En una relación ambas partes son importantes para mantener el amor, por eso, si tu pareja quiere el divorcio es hora de revisar las cosas. En especial, si tú todavía amas y quieres que el matrimonio salga adelante, el divorcio es evitable y quiero ayudarte a encontrar la manera. Reconstruir el lazo es posible.
La psicóloga y consejera matrimonial, Becky Whetstone asegura que ante una crisis, lo mejor es dejar que la situación se asiente previo a tomar decisiones. Muchas parejas descubren al final de la tormenta que se aman aún más que antes. Esta puede ser la resolución que les espera a ti y tu pareja.
Aun si tu pareja quiere el divorcio, hay salida
Es normal que ante una situación de mucha tensión, una de las partes busque terminar con la relación. El mundo en que nos encontramos nos ha enseñado a tirar la toalla ante la primera dificultad. Sin embargo, un matrimonio cristiano debe confiar en los planes de Dios y soportar las cargas para fortalecerse con ellas.
Existe evidencia científica que confirma que las parejas cristianas resuelven sus problemas con mayor eficiencia, superan los conflictos y tienen mayores índices de felicidad marital. Esto es porque se esfuerzan por salvar el vínculo antes de abandonar la relación.
Por otra parte, la psicóloga Paulina Pérez, asegura que el divorcio puede ser sumamente dañino cuando no es de mutuo acuerdo. Esto se ve reflejado particularmente en el integrante que no estaba dispuesto a terminar la relación. Algunos síntomas que advierte son:
- Dolor emocional tan grande que se asemeja al dolor físico, activando las mismas áreas del cerebro.
- Tensión psicológica y física a causa de la segregación de cortisol.
- Etapas comunes del duelo, tales como negación, ira, depresión, etc.
- Baja autoestima, miedo a futuros compromisos.
- Sensación de fracaso y angustia.
- Conductas obsesivas, destructivas e incluso violentas.
¿Por qué te cuento esto? Porque quiero que comprendas la importancia de luchar por tu relación y no «abandonar el barco» cuando aún puedes salvarlo. El primer paso siempre es mantener la calma y expresar tus sentimientos con claridad hacia tu pareja. A continuación, te propongo algunos consejos para salvar tu matrimonio.
Asume la responsabilidad
Cuando las cosas no resultan bien en un matrimonio y la pareja quiere el divorcio, la responsabilidad siempre es compartida. Si tu pareja te pide el divorcio es porque no está satisfecho/a con algún punto de su relación. Comenzar a tirar culpas no servirá de nada, ambos deben poner sobre la mesa las cosas que les llevaron a esa instancia de crisis.
El psicólogo Aaron Anderson recomienda que cada miembro de la pareja se enfoque en las cosas que puede cambiar por sí mismo para mejorar. De esta manera, se evitará la frustración de intentar que el otro sea el que cambie. Empieza por asumir tus faltas y comienza a trabajar en ellas.
Ponerle nombre al problema
Otro punto importante es “ponerle nombre” a lo que está ocurriendo. ¿A qué me refiero con esto? Tú y tu pareja deben encontrar el punto que desencadenó la crisis que están enfrentando. Reconocerlo y ser honestos al respecto hará más sencillo el poder resolver el problema.
Recuperar el amor
Una vez que hayan identificado el problema, una pregunta crucial que deben hacerse frente a él es si verdaderamente desean seguir juntos. Si la respuesta es positiva, es porque aún hay esperanza.
La psicóloga Samantha Rodman propone que para reconstruir una relación es de mucha ayuda concentrarse en lo positivo. En vez de seguir sumando heridas, trabajar desde lo que todavía está en pie será la clave para edificar cimientos firmes. Algunas preguntas que pueden orientar en esta búsqueda son:
- ¿Qué hábitos saludables tenemos como pareja?
- ¿Queda aún algo de lo que me enamoró por primera vez?
- ¿Qué cosas valoro de mi pareja?
- ¿En qué aspectos me ayuda a crecer?
- ¿Qué formas de mostrar amor puedo implementar?
Todo lo positivo que encuentres será algo a lo que aferrarte para demostrarle a tu pareja que todavía puede rescatarse la relación. Pon de tu esfuerzo por hacérselo notar y así le harás ver las cosas desde otra perspectiva.
Sanar juntos las heridas
Un paso valioso que deben dar juntos es sanar las heridas que haya provocado el conflicto, por los cuales tu pareja quiere el divorcio. Tal como la soldadura de un hueso roto que se hace más fuerte de lo que era, esas heridas pueden curarse y fortalecer la unión. Es recomendable, para esto, que la pareja busque ayuda.
Un consejero matrimonial puede guiarlos en la superación de la crisis que enfrentan como pareja. Acudir a profesionales no significa un fracaso, al contrario, demostrará la sincera intención de sanar y la importancia que le dan a su matrimonio.
Es importante saber que el divorcio no les hará más felices. Si hay daños emocionales sin sanar, estos conflictos se arrastrarán a futuras relaciones. Sobre esto, la terapeuta Jeannie Ingram afirma que mantener una actitud abierta a ir a terapia es la herramienta para crecer y curar; de lo contario, el ciclo se repetirá.
Compartir momentos de crecimiento espiritual juntos
Un estudio llevado a cabo en 3000 matrimonios por los investigadores Vaaler, Ellison y Powers; demostró que las parejas que asisten juntos a una iglesia son más felices y menos propensas al divorcio. Crecer juntos en su relación con Dios y en su vida espiritual ayudará a fortalecer el amor y superar las crisis con éxito.
Poner a Dios en primer lugar es vital para el funcionamiento de una relación. Si tu pareja no comparte tu misma fe, tal como dice en 2 Corintios 6:14, no lograrán comprenderse y respetarse.
Recuerda que incluso si parece que ya no hay amor, y tu pareja quiere el divorcio, es posible trabajar en la reconstrucción de este sentimiento. No importa la gravedad de la crisis, aun si existió una infidelidad, todo matrimonio merece una segunda oportunidad. Si quieres trabajar en sanar tu pareja, no dudes en llamar al 407 618 0212.