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 La ansiedad en medio de la pandemia

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[vc_row][vc_column][vc_column_text] La pandemia que enfrentamos hoy en día ha llevado a algunos a desarrollar un estado de ansiedad, lo que puede ser muy peligroso para su salud física, espiritual y emocional.

La muerte caminaba hacia una ciudad una mañana y un hombre preguntó: «¿Qué vas a hacer?» «Voy a matar a 100 personas», respondió la muerte. «¡Esto es horrible!», dijo el hombre. «Así son las cosas», dijo la muerte. «Eso es lo que hago». El hombre se apresuró a advertir a todos los que pueden sobre el plan de la Muerte. Al caer la tarde, se encontró con la Muerte nuevamente.

«Me dijiste que te ibas a llevar a 100 personas», dijo el hombre. «¿Por qué aparecieron 1000?» «Yo cumplí mi palabra», respondió la muerte; «Solo mate a 100 personas. La ansiedad mató a los otros 900.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es la enfermedad mental más común en los Estados Unidos, surgiódo 40 millones de adultos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental. Esto equivale al 18% de la población de este país. Pero, lo más triste de este asunto es que solo un tercio de esos que luchan con la ansiedad recibida tratamiento. En este blog quiero hablarte sobre este tema, el cual es muy relevante en los momentos en los que vivimos.

En nuestro último episodio empezamos a estudiar la experiencia de Jesús con sus discípulos cuando Él les dio la orden de que cruzaran a la otra orilla y se levantó una gran tempestad (Marcos 4:35-40.) Los discípulos pensaron que iban a perecer y llamaron al Maestro diciendo: ¿Maestro, no te preocupa que vamos a perecer? Por el otro lado, vemos a un Jesús que mientras sus discípulos estaban ansiosos porque parecían perecer tragados por las olas oscuras de la tempestad, Él dormía en medio de la tormenta.

Vemos a un grupo ansioso porque tiene miedo de que va a morir ya Jesús tranquilo porque su Padre Celestial estaba al control.

¿Pecaron los discípulos de Jesús al sentir ansiedad en medio de la tormenta? Es una pregunta muy compleja. Tratemos de descifrarla preguntándonos qué es la ansiedad.

¿Es pecado sentir ansiedad?

La ansiedad es parte del sistema de respuesta natural del cuerpo humano ante cualquier amenaza verdadera o falsa que experimentamos. Cuando tu mente percibe que está en peligro, manda una serie de señales a tu cuerpo y como resultado hay una respuesta ante el estrés.

El estrés es la respuesta a una amenaza externa cuando experimenta una crisis, un trabajo que tiene que terminar, o la amenaza de un futuro incierto. Por otro lado, la ansiedad es la reacción a ese estrés que se está experimentando. Su origen es interno.

Los niveles bajos de ansiedad que manifiesta el cuerpo normalmente se encuentran en un extremo del espectro y pueden mostrar como niveles bajos de miedo, aprensión, sensaciones leves de presión muscular, sudoración, falta de aire, o tal vez duda sobre la capacidad de completar una tarea. Estos síntomas de niveles normales de ansiedad no interfieren con tu funcionamiento diario.

Por el contrario, estos niveles normales de ansiedad nos ayudan a funcionar con mayor eficacia, ya que producen una mayor motivación y atención al estrés que tenemos de antemano.

Expertos como Jennifer Fee, llamen la atención a ver la ansiedad como un mensajero. Ella dice que la ansiedad es ese mensajero que te dice lo que es importante para ti. Trata de comunicarte tus necesidades para que puedas atenderlas correctamente. Si matas al mensajero no vas a recibir el mensaje.

Los trastornos de la ansiedad en la pandemia

Cuando no ves la ansiedad como un mensajero, la ansiedad puede alcanzar niveles clínicos. Los niveles clínicos o destructivos de ansiedad están en el otro extremo del espectro y aumentan lo suficiente como para disminuir rápidamente su rendimiento y causar deterioro físico y emocional.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por una preocupación severa y persistente que es excesiva a la situación que se experimenta. Estos síntomas causan angustia, empeoran el funcionamiento diario y ocurren por un período significativo.

La línea que divide los niveles destructivos y constructivos de ansiedad es muy fina y muchas veces no la distingue y es aquí donde tiene problemas.

Te presento algunos ejemplos: la ansiedad destructiva paraliza, la constructiva motiva; La destructiva reduce tu creatividad, la constructiva la aumenta; La destructiva produce inquietud ansiosa, la constructiva un enfoque tranquilo; Una atenta de controlar el futuro y la otra atenta de mejorar el futuro; Una teme por lo peor, la otra tiene esperanza en lo mejor; Una distrae la mente de lo que es importante, y la otra direcciona la mente a lo que es importante.

No es difícil de entender que, en el caso de los discípulos con Jesús ante la tormenta en el lago, manifestaron una ansiedad destructiva al tener una inquietud ansiosa, pensando que perecerían.

Por otro lado, Jesús manifestó una ansiedad constructiva. Sería bueno preguntarnos, ¿Qué mensaje les trataría de dar la ansiedad que experimentaron los discípulos en medio de la tormenta? Tal vez ellos necesiten entender su necesidad de depender más de Jesús y menos de sus fuerzas. Sus ansiedades demuestran que a pesar de que estaban cerca de Jesús, no confían en Él para resolver su crisis.

La ansiedad es una reacción natural

Entonces, podemos concluir diciendo que la ansiedad en sí misma no es pecado porque es una reacción natural ante el estrés. Estar ansioso se convierte en un pecado cuando deja de ser constructivo y se convierte en destructivo, y comienzas a desesperarte recurriendo a tus habilidades humanas para enfrentar tu estrés. Es por eso que Jesús en Mateo 6:25 les dijo a sus discípulos “por nada estéis ansiosos”.

Como cristianos estamos llamados a no vivir en un estado de ansiedad y simplemente ver la ansiedad como un mensajero que nos quiere ayudar a ver lo que es importante en nuestras vidas.

Debo aclarar también que muchas personas padecen trastornos de ansiedad producto de experiencias traumáticas que han vivido y para ellos la ansiedad es un problema patológico.

En estos casos, el decir que esta persona está pecando por vivir en un estado de ansiedad generalizada no es correcto. Para estas personas el tratar de manejar la parte cognitiva de su mente no es algo simple y necesitan terapia y muchas veces hasta medicamentos.

Cinco consejos para manejar la ansiedad en medio de la pandemia.

Quiero dejarte cinco consejos para manejar tu ansiedad en medio de la pandemia.

Mira tu ansiedad como un mensajero no como tu enemigo : Tu ansiedad es tu reacción natural ante el estrés . No compañeros al mensajero. Ante el estrés de la vida, la ansiedad es ese mensajero que te dice lo que es importante para ti. Trata de comunicarte con tus necesidades para que puedas atenderlas.

Por ejemplo, tal vez en medio de la pandemia te sientes ansioso y el mensaje que te está dando tu ansiedad es que debes confiar más en Dios y menos en tus fuerzas. O tal vez la fuente de esa ansiedad es un trauma emocional que aun no ha resuelto en tu vida y debes atender.

Desarrolla una relación con Dios y practica la meditación cristiana. Dios tiene una promesa para cada situación estresante que podrías estar experimentando en tu vida. Él además te dice que no te va a sobrevenir un estrés que no puedas manejar. Conéctate con Dios y tómate el tiempo para meditar en sus promesas.

Elimina la charla interna negativa . Lo que tú te dices a ti mismo determina tu realidad y cómo vas a vivir ante esa realidad. Guarda tu mente de pensamientos tóxicos para que puedas manejar tu ansiedad de una forma más efectiva. Los pensamientos son como semillas que sembramos en el jardín de la mente. Proponte pensar en todo aquello que glorifica a Dios.

Practica ejercicios de relajamiento para reducir tu ansiedad en la pandemia . Uno de esos ejercicios es la respiracion diafragmática . Puedes hacer entre 5 y 10 inspiraciones y expiraciones abdominales, de forma lenta y profunda desde el diafragma. Toma aire por la nariz y expúlsalo por la boca, y céntrate en vaciar completamente los pulmones antes de inspirar de nuevo.

Otro ejercicio que puedes hacer para manejar tu ansiedad es caminar por lo menos 30-45 minutos todos los días.

Duerme lo suficiente . Fija un horario estable para ir a la cama y para despertarte. Si por alguna razón excepcional (por ejemplo, el fin de semana), te trasnochas más de lo previsto, no te levantes al día siguiente excesivamente tarde. De esta forma, aunque pasarás sueño durante ese día, no alterarás el ciclo del sueño al que tu organismo está acostumbrado y podrás funcionar con normalidad durante el resto de la semana.

Hoy te invito a confiar en un Dios poderoso que cuida de ti y si Él está permitiendo que pases por esta pandemia, Él tiene todo bajo control, y esta crisis llegará a su fin un día no muy lejano. Es hora de que te preguntes qué está revelando tu ansiedad sobre lo que es importante en tu vida. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]


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