Blog

inteligencia-emocional-en-la-pandemia

Desarrollando inteligencia emocional en la pandemia

Facebook
Twitter
LinkedIn

La pandemia de la enfermedad del coronavirus está siendo muy estresante para muchas personas. Es sobrecogedor y escalofriante el miedo y la ansiedad producidos por esta nueva enfermedad y la capacidad que tiene esta para causar destrucción aun desde las familias más pobres a las más ricas.

 

Mucho se ha escrito sobre cómo manejar la crisis y tratar de mejorar nuestra salud mental. Pero, hoy más que nunca, necesitamos algo más que el simple hecho de practicar el distanciamiento social y usar tapabocas. Necesitamos crecer en nuestra inteligencia emocional. Los comportamientos de una persona con alta inteligencia emocional nunca han sido tan importantes como lo son en estos tiempos sin precedentes en los que vivimos.

 

La inteligencia emocional es la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones. Y, es importante porque cuanto más comprendamos estos aspectos de nosotros mismos, mejor será nuestra salud espiritual, mental y nuestro desarrollo social en la pandemia.

 

Te pregunto, ¿Las decisiones que tomas como padre, esposo(a), hijo(a), empleado(a) o líder son decisiones generadas por el miedo o la desesperación, o son decisiones que provienen de una persona que tiene inteligencia emocional? La forma como respondes a esta pregunta determinará en dónde terminarás al final de esta pandemia.

 

Es más, estudios realizados por varias universidades del mundo demuestran que el éxito de una persona en varios niveles de la vida tales como el intrapersonal, interpersonal y social, está determinado por el nivel de inteligencia emocional que esta tenga. Estos estudios revelan que el 80 por ciento del éxito está determinado por la inteligencia emocional y solo el 20 por ciento está determinado por la inteligencia racional o el cociente intelectual.

 

¿Cuál es el origen del término inteligencia emocional? Muchos atribuyen el concepto de la inteligencia emocional a Daniel Goleman, pero en realidad este concepto ya había sido elaborado por otros autores antes que Daniel Goleman lo popularizara en su libro Inteligencia Emocional en el año 1995.

 

Se cree que la primera persona que comenzó a desarrollar esta línea de pensamiento sobre inteligencia emocional fue Edward L. Thorndike en 1920. Él utilizó en aquel momento el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas. En 1940, David Weshsler describió la influencia de los factores en el comportamiento humano que no estaban determinados por el intelecto y aclaró que las pruebas de inteligencia no estarían completas hasta que no se pudieran describir adecuadamente los factores que influían en el ser humano y sus relaciones, que estaban más allá del intelecto.

 

Desafortunadamente, el trabajo de estos dos autores pasó desapercibido durante mucho tiempo hasta que, en 1983, Howard Gardner, en su libro Inteligencias Múltiples: la teoría de la práctica, introdujo la idea de que los indicadores de inteligencia, como el cociente intelectual, no explican plenamente la capacidad cognitiva, porque no tienen en cuenta ni la “inteligencia interpersonal” (la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) ni la “inteligencia intrapersonal” (la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios).4

 

El primer uso del término inteligencia emocional generalmente es atribuido a Wayne Payne, citado en su tesis doctoral “Un estudio de las emociones”: el desarrollo de la inteligencia emocional (1985).5 Sin embargo, esta expresión ya había aparecido antes en textos de Beldoch (1964),6 y Leuner (1966).7 Stanley Greenspan también propuso un modelo de inteligencia emocional en 1989, al igual que Peter Salovey y John D. Mayer.8  Pero, de todos estos autores el que popularizó este concepto fue Daniel Goleman en su libro mencionado previamente.

 

Ahora dejemos atrás el trasfondo histórico de este concepto y hablemos de por qué es importante tener una alta inteligencia emocional en medio de la pandemia.

 

De acuerdo con Daniel Goleman, la inteligencia emocional conlleva 5 habilidades prácticas que debe desarrollar esa persona que desea crecer en el manejo de sus emociones. Cada una de las 5 Habilidades Prácticas de la Inteligencia Emocional fue a su vez subdividida en diferentes competencias. Veamos estas capacidades aplicadas en el contexto de la pandemia.

 

1)Autoconciencia: implica reconocer los propios estados de ánimo, los recursos y las intuiciones. Esta habilidad es primordial mientras navegamos por la pandemia porque sin la misma no podremos percatarnos de las emociones que experimentamos en la crisis, los recursos con los cuales contamos para afrontar la crisis, y, además, no tendremos las intuiciones necesarias para tomar decisiones sabias.

 

Las competencias emocionales que dependen de la autoconciencia son:

 

– Conciencia emocional: identificar las propias emociones y los efectos que pueden tener en nosotros y aquellos que nos rodean. Por ejemplo, el padre que no tiene conciencia emocional no sabrá identificar las emociones que experimenta su hijo. Y al final, no podrá enseñarle a su hijo a gestionar sus emociones.

 

– Correcta autovaloración: conocer las propias fortalezas y sus limitaciones. Todo ser humano tiene fortalezas y limitaciones. Muchas veces nos enfocamos tanto en las limitaciones que tenemos que descuidamos las fortalezas que nos han llevado hasta donde estamos. En la pandemia, es imperativo hacer una auditoría de las fortalezas y limitaciones que se tienen en las manos. Luego, concentra tu energía en depender de tus fortalezas y déjate influenciar por otras personas que te puedan ayudar en tus limitaciones.

 

– Autoconfianza: un fuerte sentido del propio valor y capacidad. La forma como te mires y te valores te permitirá navegar en aguas turbulentas. Si no confías en ti mismo(a), nadie confiará en ti.

 

2)Autorregulación: la segunda habilidad tiene que ver con la autorregulación. Tal vez no hay habilidad psicológica más esencial que la capacidad de resistir el impulso. ¿Cuántas decisiones has tomado equivocadamente por tu falta de autorregulación? Compras innecesarias, enojos y disgustos que se podrían haber evitado. Hay días en medio de la crisis en los que te levantas sin motivación para hacer nada; Tienes el deseo de quedarte durmiendo. Pero, es la autorregulación la que te mueve a gestionar esos estados de ánimo y a impulsarte a alcanzar las metas que tienes trazadas para ese día.

 

Las competencias emocionales que dependen de la autorregulación son:

 

– Autocontrol: mantener vigiladas las emociones perturbadoras y los impulsos. Hay emociones tóxicas que hay que mantener en constante vigilancia. Resistir ese impulso a perder el control es el fundamento de cualquier tipo de autocontrol emocional, puesto que cada emoción supone un deseo de actuar ante el problema y no siempre ese deseo es la respuesta adecuada.

 

– Confiabilidad: mantener estándares adecuados de honestidad e integridad.

 

– Conciencia: asumir las responsabilidades del propio desempeño laboral. Muchos culpan a la economía o al distanciamiento social por la crisis que tienen en sus familias. La habilidad de la conciencia te ayuda a tomar responsabilidad por lo que debes hacer ante la crisis y a dejar de culpar a otros por lo que no tienes en la vida.

 

– Adaptabilidad: flexibilidad en el manejo de las situaciones de cambio. Todos los que se han abierto paso ante la pandemia han tenido que adaptarse a los cambios. Adaptarse a tener reuniones vía Zoom; Adaptarse a tener que convivir con un ser querido que antes veías solo por horas. Flexibilidad y adaptabilidad son dos elementos que tienen las personas de éxito.

 

– Innovación: sentirse cómodo con la nueva información, las nuevas ideas y situaciones. Mientras muchas compañías han terminado en la quiebra otras han crecido ante la crisis. ¿En dónde está la diferencia? En la competencia de innovación que tienen las personas que están a cargo de esas empresas. Pregúntate, ¿cuánta innovación has traído a tu familia para mejorar tu conexión emocional con tus seres queridos?

 

3)Motivación: se refiere a las tendencias emocionales que guían o facilitan el cumplimiento de las metas establecidas.

 

– Impulso de logro: esfuerzo por mejorar o alcanzar un estándar de excelencia en tu familia.

 

– Compromiso: tiene que ver con desarrollar un compromiso hacia las metas que tiene tu familia.

 

– Iniciativa: disponibilidad para reaccionar ante las oportunidades. Las oportunidades no se pueden desperdiciar. Tu motivación te llevará a estar alerta de esas iniciativas que podrían darle un giro a tu vida o familia.

 

– Optimismo: persistencia en la persecución de los objetivos, a pesar de los obstáculos y retrocesos que puedan presentarse. La pandemia puede haber afectado a tu familia en varias áreas, pero tu optimismo es lo que te permitirá levantarte de las ruinas o la desesperación y continuar hacia las metas que tienes trazadas.

 

 

4)Empatía: la empatía es la otra habilidad que marcará un derrotero de esperanza en la crisis. Hay tantas personas necesitadas en estos momentos a tu alrededor. Personas que buscan a alguien que sienta empatía hacia ellos. La empatía implica tener conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones de los otros. La empatía no significa que la otra persona tenga que pensar como uno, sino entender el pensamiento del otro y respetarlo. Lo contrario podría llevarnos al egocentrismo.

 

Las competencias que tienen que ver con la empatía son las siguientes:

 

– Comprensión de los otros: darse cuenta de los sentimientos y perspectivas de los miembros de tu familia. Tal vez tus hijos están exhaustos de las clases online. Un padre inteligente siente comprensión hacia sus hijos y aprovechará esta oportunidad para enseñarles a gestionar sus emociones.

 

– Desarrollar a los otros: estar al tanto de las necesidades de desarrollo de los demás y reforzar sus habilidades. En la terapia matrimonial y familiar enfatizamos este aspecto. Hablamos de descubrir las necesidades que tiene la pareja o hijos y así ayudarlos a crecer. Al final, todos necesitamos del que está a nuestro lado para sobrevivir.

 

– Servicio de orientación: anticipar, reconocer y satisfacer las necesidades reales de tu familia.

 

– Potenciar la diversidad: cultivar las oportunidades de traer diversidad a tu familia. No todo el mundo tiene que ser como tú. Acepta la diversidad de opinión e ideas y tendrás una familia saludable.

 

– Conciencia política: ser capaz de leer las corrientes emocionales de tu familia, así como el poder de las relaciones entre ellos.

 

5)Destrezas sociales: La última habilidad tiene que ver con el ámbito social. Implica ser un experto para inducir respuestas deseadas en los otros miembros de tu familia. Este objetivo depende de las siguientes capacidades emocionales:

 

– Influencia: idear tácticas efectivas de persuasión.

– Comunicación: saber escuchar abiertamente al resto y elaborar mensajes convincentes.

– Manejo de conflictos: saber negociar y resolver los desacuerdos que se presenten dentro de tu relación marital y familiar.

– Liderazgo: capacidad de inspirar y guiar a los miembros de tu familia.

– Catalizador del cambio: iniciador o administrador de las situaciones nuevas.

– Constructor de lazos: alimentar y reforzar las relaciones interpersonales de tu familia.

– Colaboración y cooperación: trabajar con otros miembros de tu familia para alcanzar metas compartidas.

– Capacidades de equipo: ser capaz de crear sinergia para la persecución de metas colectivas en tu familia.

 

¿Cómo has puesto en práctica la inteligencia emocional en medio de la pandemia? Tal vez te sientas decepcionado contigo mismo(a) porque no has gestionado sabiamente tus emociones. Pero recuerda, nunca es tarde para comenzar. Comienza hoy desarrollando cada una de estas habilidades para que puedas manejar tu estrés y angustia en medio de la pandemia. Proverbios 14:29-30 dice: El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad. El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.

 


Shopping Basket

Póngase en contacto

Suscríbase a nuestro boletín