Blog

Tu eres dirigido por el subconsciente

Tu eres dirigido por el subconsciente

Facebook
Twitter
LinkedIn

Tú eres dirigido por el subconsciente. En las últimas publicaciones hemos estudiado el poder de la mente, ¿por qué nos cuesta crecer emocionalmente? Y descubrimos que es muy importante entender cómo funcionan el cerebro y la mente, porque si no lo sabemos, no podremos crecer emocionalmente ni tener relaciones saludables.

Está comprobado que el cerebro es el órgano que Dios nos dio para que tengamos relaciones saludables y para poder conectarnos con otros seres humanos. Ya hemos estudiado que la mente tiene dos dimensiones: la consciente y la subconsciente. Hoy nos enfocaremos en la subconsciente.

Tu subconsciente te dirige. ¿Esto qué quiere decir? La neurociencia ha comprobado que el 95% de todas tus decisiones de todos los días vienen de tu subconsciente, no del consciente. Esto implica que no estás consciente de las decisiones que estás tomando, pues su origen radica en el subconsciente, lo cual es impresionante, ya que el subconsciente está relacionado con toda la programación y experiencias que has tenido en tu vida. No importa si son positivas o negativas, están almacenadas en tu subconsciente, en tu memoria y, a través de la amígdala del cerebro, la cual regula las emociones, tú te expresas, conectas y tomas decisiones con relación a la experiencia que has elegido. Lo ilustro con la historia de una paciente que me dice: Pastor, usted no conoce mi vida, voy a contarle, cuando yo tenía 5 años de edad mi mamá me enseñó a hacer pupusas y cuando estas se me quemaban, mi madre me las pegaba en la cara porque decía que yo tenía que aprender a que no se quemaran, pues nosotros dependíamos y vivíamos de la venta de las pupusas; a los 5 años yo ya trabajaba y era la criada de mi mamá; cuando yo hacía algo que no le gustaba a ella, ella le pedía a mis dos hermanos que me cargaran, ellos me levantaban, ponían palitos calientes en el piso y me ponían encima de los palitos para que yo me quemara; ese fue el tipo de castigo, de maltrato que yo recibía de mi madre.

Invitamos a la madre a terapia y vino también. La madre me dice: usted no sabe toda la historia, el padre de esa niña me dijo que me amaba con toda su vida, tuvo relaciones sexuales conmigo, quedé embarazada y después que la niña nació él me abandonó, se fue con una muchacha joven; mi hija salió con la misma cara del padre y cada vez que la veía me venían recuerdos de odio, el recuerdo de ese hombre malvado que me dejó por aquella joven y todo lo que yo quería hacer era desquitarme con ella y, hacerle lo que no pude hacerle a ese malvado que me dejó.

Esa niña estaba sufriendo por la experiencia traumática que esta madre había tenido en el pasado y todo eso estaba allí en el subconsciente. Las decisiones que ella estaba tomando con respecto a su hija, eran decisiones basadas en esa experiencia que tuvo con esa persona y la niña no tenía la culpa. Pero, el subconsciente, ese piloto automático que estaba dirigiendo la vida de esa madre, la llevaba a descargar todo su odio, toda su ira sobre esa niña infeliz.

El subconsciente es algo extraordinario porque todo lo que hemos experimentado está allí guardado. Y tal vez estés pensando “el subconsciente es un fastidio”, pero no, Dios creó al humano con un subconsciente para que éste pueda sobrevivir en la vida. Imagínate que todo lo que tú has experimentado, ya sea positivo o negativo, todos los traumas y situaciones difíciles, estén en el consciente, en tu presente, no podrías sobrevivir. Dios permite que todas las experiencias difíciles estén en el subconsciente y que éste se encargue de automatizar, regular, de procesar todo eso de forma automática, sin que nosotros tengamos que estar conscientes de las reacciones que estamos teniendo. Por ejemplo, cuando yo aprendí a manejar fue difícil para mí. Yo le insistía a mi padre que me dejara manejar, que yo sabía cómo hacerlo, pero él me decía que tomara en cuenta que era un auto de cambio, que hundiera el croche y lo sacara lentamente para que el auto pudiera avanzar. Yo era apenas un adolescente, creía que sabía todo. Me subí al carro, lo encendí, hundí el croche y cuando lo solté, el carro saltó y se quedó en el mismo lugar. Pero, poco a poco, mi papá me fue enseñando hasta que pude aprender a manejar. No era fácil al principio porque tenía que sacar el croche de una forma, acelerar de cierta forma, frenar con el pie derecho, mantener la vista al frente.  Pero, ¿cómo es posible que hoy en día pueda manejar, hacer todas esas cosas y no estar consciente de todo lo que estoy haciendo? Simplemente porque todo ese mecanismo, ese aprendizaje, fue registrado en el subconsciente y éste se encarga de que yo trabaje y funcione, haga lo que tengo que hacer de forma efectiva porque todo lo hace automáticamente.

¿Cómo podemos aplicar todo esto en nuestra vida? Tal vez eres una persona que no puede controlar su ira debido a experiencias difíciles que has tenido en tu pasado; Tal vez viviste una experiencia de violencia doméstica y el comportamiento que aprendiste, que quedó registrado en tu subconsciente, allá, en donde veías a tu padre golpeando, pisoteando, maltratando a tu madre, es el mismo comportamiento que hoy estás llevando a cabo en tu vida, en tu matrimonio, con tus hijos. ¿Por qué? Porque es el comportamiento aprendido, la experiencia que has tenido y que está en tu subconsciente, que automáticamente, como si vivieras en piloto automático, estás repitiendo el mismo comportamiento malsano que aprendiste en tu infancia.

Tal vez eres una persona penosa, tímida, y eso es por alguna experiencia. Automáticamente tu subconsciente te lleva a comportarte de esa forma y no estás consciente de que lo estás haciendo, simplemente es algo aprendido en el pasado.

Yo te desafío a que continúes leyendo nuestras publicaciones, pues vamos a continuar disfrutando y aprendiendo sobre cómo funciona el subconsciente y cómo podemos crecer en nuestras relaciones familiares, mejorar nuestras relaciones con amigos, hermanos de iglesia y, cómo tener inteligencia emocional.

Dios te llama para que ames a tu prójimo como a ti mismo. Dios te llama a ti para que aprendas a amar. Es un mandamiento

Con nosotros vas a aprender cómo crecer emocionalmente para que puedas reflejar la imagen relacional del Dios que te ha creado.

Dios te bendiga.


Shopping Basket