El Mindfulness como una forma de meditación está ganando valoraciones positivas alrededor de todo el mundo. Pero una duda que sé muchos de mis lectores tiene es ¿si realmente como cristianos podemos aplicarlo en nuestras vidas y la de nuestras familias?
Con sus raíces en la meditación budista zen, comprendo que se sienta confusión acerca de lo que dice la Biblia de esta clase de ejercicios, o si es seguro que tu hijo/hija entre en contacto con su filosofía.
Sin embargo, quiero explicarte cómo de hecho el Mindfulness se puede convertir en una herramienta para trabajar en la meditación cristiana. E incluso servir como vía para ayudar a los más pequeños a lidiar con sus sentimientos.
Los orígenes del Mindfulness
Algo que considero esencial a tratar son los orígenes del Mindfulness. Tomando en consideración que esta meditación se basa en centrar la atención en el presente, eliminando así el ruido que invade a tu mente y espíritu, es un error clasificarla del todo como budista.
Tanto en la tradición judeocristiana, como en las páginas de las Sagradas Escrituras, la práctica de la meditación en general es apoyada. Por lo que no es contradictorio aprender más de este recurso, siempre y cuando se aborde de manera bíblica y sana, para así no contradecir a nuestra fe cristiana.
Si bien los budistas consideran que la conciencia obtenida en la meditación es “un poder” capaz de ayudarlos a alcanzar el Nirvana, en Occidente ha sido empleada para la psicoterapia.
El ejemplo más importante está en el trabajo del profesor Jon Kabat-Zinn y su programa Mindfulness-Based Stress Reduction (MBSR). Aunque no ha sido el único programa con este propósito, puesto que el manejo del estrés y el incentivo de la creatividad es un constante a alcanzar.
La Biblia y el Mindfulness
La comunidad cristiana se encuentra divida en opiniones con respecto al Mindfulness. Algunos acusan a la práctica de sus raíces orientales y de cómo sus convicciones no pueden ser interpretados bajo la visión cristiana.
También los escépticos objetan que la atención dada al autoenfoque es excesiva, al igual que el Mindfulness fomenta la evasión de la realidad. De esa realidad que Dios nos dio y que debemos vivir.
Tengo que decirte que todas estas preocupaciones son válidas. El Mindfulness incentiva a prestar atención a uno mismo, de forma horizontal, pero que por igual se puede interpretar como una manera de evaluar nuestra relación vertical con Dios y Jesús como humanos que somos.
Considerándolo así, el Mindfulness podría convertirse en un canal positivo y seguro para no solo manejar el estrés sin importar la edad que se tenga, sino para aprender más de nosotros mismos desde adentro.
Por eso, podrás encontrar cómo muchos consejeros cristianos, fieles a su fe, emplean al Mindfulness de modo integrado con Cristo, y le convierten en una herramienta terapéutica de gran alcance.
El Mindfulness puede ser compatible con las enseñanzas de la escritura, siempre y cuando el centro de todo esté en nuestra conexión con Dios. Y con respecto a ello, la Biblia hace más de una referencia a la vitalidad de calmar nuestras mentes y explorar en nuestra relación con nuestro Creador.
A continuación, algunas referencias que te harán reflexionar sobre el tema que estamos tratando:
- Tenemos que mirar a Jesús y pensar en cosas verdaderas y admirables (Hebreos 12:2; Filipenses 4:8).
- Pablo nos explica que «nos transformemos» renovando nuestra mente (Romanos 12:2) y que practiquemos pensamientos que honren a Dios (Filipenses 4:9).
- También Pablo nos indica que como cristianos estamos llamados a estar atentos y vivir con conciencia del presente (Filipenses 2:1-5).
- Además, la oración es una forma muy práctica para aplicar la atención a la vida diaria (1 Tesalonicenses 5:17).
Más mensajes que aprueban la meditación podemos encontrar distribuidos en las Escrituras de la Biblia, porque se le toma como una forma para pasar tiempo estudiando la Palabra de Dios, y encontrar en el pensamiento la fuerza para obrar. Del mismo modo, el no dejarse distraer por la preocupación del futuro es resaltado en Mateo 6:25-34.
Mi hijo y su bienestar
Al final del día, eres tú quien decidirá si el Mindfulness es a tu perspectiva una disciplina espiritual o un método terapéutico, pero lo que sí puedo afirmar es que es una técnica que encierra maravillas al ser llevada por la fe en Cristo.
Estamos tan preocupados por el exterior, que pocas veces nos preocupamos del interior, del estado de nuestra mente, del estado de nuestras almas y con ello me refiero a la forma en la que nos comunicamos con Dios. Las mentes dispersas, estresadas y en conflicto consigo mismas, evidentemente tendrán complicaciones con hablar con sinceridad ante nuestro Señor.
Y es aquí en donde el Mindfulness podrá ser empleado por los niños/niñas como un vínculo para fortalecer, no debilitar, su conexión con el Creador. Algo muy interesante del Mindfulness es que los niños/as desde muy pequeños/as son capaces de entender sus conceptos básicos, al igual que los adultos.
Con la diferencia de que todo conocimiento aprendido en la infancia será mucho más simple de conservar hasta la adultez. ¿Estoy preparado para darle una herramienta eficiente a mi hijo/a para mejorar su relación con Dios desde dentro de su corazón y mente?
Más que una guía de Mindfulness
Para los padres y madres que no comprendan cómo el Mindfulness puede convertirse en todo lo que estoy explicando, o siguen con dudas sobre su efectividad, he trabajado en una guía que abarca estas interrogantes.
Estoy refiriéndome a: “¿Cómo ayudo a mi hijo a manejar el estrés?: Consejos y lecciones del Mindfulness”. Una guía llena de consejos, ejercicios y recomendaciones generales sobre cómo el Mindfulness tiene los alcances necesarios para aliviar los estragos del estrés en los niños y niñas.
Quiero que consideres que estos sufren por más mínimos que te parezcan en perspectiva sus problemas. Asimismo, que ellos necesitan fortalecer su mente y espíritu por su propia cuenta, gracias a ese valor único que cada uno de nosotros tenemos dentro.
