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¿Cómo se desarrollan los traumas emocionales en las familias?

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Los traumas emocionales están a la orden del día, y es que la familia hoy vive en un campo de batalla. Las situaciones que rodean a la sociedad actualmente, hacen que esto sea así. Muchos profesionales en la actualidad dedican su tiempo al estudio de este fenómeno. Entre ellos está la doctora Joyce Brothers (1984), quien presenta unas estadísticas espantosas:

  • 1,8 millones de mujeres sufren de abuso físico frecuente en sus casas por parte de hombres que un día prometieron que las amarían.
  • Entre 3,4 – 4 millones de niños son maltratados físicamente por sus padres.
  • La autora Susan Forward dice que hay más de 10 millones de americanos que han participado en incesto y vienen de diferentes trasfondos económicos, culturales, raciales, educacionales y religiosos.
  • Se estima que para la edad de 18 años, entre el 60% y el 45% de los niños en este país han sido víctimas de abuso sexual (DeMause, 1991).

Las familias disfuncionales son más propensas a los traumas emocionales

Una familia disfuncional es aquella en la que los conflictos, la mala conducta y muchas veces el abuso por parte de los miembros individuales, se producen continuamente y regularmente. Lo que lleva a otros miembros a acomodarse a tales acciones. Las familias saludables también pasan por crisis, pero después de estas, regresan a su funcionamiento normal.

Para poder entender el proceso a través del cual la dinámica emocional de una familia es transmitida de una generación a otra, necesitamos entender el concepto sistémico de “proceso de transmisión intergeneracional”. Este no es más que la comunicación de valores, hechos, secretos, historias, dinámica emocional y comportamientos disfuncionales; estos pasan de una generación a otra en una familia.

Cuando se transmiten estos aspectos de una forma no elaborada o no procesada, pasan a las siguientes generaciones en dicha forma; y, por lo tanto, perjudica la salud mental y el equilibrio familiar sano. Hoy estudiaremos la influencia que ejerce el proceso de trasmisión intergeneracional en la formación de familias funcionales o disfuncionales; en las características de las familias disfuncionales y cómo se puede romper el ciclo disfuncional en la familia.

¿Cómo se desarrollan los traumas emocionales en las familias?

Existen familias con patrones de comportamiento disfuncional que pasan de generación en generación. Estos patrones pueden ser el alcoholismo, el consumo de drogas, abuso emocional, físico, verbal o sexual; las enfermedades mentales y un estilo parental estrictamente autocrático.

Les contaré la historia de un hombre llamado Pedro. Su historia es muy triste. Lo conocí mientras vivía en Filadelfia. Su esposa, miembro de la iglesia, me llamó un día desesperada diciendo: por favor, pastor, haga algo por mi esposo, es adicto a la heroína. Pedro quería salir de su adicción, pero no admitía que la adicción era una enfermedad. Cuando no tenía dinero para adquirir sus drogas, vendía lo que se le ocurriera de las cosas de su casa con tal de comprar la droga.

Un día lo encontré en una casa abandonada, buscando la droga. Me contó su historia. Su padre fue alcohólico. A muy temprana edad lo introdujo a la bebida. Y, desde ese momento, comenzó la vida sin control de ese adolescente. De la bebida pasó a la marihuana. De la marihuana a la Cocaína, y de esta a la Heroína. Es la historia de un joven que creció en un hogar disfuncional y se perdió en el laberinto de la adicción.

El efecto en los niños

Los efectos tóxicos de las familias disfuncionales no se pueden medir. Los niños son los más afectados en este tipo de familias. Todos estos comportamientos maladaptativos les quitan a los niños la posibilidad de tener una infancia feliz; así como de tener los padres que necesitan para convertirse en adultos funcionales en un futuro. Los patrones de comportamiento se convierten en un «guion familiar».

Existen investigaciones clínicas que comprueban que aun pequeñas heridas emocionales producidas diariamente y la falta de apego de nuestros padres pueden producir traumas emocionales duraderos.

Estas heridas emocionales se produjeron cada vez que esos niños no eran tomados en serio, cuando alguien se burló de ellos; no se les permitió expresar lo que realmente sentían, no fueron respetados como personas que tenían su propia voluntad, y una infinidad de heridas que sufrieron cuando se les dijo: anda, piérdete que no te quiero ver, cállate, vete de aquí, no actúes así… o no seas tan… Todas estas experiencias fueron traumas que infligieron heridas a su estima propia.

Quizás este no sea un tema ajeno para ti; tal vez te identificas con la historia de Pedro porque creciste en un hogar, en una familia disfuncional; quizás no te has dado cuenta de que esas heridas emocionales que aún no han sanado están afectando tu vida y la dinámica de la familia que hoy en día has formado; o quizás te ves a ti mismo(a) repitiéndole a tus hijos esas palabras que tanto te hirieron en tu infancia, y que tus padres te repetían desaprobándote.

La transformación sí es posible en cualquier familia

Aín si ese era el escenario en tu hogar y en tu familia de origen, y, si hoy en día es el escenario de la familia que has formado, tengo buenas noticias para ti: aún los rasgos más profundos de nuestra personalidad que han sido afectados por las situaciones adversas que hemos vivido, pueden ser transformados en el impulso que necesitamos para cambiar, mejorar como personas y ser la mejor versión de nosotros en Cristo Jesús.

¿Quieres conocer más sobre los traumas emocionales y temas similares? Entonces te invito a leer nuestros próximos posts; en los que seguiremos estudiando los efectos y características principales de las familias disfuncionales, para así lograr vencer esta dificultad. Dios te bendiga.


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