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¿Cómo hacer las paces con tu pasado? (Parte 2)

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En nuestro último post estuvimos hablando sobre cómo nuestro pasado puede afectarnos y cómo nuestra mente lo procesa, no solo en la forma en la que percibimos las cosas, sino también físicamente a través de síntomas que pueden llegar a afectar nuestra vida diaria.

La prisa del día a día en la que estamos acostumbrados a vivir no nos deja darnos cuenta de que muchas cosas que estamos sintiendo en realidad están ligadas a cosas que estamos arrastrando de nuestro pasado, provocando emociones y estrés en el presente de nuestras vidas.

También hablamos sobre por qué deberíamos dejar atrás el pasado. Es lo mejor que podemos hacer si queremos tener un cuerpo y una mente sana. Pero ¿Cómo podemos empezar a hacer las paces con nuestro pasado para que finalmente podamos dejarlo ir y tener la paz interior que anhelamos alcanzar? Aquí te presentamos siete pasos que pueden ayudarte a lograrlo:

  1. Autoaceptación y autocompasión

Tú no eres tu trauma y tu trauma no te define. Dondequiera que te encuentres en tu proceso de sanar, acepta que ahí es donde estás por ahora, y sé amable y paciente contigo mismo(a) a medida que avanzas. Trátate a ti mismo(a) de la misma manera como tratarías a un niño pequeño, teniendo compasión por la parte más vulnerable de ti mismo(a) y por lo que ha vivido. Practica tratarte a ti mismo(a) con bondad amorosa y el respeto que te mereces.

  1. practica el perdon

Si bien aferrarse a la ira puede servir para protegernos del dolor que se encuentra yace debajo, esta con el tiempo termina lastimándonos e impidiendo que seamos libres y vivamos la vida que merecemos. Si te aferras a la culpa, la culpa o la vergüenza, perdónate por ser humano y vulnerable, no es tu culpa. Si alguien te ha lastimado o traicionado, perdonarlo(a) no significa que tengas que perdonar sus acciones o aceptar su comportamiento, sino que debes decidir que ya no tiene poder sobre ti o tu futuro.

  1. Busca apoyo

Aislarse y retraerse es común después de sufrir un evento traumático, pero es importante mantenerse conectado con las personas y a buscar a alguien seguro que pueda apoyarte y ayudarte a sentirte acompañado(a). Habla con tu médico de cabecera sobre los servicios disponibles en tu comunidad o busca el apoyo de un terapeuta, pastor o un grupo de apoyo, ya sea en persona o en línea.

  1. Expresa tus sentimientos

Tus sentimientos son válidos e importantes. Cuando te comprometas a hacer el trabajo de sentir y procesar tus sentimientos, comenzarás a dejar ir el trauma de tu cuerpo y mente. Trabajar con un terapeuta avalado con licencia es una de las formas más efectivas de hacerlo, y pueden brindar acceso a tratamientos basados ​​en la evidencia, incluyendo la Terapia Cognitiva Conductual (TCC), para replantear los pensamientos y patrones de pensamiento problemáticos, la Terapia de Reprocesamiento del movimiento ocular y la desensibilización (EMDR por sus siglas en inglés), en donde los recuerdos se procesan sin necesidad de revivir la experiencia traumática, y la Experiencia Somática, una terapia basada en el cuerpo para ayudar a liberar el trauma retenido en el cuerpo.

  1. Lleva un diario

Tienes el poder de reescribir tu historia y determinar a dónde vas a ir, partiendo desde donde estás ahora. Documentar tu viaje de curación puede ayudarte a procesar pensamientos y sentimientos y también a profundizar tu trabajo terapéutico.

  1. Practica el autocuidado

Cuidar bien de tu salud física apoyará tu salud mental y emocional. Empieza por comer alimentos saludables y nutritivos, descansa suficientes horas y haz tiempo para hacer ejercicio. El trauma se almacena en el cuerpo, por lo que es importante hacer ejercicio periódico para ayudar a restaurar el equilibrio y, al mismo tiempo, el ejercicio vigoroso en el que la frecuencia cardíaca se eleva durante incluso 20 minutos al día ayudará a disminuir la ansiedad y mejorará tu estado de ánimo y tus sentimientos generales de bienestar.

La respiración enfocada, también conocida como respiración consciente, puede ayudarte a mantenerte anclado en el momento presente, devolviendo tu atención a tu cuerpo cuando la mente vaga por el pasado o se proyecta hacia el futuro.

Las afirmaciones y el diálogo interno positivo también son beneficiosas. Recuérdate a ti mismo(a) que, al superar los desafíos del pasado, puedes enfrentarte a lo que sea que la vida ponga en tu camino. Eres más fuerte de lo que crees y, habiendo sobrevivido al pasado, ahora puedes tomar el control del futuro.

  1. Ten una relación íntima con Dios

Cuando tomamos la mano de Dios y caminamos con Él, nos volvemos más y más conscientes de las cosas buenas y malas que hemos hecho en nuestras vidas, entendemos lo que hemos aprendido, comenzamos a vivir y apreciar el presente y dejar atrás el pasado. Cuando tenemos una relación íntima con Dios, entonces le pedimos perdón y Él ve nuestro verdadero corazón y nuestras verdaderas intenciones, si somos honestos al pedir Su perdón. Luego, cuando recibimos Su perdón, comenzamos a perdonarnos a nosotros mismos ya perdonar a quienes nos han hecho daño o perjudicado.

De esta manera, nuestras heridas pueden comenzar a sanar, nuestro presente comienza a ser una nueva oportunidad para que podamos comenzar de nuevo y pensar en nuestro futuro.

Son herramientas muy poderosas que podemos usar si queremos comenzar a dejar atrás el pasado y sanar desde adentro. Nuestro bienestar es importante, por eso tenemos que empezar a cuidar nuestro presente para que podamos disfrutarlo y, para tener éxito en esto, tenemos que empezar a hacer las paces con nuestro pasado.

¿Conoces algún otro camino que podamos tomar para empezar a hacer las paces con nuestro pasado? ¿Te han ayudado estos pasos? Deja tus respuestas en la sección de comentarios. Dios te bendiga.

Referencias

Van der Kolk, BA (2014). El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, mente y cuerpo en la curación del trauma.  Vikingo.


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