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¿Qué nivel emocional tienes?

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[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Sabes qué nivel emocional tienes? En mi familia estamos aprendiendo a amar, con mi esposa, mis hijos. Quiero compartir lo que hemos estado descubriendo y aprendiendo en los últimos meses.

El ejemplo del puebo de Israel al hablar del nivel emocional

En esta serie de temas estamos considerando la historia del pueblo de Israel, ¿por qué la generación de hombres que salió de Egipto no pudo consumar el sueño de entrar a la Tierra prometida? Y descubrimos que una de las razones fue que el pueblo de Israel no le permitió al Espíritu Santo, al Dios Todopoderoso cambiar su vida.

La segunda razón, es que el pueblo de Israel, esa generación que salió de Egipto, no tenía un nivel emocional alto. Al no crecer emocionalmente, no le permitieron al Espíritu Santo transformar sus vidas. ¿Por qué? Porque el crecimiento emocional debe ser proporcional a nuestro crecimiento espiritual.

Por qué el crecimiento emocional es importante

Tú no pudiste crecer más allá de donde llegaron tus padres emocionalmente, porque ellos fueron los primeros modelos e instructores que tuviste para aprender a expresar tus emociones, para aprender a amar. Lo que quiero decir con esto es que tú no puedes ir más allá de la dinámica emocional que aprendiste en tu casa de origen.

Si estás luchando con cómo resolver tus problemas emocionales, cómo manejar tus emociones, expresar tu amor hacia tu esposa e hijos; y ves que tienes problemas, tal vez el problema esté conectado con la dinámica emocional que tú viviste en tu casa de origen.

Si tus padres no tuvieron la intención de ayudarte a crecer emocionalmente, hoy puede que estés teniendo problemas para manejar tus emociones, aprender y expresar tu amor a otras personas.

La primera escuela que tuviste para aprender sobre inteligencia emocional fueron tus padres, tu casa y, ahí es donde está el problema de muchas personas. Sus padres no les enseñaron cómo crecer emocionalmente y hoy están luchando.

Etapas del crecimiento emocional

Peter Scazzero en su libro El líder emocionalmente sano presenta las diferentes etapas a través de las cuales pasan las personas en su crecimiento emocional.

La primera etapa para alcanzar un buen nivel emocional es la que él considera como los “bebés emocionales” y hay muchas personas que se comportan como tal. Buscan a otros para que los cuiden, tienen mucha dificultad para entrar en el mundo emocional de otros porque se comportan como bebés. Son conducidos por la necesidad de ser gratificados, usan a otros como objetos para satisfacer sus necesidades y continuamente están dependiendo de otros emocionalmente.

La segunda etapa sería la de los “niños emocionales”. Estos se muestran rápidamente ante las presiones para hallar soluciones y los problemas de la vida. Son esas personas que cuando tienen problemas en el trabajo o en la casa explotan, no se pueden controlar, porque son niños emocionales. Interpretan los desacuerdos como ofensas personales, atacan, no pueden controlarse y no pueden tener relaciones saludables porque cualquier crítica que reciban es para ellos un problema emocional.

Se sienten heridos con facilidad, se quejan, se retraen, manipulan, se vengan, son sarcásticos cuando no tienen lo que quieren. Tienen grandes dificultades para hablar de forma calmada, amable y madura sobre sus necesidades y las cosas que desean.

Después se llega a la etapa en la que se puede ser un “adolescente emocional”. Ellos tienden a estar siempre a la defensiva, se sienten amenazados y alarmados por la crítica. Si tu esposa te critica porque dejaste la basura o el zapato en el lugar equivocado, tú lo tomas de forma personal y explotas. No sabes manejar tu emoción. No sabes manejar las críticas. Todo para ti es personal.

Características de los adolescentes emocionales

Además de sentirse amenazados y alarmados por la crítica, mantienen una puntuación de lo que le dan para después pedir algo a cambio. Es decir, son esas personas que dan, sirven y ayudan continuamente, pero después se sienten mal cuando no les correspondes de la misma forma. Lidian mal con los conflictos.

Generalmente culpan, apaciguan, van con una tercera persona, hacen triángulos emocionales, ponen mala cara o ignoran el tema por completo; y, tal vez, en tu trabajo o familia, puedes notar que hay personas que se comportan de esa forma. Y si es así, es porque son adolescentes emocionales; No han crecido; No han alcanzado la madurez emocional que necesitan alcanzar.

Los adolescentes emocionales también se preocupan por ellos mismos. Tienen dificultad para escuchar verdaderamente el dolor, la desilusión, la necesidad de otras personas. Son críticos, sentenciosos. No pueden crecer. No salen de esa burbuja emocional que los mantiene atados a su pasado, a lo que aprendieron en la casa de origen.

Alcanzando un buen nivel emocional: «los adultos emocionales»

También existen los “adultos emocionales”. Dios quiera que nosotros podamos alcanzar esta madurez emocional y ser un adulto emocional. Ellos son capaces de pedir lo que necesitan, quieren o prefieren de manera clara, directa y honesta. Reconocen, controlan y asumen responsabilidad de sus propios pensamientos y sentimientos.

Es decir, no están culpando por las experiencias negativas que tienen o los sentimientos que están experimentando; sino que ellos mismos toman responsabilidad y dicen “yo me siento de esta forma porque yo me he permitido sentirme así, nadie tiene que controlar cómo voy a reaccionar”. Ellos reaccionan de una forma madura; pueden, aún bajo presiones, afirmar sus propias creencias y valores sin ser adversos.

Hay personas que no pueden tener una conversación con adultos emocionales porque lo toman personal, se agitan o pierden el control. Esto está ligado a que una persona así no ha alcanzado un nivel emocional óptimio.

La persona que crece emocionalmente, que llega la adultez se comporta con madurez, sabe cómo manejar sus emociones, respeta a otros sin tener que cambiarlos. Da a las personas lugar para el error y reconoce que no son perfectos. Nadie es perfecto.

El adulto emocional reconoce que otras personas no son perfectas y trata de darles el beneficio de la duda, porque esto es necesario para poder tener relaciones saludables; Aprecia a las personas tal cual como son: las buenas, las malas, y no por lo que reciben a cambio.

Aceptarte como eres

Yo te acepto incondicionalmente, Jesús te acepta incondicionalmente y Dios también lo hace. Pero, los que no crecen emocionalmente te ponen condiciones para poder aceptarte. Los adultos emocionales te aceptan como tú eres; Evalúan con precisión sus propios límites, fuerzas y debilidades y son capaces de discutir acerca de ellos con otros libremente.

Están satisfechos y felices mientras reciben lo que quieren. Y no solamente esto, también están sintonizados profundamente con el propio mundo emocional y pueden entrar en los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otros sin perderse ellos mismos. Tienen la capacidad de resolver un conflicto con madurez y negociar soluciones considerando las perspectivas del otro.

Amigo que lees estas líneas. Yo te desafío a crecer. Si eres un niño o un bebé emocional, proponte crecer cada día más, proponte crecer en tu vida emocional, en tus relaciones.

Dios quiera que a través de esta reflexión en la que estamos aprendiendo a amar, tú puedas descubrir cómo crecer emocionalmente; cómo alcanzar esa estatura que Dios quiere que alcances, cómo ser un esposo, un padre, una esposa que sabe manejar sus emociones y sabe glorificar a Dios en todas las cosas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]


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