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¿Cómo romper el ciclo disfuncional que arrastra tu familia?

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No tienes que sentir vergüenza porque tu familia tiene características de familias con un ciclo disfuncional. Todas las familias de una forma u otra cargan con disfuncionalidad. Muchos de los miembros de la familia disfuncional de Jesús recibieron restauración y fueron liberados de las cadenas que los ataban a su pasado porque rompieron con su ciclo disfuncional. ¿Cuál fue el secreto de hombres como Abraham, Jacob y David? ¿Cómo podemos trabajar en nuestra vida para no repetir los patrones disfuncionales que hemos heredado de nuestros antepasados?

El secreto fue el siguiente:

1. Reconocer los rasgos del ciclo disfuncional que arrastra la familia

Es bueno mirar a nuestras familias con ojos objetivos, reconociendo los aspectos positivos y negativos. Probablemente encontremos que nuestra familia posee rasgos de disfuncionalidad en algún aspecto. Al reconocer dichos rasgos, podremos enfocarnos en trabajar para mejorarlos y, con el tiempo, lograr vencerlos, para poder ser individuos felices en familias funcionales.

2. Pedirle ayuda al Espíritu Santo para que te ayude a romper tu ciclo disfuncional

Pablo dice que a menudo no sabemos orar como deberíamos (Rom. 8:26). Pero, el Espíritu Santo ruega en nosotros y a través de nosotros, y hace intercesión por nosotros. A veces, el Espíritu Santo usa ayuda temporal en la forma de un consejero humano, el cual puede ayudarnos a percibir en qué consiste el problema real. Otras veces, el Espíritu puede hacerlo a través de la Palabra de Dios o de algún incidente de la vida que de repente nos hace darnos cuenta de nuestro problema real. Porque, es importante que nos demos cuenta de cuál es el verdadero problema y sepamos cómo hemos de orar. Santiago nos recuerda que algunas veces no recibimos porque oramos pidiendo lo que no debemos (Stg. 4:3). Puede que sea esencial que procures conseguir la ayuda de un consejero, un pastor o un amigo; entonces, juntos, pueden pedir al Espíritu Santo que muestre cuál es tu verdadera necesidad.

¿Recuerdas la historia de Henry Ford y de Charlie Steinmetz? Steinmetz era de muy baja estatura, además era feo y deforme, pero tenía una inteligencia privilegiada en el campo de la electricidad, como pocos han tenido. Él construyó los grandes generadores para Henry Ford en su primera fábrica en Dearborn, Michigan. Un día, estos generadores sufrieron una avería y la fábrica tuvo que parar.

Llevaron mecánicos ordinarios y de otros tipos, pero no había manera de poner en marcha los generadores. Estaban perdiendo mucho dinero. Entonces, Ford llamó a Steinmetz. Este genio llegó y empezó́ a manipular los generadores durante unas horas y después dio vuelta al interruptor y puso la gran fábrica de Ford en marcha otra vez.

Unos pocos días después, Henry Ford recibió́ una factura de Steinmetz por un  importe total de 10.000 dólares. Aunque Ford era muy rico, devolvió́ la factura con una nota: “Charlie, ¿no es una factura demasiado grande por haber estado manipulando los motores un par de horas?”. Steinmetz volvió́ a enviar la factura a Ford, pero esta vez decía: “Por manipular cosas en los motores: 100 dólares, por saber lo que había que tocar: 9.900 dólares, Total: 10.000 dólares”. Henry Ford pagó la cuenta.

El Espíritu Santo sabe qué es lo que hay que manipular. Nosotros no sabemos qué es lo que hemos de pedir. A veces no recibimos porque pedimos mal.

3. Cuenta tu historia

Contar nuestras historias es un acto poderoso para sanar nuestros traumas emocionales. Este acto es la base de la recuperación en los grupos terapéuticos, en la terapia individual y la consejería. Cuando contamos nuestra historia hablamos de lo que es importante, significativo, confuso, conflictivo y doloroso en nuestra vida; nos arriesgamos, interactuamos y descubrimos, pero, sobre todo, escuchamos la historia de otros y nos damos cuenta de que no somos los únicos. Pero, lo más poderoso de compartir nuestra historia es que nosotros escuchamos nuestra propia historia, y, esta sale diferente a cómo nos la habíamos imaginado.

Cuando cuentas tu historia estás volviendo a escribir el guion familiar que te implantaron tus padres. Pero, esta vez, esos comportamientos disfuncionales son reemplazados por comportamientos funcionales. Esas emociones que antes no expresabas por temor a ser maltratado o mal entendido ahora son expresadas libremente para resolver los traumas emocionales que aún no has resuelto.

No cualquier persona merece escuchar tu historia. Lo mejor es sentarte con un consejero profesional cristiano. Si no lo tienes, entonces conversa con alguien en quien tú confíes que pueda escuchar sobre tu problema y sentir empatía hacia ti. Y, si aun esto no es fácil para ti, entonces puedes escribir tu historia y leértela a ti mismo(a).

Una dama se acercó a mí al final de un sermón para contarme su historia, yo con gusto me dediqué a escucharla. Al final, me dijo: después de contar mi historia, siento que la carga que he llevado por más de 60 años la lleva Jesús por mí. Esa dama estaba dando pasos para romper con su ciclo disfuncional.

4. Perdona

El perdón es un factor determinante de la felicidad y de la estabilidad emocional. Cuando no perdonamos, arrastramos rencores, odios y heridas que durarán para toda la vida, aun si decidimos ignorarlas. La Biblia nos enseña que debemos perdonar de la misma manera en la que Dios nos perdona a nosotros.

En las familias que existe un ciclo disfuncional, muchas veces la falta de perdón acarrea heridas que van minando las relaciones interpersonales y destruyendo la estructura familiar.

5. Ríndete ante la Gracia de Dios

Si leemos la historia de Mefiboset en 2 Samuel 4, podemos notar que él era nieto del Rey Saúl e hijo de Jonatán. Su vida estuvo marcada por los errores de su abuelo, por la desgracia y por eventos que dejaron en él heridas físicas y emocionales. Pero, a pesar de estas adversidades, Mefiboset logró conseguir ante los ojos de Dios y de David la misericordia que necesitaba para salir adelante, y pudo dejar atrás los traumas de su pasado para tener una nueva vida, un nuevo futuro.

Como la historia de Mefiboset hay muchas en la Biblia, que formaban parte de la genealogía de Jesús. Hogares y familias disfuncionales, de las cuales en un futuro emergería el Salvador del mundo. Y, hoy entiendo por qué Lucas y Mateo presentaron la genealogía de Jesús y mencionaron las familias disfuncionales que tuvo en su árbol genealógico. Ellos dicen: el amor de Dios hacia sus criaturas es tan grande que Él envió a su hijo para que naciera en medio de familias disfuncionales con la misión de cargar en su cuerpo los traumas, dolores, desvelos, heridas y comportamientos disfuncionales de la familia humana y clavarlos en la cruz.

Amigo(a) que lees hoy estas líneas, te invito a seguir estos pasos que te ayudarán a romper los patrones familiares que han marcado tu vida y socavado tus propias relaciones familiares e interpersonales. Dios puede transformar tu historia para bendición y bienestar. Búscale a Él primeramente y decide hoy transformar tu vida, tu hogar y tu familia disfuncional en funcionalidad y felicidad.


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