Los pensamientos obsesivos o pensamientos automáticos negativos suelen estar relacionados con los trastornos de ansiedad, así como también con la depresión mayor. Pero ellos no son exclusivos de quienes sufren problemas emocionales.
¿Sientes que no puedes dejar ir ciertos pensamientos en los últimos meses? El contexto actual mundial, los altos índices de estrés y un futuro incierto, son razones de peso para explicar todo lo que está ocurriendo con esta clase de pensamientos.
Si no sabes cómo lidiar o enfrentar los pensamientos obsesivos, te pediré que no seas muy duro/a contigo mismo/a. Algunas veces, aunque el esfuerzo por eliminarlos sea grande, no es suficiente. Esta es una situación que solo servirá para generarte preocupación y desesperanza.
¿Nunca podré encontrar paz mental? ¿Por qué no puedo callar esos pensamientos? ¿Hay algo mal en mí? Sobre estas dudas deseo que profundicemos juntos.
¿Qué son los pensamientos obsesivos?
Una manera sencilla de entender qué es un pensamiento obsesivo, es verlo como un contenido mental de naturaleza amenazante, automática e indeseada. Los pensamientos obsesivos pueden estar representados en forma de imágenes o de palabras.
También pueden enfocarse en hechos del futuro o en la reexperimentación del pasado, lo que hace tan agotadora a esta clase de pensamientos, es que están acompañados de emociones muy complicadas e intensas, que tarde o temprano terminarán agotando tus recursos afectivos.
Cuando tu cerebro se enfrenta a un contenido amenazante, las respuestas fisiológicas de miedo son comunes. Pero, que el estímulo que provoca este temor no esté realmente presente, sino que deambule de aquí a allá en tu cabeza, es lo que le da esa persistencia tan agotadora.
De hecho, tu sistema nervioso simpático, que es una de las ramas que conforman el sistema nervioso autónomo, interpretará esto como una experiencia directa, logrando activar todos los recursos necesarios para huir o luchar. Es aquí en donde la ansiedad aparecerá.
¿Cómo gestionar los pensamientos obsesivos?
Es una ardua tarea la de gestionar los pensamientos obsesivos; necesitarás voluntad, disciplina y mucha fe. Y, es que tratar de gestionar nuestros sentimientos nos hará luchar contra nuestros propios resortes mentales, esos que muchas veces ni sabemos que existen.
Dios nos apoya aun cuando creemos que no lo está haciendo, que se ha olvidado de nosotros y que seremos incapaces de superar las adversidades.
Sé que te preocupa el futuro. Sé que te duele el pasado. Sin embargo, quiero que entiendas que el primer paso para batallar contra los pensamientos obsesivos es no tener miedo. Por el contrario, necesitas aprender de qué tratan, por qué están allí y cuáles son esos conflictos sin resolver que tienes dentro de ti.
¿Te encuentras atrapado/a en estos? No eres el único/a. El COVID19 nos ha llevado a extremos que no fuimos capaces de predecir o esperar. El riesgo sanitario, las restricciones en nuestra vida cotidiana y la zozobra por el porvenir, quizás no te dejen dormir ciertas noches y es comprensible.
¿Cómo puedo controlarlos? Estas son algunas lecciones que espero te sean de ayuda.
Los pensamientos obsesivos son como las arenas movedizas
Las metáforas nos ayudan a interiorizar conceptos que no somos capaces de comprender por completo todavía. En el caso de los pensamientos obsesivos es lo mismo. Así que, quiero que veas a estos como si fueran una trampa de arenas movedizas. Es una comparación que habla por sí misma.
Cuando caes en arenas movedizas, tu instinto de supervivencia hará que te muevas con desesperación tratando de huir de ellas. Pero no lo conseguirás, solo te hundirás más. Lo mismo ocurre con los temidos pensamientos obsesivos. La única forma exitosa de salir de ellos será calmarte, aceptar que estás en una zona peligrosa, y medir cada movimiento para conseguir escapar.
Luchar directamente contra un pensamiento negativo no te hará ganar. Primero, debes aceptar que lo tienes y analizarlo por alrededor de 20 minutos. Cuando acabe ese tiempo, concéntrate en otra actividad, y después vuelve a dedicarle el mismo tiempo a tu pensamiento obsesivo. Poco a poco encontrarás una manera de salir de este y de aliviarte.
Dejar fluir tus emociones te dará calma
Mucho hablamos de las emociones, cómo nos afectan y cómo nos identifican como seres humanos que somos. Pero, algo que necesitas saber es que, para gestionar pensamientos obsesivos adecuadamente, debes esforzarte por dejar fluir tus emociones.
Acepta que te sientes mal, déjalo fluir, aunque ello conlleve a derramar una que otra lágrima. En algún momento te darás cuenta de que este tipo de emociones se agotan por sí mismas y el dolor se irá. Por ejemplo, si te picó un mosquito en el cuello, querrás rascarte, pero al no hacerlo estarás protegiendo tu piel y evitando agravar la situación.
Necesitamos abrazar más nuestras emociones, no silenciarlas o pretender callarlas porque no nos agrada cuán débiles nos hacen sentir. No ser fuertes los 365 días del año no es una debilidad o un pecado.
Dios es nuestro amparo
En tiempos de incertidumbre como estos, recordar la presencia de nuestro Señor nos ayudará a alivianar las cargas que tenemos sobre nosotros. No te olvides de que Él tiene el control sobre todo, y que siempre está protegiéndonos.
“Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos, aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar” – Salmo 46:1-2.
Cuando un pensamiento obsesivo te amenace nuevamente, busca distraer tu mente con la lectura de las Sagradas Escrituras. Refúgiate en las lecciones y sabiduría que nos ofrecen. Al encontrar la calma que tanto has estado buscando, puedes compartir tus reflexiones con tu familia y amigos, para que juntos comprendan cuán grande es la misericordia de Dios.
Si no es suficiente para ti, actúa en favor de lo aprendido. No te quedes esperando soluciones, y toma las riendas de tu vida. Busca más actividades en las cuales retribuir la misericordia de nuestro Señor.
¿No sabes cómo comenzar a gestionar tus pensamientos obsesivos todavía? Puedes llamar al 407 618 0212 para obtener más respuestas.