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Decide ser un campeón (3 lecciones para ganar)

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En la vida nadie quiere ser un perdedor. Todos queremos ganar. Tu puedes ser un campeón.

Mientras me preparaba para escribirles, la pregunta que me vino a la mente fue la siguiente: ¿qué consejo sencillo les puedo dar a mis amigos para que se conviertan en campeones de Dios? ¿Qué necesitan hacer ustedes para hacer la diferencia? ¿Qué necesitas hacer para ser un campeón?

Toda persona que ha alcanzado grandes cosas para Dios comenzó desarrollando una mente de gigante siendo niño todavía. Decidió ser un campeón. Si quieres ser un gigante, primero debes desarrollar una mente de gigante. Cuando Dios necesitaba a alguien para salvar su futura nación de morir de hambre, escogió a José cuando aún era un niño. Cuando Dios necesitaba un líder para sacar a sus hijos de Egipto, escogió al niño Moisés para convertirlo en Su gigante. Cuando Dios necesitaba un rey para pastorear su nación, escogió al joven David. Cuando Dios necesitaba un rey para traer un reavivamiento, escogió a Josías cuando aún tenía 8 años. Tú no tienes que esperar a terminar la universidad para ser un campeón para Dios. Si quieres ser un gigante de Dios el día de mañana, tienes que comenzar hoy, para que cuando el mañana llegue tú estés listo(a) para servir a Dios de una forma poderosa. El carácter que estás construyendo hoy es la base de tu éxito mañana. Tu puedes ser un campeón. 

La historia Bíblica del rey Josías nos da tres lecciones para convertirnos en gigantes para Dios.

Las tres lecciones que este niño rey hoy te quiere dar son: Concéntrate en desarrollarte a ti mismo, concéntrate en pequeñas victorias y concéntrate en vivir para Dios.

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Concéntrate en tu desarrollo personal

Varias investigaciones demuestran que cómo las personas se sienten sobre sí mismas tiene un efecto enorme en su éxito. Si tú quieres ser un gigante para Dios, primero necesitas desarrollar una mente de gigante. Si tu mente no está preparada para llegar a la cima de la montaña, jamás podrás llegar. Un cristiano que tiene una imagen negativa de sí mismo, que se considera que tiene poco valor, que no es importante, que tiene una autoestima baja, nunca podrá entender el lugar y el valor que Cristo le da como hijo de Dios. La Biblia está llena de promesas increíbles para los hijos de Dios, pero el problema está en que no creemos en esas promesas porque no nos consideramos merecedores de ellas.

Amigo(a), si quieres desarrollarte a ti mismo(a), necesitas entender que tu identidad no está en Hollywood, o lo que la sociedad dice que es “normal” en este mundo. Tu Creador es el que te da tu identidad. Desarróllate a ti mismo(a) alrededor del plan que tu creador tiene para ti, y no alrededor de lo que los medios de comunicación dicen de ti como persona. El enemigo quiere que creas las mentiras que han encadenado a este mundo en miseria. Satanás quiere que creas que no eres lo suficientemente bueno(a), que no eres lo suficientemente perfecto(a), que no eres inteligente, que eres demasiado gordo(a), o demasiado flaco(a). Si te ves a ti mismo(a) a través de los ojos de tu enemigo no podrás ser un campeón para Dios. Pero, si te miras a través de los ojos de Dios, te darás cuenta de que Él te ha creado para que seas un(a) campeón(a) en este mundo, cabeza y no cola. Tú serás tu peor enemigo(a) si no te desarrollas a ti mismo(a). Tus pensamientos negativos se levantarán como murallas en tu vida que no te dejarán ser un campeón.

Josías creyó en el plan de Dios y no en el mensaje negativo que Satanás le estaba presentando. Satanás tal vez te está diciendo: tú eres muy niño para ser un rey, no tienes la experiencia, el talento para dirigir una nación, tu país no creerá en ti, no tienes nada que ofrecerle a tu país, no eres bueno para este cargo. Pero, el rey Josías se propuso en su corazón el ser un campeón para Dios creyendo lo que Dios decía de él y no lo que le decía Satanás.

Concéntrate en celebrar pequeñas victorias

El segundo consejo es concentrarte en las cosas pequeñas. Cualquier persona que ha tratado de dormir con un mosquito en el cuarto sabe el impacto que puede tener algo pequeño. Celebra las pequeñas victorias para llegar a ser un campeón. Las grandes victorias no son nada más que la acumulación de muchas victorias pequeñas. La teoría de “las pequeñas victorias” es la idea de que estas, en la vida, pueden aumentar tu motivación, productividad y tu satisfacción sobre lo que haces. Las pequeñas victorias son la antesala a grandes victorias. Nadie llega a la cima sin pasar primero por el valle. Desarrolla una mentalidad de ganador celebrando pequeñas victorias todos los días.

No puedes obtener un título universitario si primero no ganas la batalla de hacer las tareas y estudiar todos los días. No puedes bajar de peso, si primero no celebras las pequeñas victorias de comer bien y hacer ejercicio todos los días. No podrás relacionarte bien con otras personas en el día de mañana si primero no celebras la victoria de tratar con compasión y amor a tus padres. No podrás ganar la victoria de evitar tener sexo antes del matrimonio si primero no ganas la batalla diaria en la pureza. No podrás ganar la victoria de  vivir eternamente con Dios si primero no celebras las pequeñas victorias diarias de caminar todos los días con Jesús.

Josías entendió este principio en su vida y se concentró en hacer progresos diarios a través de pequeñas victorias en hábitos significativos. Su carácter fue construido en su diario vivir.  El desarrolló el hábito de buscar a Dios diariamente en su vida, oraba y meditaba en Dios aun cuando nadie de su casa ni su familia lo hacía. Esas pequeñas victorias en su vida sirvieron como trampolín para todas las demás victorias que él alcanzó en su vida. Cuando tenía 16 años, decidió derribar todos los altares a Baal y andar en los caminos de David. Cuando tenía 24 años de edad, llamó al pueblo de Dios a un reavivamiento al leer el libro de la ley cuando fue encontrado. Todo esto fue posible porque desde muy temprana edad comenzó a celebrar pequeñas victorias diarias en su vida espiritual.

Michael Phels es un vivo ejemplo de ganar pequeñas victorias. Phels es el nadador olímpico que más medallas ha ganado en natación en la historia del deporte. Hay muchas razones para que Phels tenga éxito como nadador. Él tiene manos grandes, un torso poderoso, piernas cortas y entrena como nadie lo hace. Pero Phels tenía un problema, y era que se ponía nervioso al momento de la competencia. Su entrenador lo ayudó a vencer este problema ayudándolo a celebrar victorias pequeñas todos los días. Él se levanta temprano, toma su desayuno rutinario, comienza su calentamiento a tiempo y celebra pequeñas victorias cada día. Su concentración no está en la gran victoria Olímpica, sino en las pequeñas victorias de su diario vivir que lo llevarán a la gran victoria.  En las Olimpiadas de Beijín 2008, el celebrar pequeñas victorias fue recompensado grandemente. Cuando Phels se lanzó al agua, sus gafas se rompieron y les comenzó a entrar agua. No había algo que él pudiera hacer. El problema empeoró y para el momento en el que llegó a la meta final, él estaba prácticamente ciego, no podía ver la línea que marcaba el fondo de la piscina ni la marca que anunciaba que se acercaba al final de la piscina.

Phels no dejó que el pánico lo controlara. Él ya había visualizado mucho antes este mismo escenario en Michigan, cuando su entrenador le dijo que nadara en una piscina oscura para prepararlo para esta gran competencia. Mientras Phels entraba en la recta final, el público estaba gritando a viva voz. Pero Phels no sabía por qué gritaban, ¿estaba el ganando o perdiendo? Empezó a nadar con más velocidad sin saber lo que estaba pasando, cuando llegó al final se quitó las gafas y miró la pizarra y al lado de su nombre decía RM. ¡Michael Phels había roto el record mundial de natación a pesar del obstáculo que tuvo! Su éxito estuvo en que las pequeñas victorias que había celebrado en su diario vivir lo habían preparado para la gran competencia final.

Concéntrate en Dios

Mi tercer consejo es: concéntrate en Dios. Si quieres ser un gigante de Dios, Él necesita ser el centro de tu vida. Entiende, Dios es la fuente de sabiduría, entendimiento y todo placer. Satanás no quiere que tú entiendas eso y te hace pensar que él es la fuente de todo éxito en este mundo. Satanás te ofrecerá posesiones materiales como si fuera la solución a tus problemas. Él te ofrecerá sexo y drogas como la fuente de placer. Satanás te ofrecerá deshonestidad como una forma de alcanzar la cima, pero al final la muerte es el resultado, porque la paga del pecado es muerte.

Concéntrate en Dios y Él te dará los deseos de tu corazón. El rey Josías se concentró en vivir para Dios. Dios se convirtió en lo primero en su vida, en lo primero en su familia y nación, y grandes bendiciones le siguieron como un gigante de Dios. Josías se concentró en servir a Dios y nos dio un ejemplo de verdadero celo por Él  Josías hizo lo que era correcto ante los ojos de Dios y no se apartó ni a izquierda ni a derecha, porque su mente estaba concentrada en Dios.Amigo(a), te desafío a que te concentres en vivir para Dios, porque al final del camino, Él es el único que te puede ofrecer vida eterna. Él es el único que puede darle significado a tu vida; una vida sin Dios es una vida sin futuro, porque Dios es el único que permanece cuando todo se pierde. Vive para Dios como un gigante y las cosas que ojo no vio, ni odio oyó, que no ha concebido el pensamiento humano, son las cosas que Dios ha preparado para aquellos que son sus campeones.

Ahora, comparte tu historia con nosotros de como te has convertido en un campeón.

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