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Libérate de la pornografía antes que sea demasiado tarde

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¿Sabemos en realidad qué es la pornografía? Esta palabra tiene su origen en los vocablos griegos pornos = prostituta y grafos = escrito. Originalmente se refería a la vida, costumbres y hábitos de las prostitutas y sus clientes. Pero, actualmente consiste en mostrar actos sexuales, reales o simulados, exhibiéndolos ante terceras personas de manera deliberada. Desnaturaliza la intimidad del acto sexual. Es un pecado contra el séptimo mandamiento.

Poco se habla sobre el tema de la pornografía. En la actualidad se discuten temas de salud mental, física y emocional referentes a la adicción al cigarro, drogas, alcohol e incluso a la comida, pero no se discute (mucho menos enseña) el tema de los efectos de uso de la pornografía, a pesar de que este aumenta con el pasar de los años, favorecido por el avance de la tecnología, ya que esta brinda recursos que en tiempos pasados no estaban disponibles y que constituyen el principal medio para conseguir contenido sexual. Tal es el caso del internet y de los motores de búsqueda o buscadores.

Estadísticas sobre la pornografía

Un estudio dirigido a la evaluación del uso de pornografía en la comunidad cristiana arrojó que gran parte de la población hace uso de esta: aproximadamente una cuarta parte de los adolescentes (26 por ciento) de entre 13 y 17 años ven pornografía al menos una vez a la semana.

El setenta por ciento de los pastores de jóvenes cristianos ha tenido al menos un adolescente que les ha pedido ayuda para lidiar con la pornografía en los últimos 12 meses.

El 21 por ciento de los pastores de jóvenes y el 14 por ciento de los pastores admiten que actualmente luchan con la pornografía.

El sesenta y cuatro por ciento de los hombres cristianos que se identifican a sí mismos y el 15 por ciento de las mujeres cristianas que se identifican a sí mismas ven pornografía al menos una vez al mes (en comparación con el 65 por ciento de los hombres no cristianos y el 30 por ciento de las mujeres no cristianas).

El veintiocho por ciento de los hombres cristianos y el 11 por ciento de las mujeres cristianas dicen que fueron expuestos por primera vez a la pornografía antes de los 12 años (en comparación con el 23 por ciento de los hombres no cristianos y el 24 por ciento de las mujeres no cristianas).

El treinta y tres por ciento del clero dice haber visitado un sitio web sexualmente explícito. De los que han visitado sitios web sexualmente explícitos, el 53 por ciento dice haber visitado los sitios algunas veces durante el último año y el 18 por ciento dijo haber visitado sitios web explícitos entre “un par de veces al mes” y “más de una vez a la semana”.

La mayoría de los niños buscan material pornográfico a los 10 años (Simon Lajeunesse, PhD).

Las estadísticas de una de las páginas más populares de pornografía indican que en 2019 se visitó esta página cerca de 42 billones de veces, lo que significa que más de 1.300 búsquedas se realizaron cada segundo (Pornhub, 2019). Cuando analizamos esta cifra, podemos notar que es un número alarmante de personas que por algún motivo buscan recursos para lograr la autosatisfacción e incluso es más alarmante que este número corresponda al uso de una sola página web, sin considerar otros miles que pueden ser encontradas a través del internet y otros recursos que la tecnología ofrece para dicho propósito.

Existen tres factores por los que el uso de la pornografía ha ido en aumento en la era digital en la que vivimos actualmente: por la accesibilidad que el internet provee, porque ofrece contenido gratuito y se puede acceder a dichos contenidos de forma anónima. Estos tres factores constituían impedimentos en épocas en las que obtener contenidos pornográficos implicaban exponerse a ser visto e identificado como un comprador o consumidor de material sexual explícito en revistas y folletos.

¿Cuáles son las principales razones por las que las personas hacen uso de la pornografía?

Es importante tomar en cuenta los factores que llevan a la persona a hacer uso de la pornografía, pues estos influirán directamente en la frecuencia de uso de la misma y por ende en la consolidación del uso problemático y futura adicción a los recursos pornográficos. Pero ¿cuáles son las principales razones por las que las personas hacen uso de la pornografía? En un estudio publicado en el presente año, se evaluaron las principales razones por las que las personas hacen uso, arrojando como resultado lo siguiente: para conseguir placer sexual, por curiosidad sexual, distracción o supresión sexual, reducción del estrés, por fantasías sexuales, para evitar el aburrimiento, falta de satisfacción sexual y la autoexploración. Este estudio proporciona una amplia gama de motivos por los que las personas buscan el placer a través de la pornografía, exponiendo razones que no siempre suelen tomarse en cuenta al momento de analizar dicho comportamiento.

La adicción a la pornografía

Otro estudio demuestra que el cerebro reacciona ante el estímulo pornográfico de forma más intensa que con un estímulo monetario, pues siente más satisfacción ante la “recompensa” del placer sexual obtenido que con una “recompensa” económica. Esto hace que los mecanismos neurales y de comportamiento ante el uso de la pornografía sean similares a los de la adicción a sustancias y apuestas, lo cual constituye rasgos importantes para determinar clínicamente el consumo problemático de pornografía.

Es tal el efecto a nivel cerebral del uso de pornografía, que puede compararse con el efecto del alcohol y de drogas como la cocaína, metanfetamina y otras drogas al cambiar la química cerebral. La pornografía estimula un área del cerebro conocida como la “autopista hedónica” o cerebro anterior medio, el cual está lleno de receptores de los neurotransmisores de la dopamina, la hormona del placer. Dicha hormona se libera en nuestro cuerpo cuando hay algún tipo de excitación sexual y se ha demostrado que cuando una persona hace uso de la pornografía, los niveles de dopamina se disparan, elevándose de forma dramática. Además, involucra también otros químicos cerebrales como la adrenalina, endorfinas y serotoninas, todas relacionadas con placer.

Profundicemos en este análisis un poquito más. Ya sabemos que la dopamina impulsa los eventos neuroquímicos que causan los cambios cerebrales relacionados con la adicción. Pero, el receptor molecular que realmente inicia muchos de los cambios que experimenta el cerebro es una proteína llamada DeltaFosB. El exceso de dopamina dispara la proteína DeltaFosB. Esta proteína toma uno o dos meses en disiparse, pero los cambios que hace pueden perdurar mucho más tiempo. ¿Qué hace específicamente esta proteína? Dispara unos genes específicos que física y químicamente alteran el centro de recompensa del cerebro.

Me gusta la forma como Gary Wilson lo ilustra: “Piense en la dopamina como el capataz en un sitio de construcción ladrando las órdenes y en el DeltaFosB como los trabajadores de la construcción que realmente vierten el cemento.

La dopamina grita: «Esta actividad es muy, muy importante, y debes hacerlo una y otra vez». El trabajo del DeltaFosB, como trabajador de la construcción, es que recuerdes y repitas la actividad. Para ello, vuelve a cablear tu cerebro para que desees más y más lo que te está dando placer. Puede producirse una espiral en la que desear conduce a hacer, hacer desencadena más oleadas de dopamina, la dopamina hace que se acumule DeltaFosB y la necesidad de repetir el comportamiento se vuelve más fuerte con cada ciclo. Cuando piensas en la frase: «Las células nerviosas que se activan juntas se conectan entre sí», piensa en el DeltaFosB. ¿Entiendes el efecto de la pornografía en el cerebro? Este descubrimiento neurológico desmantela la afirmación de que la pornografía no produce adicción.

Pero ¿por qué si el uso de la pornografía produce la liberación de químicos cerebrales relacionados con el placer, se considera como algo “malo”? El principal problema radica en que cuando se sobrecarga el cerebro con estos químicos, haciendo uso de la estimulación inmediata y autosatisfacción que proporciona la pornografía, reduce la capacidad propia del cuerpo de producirlos y liberarlos de forma efectiva bajo circunstancias normales. Tales circunstancias incluso involucran el hecho de tener sexo con la pareja.

Otro aspecto importante que debemos tomar en cuenta es que la autosatisfacción que se logra a través del uso de la pornografía involucra hormonas como la oxitocina, testosterona y vasopresina, que son las hormonas involucradas en las relaciones y el apego humano. ¡Esto es de gran importancia! Mientras más autosatisfacción se logra a través de la pornografía, más apego y dependencia sexual y emocional se desarrolla hacia ella, lo que conlleva a, literalmente, a hacer de la pornografía un vicio.

Esto afecta a la familia y a la sociedad en niveles que no siempre se toman en cuenta: en las personas solteras, el uso de pornografía dificulta encontrar una pareja estable y en las personas casadas hace que actúen y se sientan como si realmente estuviesen teniendo un amorío con otra persona. Además de que aumenta la expectativa de lo que es un encuentro sexual debido a los contenidos excesivamente sexuales e incluso violentos que presenta.

¿Cómo sabes si has caído en la trampa de la pornografía?

Si eres un consumidor de pornografía, puede que pienses que no es una parte importante de tu vida o que no te des cuenta de qué tan profundo esta ha calado en tu realidad de vida. Entonces, ¿cómo sabes si has caído en la trampa de la pornografía? Toma en cuenta los siguientes puntos:

  • ¿Me irrito o deprimo fácilmente y con frecuencia?
  • ¿Me he aislado de otras personas?
  • ¿He objetivado o cosificado sexualmente a mi pareja o a otra persona?
  • ¿Estoy descuidando áreas importantes de mi vida?
  • ¿Estoy teniendo problemas a nivel sexual?
  • ¿Estoy haciendo que mi pareja se sienta infeliz?
  • ¿Estoy teniendo comportamientos riesgosos y peligrosos?
  • Prefiero ver pornografía a tener sexo con mi pareja.
  • A veces, prefiero ver pornografía a quedar con mi pareja o amigos.
  • Tengo dificultades para pasar un día entero sin ver pornografía.
  • He ido cambiando mi ocio o actividades recreativas por el consumo de pornografía.
  • El contenido pornográfico que busco cada vez tiene que ser más intenso.
  • Veo pornografía incluso en los lugares que puede ser un problema como el trabajo, en un ordenador público y otros similares.

 

Puede que tu consumo de pornografía esté apenas empezando y que los puntos antes mencionados no sean una realidad en tu vida todavía; Puede que seas un consumidor medio, que solo consume pornografía “de vez en cuando”; o puede que seas un consumidor compulsivo, que está a punto de “tocar fondo” debido a las consecuencias que el uso de pornografía ha traído a tu vida. No importa el nivel de consumo de pornografía que tengas, los efectos serán siempre los mismos y las consecuencias a nivel psicológico, emocional, personal, familiar y social siempre se harán presentes a corto o a largo plazo, cobrando un precio muy alto para ti y para los que te rodean.

Efectos del uso de la pornografía

Podríamos preguntarnos, ¿qué tan grave podría ser hacer uso de pornografía? Ya que, en la actualidad, el uso de la misma está siendo normalizado a través de los programas de televisión en los que se toma con ligereza, en la publicidad presentada al hacer uso de páginas de internet de origen inseguro, y a través del bombardeo de imágenes de contenido sexual en la publicidad de productos que, en realidad, no tienen connotación ni uso sexual (bebidas, prendas de ropa, repuestos para autos, etc.). Existen estudios que demuestran que el uso de pornografía lleva a la persona a sentirse aislada, avergonzada, deprimida, falsa, moralmente comprometida, enojada, irritable y con dificultad para conciliar el sueño. Además, de presentar consecuencias más profundas que llevan a la persona a cometer otras actividades ilegales y riesgosas que derivan en otros pecados como: masturbación, infidelidad, uso de pornografía en el trabajo, consumo de pornografía infantil, sexo con prostitutas e incluso tener pensamientos suicidas.

A nivel personal, la pornografía afecta la vida del usuario en muchos niveles:

  • Crea conflicto entre la persona y sus valores, creencias y metas en la vida
  • Compromete la capacidad de ser honesto y abierto en las relaciones de pareja
  • Causa molestia y da un sentimiento de competencia a la pareja
  • Daña la salud mental y física
  • Hace que la persona sea menos atractiva ante los ojos de la pareja
  • Causa problemas en el deseo y función sexual
  • Moldea los intereses sexuales en formas destructivas
  • Causa problemas familiares, laborales y legales
  • Pero, los peores efectos que el uso de pornografía produce en el ser humano, son los problemas espirituales.

¿Qué dice la Biblia con respecto al uso de la pornografía?

Pero ¿qué dice la Biblia con respecto al uso de la pornografía? La Biblia no se refiere directamente a la pornografía, pero sí indica las pautas que debemos seguir en cuanto a la satisfacción pecaminosa de los deseos carnales. En 1 Corintios 6:12 podemos leer “Todas las cosas me son lícitas, más no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna”. Mateo 5:28 dice: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. También, podemos encontrar qué debemos hacer en Colosenses 3:5: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”. En 1 Tesalonicenses 4:3-4 también podemos ver qué opina Dios sobre este comportamiento: “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor”.

¿Cómo se puede dejar este comportamiento, este vicio?

Te preguntarás, ¿cómo se puede dejar este comportamiento, este vicio? Primeramente, toma la decisión de dejar la pornografía. Ora a Dios pidiendo entendimiento y claridad para poder aceptar que tienes este problema o vicio. Pídele que derrame su Espíritu Santo sobre ti y te convenza del pecado que estás cometiendo. Si es necesario, incluso, busca ayuda profesional si tu uso de pornografía es compulsivo para que puedas tener las herramientas psicológicas y emocionales necesarias para vencer el vicio, pues la pornografía restringe el pensamiento y afecta el juicio. Lee la Biblia y medita en las enseñanzas de vida de Jesús, para que puedas encontrar el ejemplo y modelo de Su vida y así comenzar a imitarlo para encontrar el éxito.

Al tomar la decisión de dejar la pornografía, lograrás alcanzar una meta positiva en tu vida, en la que darás un paso hacia lograr la madurez emocional, pues habrás logrado que las razones para dejarla sean de más peso que las razones para seguir consumiéndola. Debes redireccionar tu comportamiento en una forma clara y enfocada, con intensidad y persistencia, como se requiere para lograr cualquier otra meta. Necesitas tener una motivación fuerte y duradera, tal como requiere dejar cualquier otro hábito o adicción. Esto te ayudará a crear la base sobre la cual construirás los demás pasos que debes tomar para poder lograrlo.

El libro “La trampa de la pornografía” (The porn trap) recomienda seguir estos pasos una vez que has decidido dejar la pornografía:

  • Reconoce cómo la pornografía te ha causado problemas: en tu pasado, presente y las consecuencias que tendrá en tu futuro, en el daño que te has hecho a ti mismo(a) o a tu pareja. Si quieres, incluso puedes escribir esta información en un papel, así podrás tener acceso a ella cuando lo necesites y conseguir la motivación que necesitas para dejar la pornografía.
  • Identifica lo que es más importante para ti: además de esto, identifica también cuáles son tus valores morales, los rasgos que tienes y quieres tener, tus creencias religiosas o espirituales, evalúa cómo quisieras ser tratado(a) y cómo quieres tratar a la persona más importante en tu vida, cómo quieres tratar a tu pareja y cómo el uso de pornografía está en conflicto con estos aspectos de tu vida. Y, si no tienes claros estos aspectos, puedes conversar con un familiar o alguien cercano que te conozca verdaderamente y que te pueda ayudar a identificarlos. De esta manera lograrás saber y posteriormente llegar a ser la persona que quieres ser.
  • Enfrenta tus miedos: no es fácil dejar algo que te ha producido placer y a lo que te estás acostumbrando o te has acostumbrado ya. Dejar de usar pornografía implica realizar cambios (a veces drásticos) en el estilo de vida, hábitos, conceptos y apegos. Si te sientes ansioso o deprimido al dejar la pornografía debes entender que incluso estos sentimientos tienen como base al miedo. Identifica esos miedos para que puedas enfrentarlos y finalmente resolverlos. Estos pueden involucrar preocupaciones sobre el posterior bienestar emocional o sexual y sobre las relaciones interpersonales, además de miedo a sentirse solo(a). Nombra tus miedos en voz alta, así perderán su efecto.
  • Responsabilízate por tu propia recuperación: no lo hagas por las demás personas, recupérate por tu propio beneficio. El cambio debe empezar desde adentro de tu ser. Tú estás a cargo de tu propio plan para lograr el éxito, de las reglas, de levantarte y seguir adelante y de sentirte gratificado cuando logras los pasos que te van llevando a la meta. Tú te conoces y sabes cuáles son las estrategias que funcionarán para ti. Reconoce lo bueno que hay en ti, recuérdatelo a ti mismo(a) y refuérzalo día a día. Mientras más te hagas cargo de tu recuperación, más sentirás que tienes el control de tu vida.

Te invito hoy a que evalúes tu vida, a que reconozcas si has caído en el pecado de la pornografía. Ora al Señor para que te dé la fortaleza y la decisión necesaria para tomar las riendas de tu vida y abandonar este hábito o vicio que tanto daño hace.

Si este artículo te ha servido me encantaría que pusiera un comentario con tus preguntas o experiencia sobre el tema. Si conoces a alguien que le puede interesar invitale a leerlo y les puede ayudar.


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