añicos cuando el rebelde Paco partió solo y lejos. El padre estaba desconsolado y buscó por mucho tiempo a su hijo descarriado. Como último recurso, el padre decidió colocar un anuncio en el periódico de Madrid, esperando que Paco lo leyera. El anuncio decía:

Querido Paco,

Te esperaré  frente de la oficina del periódico al mediodía.

Todo está perdonado.

Te amo, 

Tu padre

Al día siguiente, el padre se dirigió a la oficina del periódico con la esperanza de volver a encontrarse con su hijo. Cuando llegó, habían 800 Pacos, todos buscando el perdón de sus padres. Este es un vivo ejemplo del poder del amor Ágape y de nuestro deseo de experimentarlo.

¿Cómo sana el amor Ágape?

El amor es tan importante para tu mente y para tu cuerpo como lo es el oxígeno. No es negociable. El amor es probablemente el mejor antidepresivo que existe, porque una de las fuentes más comunes de depresión es no sentirse amado.

Un estudio que hizo la Universidad del Norte de Carolina con 38 parejas concluyó diciendo que, cuando abrazamos y disfrutamos de un tiempo de calidad con amigos, familiares y mascotas, tu cerebro libera oxitocina, también llamada hormona del amor. Esta hormona te une con los demás, te protege de los efectos del estrés y literalmente cura tu corazón.

El amor influye directamente en la salud de nuestro corazón, ya que reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuye de esta forma, a alargar la esperanza de vida. Los vínculos con la pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como «factores psicológicos de riesgo» cardiovascular.

Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en California, comprobó que los sentimientos de amor apasionado pueden aliviar el dolor leve, con la misma eficacia que los analgésicos.

Esto es lo que dice la Ciencia. Pero, si vamos a la Palabra de Dios encontraremos que no hay nada más poderoso en el universo que el Amor de Dios. El amor de Dios te sana a pesar de tus errores. Fue ese amor el que tomó a Adan y Eva en sus ruinas , y los sanó de sus heridas. Fue el amor de Dios lo que tomó a un José despreciado por sus hermanos, y lo llevo del pozo al palacio para que hiciera realidad sus sueños.Fue el amor de Dios lo que transformó el agua en vino, para que una familia en la boda de Galilea  no fuera avergonzada. Fue el amor de Dios el que tomó a una mujer adultera a punto de ser apedreada, y la levantó de su vergüenza. Fue el amor de Dios el que llegó a una familia en Betania,  cuando todo estaba perdido por la muerte del hermano Lázaro y lo resucitó de los muertos después del cuarto día.

Fue ese gran amor el que fue crucificado en una cruz. Pero cuando Satanás pensó que le habia dado punto final al amor, el Padre mandó a llamar al Amor, a Jesús,  y lo resucitó al tercer día para demostrarte que, no hay un problema que el amor no pueda solucionar en tu familia hoy.

El amor sana y restaura. Si tú quieres sanar, necesitas aprender a amar.

Cómo se aprende a amar.

  • Practicando el autoconocimiento.
  • Controlando tus emociones.
  • Transformando tu mente.

Conclusión

“Una pareja vivía muy felices, tenían veinte años de casados. Un día ocurrió un violento incendio en la casa de esta pareja. Los vecinos llamaron a los bomberos, la mujer y su esposo fueron trasladados al hospital mas cercano.

Días después, los doctores dijeron al marido:

– Logramos salvar a su esposa, pero ella está irreconocible, de la cintura hacia arriba es un engrudo de piel, la boca deformada, perdió parte de la nariz y la oreja, su vida será difícil.

El marido dijo con voz baja:

– Yo también sufrí mucho con ese incendio.. Después de todo, quede ciego, no hay de qué preocuparse.

Se fueron a la casa que obtuvieron con la ayuda de parientes y amigos, y siempre permanecieron en ella, evitando salir. Ella, estaba totalmente deformada. Vivieron juntos más diecisiete años, y luego la esposa falleció.

En el  funeral ¡cuál no fue la sorpresa de los familiares y amigos! El marido estaba sin lentes y sin  bastón, no había quedado ciego!. Pero él sabía que su esposa no iba a sentirse verdaderamente amada si  él estaba consciente de su deformidad.

Esto lo hace el amor ágape. “Amar es tener el coraje de hacerse el ciego para que el otro pueda sanar”. Amar… Es dejar de ver los defectos ajenos, porque muchas veces los propios defectos son peores que el de los demás. Amar es sacrificarlo todo por sanar y bendecir a los demás.

¿Te imaginas que pasaría con nuestra familia, iglesia y sociedad si comenzáramos a aprender a amar?

Si tu matrimonio esta en crisis, aprende a amar para que sane tu corazón y el de tu cónjuge.

Si tu familia es caótica y no sabes qué hacer, aprende a amar para que sane tu corazón y el tu familia.

Si tu hijo adolescente no quiere saber de ti, aprende a amar para que sane tu corazón y el tu hijo.

Si tienes problemas en tus relaciones con tus hermanos de la iglesia, vecinos y compañeros de trabajo, aprende a amar para que sane tu corazón y el corazón de los que te rodean.

Si tu comunidad está falta de amor, aprende a amar para que sanes tu comunidad.

Si decides llenarte de coraje para aprender a amar, para sanar y renovarte, tu matrimonio,  tu familia,  tus amigos te lo agradeceran. Acepta el reto. El momento es ahora. El tiempo es hoy.

¿Qué nivel emocional tienes?

[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Sabes qué nivel emocional tienes? En mi familia estamos aprendiendo a amar, con mi esposa, mis hijos. Quiero compartir lo que hemos estado descubriendo y aprendiendo en los últimos meses.

El ejemplo del puebo de Israel al hablar del nivel emocional

En esta serie de temas estamos considerando la historia del pueblo de Israel, ¿por qué la generación de hombres que salió de Egipto no pudo consumar el sueño de entrar a la Tierra prometida? Y descubrimos que una de las razones fue que el pueblo de Israel no le permitió al Espíritu Santo, al Dios Todopoderoso cambiar su vida.

La segunda razón, es que el pueblo de Israel, esa generación que salió de Egipto, no tenía un nivel emocional alto. Al no crecer emocionalmente, no le permitieron al Espíritu Santo transformar sus vidas. ¿Por qué? Porque el crecimiento emocional debe ser proporcional a nuestro crecimiento espiritual.

Por qué el crecimiento emocional es importante

Tú no pudiste crecer más allá de donde llegaron tus padres emocionalmente, porque ellos fueron los primeros modelos e instructores que tuviste para aprender a expresar tus emociones, para aprender a amar. Lo que quiero decir con esto es que tú no puedes ir más allá de la dinámica emocional que aprendiste en tu casa de origen.

Si estás luchando con cómo resolver tus problemas emocionales, cómo manejar tus emociones, expresar tu amor hacia tu esposa e hijos; y ves que tienes problemas, tal vez el problema esté conectado con la dinámica emocional que tú viviste en tu casa de origen.

Si tus padres no tuvieron la intención de ayudarte a crecer emocionalmente, hoy puede que estés teniendo problemas para manejar tus emociones, aprender y expresar tu amor a otras personas.

La primera escuela que tuviste para aprender sobre inteligencia emocional fueron tus padres, tu casa y, ahí es donde está el problema de muchas personas. Sus padres no les enseñaron cómo crecer emocionalmente y hoy están luchando.

Etapas del crecimiento emocional

Peter Scazzero en su libro El líder emocionalmente sano presenta las diferentes etapas a través de las cuales pasan las personas en su crecimiento emocional.

La primera etapa para alcanzar un buen nivel emocional es la que él considera como los “bebés emocionales” y hay muchas personas que se comportan como tal. Buscan a otros para que los cuiden, tienen mucha dificultad para entrar en el mundo emocional de otros porque se comportan como bebés. Son conducidos por la necesidad de ser gratificados, usan a otros como objetos para satisfacer sus necesidades y continuamente están dependiendo de otros emocionalmente.

La segunda etapa sería la de los “niños emocionales”. Estos se muestran rápidamente ante las presiones para hallar soluciones y los problemas de la vida. Son esas personas que cuando tienen problemas en el trabajo o en la casa explotan, no se pueden controlar, porque son niños emocionales. Interpretan los desacuerdos como ofensas personales, atacan, no pueden controlarse y no pueden tener relaciones saludables porque cualquier crítica que reciban es para ellos un problema emocional.

Se sienten heridos con facilidad, se quejan, se retraen, manipulan, se vengan, son sarcásticos cuando no tienen lo que quieren. Tienen grandes dificultades para hablar de forma calmada, amable y madura sobre sus necesidades y las cosas que desean.

Después se llega a la etapa en la que se puede ser un “adolescente emocional”. Ellos tienden a estar siempre a la defensiva, se sienten amenazados y alarmados por la crítica. Si tu esposa te critica porque dejaste la basura o el zapato en el lugar equivocado, tú lo tomas de forma personal y explotas. No sabes manejar tu emoción. No sabes manejar las críticas. Todo para ti es personal.

Características de los adolescentes emocionales

Además de sentirse amenazados y alarmados por la crítica, mantienen una puntuación de lo que le dan para después pedir algo a cambio. Es decir, son esas personas que dan, sirven y ayudan continuamente, pero después se sienten mal cuando no les correspondes de la misma forma. Lidian mal con los conflictos.

Generalmente culpan, apaciguan, van con una tercera persona, hacen triángulos emocionales, ponen mala cara o ignoran el tema por completo; y, tal vez, en tu trabajo o familia, puedes notar que hay personas que se comportan de esa forma. Y si es así, es porque son adolescentes emocionales; No han crecido; No han alcanzado la madurez emocional que necesitan alcanzar.

Los adolescentes emocionales también se preocupan por ellos mismos. Tienen dificultad para escuchar verdaderamente el dolor, la desilusión, la necesidad de otras personas. Son críticos, sentenciosos. No pueden crecer. No salen de esa burbuja emocional que los mantiene atados a su pasado, a lo que aprendieron en la casa de origen.

Alcanzando un buen nivel emocional: «los adultos emocionales»

También existen los “adultos emocionales”. Dios quiera que nosotros podamos alcanzar esta madurez emocional y ser un adulto emocional. Ellos son capaces de pedir lo que necesitan, quieren o prefieren de manera clara, directa y honesta. Reconocen, controlan y asumen responsabilidad de sus propios pensamientos y sentimientos.

Es decir, no están culpando por las experiencias negativas que tienen o los sentimientos que están experimentando; sino que ellos mismos toman responsabilidad y dicen “yo me siento de esta forma porque yo me he permitido sentirme así, nadie tiene que controlar cómo voy a reaccionar”. Ellos reaccionan de una forma madura; pueden, aún bajo presiones, afirmar sus propias creencias y valores sin ser adversos.

Hay personas que no pueden tener una conversación con adultos emocionales porque lo toman personal, se agitan o pierden el control. Esto está ligado a que una persona así no ha alcanzado un nivel emocional óptimio.

La persona que crece emocionalmente, que llega la adultez se comporta con madurez, sabe cómo manejar sus emociones, respeta a otros sin tener que cambiarlos. Da a las personas lugar para el error y reconoce que no son perfectos. Nadie es perfecto.

El adulto emocional reconoce que otras personas no son perfectas y trata de darles el beneficio de la duda, porque esto es necesario para poder tener relaciones saludables; Aprecia a las personas tal cual como son: las buenas, las malas, y no por lo que reciben a cambio.

Aceptarte como eres

Yo te acepto incondicionalmente, Jesús te acepta incondicionalmente y Dios también lo hace. Pero, los que no crecen emocionalmente te ponen condiciones para poder aceptarte. Los adultos emocionales te aceptan como tú eres; Evalúan con precisión sus propios límites, fuerzas y debilidades y son capaces de discutir acerca de ellos con otros libremente.

Están satisfechos y felices mientras reciben lo que quieren. Y no solamente esto, también están sintonizados profundamente con el propio mundo emocional y pueden entrar en los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otros sin perderse ellos mismos. Tienen la capacidad de resolver un conflicto con madurez y negociar soluciones considerando las perspectivas del otro.

Amigo que lees estas líneas. Yo te desafío a crecer. Si eres un niño o un bebé emocional, proponte crecer cada día más, proponte crecer en tu vida emocional, en tus relaciones.

Dios quiera que a través de esta reflexión en la que estamos aprendiendo a amar, tú puedas descubrir cómo crecer emocionalmente; cómo alcanzar esa estatura que Dios quiere que alcances, cómo ser un esposo, un padre, una esposa que sabe manejar sus emociones y sabe glorificar a Dios en todas las cosas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]