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¿Qué puedes hacer para corregir el mal comportamiento de tus hijos?

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Existen muchas necesidades que como seres humanos tenemos desde que nacemos. Estas necesidades deben satisfacerse para poder llegar a ser adultos emocional y psicológicamente saludables. Desde pequeños necesitamos sentir que nuestros padres nos brindan amor y un apego seguro, que nos prestan atención y que somos importantes en sus vidas. Pero, a veces, no se les presta la atención necesaria a los hijos para su sana crianza y esto trae consecuencias un mal comportamiento que puede manifestarse a corto o largo plazo.

 

Cuando nuestros hijos sienten la necesidad de nuestra atención porque sienten que carecen de ella, atraviesan 4 etapas: llamar la atención, poder, venganza, y finalmente, mostrar insuficiencia. A pesar de que las etapas tres y cuatro son preocupantes, la parte positiva es que la mayoría de los niños se encuentran en la uno y dos, por lo que disciplinándolos puede enmendar un mal comportamiento.

 

Sin embargo, ten en cuenta primero qué es la disciplina. La disciplina real se concentra en un mal comportamiento en sí, no en los niños. Esta se enfoca en presentar consecuencias para esos comportamientos.

 

Sobre esto, el libro Why Your Kids Misbehave—and What to Do about It del Dr. Kevin Leman 1 , habla sobre siete principios de la disciplina real que pueden ser de ayuda.

 

Estos siete principios son:

una fecha cuenta de que tu objetivo es tener una autoridad sana sobre tus hijos:

La autoridad que tiene sobre sus hijos debe ser sana, paciente y educativa. No te estoy hablando de una conducta egoísta, vengativa y controladora. Nuestros hijos son nuestros espejos, por lo que los buenos ejemplos derivan en buenos seres humanos. Trata de que Dios te guie en los momentos en los que tus propios sentimientos negativos te dominan.

b. Haz que tus hijos sean responsables de sus acciones:

Demuéstrales a tus hijos que son responsables por sus acciones y demuéstrales que sienten respeto por ellos. Nunca hagas algo por tu hijo(a), que él/ella pueda hacer por sí mismo(a). Esa tarea que no quiere hacer, es SU responsabilidad, no TUYA. Ese castigo que se ganó en el colegio por ofender a un maestro, es SU responsabilidad, no TUYA.

 

C. Estate atento(a) a los momentos de enseñanza:

Los momentos espontáneos de enseñanza siempre están allí y cambiarán según la edad del niño. Si, por ejemplo, tu niño no baja a comer a la hora en la que se lo pides, y trata de hacerlo una hora después, mencionale que la hora del almuerzo ya pasó, y que necesita esperar un poco más para la merienda.

1 https://www.amazon.com/-/es/Leman/dp/0800739868

 

d. Deja que la realidad sea la maestra:

La realidad es la más cruda maestra de todas. Esa que enseña con pequeños golpes, que algunas veces como padres no queremos que nuestros hijos se den por temor a que salgan heridos. Eso es un gran error. Ellos deben ser capaces de conocer competentes son las consecuencias de sus fallas. Eso incluye “pequeñeces” como no arreglar su cuarto, o no lavar su plato después de comer.

 

mi. Utiliza acciones, no solo palabras, y mantente firme:

Los niños copian lo que haces, así que tienen que empezar a ser ejemplo de lo que ven. Las acciones valen más que las palabras, y la firmeza de mantener esas propuestas serán el antes y el después del comportamiento positivo de tu hijo.

 

F. Escoge tus batallas con cuidado:

Todos los niños son diferentes, algunos serán más propensos a cierto tipo de afinidades, otros a algunas otras. Por eso, como padre o madre, no enfoques tu atención en tratar de enmendar pequeñas trivialidades en su vida, enfócate en esos cambios mayores. ¿Qué es más importante, el color de los zapatos que quiere tu hijo(a) o en qué gastará su tiempo libre?

 

gramo. Recuerda que las relaciones están antes que las normas:

Vivimos en un mundo lleno de normas, pero antes que ellas está la relación que tengas con tu hijo(a). Son tus hijos la prioridad que tienes en la vida, y es su bienestar todo lo que importa al momento de disciplinar.

 

Una última reflexión sobre el mal comportamiento en los hijos

El tiempo no perdona, y, cuando te des cuenta, tu hijo(a) cumplirá 18 años, y estará fuera de tu alcance el llegar a él/ella de la misma manera en la que lo hacías cuando era un niño/una niña.

 

Por eso, mi consejo final es que estos valores preciados momentos, que busques siempre la guía de Dios, te acerques a tus hijos, los respetes y hagas valer su poder de decisión. Pero esto, conservando e imponiendo límites sanos, que lo/la preparen para vivir su vida por su propia cuenta en un futuro no muy lejano.

 

Siguiendo estos consejos estaremos formando niños emocional y psicológicamente equilibrados, con los que podremos tener un lazo afectivo lleno de amor y comprensión. Los niños necesitan una disciplina real que corrija un mal comportamiento y que construya una buena base para su formación, que los guie y los ayuden a seguir el camino para ser adultos equilibrados y felices. Estos adultos a su vez formarán lazos saludables y llenos de amor con sus propios hijos, pues esto ha sido lo que han aprendido en sus propios hogares cuando fueron corregidos de niños por un mal comportamiento. Dios quiere que formemos hogares felices y llenos de amor.

 

¿Crees que es posible aplicar estos siete principios? ¿Consideras que hay alguna dificultad para aplicarlos? ¿Piensas que ponerlos en la práctica podría mejorar el comportamiento de tus hijos y tu relación con ellos? Comparte tus opiniones con nosotros en la sección de comentarios de este post, así enriqueceremos nuestras experiencias como padres. Dios te bendiga.


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