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REGOCÍJATE EN LA NAVIDAD

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La Navidad es la época del año de mayor importancia y relevancia, especialmente para este país. Desde el Black Friday (viernes Negro) y el Cyber Monday, las decoraciones, música y la alegría, el mes de diciembre se convierte en un mes de regalos, celebraciones y diversiones. Los expertos estiman que la familia típica gastará alrededor de $780.00 en regalos en esta Navidad. Para muchos, la Navidad es una época de celebración.

Pero, hay otros que no pueden esconder detrás de los papeles de regalos o las fiestas la triste historia de la realidad de su vivir. Los sufrimientos, las derrotas, la separación de los seres queridos, traumas, abusos recibidos, un hogar destruido, hijos sin un padre. Los sin sabores de su peregrinar, ahogan el gozo de la Navidad en sus vidas.

 

Los sufrimientos de Job

Te invito a estudiar la historia de Job porque en ella vamos a encontrar cómo disfrutar de la navidad a pesar de los sufrimientos. Job nos va a enseñar hoy en dónde está el verdadero gozo de la Navidad.

Existen algunos detalles interesantes de la vida de Job que le darán gran relevancia a la Navidad en su vida (la de Job). Job fue el primer libro escrito del Antiguo Testamento, no fue el libro de Génesis, por lo que,  entonces, es muy importante lo que Job hablará con relación al sufrimiento y la Navidad. Job vivió 140 años después de que le ocurriera toda la calamidad registrada en la Biblia (Job 42:14). Por lo tanto, se estima que vivió alrededor de unos doscientos años. Abraham vivió 175 años. Se cree que Job vivió en el mismo periodo de los patriarcas

En el libro de Job, capítulo 1 leemos: 1Había en el país de Uz un hombre llamado Job. Era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2Le habían nacido siete hijos y tres hijas. 3Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados. Era el hombre más importante de todos los orientales.

Job tenía todo lo que una persona pudiese desear: esposa, hijos, casa, terrenos, animales, salud, todo. Su vida estaba llena de bendiciones materiales y espirituales. Era feliz, estaba agradecido. Pero, de la noche a la mañana, lo perdió todo. Satanás dijo a Dios que era fácil ser fiel y agradecido cuando se estaba rodeado de abundancia y bendiciones, por lo que quiso quitarle todo a Job, para de esta manera hacer que Job se sintiera triste, desgraciado y se alejara de Dios. Job perdió a su esposa, hijos, casa, ganado, tierras… Lo perdió todo…

 

Nuestros sufrimientos

Si hay alguien que nos puede hablar de nuestro sufrir es Job. ¿Cómo es posible que una persona experimentando sufrimiento como lo estaba experimentando Job pueda sentir el gozo de la navidad? ¿Cómo es que puedo disfrutar en medio del sufrimiento? ¿Cómo es que en esta navidad se puede disfrutar de las decoraciones, dramas teatrales, regalos y festividades? ¿En dónde está el gozo de la navidad?

¿En dónde está el gozo de la navidad para una madre desesperada que clama por el regreso de su hijo a su hogar? ¿En dónde está el gozo de la navidad para un padre que tiene a su hijo rebelde fuera de la iglesia, para una madre que tiene a su hijo en las drogas y no sabe qué hacer para que pueda ser libre de la adicción? ¿En dónde está el gozo para una madre que cría a su hija sola porque su esposo la abandonó,  para alguien que tiene una enfermedad terminal, para esa familia a la cual el médico le ha dicho “tu ser querido solo tiene tanto tiempo de vida”? ¿En dónde está el gozo para ese padre que no tiene con qué comprarle regalos a sus hijos porque no tiene empleo?

Si eres te identificas con la realidad llena de sufrimiento de la humanidad, hoy debes preguntarte también, ¿en dónde está el gozo de la navidad? Y no simplemente esconder tu sufrir detrás de papeles de regalo y diversiones. Job mismo contestó la pregunta cuando su esposa y amigos le dijeron: ¿en dónde está la esperanza en medio de tanto sufrimiento? ¿En dónde está tu Dios? Dios te ha castigado, Dios se ha olvidado de ti, tú cargas con la maldición de Dios por tu pecado, Dios no contesta tus oraciones. Todas estas cosas las escuchó Job de labios de ellos.

Nuestra esperanza

En el capítulo 19 del libro de Job, versículos 25-27, está el secreto de la vida de Job. ¿Cómo fue posible que Job no renunciara a su fe en medio de tanto sufrimiento? Una tarde, cuando los amigos y la esposa lo tenían abrumado, Job en su dolor dijo: 25 Yo sé que mi Redentor vive. Y al fin se levantará sobre el polvo: Y después de deshecha esta mi piel, he de ver en mi carne a Dios; al cual yo tengo de ver por mí. Y mis ojos lo verán, y no otro.

Aquí está plasmado el secreto de Job. Profundicemos en este asunto. Job clama a Dios para que responda sus preguntas. Él quería saber desesperadamente por qué había sido llamado para experimentar tanta miseria y dolor. Finalmente, Dios le responde desde el torbellino de viento. Pero la respuesta no es lo que Job esperaba. Dios no le dio a Job detalles del porqué de su aflicción. Al final, la única respuesta que Dios le dio a Job fue una revelación de Él mismo como su Dios.

Es como si Dios le estuviera diciendo a Job, “Yo soy tu respuesta”. A Job no se le pidió que confiara en un plan, pero sí en alguien, un Dios personal, quien es soberano, sabio y bueno. Fue como si Dios estuviera diciéndole a Job, “descubre quién soy Yo”. Y cuando me conozcas, tu sabrás lo suficiente como para manejar cualquier problema en tu vida.

Es por eso que Job pudo decir “yo sé que mi Redentor vive”, “yo sé quién es Él, lo conozco personalmente”. Él dice “mi Redentor”. Job declara: “estoy lleno de tribulaciones, no tengo gozo en medio de mi sufrir, pero sí tengo un Ayudador”. Algunas traducciones ponen la palabra “Defensor”, pero en hebreo la palabra es “goel”, que quiere decir: redentor, rescatador, uno que compra para otro.

Esto tiene que ver con una antigua institución que encontramos en la Biblia, la del “goel”, el “pariente próximo”. Allí vemos –en distintos pasajes– que el “goel” era un pariente de sangre -varón-, que asumía la responsabilidad de su familia cuando ésta era afligida por algún mal.

Job sentía que Dios era su “goel”, su Redentor, ayudador, defensor. No importó el perderlo todo, él seguía tomado de la mano de Dios, dependiendo de Dios, bendiciéndole y alabándole. No es algo fácil de hacer cuando estamos en medio de calamidades y desgracias. No es fácil sentir alegría y júbilo cuando estamos sufriendo. Por eso debemos entender que hay personas que aún en la época más feliz y alegre del año, están agobiadas y abrumadas por el dolor, la pérdida y el sufrimiento.

Pero, esto no termina aquí. Hay lecciones que podemos aprender de la vida de Job, de la actitud que tomó al enfrentar tanta desgracia, tanto dolor. Podemos aprender de él para poder navegar en medio del dolor y seguir adelante.

¿Quieres ver cómo continúa esta historia? ¿Quieres saber qué podemos aprender de la historia de Job? ¿Quieres que Dios sea tu Redentor, ayudador y defensor? Te invito a que leas nuestro próximo post para que puedas ver que hay luz en medio de la oscuridad, la luz de Dios.

 

 

 

 


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