¿Son diferentes las características de los hijos resilientes a las de otros niños? Definitivamente sí. Pero no nos enfocaremos en las comparaciones, sino en los rasgos positivos de niños criados bajo los preceptos de la resiliencia . Te mostraré algunas de las competencias y conductas que los distinguen y los hacen sobresalir en cualquier contexto.
Dios nos dice en las Sagradas Escrituras «Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes…» (Josué 1:9). Los niños resilientes adquieren valor y firmeza que se evidencian en las características que te mostraré a continuación.
Estas son las principales características de los hijos resilientes
Las características de los hijos resilientes hablan de su capacidad para utilizar recursos internos y externos para vivir condiciones adversas, superarlas y fortalecerse. Te hablaré un poco de las que podrás reconocer más fácilmente:
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Resuelven los problemas hábilmente
Un niño resiliente ha desarrollado una habilidad especial para manejar y resolver diferentes tipos de problemas. Cuando se encuentra ante un obstáculo se serena, tranquiliza sus pensamientos y sus emociones y actúa sin perder la calma. Piensa con detenimiento, eligiendo la solución que le parece idónea.
Si no acierta no se deja vencer por la negatividad. Reflexiona nuevamente sobre el problema y toma, una vez más, la que considera la mejor decisión. Esta habilidad los hace confrontar cualquier situación adversa con actitud sana y positiva. Además, están preparados para asimilar y gestionar los cambios.
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Practican la inteligencia emocional
Son niños que han aprendido a reconocer, aceptar sus emociones, llamarlas por su nombre y expresarlas. Esto les permite tener mayor control emocional, especialmente cuando se trata de emociones negativas como la ira o el pánico.
Un niño o adolescente resiliente no teme a sus emociones porque ha sido criado en un contexto de aceptación y respeto. Es consciente de ellas, sabe que son una parte de sí mismo y, como tal, las vive sin dejar que lo controlen.
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Son empáticos
Cuando educas a un niño resiliente, lo estás ayudando a desarrollar la empatía; no solo hacia otras personas, sino hacia cualquier ser vivo. Es capaz de ponerse en el lugar del otro y comprender, desde su corazón, la motivación detrás de una sonrisa, un grito, una lágrima.
Esto es fundamental en un mundo donde frecuentemente prevalece el «yoísmo» y la incapacidad de sentir las necesidades de los demás.
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Exhiben una autoestima positiva
Algunos padres me preguntan si la autoestima puede convertirse en orgullo o soberbia. Sí, es posible, pero con los niños resilientes ocurre que están conscientes de sus capacidades. Nuestro papel de padres, en estos casos, es recordarles que la humildad es una virtud, que no deben permitir que su autoestima termine atropellando a otros.
Además, ellos mismos aprenden a no dejarse llevar por arrogancia de creer que un problema es muy fácil, cuando no lo es. Ensayo y error son los mejores maestros de un niño resiliente.
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Demuestran buen sentido del humor
Esta es una características de los hijos resilientes muy comunes. Son muy agradables en el trato y con sano sentido del humor. Pueden enfrentar incluso los momentos más difíciles con una sonrisa o algún comentario jocoso que le resta tensión al momento.
No se trata de que no tomen la situación en serio o que subestimen la gravedad de un problema; esta actitud proviene de su control emocional. En muchos casos surgen de su Fe y confianza en Dios; por lo que buscan alegrar (aunque sea un poco) a las personas que pasan por un mal momento.
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Conoce su potencial creativo
Al tener la libertad para resolver problemas, tomar decisiones y pensar se incrementa su potencial creativo. Esta habilidad no se restringe a la imaginación; abarca la generación de soluciones creativas y originales para situaciones complejas. Una circunstancia difícil en manos de un niño resiliente puede transformarse en algo hermoso y útil.
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Son optimistas
No te hablo de optimismo iluso, sino de uno centrado en la realidad y en las opciones de éxito ante un inconveniente. En general, su comprensión del mundo y de la vida es positiva, porque conoce sus recursos y capacidades.
Otras características que los hacen únicos
Las que te acabo de enumerar son, tal vez, las cualidades más resaltantes de los hijos resilientes. Pero hay muchas características de los hijos resilientes que quizás ya notaste en tu hijo, búscalas en esta lista:
- Son perceptivos y conocedores de la naturaleza humana.
- Son tenaces y perseverantes, ¿Piensas que tu hijo es obstinado? Obsérvalo un poco más, ¿Qué ves ahora?
- Son organizados y autónomos.
- Son planificados, pero no inflexibles.
- No se dejan atrapar por la culpabilidad.
Si te parecen familiares estas cualidades y piensas que tu hijo las tiene, busca cómo maximizarlas. No olvides que «Es muy grato dar la respuesta adecuada, y más grato aún cuando es oportuna» (Proverbios 15:23). Este es el momento oportuno para darle a tu hijo las herramientas de la resiliencia y fortalecer las que ya posee.
Niños resilientes para un mundo de adultos
A veces, cuando dejemos la niñez y la adolescencia atrás, solemos olvidar lo que fuimos; nos negamos recordar que ser niño en un mundo de adultos no es tan fácil como parece. Amamos a nuestros hijos, los cuidamos, les proveemos todo lo materialmente necesario, pero ¿qué herramientas ponemos en sus manos para la vida?
Reflexionemos un poco; levantemos nuestra mirada a Dios y preguntemónos, ¿Los estamos formando para enfrentar las adversidades? Porque vivirán adversidades, queramos o no: un cambio de país, la muerte de un padre, una quiebra económica. Son eventos que ocurren cuando menos se espera.
Un estudio realizado con niños entre 9 y 12 años pertenecientes a familias monoparentales encontró en estos una resiliencia elevada; circunstancias sobrevenidas los impulsaron a desarrollar autonomía y habilidad para resolver problemas, características que pueden potenciarse antes de que precedan este tipo de situaciones.
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