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El proceso de sanidad de víctimas de violencia doméstica

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El proceso de sanidad de víctimas de violencia doméstica es complejo y doloroso. Como todo proceso de esta índole, toma tiempo. Esa persona que llega a mi terapia buscando ayuda, muchas veces no entiende qué parte de ese proceso consiste en desprogramar la mente consciente e inconsciente de todas las mentiras que el abusador/la abusadora ha sembrado, y cuyos frutos mantienen al/la paciente atado(a) e indefenso(a). Esto no se logra de la noche a la mañana. Se necesita perseverancia y tiempo.

 

Lo primero que hacemos con la víctima es evaluar el nivel de seguridad que tiene. ¿Están la víctima o sus hijos en peligro por parte del abusador? ¿Está la víctima en peligro de hacerse daño a sí misma por causa de la desesperanza que experimenta en su vida? Muchas veces, el abuso emocional de estas víctimas es tan dañino que ellos sucumben ante una depresión severa. Estas personas, muchas veces, no entienden el daño emocional que les ha causado el abusador/la abusadora en sus vidas. Después de que termino esta evaluación inicial, comenzamos a llevar a la víctima por las etapas del proceso de sanidad. En este post hablaré de las 4 etapas que presenta Shannon Thomas.

 

Etapa de la Desesperación

 

El nombre de esta etapa describe la experiencia que vive la persona que comienza este proceso. La víctima está confundida y en desesperación. Se pregunta qué ha hecho para merecerse un trato como el que ha recibido. ¿Qué tengo que hacer para que esta relación funcione? ¿En qué tengo que mejorar?  Preguntas que demuestran las dudas que tiene la persona con respecto a sí misma. ¿Por qué a estas personas se les hace difícil entender cuál es el verdadero problema y, por ende, se cuestionan a sí mismas?

 

La respuesta es, porque estos sobrevivientes que se odian a sí mismos están tan ocupados cuestionándose el por qué ellos son un fracaso que ignoran cuál es la fuente del verdadero problema y cómo pueden salir del mismo. Esos sobrevivientes que continuamente creen que ellos son el problema están heridos, quebrantados, no se consideran suficientes, son personas a las que les costará ver el abuso que reciben como el problema en su relación.

 

Las víctimas, en esta etapa, dicen “ya no puedo seguir luchando con este problema. Es demasiado para mí”. Es una expresión de desesperación. Muchas veces para llegar a este punto y comenzar la jornada de sanidad se necesita llegar al extremo en donde nos rendimos y decimos que ya no podemos, y es ahí cuando buscamos una ayuda externa, profesional, espiritual, que nos permitirá salir de nuestra desesperación. Pero, a pesar de que la víctima está en este punto, no siempre está lista para abandonar la relación tóxica en la cual se encuentra. O, simplemente, no cree que tiene la fuerza suficiente como para tomar decisiones firmes. Como terapeutas les decimos a estos pacientes, que esto está bien. Todo esto es parte del proceso. La Etapa de la Desesperación no es el momento de hacer cambios drásticos, sino es el momento de comenzar a dar pequeños pasitos hacia ese lugar añorado, la sanidad emocional.

 

Etapa de la Educación

 

Uno de los mayores problemas de la violencia doméstica radica en que el abuso psicológico es excepcionalmente insidioso, y, por lo tanto, mal entendido. Esto es parte de una de las tácticas que muchas veces usan los abusadores. Ellos aíslan a sus víctimas de la realidad y de los que les rodean como forma de ejercer control sobre ellos. Esta es la razón por la cual la etapa de la Educación es importante en este proceso. Esto debido a que, a menos que las víctimas puedan describir lo que les ha ocurrido, no podrán comenzar el proceso de sanidad. Las víctimas necesitan conocer con certeza cuando ocurre cualquiera de estas formas de violencia doméstica.

 

Chantaje emocional

El chantaje emocional es un término popularizado por la psicoterapeuta Susan Forward, el cual se refiere a una forma de violencia que consiste en la manipulación de una persona sobre la otra utilizando el miedo, la obligación y la culpa (FOG) como dinámicas transaccionales entre el manipulador y el manipulado.

 

Minimización

Ante los logros que consiga su víctima, ya sean laborales o profesionales, no ensalzará sus cualidades, no la alabará ni reconocerá lo que haya conseguido. No lo realizará de una forma brusca, sino sutilmente, pudiendo utilizar frases como: “Para ti eso está bien” “Has tenido mucha suerte, ahora no lo arruines con tonterías y pierdas la oportunidad”.

 

Control

Es una de las alarmas más detectables dentro de la invisibilidad de este tipo de maltrato. Intentará saber en todo momento donde está y con quién está la otra persona, lo que hace. Conocerá sus horarios, aparecerá de manera imprevista y cada vez más frecuente, en los lugares donde esté, en momentos de ocio o en el trabajo, con la excusa de “darte una sorpresa”.

 

Gaslighting

El Gaslighting normalmente ocurre muy gradualmente en una relación. De hecho, las acciones de la pareja abusiva pueden parecer inofensivas al principio. Sin embargo, con el tiempo, estos patrones abusivos continúan y la víctima puede llegar a sentirse confundida, ansiosa, aislada y deprimida. Además, puede perder todo sentido de lo que está sucediendo realmente. Entonces, empieza a depender de la pareja abusiva cada vez más para definir la realidad, lo que crea una situación de la cual es muy difícil escapar.

 

Etapa del Despertar

 

Luego de que el/la paciente ha descubierto todo el sistema de manipulación que utilizaba el abusador/la abusadora para llevarle a la sumisión y el abuso, entra en la etapa del Despertar. En esta etapa se experimenta una nueva conciencia de la realidad que se ha vivido, pero también se experimenta desesperación nuevamente. La razón por la cual ellos/as experimentan una combinación de concientización y desesperación es porque ellos se sienten empoderados por lo que han descubierto en la etapa anterior, pero, por otro lado, aún lloran porque extrañan al abusador. No los juzgues. Solo la persona que ha pasado por una experiencia similar entiende los efectos dañinos del abuso psicológico. El abusador ha sido parte de su vida. Los lazos que le unen son entrañables y ellos añoran creer que el abusador puede cambiar. He visto cómo muchas de las víctimas buscan excusas para justificar el comportamiento del abusador.

 

Ellos dicen cosas como: “él/ella sufrió abuso en su infancia”, “tiene un desorden de personalidad”, “Dios me ha puesto en su camino para ayudarlo(a)”, “Si yo le abandono, ¿quién le va a ayudar?”, “Tengo que dejarme usar por Dios”. A pesar de que todo esto puede sonar altruista, la realidad describe algo completamente diferente. Todo esto es el producto de lo difícil que es confrontar la verdad de lo que nuestros seres queridos son para nosotros.

 

Por otro lado, estas víctimas también sienten cierta paz, porque, en la segunda etapa ellos han entendido que no están locos/as como sus abusadores les habían dicho que estaban. He visto a estas personas quedarse en un silencio profundo, meditando en la nueva realidad que están comenzando a vivir y en lo que la misma pudiera resultar para ellos el día de mañana. En esta etapa, las víctimas de violencia doméstica necesitan mucho apoyo emocional por parte de sus familiares y miembros de la iglesia. Las iglesias necesitan proveer ese lugar de refugio que necesitan estas personas, un lugar en donde se les escuche y acepte incondicionalmente. Es en esta etapa en donde las víctimas de violencia doméstica comienzan a soñar con la realidad en la que es posible alcanzar la sanidad y la restauración.

 

Etapa de los Límites

 

No puede existir sanidad sin límites claros. Por lo tanto, la próxima etapa en el proceso de sanidad es aprender a poner límites. Pero ¿cómo poner límites a una persona a la cual le tenemos miedo o es controladora? Es aquí, en esta etapa, en donde muchas víctimas se rinden y dejan de soñar en su liberación. Aprender a poner límites en toda relación es un desafío porque muchas veces no sabemos por dónde empezar o cómo hacerlo.

 

No hay un mapa o manual que nos pueda guiar en esta etapa, porque cada caso tiene sus peculiaridades. Cada víctima debe estudiar cómo el poner límites funcionaría en su caso. Es por eso por lo que recomendamos que, de ser necesario, se busque ayuda profesional para navegar esta etapa.

 

A la hora de comenzar a poner límites hablamos de dos tipos de contacto, el Contacto Desapegado y el No contacto. La decisión del tipo de límites que se pondrán estará determinada por la víctima. Si la vida peligra, si la relación ha llegado a un nivel en el que ya no se puede más y los niños están en peligro, se recomienda el No Contacto y buscar ayuda en un lugar de Refugio para víctimas de violencia doméstica. O tal vez, buscar ayuda con amigos y familiares. Debo de decir que los estudios hablan enfáticamente, indicando que este es el momento más peligroso para la víctima. Es cuando la víctima decide abandonar la relación tóxica cuando se han cometido actos criminales en contra de ella y las demás víctimas, porque el abusador no puede procesar el hecho de que la persona que ha mantenido bajo su control está abandonando la relación. Esto le lleva a la desesperación.

 

El Contacto Desapegado está determinado en gran parte por el entorno en el cual está la víctima. Para una víctima que vive con el abusador, pudiese consistir en limitar las conversaciones con esa persona, decir “NO” con más frecuencia, amenazar con llamar a la policía, practicar la asertividad, presentar la verdad de una forma calmada, rechazando las mentiras que se han recibido del abusador durante toda la vida.

 

Todo esto se puede lograr dando pequeños pasos hacia la sanidad. La idea es buscar formas de cómo lograr mantener al abusador distanciado para que no cruce los límites emocionales que han causado tanto daño en el pasado. El Contacto Desapegado se trata de permanecer emocionalmente distante en presencia de personas tóxicas. No se trata de limitar el contacto y seguir provocando abrumadoramente todo el tiempo.

 

Etapa de Restauración

 

Después de que la víctima ha superado las etapas de la Desesperación, Educación, Despertar y ahora la de los Límites, está lista para la Restauración. Te preguntarás ¿la restauración de qué? La restauración de sus cosas materiales, momentos de la vida, estabilidad financiera, salud física y mental, o cualquier cosa que ha identificado que ha perdido en su pasada vida de víctima de violencia doméstica.

 

¿Cómo sabe una víctima que ha llegado a esta etapa? Cuando siente la necesidad de tener algún pasatiempo libre, en actividad, que no tenga que ver con el proceso de educación que ha estado experimentando hasta ese momento. Este es el momento en el que la víctima decide volver a vivir y traer esperanza a su vida a toda costa.

 

Etapa de Mantenimiento

 

Esta es la etapa final; la etapa en la que el sobreviviente mirará hacia las etapas anteriores y continuará profundizando en su sanidad y restauración. En esta etapa también se aprende a identificar relaciones saludables y a estar apartado(a) de esas personas que son tóxicas en su vida. El mantenimiento es cuando un sobreviviente vive plenamente su vida de recuperación con la confianza y las habilidades para mantenerse a salvo de futuros abusos.

 

Un componente clave en la etapa del mantenimiento es reconocer que eres una persona nueva. Has crecido, has cambiado y eres una versión mejorada de ti mismo(a).

 

Es importante verte a ti mismo(a) en la novedad que ahora es tuya. Hay consecuencias tristes si no reconocemos que nuestro antiguo “yo” se ha desvanecido. La inseguridad nos llevará a alejar a las personas felices y exitosas porque creemos que no merecemos su atención. Nuestro diálogo interno y nuestra autoestima determinarán el tipo de personas que permitimos, o rechazamos, en nuestras vidas.

 

En todo este proceso, Dios será tu Pastor y nada te faltará. El que más interés tiene en que llegues hasta el final es Dios, tu Creador. Él sufre cuando te ve siendo abusada(o), sin saber cómo defenderte. Él estará a tu lado como poderoso gigante, listo para protegerte y darte la liberación que tú necesitas, si tan solo te atreves a comenzar un nuevo proceso de sanidad. No te digo que es algo fácil, pero sí es algo posible. Y, si en algún momento necesitas una mano que te sostenga o te ayude, o tal vez necesitas ayuda profesional, puedes llamarme al 407-618-0212 o escribirme a efrain.duany@floridaconference.com

 


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